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Nacionales - 14-01-2018 / 11:01

El relato macrista busca imponerse

El relato macrista busca imponerse
Para Macri solamente se puede sobrevivir en la jungla capitalista si alimentamos el capital humano individual y el de la familia, si cada uno se convierte en un buen empresario de sí mismo. Si trabajamos mucho y ahorramos, no necesitaremos jubilaciones ni pensiones. Para lo que esté o vaya quedando afuera están la Gendarmería, la Prefectura y la policía o la culpa y la frustración individual. En eso está el macrismo. Todo lo que ocurre en estos días gira en torno a este nuevo intento de reescribir la historia argentina. Desde la furiosa campaña antisindical hasta el megadecreto de desregulación económica –verdadero ataque mortal a las instituciones democráticas– tiene como norte la utopía neoliberal y “meritocrática”. La suerte de este designio todavía está por verse.
No es una acusación moral decir que una fuerza política -el macrismo para el caso- tiene un "relato político". El macrismo también tiene un relato. Es la meritocracia. O el "capital humano" como lo llaman los neoliberales. Acaso se trate de uno de los relatos más añejos del mundo moderno. Acompañó todo el desarrollo del capitalismo. Fue el fundamento y la legitimación de la desigualdad.
 
El capitalismo tiene su propia teodicea, su relato sobre los orígenes. Consiste en que la desigualdad tiene como fundamento las diferencias de mérito entre los seres humanos. Las personas innovadoras, ingeniosas -y también ahorrativas, sobrias y trabajadoras- progresan. Y se hacen capitalistas. Las que, en cambio, son perezosas, rutinarias, derrochadoras y lujuriosas degeneran en las clases marginales de la sociedad.
 
Es una teodicea porque construye un pasado mítico y un "pecado original" del mundo burgués. La acumulación del capital fue, es y seguirá siendo el resultado de una lucha de poder y no el fruto de una afortunada o meritoria performance individual o familiar. Para comprobarlo bastaría con examinar el origen histórico de las grandes fortunas en nuestro país. 
 
Los bien pagados publicitarios de Macri, ciertamente no han inventado nada. Difunden el mito de origen del capitalismo a través de interesantes mecanismos de sugestión y construyen un gigantesco dispositivo público-privado de sugestión.
 
Todo relato tiene un "otro", un antagonista real o imaginario. O, mejor dicho, un antagonista imaginario que toma cuerpo en la realidad. ¿Contra quién se esgrime esta exaltación de los méritos del individuo meritorio hacedor de su propia fortuna?
 
En términos históricos y generales su antagonista es el Estado, las reglamentaciones burocráticas, los impuestos, la clase política. En la Italia de la posguerra a este relato se lo llamó el qualunquismo, la filosofía de las personas "de a pie".  El retiro de lo público, la exigencia de "menos gobierno", el individualismo antipolítico extremo.
 
En el mundo neoliberal existen los individuos, sus familias, algunos amigos y no mucho más. No hay ninguna colectividad humana que trascienda los vínculos inmediatos. Ni historia, ni patria, ni horizontes compartidos de ninguna especie.
 
El relato macrista no es solamente la sistematización de los motivos individualistas del neoliberalismo; es un ambicioso programa político-cultural para la sociedad argentina. Acabar con el movimiento sindical y el derecho laboral. Con los sueños industrialistas, con los subsidios estatales hacia los sectores populares, con el desarrollo científico-técnico autónomo, con la protección de los sectores sociales que no puedan protegerse con sus propios méritos.
 
Y ese programa podría, por primera vez, desarrollarse con un fuerte apoyo social proveniente del individualismo, el miedo y el odio.

Opinión
 
El relato macrista
 
No es una acusación moral decir que una fuerza política -el macrismo para el caso- tiene un "relato político". La mala prensa de la palabra relato viene de la marea posmoderna de los años ochenta en su vertiente conservadora.
 
"El fin de los relatos" (o de los meta-relatos, para el caso es lo mismo) era la buena noticia. Lo que liberaba nuestro destino humano de leyes inexorables y de destinos ya establecidos, lo que ampliaba el horizonte de nuestra libertad.
 
