La Opinión Popular
                  10:13  |  Viernes 26 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
Recomendar Imprimir
Nacionales - 22-02-2017 / 09:02

Cristina se esconde por el tema Milani

Cristina se esconde por el tema Milani
Cristina se esconde por el tema Milani.
César Milani, el jefe del Ejército designado por Cristina Fernández de Kirchner, ha sido detenido bajo sospecha de haber cometido crímenes de lesa humanidad.
 
Eso quiere decir que un juez -más de uno, si se suma la imputación en una causa paralela-cree que existen serias sospechas de que Milani contribuyó al secuestro y la tortura de al menos dos detenidos, y a la desaparición de otro.
 
La ex presidenta ya había sido advertida de que eso era así por familiares de las víctimas, por programas periodísticos, por algunos de los pocos dirigentes de derechos humanos que mantuvieron su independencia en la última década, e incluso por un organismo de derechos humanos muy cercano a su Gobierno. Pero dejó a Milani en su puesto.
 
Ahora que fue detenido, Cristina no dice nada. No pide disculpas, no defiende a su ex colaborador.
 
Nada.
 
Ella, que tuitea cada dos por tres, que habla hasta por los codos, que presume de su coraje, no explica nada.
 
Se esconde en el silencio.

 
El silencio, en su caso, es un método, una herramienta a la que suele apelar en determinadas circunstancias.
 
El miércoles se cumplen cinco años de la tragedia de Once. 52 trabajadores fallecieron en medio de los escombros de un accidente que podría haberse evitado si la ex presidente hubiera prestado atención a las infinitas advertencias de los organismos de control, o a las repetidas rebeliones de usuarios -por las que su ministro estrella, Aníbal Fernández, acusaba sin pruebas al Partido Obrero, a Pino Solanas, al Pollo Sobrero-, o a los informes de los medios de comunicación, que mostraban como se viajaba cada día. O si hubiera pedido que dejaran de robar, como era evidente para cualquiera que revisara los números.
 
El país estaba estremecido por las imágenes, los cuerpos inertes, los hierros retorcidos, las historias de las víctimas. Pero durante cinco larguísimos días, Cristina no dijo nada, no explicó nada.
 
Se escondió, otra vez, en el silencio.
 
Y cuando regresó de él, fue peor lo que se pudo ver. Vamos por todo, dijo desde una tribuna, cuando aun algunos cuerpos no habían recibido sepultura.
 
Los ejemplos no terminan ahí.
 
El 30 de diciembre de 2004, ocurrió uno de los episodios más terribles de la historia argentina. Una disco se había incendiado. Doscientos chicos murieron calcinados. Las bolsas negras con los cadáveres se apilaban en la vereda, mezcladas con los rostros desencajados, atónitos, shockeados de los familiares y de los amigos de los muertos, algunos de los cuales habían entrado y salido varias veces del local para rescatar a quienes pudieran. Néstor y Cristina estaban de vacaciones en Calafate. No solo no volvieron -hubiera sido un acto de piedad, eran los líderes de un país lastimado-, sino que tampoco compartieron un mensaje de luto desde su lugar en el mundo. Al regresar, Kirchner se mostró muy fastidiado, pero no con la organización del evento, o con su aliado, el jefe de Gobierno, sino con el periodismo, que había destacado su ausencia, su silencio.
 
Ese silencio es un método pero también responde a un patrón muy evidente, donde las víctimas que molestan son abandonadas y, a veces, maltratadas.
 
Esa crueldad es la peor cara del caso Milani y tal vez por eso Cristina no aparece. Cualquiera de los integrantes de las organizaciones de HIJOS debería hacerse una pregunta tan simple como humana: ¿qué hubieran sentido si el promovido a Jefe del Ejército hubiera sido aquel que ellos acusaban por haber asesinado a sus padres? Y si decidían denunciar la injusticia, ¿que hubieran sentido si sus compañeros los aislaban porque obedecían la orden de castigar el gesto de desobediencia? ¿qué hubiera dicho, por ejemplo, Juan Cabandié si le tocaba a él y no a otros?
 
