Nacionales - 15-08-2017 / 09:08
EL GOBIERNO OPERA EL RESULTADO EN SU PROPIO BENEFICIO
Burda manipulación de Cambiemos con los votos en Buenos Aires y Santa Fe
FUERTES OBJECIONES A LA ESTRATEGIA ELECTORAL OFICIAL. Avanzan las críticas al freno impuesto por el Gobierno de Macri al recuento de votos cuando el 95,68% de las mesas habían sido escrutadas y la tendencia favorecía a Cristina. Aún resta contabilizar distritos claves donde Unidad Ciudadana sacaba amplia diferencia.
Los comicios del domingo tuvieron un manchón oscuro que lo produjo el gobierno de Mauricio Macri intentando manipular los resultados en Buenos Aires y Santa Fe. En Santa Fe paró el conteo durante horas. Cuando lo retomó, se corroboró lo que se quería ocultar o diferir: que el peronismo sumaba en su interna más votos que Cambiemos. En Buenos Aires fue peor. Los datos se fueron volcando de modo capcioso intentando distraer a la opinión pública, haciendo creer que Esteban Bullrich vencía cómodamente a Cristina Fernández.
Con poco más del 95% del escrutinio realizado, Cambiemos aventajaba a Unidad Ciudadana por 0,08%, lo que en números representa solo 6.915 votos. Con más de 400.000 sufragios todavía por definir, esta cifra puede darse vuelta fácilmente, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayor parte de los votos por contar provienen de distritos que decidieron en forma mayoritaria por Cristina.
Al anunciar la interrupción del escrutinio en Buenos Aires, el gobierno de Macri proclamó que el resultado era un "empate técnico" y que el desenlace recién se conocería con el escrutinio definitivo, que la Cámara Nacional Electoral terminará en más de diez días. El escrutinio definitivo mostrará la victoria de Cristina, por lo que no podria hablarse de fraude, pero la noticia carecerá del impacto que hubiera tenido ayer.
Los responsables políticos directos de la tramoya fueron el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el Correo en manos del ultramacrista Jorge Irigoin (directivo histórico de la empresa SOCMA, de la familia Macri), el ex director nacional electoral hasta 2015, Alejandro Tullio, y la polémica empresa española INDRA, que soporta graves sospechas de fraude y corrupción en su país de origen.
El control de las operaciones de Irigoin y compañía está en manos del juez electoral Juan Manuel Culotta, compañero de estudios en el colegio Cardenal Newman del presidente Macri, de su secretario legal y técnico Pablo Clusellas y de su asesor principal José Torello, y amigo de infancia del abogado personal del presidente, Alejandro Pérez Chada.
El artilugio electoral y la opereta mediática del Gobierno, con bombos y platillos festejando el triunfo sin poseer los resultados finales, tiene una clara intención de polarizar la elección entre macrismo y cristinismo, para que el votante tenga que decidir entre dos opciones, intentando borrar las demás alternativas a votar que se presentan en los comicios.
Mientras el país se encamina hacia la verdadera elección, que será el 22 de octubre, la del domingo permite una constatación más importante que las cifras del escrutinio: con el discurso de la transparencia, el gobierno de Macri intentó adulterar el mensaje del pueblo. Estas groseras maniobras tienen consecuencias sobre millones de votantes que consideran el sufragio una forma de cambio, condena o esperanza en que vengan tiempos mejores.
La Opinión Popular
Crece el escándalo por el escrutinio bonaerense
El papelón por la falta de datos certeros sobre el resultado de las PASO del pasado domingo en la Provincia de Buenos Aires sigue sumando críticas de todo el arco político. La decisión oficial de frenar el recuento provisorio cuando el 95,68% de las mesas habían sido escrutadas, y en momentos en que la tendencia favorecía claramente a la expresidenta Cristina Kirchner, ha despertado sospechas sobre la postura tomada por Cambiemos.