En realidad, estaba ya muy claro en ese tiempo que la muerte que se predicaba tenía un sujeto principal, el relato comunista, la teleología que describía una tendencia inexorable a la revolución y a la sociedad sin clases, cuya agonía se vislumbraba desde hacía varios años pero que entonces estaba estallando en Berlín.
 
En la Argentina más cercana, la palabra relato reapareció en el periodismo con un sentido igualmente derogatorio pero mucho más precisado. La palabra remitía al "relato K". Y su definición no era la adopción de determinada filosofía de la historia sino la pura y simple práctica de la mentira que se asignaba al gobierno anterior.
 
Sería lindo entrar en el tema de la relación entre gobierno y mentira a propósito de los actuales gobernantes pero nos iríamos de tema. Lo cierto es que efectivamente el kirchnerismo tenía y tiene un relato. Es decir, una lectura de la historia, una mirada sobre el lugar del país en el mundo, una escala de valores morales y sociales, una idea de futuro.
 
Y ciertamente los últimos gobiernos anteriores se dispusieron a ser juzgados por ese horizonte político que predicaban, como pocas veces ocurrió en la historia de nuestro país. Claro, el juicio no fue ni podría haber sido favorable en todos los casos.
 
Es muy problemático que un relato que postula la igualdad y la emancipación salga totalmente airoso del contraste con la realidad de un país capitalista en el sur de América Latina.
 
Pero eso no le resta importancia al relato, porque el relato es la vara con la que se quiere ser juzgado y, más allá del juicio, la naturaleza de la propia vara tiene mucha importancia. El relato es una tensión, un modo de relacionarse del gobernante con sus gobernados y una apuesta a determinado proyecto de sociedad.
 
El macrismo también tiene un relato. Es la meritocracia. O el "capital humano" como lo llamaron y lo llaman los neoliberales de la academia. Acaso se trate de uno de los relatos más añejos del mundo moderno. Acompañó todo el desarrollo del capitalismo. Fue el fundamento y la legitimación de la desigualdad. El refuerzo ideológico más potente del "Estado ausente".
 
El capitalismo, según dijo Marx en el capítulo de "El capital" que estudia la acumulación originaria del capital, tiene su propia teodicea, su relato sobre los orígenes. Consiste en que la desigualdad tiene como fundamento las diferencias de mérito entre los seres humanos.
 
Las personas innovadoras, ingeniosas -y también ahorrativas, sobrias y trabajadoras- progresan. Y se hacen capitalistas. Las que, en cambio, son perezosas, rutinarias, derrochadoras y lujuriosas degeneran en las clases marginales de la sociedad. Y llegado el caso pueden aspirar a eludir o a morigerar su miseria trabajando para algún meritorio patrón.
 
Es una teodicea porque construye un pasado mítico y un "pecado original" del mundo burgués. Después de examinar la historia violenta y sanguinaria de la acumulación primitiva, Marx escribiría su lapidario dictamen: "El capital llegó al mundo chorreando sangre y fango por todos los poros."
 
La acumulación del capital fue, es y seguirá siendo el resultado de una lucha de poder y no el fruto de una afortunada o meritoria performance individual o familiar. Para comprobarlo bastaría con examinar el origen histórico de las grandes fortunas en nuestro país. 
 
Los bien pagados publicitarios de Macri, ciertamente no han inventado nada. Difunden el mito de origen del capitalismo a través de interesantes mecanismos de sugestión y construyen un gigantesco dispositivo público-privado de sugestión.
 
Pero ahí termina su mérito y su novedad porque su mensaje "político" es el mismo que desde hace muchas décadas difunde la publicidad de cualquier mercancía.
 
Todo el modo de vida capitalista reproduce el relato meritocrático. Macri suele sumar a la meritocracia la reivindicación de la cultura del trabajo; son fórmulas de gran seducción: casi no hay quien no crea que es una persona trabajadora y meritoria.
 
Y que son esos méritos los que explican su progreso si lo experimentan. Queda en la maldad de los demás y en las injusticias del Estado (de los que se roban todo) la explicación de su infortunio, cuando éste tiene lugar.
 