Esas sencillas preguntas les habrían permitido entender el destrato y la humillación que estaban sufriendo otras víctimas, con tanto derecho al respeto como ellos. Pero las víctimas a veces, quizá con cierto derecho, también son crueles con otras víctimas. Porque había documentos, y había testimonios, pero, lo más doloroso, es que había víctimas que pedían Justicia. Marcela Brizuela, la mamá del soldado Ledo, era la presidente de Madres de Plaza de Mayo filial La Rioja. ¿Por qué la ofendieron así? ¿Por qué no le dieron explicaciones? ¿Por qué Hebe de Bonafini no le atendió más el teléfono? ¿Por qué Martin Sabbatella despidió del Afsca a su abogada, una militante de toda la vida? ¿Por qué nadie reaccionó ante la obscena foto entre Bonafini y Milani? ¿Cómo aceptaron todos sin chistar que uno de los principales colaboradores de CFK, Guillermo Moreno, se asociara con Milani, un acusado de torturar y desaparecer personas? ¿Tanta era la obediencia, la ceguera, que les impedía distanciarse de un sospechoso de haber torturado y secuestrado mientras acusaban a cualquier crítico del Gobierno de haber sido cómplice de la dictadura?
 
Hay un corazón helado detrás de todo esto.
 
O muchos.
 
Esos mismos criterios se aplicaron en la tragedia de Once, con agravantes, porque las víctimas abandonadas eran muchas más y la causa de la tragedia anidaba en el corazón mismo del Gobierno. No se trata de una mera opinión. El caso ya fue juzgado en tres niveles distintos de la Justicia. El fiscal de primera instancia fue Federico Delgado, uno de los investigadores más activos de los enjuagues de Mauricio Macri. Participaron jueces de distintos fueros y, a veces, enfrentados entre sí. Las condenas se conocieron apenas días después de la asunción de Macri. La conclusión fue unánime: la tragedia de Once fue producto de la corrupción en el más alto nivel.
 
Cristina no solo hizo silencio en esos días. No solo dijo vamos por todo el día que reapareció. No solo hizo chistes al inaugurar una estación ("terminemos rápido porque viene un tren y nos lleva puestos"). Sus colaboradores quisieron sobornar a los familiares: ofrecían, por ejemplo, pagar un pasaje para que un abuelo visitara la tumba de un nieto a cambio de una foto con un ministro. Y algunos de sus periodistas militantes intentaron que la tragedia cayera entera sobre el único trabajador involucrado en la cadena de responsabilidades. Otros agredían a los periodistas que, como tantas veces durante otros Gobiernos, visibilizaban la tragedia, no dejaban que se silenciara a las víctimas. El abogado que operó de manera evidente para que hubiera impunidad, Gregorio Dalbón, hoy es el abogado de Cristina.
 
Frente a la detención de Milani, silencio.
 
Frente a la tragedia de Once, silencio.
 
Esa cadena de silencios se disparó, por primera vez, luego de la tragedia de Cromañon, y excedió con creces a los Kirchner. Hasta Cromañon, ese sector social, ese colectivo que se suele denominar como 'el progresismo' -actores, escritores, periodistas, intelectuales, dirigentes de derechos humanos- había acompañado sin fisuras a las víctimas de la dictadura, a las de la AMIA, de LAPA, a los padres de María Soledad Morales, a las del 20 de diciembre de 2001. Pero Cromañon era otra cosa porque la tragedia podía debilitar a 'uno de los nuestros', el jefe de Gobierno Aníbal Ibarra. Los muertos eran pobres, no eran militantes, y entonces sus familiares fueron aislados, marchaban muy solos. Empezaron a aparecer solicitadas, se realizaron actos, donde se los acusaba de querer producir un golpe de estado contra Ibarra.
 
–Y si esto le pasara a Macri -le pregunté en esos días a un amigo que firmaba esos textos-¿vos estarías con los familiares en Plaza de Mayo o denunciarías un golpe de estado contra Macri?
 
Mi amigo fue sincero:
–-No, si esto le pasara a Macri yo estaría en la Plaza con los familiares.
 
Esa lógica es la que explica que a ese colectivo, Lopérfido o Gómez Centurión les produzcan más indignación que Milani. Si un extraño pronuncia una frase repugnante o, simplemente, cuestionable, se reacciona masivamente. Si uno propio es sospechoso de haber torturado, se calla, aunque 'la Jefa' lo promueva al máximo cargo militar. Existe en esta lógica una sensibilidad selectiva muy obvia y autodenigrante. Eso se verá mañana, a las 8.30, en el trágico anden de Once, cuando, una vez más, pocos artistas acompañen a los familiares.
 
