Nacionales - 13-02-2018 / 09:02
LAS TORTURAS A LOS CADETES DE LA RIOJA Y EL MODELO REPRESIVO CHOCOBAR
Volvemos a los valores de la dictadura militar
MANO DURA Y GATILLO FÁCIL. El discurso reaccionario de la política represiva macrista alcanza a muchos ámbitos y a la conciencia de muchas personas. La muerte del cadete Emanuel García (18), la internación en estado gravísimo de otro cadete, Luis Oropel (25), y la atención de otros 10 principiantes se produjeron en un marco de extrema violencia habilitada como mensaje desde la Presidencia de Mauricio Macri. El macrismo, en su construcción discursiva, no inventa nada. Simplemente hace un “cortar y pegar” de los alegatos político-ideológicos de la dictadura. En la imagen: la instructora Adriana Rodríguez aparece pateando a un cadete, obligándolo a mantener la cabeza bajo el agua en el río.
El modelo represivo que propugna el gobierno de Mauricio Macri no es un "cambio", es una vuelta al pasado. El concepto de seguridad nacional, que caracterizó a las dictaduras durante el pasado siglo, correspondiente a la división del mundo en dos bloques, y que identificaba al "enemigo interno" -entonces correspondiente al disidente político-, pasó a ser, luego del fin de la "guerra fría", la seguridad ciudadana y los nuevos enemigos son caracterizados como el "narcotráfico", el "terrorismo" y, en general, la "delincuencia".
Asistimos al reemplazo del concepto de seguridad nacional por el concepto de seguridad ciudadana, que permite todo y todo lo subordina a ella, predominando la idea de que el fin justifica los medios. Es lo que se conoce como "mano dura", que propugna dejar de lado las garantías constitucionales en aras de una supuesta "eficiencia" y que hace aparecer como si el tema de la seguridad se solucionara agravando penas y procedimientos y otorgando más facultades indiscriminadas a las fuerzas de seguridad.
Se incrementa la respuesta punitiva, ganando espacios de la mano de las campañas de "ley y orden". El Proyecto de ley de Hitler, que se llamó de Extraños a la comunidad, comprendía a marginados sociales, mendigos, vagos, ladrones, estafadores de poca monta, contra los que las SS querían proceder, eliminándolos. Se daba en ese proyecto el control total a la policía y se declaraba la guerra al enemigo interior.
En el discurso macrista, el "delito" se extiende a quienes ejercen el legítimo derecho a la protesta. En cambio el modelo democrático establece límites a la política criminal, fundada en los principios de legalidad y certidumbre, se trata de un ejercicio racional y limitado, basado en la dignidad humana y en el respeto de los derechos fundamentales.
Sólo "meter bala" es no tener plan de seguridad. El sentimiento de seguridad o de inseguridad y la propia seguridad de los ciudadanos, se construye o se destruye diariamente por la propia conducta de quienes conforman todo el sistema penal. Y su solución no pasa por una represión indiscriminada, propia de los estados autoritarios o policíacos.
¿Cómo se puede privar de la libertad a alguien sin un juicio previo? ¿Cómo se puede matar impunemente a alguien si la pena de muerte no existe en la Constitución? ¿Qué alguien puede ser considerado culpable sin que haya pruebas que lo establezcan? ¿Que la presunción de inocencia constitucional no existe? ¿Que cualquiera pueda denunciar a alguien por algo que no se sabe qué es, ni qué pruebas hay?
Conforma la seguridad el hecho de que los ciudadanos puedan tener la tranquilidad de no ser detenidos arbitrariamente, de no recibir imputaciones infundadas, de no ser privados de la libertad sin fundamento y de que, en caso de serlo, la justicia rápidamente responda a cualquier atropello, defendiendo las garantías que posibilitan vivir en un Estado de Derecho.
La Opinión Popular
LAS TORTURAS SUFRIDAS POR LOS CADETES DE LA RIOJA A CUATRO DÍAS DEL MODELO CHOCOBAR
Cuando el modelo termina como un boomerang
La muerte del cadete Emanuel García (18), la internación en estado gravísimo de otro cadete, Luis Oropel (25), y la atención de otros 10 principiantes se produjeron en un marco de extrema violencia habilitada como mensaje desde la Presidencia.
-¿Sabe a que llaman la sartén?
-¿La sartén?
-No, no sabe -dedujo el informante-. Hay una cancha de básquet. Es externa. Tiene piso de baldosas. A las dos de la tarde, en La Rioja, día de calor, imagínese. No hay sombra en ningún lado. La llaman la sartén porque si tiran un huevo se cocina.