Todo relato tiene un "otro", un antagonista real o imaginario. O, mejor dicho, un antagonista imaginario que toma cuerpo en la realidad. ¿Contra quién se esgrime esta exaltación de los méritos del individuo meritorio hacedor de su propia fortuna?
 
En términos históricos y generales su antagonista es el Estado, las reglamentaciones burocráticas, los impuestos, la clase política. En la Italia de la posguerra a este relato se lo llamó el qualunquismo ("cualquierismo" sería su traducción un poco forzada), la filosofía de las personas "de a pie".
 
Fue la forma de disolución pacífica del fascismo, el cambio del lenguaje reaccionario que se deslizó de la violencia autoritaria al retiro de lo público, a la exigencia de "menos gobierno", al individualismo antipolítico extremo.
 
Los temas qualunquistas fueron exitosamente retomados por el neoliberalismo ascendente de fines de los años setenta del siglo pasado: Margaret Thatcher lo resumiría magistralmente con su frase "la sociedad no existe".
 
En el mundo neoliberal existen los individuos, sus familias, algunos amigos y no mucho más. No hay ninguna colectividad humana que trascienda los vínculos inmediatos. Ni historia, ni patria, ni horizontes compartidos de ninguna especie.
 
Lo interesante no es solamente el argumento meritocrático. Es muy importante, ante todo, el aquí y el ahora del mensaje. El relato macrista no es solamente la sistematización de los motivos individualistas del neoliberalismo; es un ambicioso programa político-cultural para la sociedad argentina.
 
Es muy importante subrayar una vez más la novedad política que significa que por primera vez en la historia desde la sanción de la ley Sáenz Peña en 1912, la derecha argentina accede al gobierno en elecciones limpias y sin proscripciones y sobre la base de una coalición liderada por un partido propio.
 
El macrismo ha interpretado esta condición inaugural como una oportunidad y un desafío. Se representa a sí mismo como el portador de una misión histórica, de un papel refundacional de la cultura política argentina.
 
Desde el triunfo electoral de Yrigoyen en 1916, las clases dominantes tuvieron que pagar sistemáticamente un desagradable tributo al populismo, nunca pudieron ejercer su dominio sin negociar políticamente con caudillos y partidos populares, aún cuando accedieran al poder apoyados en las armas.
 
Desde 1945, el populismo argentino -es decir la democracia argentina- construyó un dispositivo material e ideal inexpugnable hasta hoy contra el poder de las élites. Hasta los regímenes dictatoriales más tenebrosos tuvieron que tener o conquistar amigos en la política popular, en los sindicatos, en las clases subalternas.
 
El gran sueño oligárquico de 1955 fue el cierre de esa etapa y al servicio de ese designio descargaron una violencia inaudita, cuyo paradigma histórico es el bombardeo de la Plaza de Mayo de junio de ese año.
 
La prohibición, la proscripción, la cárcel, los fusilamientos fueron la metodología que tenía que abrirle paso al "posperonismo". Pero la contrarrevolución no logró convertirse en hegemonía ni en instituciones duraderas ni en garantías contra las más diversas formas de la rebelión popular.
 
Ni aún el genocidio emprendido en 1976 logró construir la soñada pax del privilegio argentino. Tulio Halperín Donghi dio en 1994 una conferencia en el Club de Cultura Socialista, luego publicada con el título "La larga agonía de la Argentina peronista".
 
Allí da cuenta de cómo aún durante la dictadura terrorista, los planes de Martínez de Hoz chocaron con los cálculos políticos de los jefes militares que temían las consecuencias de un aumento exagerado de la desocupación.
 
Finalmente, para el historiador, la hiperinflación del final del gobierno de Alfonsín aparecía como el "instante resolutorio" de la larga agonía. El principio del fin de la Argentina peronista. El juicio (o el deseo) de Halperín no se justificó. Después vino el estallido de la "Argentina menemista" en 2001 y el largo y laborioso proceso de reconstrucción de la "vieja Argentina" por parte de los gobiernos kirchneristas.
 
