Nacionales - 14-10-2017 / 11:10
Euforia en el Coloquio de IDEA: De Eliminados a Campeones
En Mar del Plata, los mismos empresarios que compraban dólares antes de las PASO de agosto cuando parecía que el huracán CFK arrasaba en las urnas y conducía imparable al populismo a la victoria en 2019, un par de meses después, la elección de octubre se toma como un trámite, se habla de reelección y de 20 años de continuidad por delante para consolidar un proyecto, como lo soñaron a su turno Néstor Kirchner, Hugo Chávez y antes que ellos, el majestuoso general Leopoldo Fortunato Galtieri.
"Adonde vayas siempre estaremos/hasta ganar la copa no paramos...", era como la letanía de estribillo tribunero que trascendía las paredes del Sheraton de Mar del Plata, colmado de una barra oficialista integrada por los gobernantes del Pro, empresarios, ejecutivos y sindicalistas invitados por IDEA al 53 Coloquio.
Superado el susto por el huracán Cristina de agosto, que los sorprendió a muchos comprando dólares y sacando pasajes en el arca de Noé, ya la inflación estructural, el desequilibrio fiscal mayor al heredado, el rojo comercial y el peligroso nivel de endeudamiento externo que ilumina hasta el fuego amigo, pasaron de largo.
Tampoco se registraron dos alertas tempranas casi simultáneas provenientes de Buenos Aires: el INdEC anunció el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que tres meses antes de cumplirse el año sentencia el desborde definitivo de la meta presupuestada.
Significa la prematura derrota de la política monetaria implementada desde el Banco Central, a un costo de sobretasas de Lebacs que repartió pingües ganancias por las bicicletas "carry trade" en la City y apareó el déficit cuasifiscal al fiscal.
Desde la Recoleta, la convención de la calificadora de riesgo Moody´s recuerda que Argentina sigue en zona de descenso en la ponderación de los inversores, ya que aún se encuentra calificada como "B3", o sea en el peldaño 16 de los 21 que tiene en total la escalera de la agencia, por más que los números le puedan estar dando mejor que a otras que se encuentra más arriba dentro del nivel B.
Reconocen que haber ganado la elección es un paso importante, pero están expectantes de lo que sigue. Y lo que viene son los tarifazos frenados hasta después de las elecciones, a los que aguarda una inflación núcleo superior al 20%.
No hay que ir más lejos de las planillas del INdEC para comprobar que el mes más bajo del remozado IPC macrista fue agosto de 2016, con un 0,2%, cuando la Justicia hizo dar marcha atrás con los aumentos del gas dispuestos para julio.
La administración Macri aún tiene pendiente pasar a la calificación de país emergente para lo cual necesitará de mucho más que brotes verdes, Habrá que ver también como una suba de la tasa de la Reserva Federal afecta el costo de la deuda y la ilusión de recibir inversiones.
Importante recordarlo: Fernando De la Rúa también prometió un investment grade, según Clarín y según La Nación.
Vamos a qué sucede en 2017:
El coloquio de IDEA, en Mar del Plata, se convirtió en el escenario de cierre de campaña de Cambiemos entre el que se tiene por su público natural, el empresariado, que festejó por anticipado la elección de la otra semana, sin prestarle demasiada atención a los indicadores de la economía con los que se llega al medio término, déficit fiscal empinado, inflación núcleo superior al 20% anual y un crecimiento desmesurado del endeudamiento externo que completa el círculo.
De algún modo se trata de una euforia similar a la que embargó a los protagonistas del seleccionado argentino (dirigentes, cuerpo técnico, jugadores) cuando clasificaron casi milagrosamente para el Mundial, no sólo porque se iluminó Messi e hizo tres goles a Ecuador, sino porque apenas 4 días antes no le había podido ganar de local a Perú, ni un mes antes a Venezuela, y de no haber sido porque el jueves pasado Paraguay daba vuelta, increíblemente, en tiempo de descuento el partido contra Colombia, con lo cual se le alinearon los planetas en forma inesperada a la blanquiceleste para sellarle el pasaporte a Rusia 2018, otro hubiera sido el cantar.
La alegría, el alivio, mutaron rápidamente en la misma soberbia de siempre, la que condujo a la instancia crucial de quedar de cara a la eliminación y, con un ataque de amnesia, se dio rienda suelta al delirio que hace dar casi por sentado que de la mano de Messi tomarán el Kremlin y alzarán la copa del Mundo.
En Mar del Plata, acaba de ocurrir algo análogo: los mismos que compraban dólares antes de las PASO de agosto cuando parecía que el huracán CFK arrasaba en las urnas y conducía imparable al populismo a la victoria en 2019.