El informante fue claro. Se refería al espacio de la Escuela de Policía donde, durante la instrucción, el lunes 5 de febrero, doce cadetes recién ingresados terminaron internados por deshidratación, y uno de ellos, Emanuel García de 18 años, falleció porque sus riñones no resistieron la deshidratación extrema a que fue sometido su cuerpo. Otro de los cadetes, Luis Oropel, se encuentra en terapia intensiva en una clínica de Córdoba, con diálisis y en grave estado.
El caso de la Escuela de Cadetes de Policía de La Rioja ocurrió cuatro días después de que Macri recibiera como un héroe al policía Luis Chocobar, procesado por haber baleado por la espalda a un adolescente en La Boca, en la misma fecha en que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich comenzaba su alegato público en favor del cambio de doctrina que permitiera dejar a los policías libres de sospecha; y un día antes de que los efectos del Modelo Chocobar hicieran su efecto en las calles céntricas porteñas, con una jueza, un escribiente y un asaltante heridos por algunas del casi centenar de balas y múltiples esquirlas distribuidas a mano suelta por uniformados y asaltantes.
La tortura a la que fueron sometidos los cadetes el día 5 de febrero reconoce antecedentes habituales en el sistema de instrucción policial. Pero desde la convocatoria a la violencia policial instalada nada menos que por el Presidente, lo que estaba prohibido ahora es alentado.
Por la muerte de Emanuel García, la Justicia modificó la calificación del delito, de lesiones gravísimas a homicidio. Y detuvo a ocho policías entre comisarios jefes e instructores: Dardo Gordillo, Ramón Leguiza, Jorge Leguiza, Nadia Bravo, Elio Marcial, Marcos Miranda, Karina Luna y Adriana Rodríguez.
También fueron denunciados seis cadetes, de 1º a 3º año que participaron en una golpiza de bienvenida que sufrieron los principiantes. Además, fueron desplazados el secretario de Seguridad, Luis Angulo, y el jefe de Policía, Luis Páez.
Adriana Rodríguez es quien aparece en la foto de tapa pateando a un cadete, obligándolo a mantener la cabeza bajo el agua en el río. Por otro lado, circuló la imagen de una nota pegada en una puerta de la Escuela de Cadetes, con la firma de "crio. Rodríguez" y con una orden dirigida a la "oficial Bravo" en la que se comunica que "tiene todas las cadetes de 1º año femeninas a su disposición para darles instrucción destructiva por cochinas".
La sartén a la que hacía mención el informante, en concreto, se utiliza no exactamente para fritangas sino para cocinar los cuerpos de los cadetes. Deben arrojarse al piso a hacer ejercicios de todo tipo, en contacto directo con el calor ardiente. A veces, está tan caliente el piso que deben envolverse las manos con alguna vestimenta o con trapos, para soportar más tiempo.
"Los que no aguantan el tiempo que marca el instructor o se levantan, por ejemplo -describió el informante-, los mandan detenidos en castigo".
La información sobre la "sartén" de todos modos no se refiere específicamente a la instrucción del lunes 5, sino que se dio como dato habitual, una costumbre. No es lo mismo concentrar la lupa sobre un hecho, ocurrido un día, por una persona o un grupo, que un método conocido y repetido en el tiempo, con diferentes instructores y distintas autoridades.
Según la información recopilada por este cronista, la práctica supera con holgura la década y es presumible que sea bastante más antigua. De hecho, el informante llegaba casi a los 15 años de haber finalizado la instrucción. Pero la práctica estaba prohibida. Ahora es alentada por el Modelo Chocobar.
La sartén no es el único obstáculo con que son sometidos los cuerpos y mentes de los cadetes y suboficiales antes de su admisión en la policía. Están el raneo, la vara, escenarios dentro y fuera de la Escuela, como el que se desarrolla en el monte con una especie de carrera de supervivencia, y el del río próximo en el que son sometidos a asfixia bajo el agua.
"El raneo -describió el informante- es el salto en cuclillas, pero también es caminar de rodillas por las piedras del río Huaco, próximo a la Escuela. O ranear hasta un pozo lleno de agua y permanecer en esa posición durante toda la noche".
La vara es la herramienta de castigo, tal como se observa en la foto. Un instructor va caminando alrededor de los cadetes, que se encuentran en alguna posición de inmovilidad en el piso, y aquel que por falta de resistencia, se mueve o se siente obligado a levantarse es azotado con la vara.
Los métodos son diversos, todos utilizados por décadas, semejantes a los de la "colimba", prohibida luego de la muerte del soldado Omar Carrasco, durante el menemismo. Pero prohibidos o invisibles a la mirada del público. Ahora, el Modelo Chocobar habilitado desde la Presidencia liberó de amarras el sistema de la crueldad y el castigo.
Por Horacio Cecchi
Por Lucila Larrandart
Fuente: Página12