En ese rango histórico parecen querer colocarse Macri y su gobierno. Sobre la base de la combinación entre manipulación ideológica y violencia se proponen construir en el país la normalidad neoliberal. Arrasar con todas las creencias y con todas las instituciones de la larga historia de los últimos setenta (o tal vez cien) años de historia argentina.
 
Acabar con el movimiento sindical y el derecho laboral. Con los sueños industrialistas, con los subsidios estatales hacia los sectores populares, con el desarrollo científico-técnico autónomo, con la protección de los sectores sociales que no puedan protegerse con sus propios méritos.
 
Y ese programa refundacional podría, por primera vez, desarrollarse con un fuerte apoyo social proveniente del individualismo, el miedo y el odio. Así, los argentinos construiremos una "cultura del trabajo".
 
Aprenderemos que solamente se puede sobrevivir en la jungla capitalista si alimentamos nuestro capital humano individual y el de nuestra familia, si cada uno se convierte en un buen empresario de sí mismo.
 
Si trabajamos mucho y ahorramos, no necesitaremos jubilaciones ni pensiones. Para lo que esté o vaya quedando afuera están la Gendarmería, la Prefectura y la policía o la culpa y la frustración individual. Y la institución central del nuevo régimen: la prisión preventiva.
 
En eso está el macrismo. Todo lo que ocurre en estos días gira en torno a este nuevo intento de reescribir la historia argentina. Desde la furiosa campaña antisindical hasta el megadecreto de desregulación económica -verdadero ataque mortal a las instituciones democráticas- tiene como norte la utopía neoliberal y "meritocrática". La suerte de este designio todavía está por verse.
 
Por Edgardo Mocca
 
Fuente: Página12
 

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01-07-2025 / 10:07
Una jueza en Nueva York, Loretta Preska, dispuso que el Estado argentino le transfiera el control accionario de la petrolera YPF al fondo buitre Burford Capital. Este fallo colonialista es parte del litigio originado en la nacionalización de YPF en 2012. En apoyo al planteo buitre, Javier "el Psicótico" Milei responsabilizó a Axel Kicillof pero anticipó que va apelar el fallo, que no es de aplicación inmediata. Los riesgos de una sentencia que se posiciona por encima de un Estado soberano. El futuro de los recursos estratégicos del país no puede dirimirse en tribunales internacionales, hay que frenar este saqueo imperialista y desconocer estas "deudas" producto de la rapiña de fondos buitres. El gobernador resaltó la obsecuencia del Presidente con EE.UU. y dará una rueda de prensa.
 
Las relaciones con el capital financiero internacional, por el que se desvive Milei, no parecen traerle buenos resultados sino más bien todo lo contrario. La jueza Preska falló dos veces en contra de Argentina. Primero, ordenó que el país entregue el 51% de las acciones de YPF al fondo buitre Burford Capital y, más tarde curiosamente, que también le ceda las acciones en su poder al buitre Bainbridge. El libertario culpó por lo sucedido al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Kicillof, quien denunció el vínculo fluido de Milei con los Estados Unidos y aseguró: "Algunos todavía se preguntan por qué Milei viaja tanto al país desde el cual salió este fallo; se nota mucho...".
 
Especialistas consultados coinciden en que la decisión de la magistrada pretende posicionarse por encima de un Estado soberano, como si se tratase de una "jueza universal". "En caso de quedar (la resolución) a favor de los buitres sería un precedente histórico que dejaría en una posición de inferioridad a cualquier país del mundo", explicaron. La decisión "estrafalaria para forzar el cobro" pretende, según los expertos en el tema, que el Gobierno "decline a favor de los demandantes teniendo en cuenta la afinidad ideológica y admiración que le propician". Sin embargo, bajo el derecho argentino las cosas no funcionan así.
 
Milei apelará, pero en su diatriba electoral contra Kicillof complica la defensa del país en este juicio donde está en juego una condena por 16.000 millones de dólares. Expertos advirtieron sobre dos estrategias que debilitan la defensa argentina:
*Las declaraciones públicas de Milei contradicen los argumentos de la defensa y complican el interés nacional al facilitar argumentos para los demandantes.
*El desmantelamiento del equipo de la Procuración General de la Nación, a partir del recorte de fondos y de personal experto.
 