Un par de meses después, la elección de octubre se toma como un trámite, se habla de reelección y de 20 años de continuidad por delante para consolidar un proyecto, como lo soñaron a su turno Néstor Kirchner, Hugo Chávez y antes que ellos, el majestuoso general Leopoldo Fortunato Galtieri.
Pura coincidencia, en paralelo con el coloquio de los globos amarillos agitados en Mar del Plata por los hombres de negocios del que están pendientes los que llevan tajadas de las inversiones, la calificadora de riesgo Moody's llevaba a cabo en el hotel Four Seasons Buenos Aires su 14° Convención anual, a la cual prestan especial atención precisamente los potenciales inversores.
Como en el fútbol, el entusiasmo mutuamente contagiado entre los funcionarios del gobierno que coparon el encuentro y la nutrida concurrencia, compuesta por empresarios y también sindicalistas, que los aplaudía como si fueran héroes hacía modificar la letra de uno de los clásicos cánticos de tribuna y avisar que "hasta el investments grade no paramos". Es como el cetro de la fertilidad para recibir inversiones con que las consultoras que ofician de jurado internacional cuelgan a los países altamente recomendables.
Desde la Recoleta, casi como si se tratara de una respuesta, el jefe de la agencia organizadora de la convención, Gabriel Torres, advirtió que aún nos faltan "6 ó 7 escalones" para llegar al grado de inversión.
Para situarse en una ponderación más realista que la emocional que suelen traer los rebotes de estados extremos de pánico, como en agosto podría haber sido barridos por la ola kirchnerista o en el fútbol sentirse afuera del Mundial, al día de hoy el riesgo argentino está calificado por Moody´s en el escalón 16 de los 21 que tiene la escala de la agencia. Es "B3", que equivale al "grado especulativo".
Antes de haber arreglado el conflicto con los holdouts por la deuda en default, estaba en el descenso, "Caa".
Torres destacó en varias oportunidades que Argentina tiene mejores números que el promedio de los países calificados con la letra "B" y debería más arriba de la actual "B3" pero tiene debilidades institucionales que le juegan en contra. Como en las películas, cualquier parecido con el seleccionado, la AFA, la Conmebol y la FIFA es pura coincidencia.
Aún así, los mandatarios de los inversionistas que les toman examen a las economías que pertenecen a la comunidad financiera internacional reconocen la importancia de lo que aún no sucedió pero todos dan por sentado: "El resultado de las elecciones, que va a dar una idea de lo que el Gobierno puede hacer; los anuncios que haya luego de las elecciones; los resultados económicos y fiscales casi finales para 2017; y el presupuesto aprobado. Como Argentina tienen una perspectiva positiva, de todos los escenarios posibles el más probable es que se aumente la calificación, aunque no es seguro", tal como lo expuso el economista de Moody´s.
De todas formas, excesivo endeudamiento con deficiente inversión es una química que no convence a las calificadoras de riesgo cuando analizan las perspectivas del país. Mauro Leos, gerente de análisis crediticio de Moody´s, advirtió que la Reserva Federal de USA "está comenzando a apretar" por lo que es previsible que más pronto que tarde termine elevando las tasas de interés, que vienen en un nivel muy bajo desde la crisis de las hipotecas subprime en 2008.
Habría que avisarle al ministro de Finanzas Luis Caputo porque encarecerá la deuda que la Argentina tiene previsto emitir en 2018, aunque no agotará la posibilidad del país de obtener capitales para financiar su abultado déficit fiscal.
A la vez, una suba en la tasa de interés generaría un mayor direccionamiento de los flujos de capital hacia Estados Unidos y una reducción del desembarco de capitales en las economías emergentes.
El analista senior de Moody's, Torres, resaltó de todos modos las mejoras en la economía argentina, debido a que el país crecerá por 2do año consecutivo: 3,5% el próximo año, pero insistió en la necesidad de bajar el déficit fiscal, al que calificó como "la gran deuda", ya que "a finales de 2017 será del 5 % y el proyectado para 2018 es del 5,5 %, lo cual se explica por la "falta de ingresos que tiene el país a pesar de que bajaron sus gastos". Reflexionó que si la idea es bajar más, después de los 2 puntos pretendidos, habrá que pensar en otra forma de hacerlo.
De festejo
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, quizá arrastrado por el triunfalismo transmitido en el coloquio, descartó que se vayan a hacer las reformas laboral e impositiva de fondo y, como en el estallido de ansiedad y angustia contenidas antes del partido de los jugadores del seleccionado tras lograr la clasificación en Quito, denostó a los economistas, a los que afortunadamente no trató de p... emulando los cantos en el vestuario de Messi y compañía pero contra el periodismo.