Así son las cosas.
 
Hay muertos -los propios-cuyo nombre bautiza rotondas, puentes, escuelas, comedores escolares, ciudades, villas, gimnasios, calles, caminos, centros culturales, unidades básicas.
 
Y hay otros muertos, los molestos muertos de los otros, que solo merecen silencio. Hay víctimas a las que se les reconoce esa categoría y otras a las que se humilla.
 
Es un método. Responde a un patrón.
 
Pero, sobre todo, revela la existencia de un corazón helado.
 
O de muchos.
 
Por Ernesto Tenembaum Periodista
 
Fuente: El Cronista
 

Agreganos como amigo a Facebook
26-04-2024 / 09:04
En un hecho inédito en la historia nacional, Javier "el Loco" Milei será el primer presidente en funciones que "no es bienvenido" en el mega evento cultural que se realiza hace 48 años en Buenos Aires. Así lo indicó Alejandro Vaccaro, titular de la Fundación El libro, en sus palabras inaugurales. Dijo que "no hay plata" para pagar el evento en el cual Milei pretende presentar su libro. Además indicó que "concurrir a la feria este año representa un acto de rebeldía y de resistencia" contra "las políticas devastadoras que propone este gobierno" anarco capitalista.
 
Vaccaro procedió a explicar las razones por las cuales, más que echar él al presidente, el presidente se echó solo de la Feria del Libro. "No registra la memoria de nuestra feria que el gobierno nacional haya estado ausente sin un stand en este evento. La excusa de que la participación del Estado nacional en la feria implicaba una erogación de 300 millones de pesos no es otra cosa que una flagrante mentira. Después de una larga negociación, en la cual accedimos a todos sus requerimientos, aún así el Banco Nación decidió retirar, después de muchos años, su esponsoreo de la Feria, dejando trascender que la orden vino de arriba".
 
"Pero esto no es todo, luego de despreciar nuestra Feria, el presidente no se sonroja y pide participar en este espacio, cuya presencia está prevista para el próximo domingo 12 de mayo en la pista central de La Rural. Su participación en la feria, vidriera extraordinaria, implica una serie de erogaciones también extraordinarias que la Fundación El libro no puede afrontar".
 
Hasta una ironía (y mucho más graciosa que las del presidente en la Fundación Libertad) se permitió este hombre por lo demás muy solemne: "Señor presidente, se lo digo con una mano en el corazón: no hay plata. Por lo tanto, todo lo ateniente a su seguridad y de la gente que concurra a su evento correrá por su exclusiva cuenta, o lo que es peor, será un gasto extra para el tesoro nacional"
 
Así también declaró que "concurrir a la Feria este año representa un acto de rebeldía y de resistencia. Como nunca este espacio cultural activo será el eje central alrededor del cual girará el repudio de todas las fuerzas culturales a las políticas devastadoras que propone este gobierno". Vaccaro denunció "la abrupta pérdida del poder adquisitivo de amplias franjas de la población, el excesivo aumento de los alimentos y de todos aquellos productos de primera necesidad" que "tornan el consumo en cualquiera de sus formas en un lujo que muy pocos se pueden dar".
 
Destacó a su vez el impacto devastador de esta situación en la industria del libro "que se venía recuperando con mucha dificultad después de la oscura noche de los últimos años de la década pasada y de la pandemia" y dio datos para solventar sus expresiones: "en 2015 el país produjo 129 millones de libros para caer en 2018 a 26 millones. En 2023 y luego de la pandemia, las cifras llegaron a 48 millones de ejemplares. Este año la cifra final no se describe con números sino con palabras: será paupérrima."
 
Además, Vaccaro listó una serie de reclamos: "No al cierre del Fondo Nacional de las Artes. No al cierre del Instituto Nacional del Teatro. No al desguace del Instituto Nacional de Cine. No a la derogación de la ley 25.542 de defensa de la actividad librera. No a la negativa a comprar algo más de 14 millones de manuales escolares por parte del Ministerio de Capital Humano, que iban a ser entregados a las escuelas públicas". "Sí a la Universidad pública, gratuita e inclusiva."
 