Milei, en su berrinche adolescente, suma argumentos para los fondos buitre. Empecinado en culpar a Kicillof no comprende la continuidad del Estado y que, como él es Presidente, si dice que un ex funcionario actuó mal entonces le da la razón a los demandantes. La argucia de que tuitea como ciudadano y no como Presidente puede funcionar en Comodoro PRO para zafar de la estafa $Libra que cometió pero ningún juez de ninguna parte del mundo, y menos de EE.UU., acepta semejante distorsión. Lo que dice Milei lo dice el Presidente de Argentina; si hay un juicio contra la Argentina y su Presidente reconoce que el Estado actuó mal será usado en su contra. Es evidente que Milei juega para que los buitres se queden con YPF.
 
La Opinión Popular
 

30-06-2025 / 09:06
Las elecciones de medio término en Formosa validaron la gestión del gobernador peronista Gildo Insfrán, que en el inicio del conteo de votos se imponía con comodidad con el 68 por ciento de los sufragios frente a su principal rival, el Frente Amplio Formoseño (FAF), una alianza de doce partidos políticos entre los que se encuentran el Pro y el Movimiento de Integración y Desarrollo, entre otros. En su debut en las elecciones formoseñas, el partido del presidente Javier Milei, La Libertad Avanza (LLA), no llegaba al diez por ciento de los votos, en un año que para los libertarios sería un primer plebiscito de la gestión nacional.
 
El peronismo de Formosa se impuso nuevamente por una amplia mayoría y ratificó ser la opción política preferida de los habitantes de la provincia. El PJ que conduce el gobernador Insfrán dejó a su principal competidor, el FAF, en el segundo puesto con una diferencia que al cierre de esta edición, se acercaba a los cuarenta puntos porcentuales. "Somos un pueblo esclarecido que hace muchos años decidió ser artífice de su destino", señaló Insfrán en sus redes sociales apenas terminó de emitir su voto por la mañana.
 
Las preferencias en el cuarto oscuro definían el destino de 15 bancas de diputados provinciales que representan a la mitad de la legislatura local, concejales municipales y también a treinta convencionales constituyentes que trabajarán en una reforma de la Constitución provincial. A pesar de que durante la jornada se especuló con una baja participación en los comicios, votó más del sesenta por ciento de las personas habilitadas por el padrón electoral, muy por encima de lo que vienen mostrando las elecciones provinciales este año.
 
La impotencia de los dirigentes de la oposición ante la magnitud de la victoria del oficialismo los llevó a denunciar nuevamente por supuesto fraude al gobierno provincial y al Tribunal Electoral, lo que se viene consolidando como una costumbre de los opositores derrotados una y otra vez por el voto a favor del peronismo.
 
Además de legisladores provinciales y convencionales constituyentes, los formoseños votaron para elegir 62 concejales de 27 municipios, así como diez comisiones de fomento también se elegían a veinte representantes. En Formosa se vota en formato de papel, es decir con boleta en el sobre, a diferencia de las elecciones que se realizaron ayer en Santa Fe y las nacionales de octubre. La boleta está dividida en tres: uno para diputados distrito único, otro para convencionales, y el tercero para concejales de cada municipio.
 
A su vez, desde 1987 rige en la provincia la ley de Lemas con la que distintas colectoras pueden reunir los votos para un candidato de la misma alianza y que luego se cuentan como votos a favor del candidato que obtiene la mayor cantidad de sufragios y se impone en el lema. De allí también la demora en el recuento de los votos al finalizar la jornada electoral. La decisión de los seguidores del presidente Milei de LLA de presentarse con una lista propia dividió los votos y la oposición antiperonista se presentó fracturada.
 