Una vez finalizados los conteos y dado rienda suelta a la algarabía por el resultado de la elección, habrá llegado el momento de definir la gran señal económica de fin de año: si el IPC terminará abajo del emblemático 20% tras haber incubado hasta setiembre 17,6%.
El ex titular de Estadísticas Económicas del INDEC y director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de Universidad de Belgrano, Víctor Beker, lo repite hasta el cansancio: el único modo sería postergar la suba de tarifas.
Lejos de ser una profecía, surge de mirar los índices y verificar que en el mandato macrista, el mes más bajo de inflación fue agosto de 2016, con un 0,2%, cuando la Justicia hizo dar marcha atrás con los aumentos del gas dispuestos para julio.
Lo cierto es que las fuertes alzas autorizadas posteriormente en los servicios públicos, en gran parte, no redujeron subsidios ni tampoco aliviaron el déficit fiscal. Sólo engordaron las arcas de las empresas que las percibieron.
El rubro vivienda, agua, luz, gas y otros combustibles correspondiente a GBA (Capital Federal y Gran Buenos Aires), que incluye alquileres, expensas, y tarifas de AySA, Edenor, Edesur, Metrogas y Gas Natural BAN, además del precio de naftas y gasoil, tuvo una variación del 46,3% entre septiembre de este año y el mismo mes del año anterior, y es el que más subió en ese lapso.
Para seguir la cadena de los aumentos, si se toma de setiembre de 2016 a setiembre de 2017, en un plano más abajo vienen comunicación (36,1%), educación (30,9%) y salud (28,4%), que reflejan a su vez los aumentos registrados en telefonía, escuelas privadas, medicamentos y cuotas de prepagas.
Para el mismo período, el nivel general de precios al consumidor verificó un incremento del 24,3%, según el informe publicado ayer (13/10) por el INdEC.
El cálculo que al respecto publica en Ámbito Silvia Pecco es que, de setiembre a setiembre, los hogares de consumo medio debieron absorber facturas que contenían el traslado a tarifas de las alzas autorizadas para el gas en octubre de 2016 que, con las de abril, llegan hasta el 250%, tanto por el precio reconocido en boca de pozo como por la mejora en márgenes de transportistas y distribuidoras. En electricidad, el incremento se concentró entre febrero y marzo de este año y significó en total un alza de más del 100%.
En cuanto a los combustibles, en 2016 los incrementos se concentraron en los primeros meses, así que en la comparación interanual sólo se consideran las subas de este año que, hasta ahora, rondan un 15% para naftas y un 12% para gasoil. Para AySA el aumento fue del 23% en mayo de este año.
Sin embargo, los incrementos en tarifas y combustibles no son considerados suficientes por el sector petrolero o distribuidor de la energía. El sucesor del ministro de Energía Juan José Aranguren en la silla de Ceo de Shell, Teófilo Lacroze, advierte que hay desafíos que deben ser completados para que Vaca Muerta pase de los 130 pozos actuales a los 1000 proyectados por año.
Ya mejorados los precios en boca de pozo y a la cadena de valor y flexibilizados los convenios para bajar el costo laboral, ahora van a la carga por un régimen tributario que facilite las inversiones a plazos superiores a los 30 años, lo cual "implica la posibilidad de tener una amortización acelerada y de un cómputo diferenciado del IVA, entre otros aspectos. Esa adecuación ya está siendo discutida con las autoridades del área (la expectativa es que pueda ser tenida en cuenta en la reforma impositiva integral), del mismo modo que empezó a revisarse el Impuesto a la Transferencia de Combustibles".
Deben ser los casos por casos sectoriales a los que aludía el viceministro coordinador Mario Quintana cuando descartó reformas económicas de fondo.
Lacroze indica que hay que seguir trabajando para mejorar la productividad, ya que las adendas acordadas con el gremio petrolero dieron un marco legal positivo, pero aún hay que lograr que su aplicación sea más efectiva, en cuanto a que faltan reducir tiempos no productivos que hoy restan margen a los proyectos.
Pero las condiciones no terminan ahí: que es prioritario mejorar la infraestructura y los servicios y en tal sentido ya se comenzó a planificar el tendido de una línea ferroviaria desde Bahía Blanca que facilite el envío de insumos para la exploración, así como la salida del shale gas a futuro.
Lo positivo que reconoce es la mejora de "nuestra curva de aprendizaje frente a los desarrollos que tenemos en EE.UU. Lo que allá nos requiere 50 pozos, acá se consigue el mismo resultado con 20, porque podemos aplicar mejoras en los procedimientos de exploración en tiempo real", reconoció Lacroze.
Por RUBÉN CHORNY Periodista. Columnista de Urgente24.
Fuente: Urgente24