Ayer, la estrategia ideada por el oficialismo para aparentar un triunfo electoral en suelo bonaerense quedó desarticulada, tras conocerse la decisión del Gobierno de cargar los datos casi totales de los distritos que lo favorecían y retener para el recuento definitivo casi un 10% de las mesas de las localidades con mayor cantidad de habitantes en donde Unidad Ciudadana (UC) sacó una amplia ventaja por sobre Esteban Bullrich.
La oposición en conjunto salió a cuestionar la jugada política de Cambiemos. Así, señalaron que los trucos usados en el Correo Argentino para no cargar los telegramas que perjudicaban al armado oficial "demuestran la manipulación realizada por el Gobierno para fingir una victoria que los números finales muestran a las claras que no sucedió".
Vale recordar que esta polémica se da luego de las críticas realizadas a la empresa Indra por la falta de garantías exhibidas para realizar el escrutinio. A eso se le suma que el Correo está dirigido por el exdirectivo del Grupo Socma, Jorge Irigoin, una persona del riñón del Presidente Mauricio Macri y su padre Franco Macri, lo que activa todo tipo de sospechas desde sectores opositores.
Sin cómputos
Con poco más del 95% del escrutinio realizado, Cambiemos aventajaba a Unidad Ciudadana por 0,08%, lo que en números representa solo 6.915 votos. Con más de 400.000 sufragios todavía por definir, esta cifra puede darse vuelta fácilmente, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayor parte de los votos por contar provienen de distritos que decidieron en forma mayoritaria por Cristina Kirchner.
Algunos casos sirven claramente para demostrar la táctica usada por el oficialismo para preservarse de títulos mediáticos que evidenciarían una derrota en suelo bonaerense. Tal es el caso de La Matanza, el partido más poblado de la Provincia, en el cual el resultado provisorio le da una ventaja a UC del 22,3%, y donde aún restan por contabilizar 168.173 votos.
Esta situación puede verse en Berazategui, territorio gobernado por Juan Patricio Mussi: allí, solo se han escrutado el 90,92% de las mesas y la exmandataria le saca más de 25.000 votos de diferencia a Esteban Bullrich. Una imagen similar se observa en otros distritos como Lomas de Zamora y Florencio Varela, ampliamente favorables a UC, donde faltan definirse el 8% de las mesas. En la vecina localidad de Ensenada, que gobierna Mario Secco y donde el armado de Cristina Kirchner ganó por goleada, aún resta escrutarse el 10% de las mesas.
Otros distritos altamente poblados y propicios a la oposición en los que aún falta computar gran cantidad de mesas son Malvinas Argentinas (9,2%), Ezeiza (7,27%), José C. Paz (6,14%), Moreno (6%), Merlo y Almirante Brown (5%), con lo cual las esperanzas de Unidad Ciudadana de conseguir un triunfo se agrandan a cada paso.
Por el otro lado, mayoritariamente en las ciudades donde ganó Cambiemos el promedio de mesas escrutadas es superior al 95,68%, donde se frenó la elección provincial. Incluso, en muchos de ellos el porcentaje final llega a la totalidad de los votos, como son los casos de Arrecifes, Balcarce, Bragado, Carlos Casares, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Daireaux, General Alvear, General Guido, General Lamadrid, General Lavalle, General Villegas, Hipólito Yrigoyen, Laprida, Lobos y Maipú, entre otras.
En localidades en las cuales el oficialismo resultó victorioso el porcentaje de votos escrutados también fue muy alto. Eso puede verse en ciudades como Azul (99,4%), Baradero (98,7%), Brandsen (98,5%), Mercedes (99,3%), Chacabuco (99,2%), Junín (99,1%), Partido de la Costa (98,4%), General Madariaga (98,1%) y Dolores (97%), entre otros casos que demuestran la manipulación de los datos oficiales por parte de Cambiemos.
Cabe destacar que los votos que faltan contar tienden a un mayor crecimiento de Unidad Ciudadana que de Cambiemos, ya que la mayoría de ellos han sido favorables a Cristina Kirchner y esquivos al oficialismo, además de tratarse de los distritos con mayor densidad poblacional y que pueden mover el amperímetro electoral.
Fuentes: Hoy en la Noticia, Página12, Perfil, Urgente 24, La Izquierda Diario y La Opinión Popular