30-06-2025 / 08:06
El peronismo y sus aliados, encolumnados tras Juan Monteverde, lograron triunfar en Rosario después de 52 años. La elección a concejales se había nacionalizado por ser la primera tras la detención proscriptiva de Cristina y el compromiso personal de Javier Milei y Mauricio Macri con sus candidatos. Milei había apostado fuerte y se quedó con las ganas. Su candidato, Juan Pedro Aleart, cayó frente al postulante del peronismo, Monteverde. La lista del oficialismo empujada por el gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, quedó tercera. "Las ideas no se proscriben", dijo el ganador respecto de CFK.
 
Milei jugó su figura en los afiches e invirtió recursos, pero perdió en Rosario. Su candidato a concejal por La Libertad Avanza, el exconductor de la televisión local Aleart, cayó frente al candidato del peronismo, Monteverde, quien se impuso con claridad en el centro y en los barrios populares de la ciudad, donde empezó a militar hace 20 años. Con él, el peronismo dio un batacazo en la ciudad después de 50 años.
 
"El pueblo de Rosario le ganó al intendente, le ganó al gobernador y le ganó al presidente", aseguró Monteverde. La lista del oficialismo empujada por el gobernador Pullaro y el intendente de Rosario Javkin quedó tercera, aunque su candidata Carolina Labayru protagonizó una gran remontada electoral desde las primarias de abril.
 
Por eso fue que el gobernador eligió "provincializar" los resultados y licuar la performance rosarina en estos comicios santafesinos, mostrando el mapa general de resultados en el que el frente Unidos (radicales, PRO y socialistas) se impuso en la mayoría de esos distritos incluyendo la ciudad capital. El ausentismo fue otra vez protagonista: la participación electoral en Rosario fue de apenas el 48 por ciento, mientras que en la provincia llegó al 52 por ciento.
 
La asistencia a las urnas en la ciudad este domingo fue menor incluso que el 53,6% de las internas de abril. Comparada con las generales de junio de 2015, cuando votó el 72,95% del padrón, la caída es muy marcada: son casi 200 mil personas menos. Entre el frío y la apatía, Rosario protagonizó la jornada con menos participación del año en todo el país.
 
"Las ideas no se matan, las ideas no se censuran, las ideas no se proscriben", dijo Monteverde en una clara alusión a Cristina Kirchner, en el cierre de la noche y ante una fervorosa militancia. La líder del PJ también la saludó. "Me comuniqué con el compañero Monteverde que logró una gran victoria en Rosario. Mis felicitaciones a los compañeros y compañeras del peronismo santafecino por la excelente elección que hicieron también en otras ciudades del interior provincial", publicó CFK en su cuenta de Twitter.
 
El candidato invitó a los postulantes peronistas que compitieron por afuera "a sumarse a este espacio, porque si hubiéramos ido juntos esta elección la ganábamos por más de 10 puntos". Y vaticinó que "en dos años la ciudad cambia. Van a intentar dividirnos, pero tenemos que mantenernos juntos, dejar de lado lo que nos separa y seguir construyendo esta fuerza". Lanzó también que "Rosario votó sin miedo", en alusión al nombre que alcanzó en principio la unidad de Ciudad Futura con el Movimiento Evita, en 2023, antes de ampliar la alianza a todo el Partido Justicialista.
 

29-06-2025 / 11:06
Usar el aparato del Estado contra quienes piensan distinto se convirtió en moneda corriente desde que asumió el prescindente Javier "el Loco" Milei. En la rama de la cultura y arte, esto se vio en los destratos y operetas que montaron en contra de Mariana "Lali" Espósito, por poner un ejemplo.
 
Pero ahora, este odio hacia sectores opositores dio otro paso cuando Jazmín, apodada "La Cuerpo", contó que fue denunciada por la mismísima secretaria de la Presidencia de la Nación, "la Recaudadora" Karina Milei, por su hitazo "Señor Presidente", en el cuál ironiza sobre el desprecio que los liberatarios tienen hacia la comunidad LGBT siendo que, la hermana del mandatario luce como una "travesti", según dice Jazmín en esta canción.
 
La artista trans Jazmín La Cuerpo sacó este tema picante donde hacía una crítica a Javier Milei haciendo referencia a su hermana Karina, de quien dijo que parecía una travesti. En las últimas horas se confirmó que la Secretaria General de la Presidencia de la Nación demandó a la artista por la suma de 20 millones de pesos.
 
Jazmín contó que su abogado le explicó que la demanda de Karina Milei es por lucrar con su imagen, por lo que la artista explicó que no era así. Pero además hizo referencia directa al monto que le reclama y aseguró que ni parándose en la ruta 10 años junta los 20 millones de la demanda.
 
Se ve que la viralización del corto llegó a oídos de los principales funcionarios y avanzaron con una contundente denuncia contra la influencer trans. "Esta mañana el equipo de Karina Milei se comunicó conmigo tras la repercusión de mi canción viral", reveló vía Instagram.
 
"Te preocupan los niños y ella anda asustando como la monja de El Conjuro, amor", dice otro fragmento de la ahora censurada canción. Por el momento, se desconoce el avance de la causa, pero "La Cuerpo" se mostró muy angustiada y aseguró que la multaron con 20 millones de pesos: "No tengo palabras. Yendo a lo de mi abogado. Me desayuné esto", fue lo último que dijo en redes.
 
La Opinión Popular
 

28-06-2025 / 11:06
El gobierno de Javier "el Loco" Milei es un desastre. El riesgo país no bajó de los 700 puntos y la categoría como país deudor no subió del "standalone", el grado más bajo y prohibitivo de los países que piden prestado. Y hay déficit comercial de más de cinco mil millones de dólares y el Banco Central no consiguió aumentar las reservas. El plan económico hace agua, el crecimiento de la conflictividad social se evidencia en las calles de la ciudad con manifestaciones todos los días, pero el gobierno mantiene expectativas en las próximas elecciones, en Córdoba, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires.
 
No hay nada para festejar. El gobierno tiene que dibujar índices, como el crecimiento del PBI, que en realidad no llegó a un punto desde que asumió. O un aumento trucho del consumo, donde en el decibel más alto de la sociedad aumentó el 13 por ciento, pero en la base de la pirámide se redujo 12 puntos.
 
Hay gente que todavía cree en este agujero negro, al punto que sus candidatos disputan el gobierno de Rosario y se disponen a hacerlo en la provincia de Buenos Aires. Pero los mercados no se dejan llevar por ilusiones. Y empezaron a retirarse del carry trade. El Gobierno apenas pudo renovar el 40 por ciento del capital. Y lo demás habrá que ver. Son alrededor de seis billones de pesos.
 
La decisión de Morgan Stanley de mantener a la Argentina en el grado "standalone" hizo caer la confianza en el plan financiero. El único plan real ha sido el financiero, similar al del macrismo, alimentado con más y más deuda externa. Lo demás es destrucción de la economía popular y del aparato productivo, entre los esfuerzos mancomunados de los ministros Luis Caputo y Federico Sturzenegger.
 
Levantaron el cepo, pero mantuvieron pisado el dólar, con lo cual el país perdió cuatro mil millones de dólares de los que les dio el FMI. Y ahora le ruegan que les suelte dos mil más. El Fondo les contesta que deben levantar el cepo, pero liberar el dólar, lo que implicaría otra devaluación previa a las elecciones de octubre y los libertarios no quieren.
 
"La macro está para el tuje y la micro es una tragedia social", describió Cristina Kirchner la situación económica en el mensaje que envió desde su detención domiciliaria al 52 Congreso del gremio bancario.
 
El gobierno exhibe el famoso superávit que consiguió quedándose con plata de las provincias, congelando la obra pública, saqueando a jubilados y empleados públicos y destruyendo el dispositivo público de salud, educación, cultura y ciencia.
 
La Cámara de la Construcción informó que cada año que pasa, el parque de infraestructura del país, rutas, puentes, redes de agua, saneamiento, hospitales, escuelas, pierde valor a razón de 25 mil millones de dólares anuales.
 
El gobernador bonaerense Axel Kicillof exigió que le cedan las autopistas nacionales, para terminar algunas y mantener otras. La economía de las provincias depende de esos caminos. El gobierno no reparte el impuesto que está destinado por ley al mantenimiento y construcción de nuevas rutas.
 

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