La Opinión Popular
 

25-04-2024 / 09:04
El guarango presidente de la Nación, Javier "el Loco"  Milei, brindó un verdadero stand up en la cena anual de la ultra liberal Fundación Libertad, en la que por momentos provocó vergüenza ajena, inclusive entre los comensales que no podían creer lo que estaban escuchando. Milei se reencontró con Mauricio Macri, celebró su ajuste neoliberal feroz, hizo chistes groseros y bizarros (todos malos) y se burló de economistas y sectores opositores.

"¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a crecer como pedo de buzo", afirmó insólitamente Milei y se llevó los aplausos de los trolls rentados libertarios que estaban en la sala. Luego Milei apuntó contra Carlos Melconian
, de quien se burló con una imitación de su voz porque es crítico de su gestión: "se equivocó feo". "Qué quieren que les diga si había uno que decía no podés dolarizar si no hay fideos, no hay tuco... Es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error", aseveró Milei. Claro, la frase y el tono de Milei cayó mal en la gente y eso le molestó al Presidente: "Si los que están murmurando se comieron el verso, lo siento. Im So Sorry, la vida es así", completó.


El stand up de Milei fue insoportable. No cabe otra definición. Ya seguirlo por YouTube resultaba tortuoso. Imposible imaginar tener que verlo en vivo. Fue por eso que los medios afines al Gobierno anarco capitalista rápidamente lo sacaron del aire. Cuando no habían pasado ni 20 minutos del inicio, tanto TN como LN+ continuaron con su programación habitual. Las arengas libertarias de "el Loco" parece que van perdiendo rating.

Milei habló de su propio ajuste. Lo celebró repitiendo las mismas falacias e invenciones que viene diciendo desde el 10 de diciembre e incluso desde antes. En ese auto-elogio delirante, comparó a Luis Caputo y Patricia Bullrich con Lionel Messi, haciendo rechinar los oídos de más de uno. Milei ya camina sobre terreno resbaladizo. La prepotencia y los chistes malos tienen su lado "delarrúesco".
 
El discurso de este miércoles pareció hecho dentro de una burbuja de gas. Un discurso de casta, ajeno a la dura realidad que sufren las mayorías populares con el áspero golpe que ya representan los nuevos tarifazos. A una pobreza que se extiende de la mano de la recesión, por más que el presidente celebre el relativo enlentecimiento de la inflación.
 
En la cena de la Fundación Libertad, Milei eligió hablar de miles de cosas para no hablar de lo evidente: el enorme golpe político a su Gobierno que significó la masiva marcha universitaria. El presidente apenas musitó la frase "causa noble" para aludir elípticamente al reclamo que este martes llevó a un millón de personas a las calles de todo el país. Un golpe político que cambió de discurso, pasando de la prepotencia al lamento.
 
Este miércoles Milei habló como si viviera en una nube de gas. Esa arrogancia se vio muchas veces en la política argentina. Gobiernos civiles y regímenes militares completamente disociados de los intereses y deseos de las mayorías populares. El resultado, fue, muchísimas veces, la rebelión popular. La lucha en las calles. La emergencia de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre como actores combativos de un cambio profundo de la sociedad. La arrogancia de Milei pavimenta el camino en esa dirección.
 
La Opinión Popular

24-04-2024 / 10:04
La Marcha Federal Universitaria reunió a un millón de personas en todo el país. Fue en defensa de la universidad pública y desbordó las calles y avenidas porteñas transformándose en un hito de rechazo al irracional ajuste anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. Encabezados por docentes y estudiantes, cerca de un millón de personas en todo el país hizo naufragar el operativo represivo con el que amenazó la macrista Patricia Bullrich, que se quedó con las ganas de reprimir.
 
La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno libertariano de Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor.
 
El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como "héroes" que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.
 
El gobierno despreció esta marcha porque -dijeron- la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. "Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios", dijeron por la televisión. Y Bullrich la calificó de "rara". Defender la universidad gratuita que el gobierno quiere cerrar es "raro". Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.
 
Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.
 
La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza, Paraná y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.
 
Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. El Loco Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.
 
La Opinión Popular
 

23-04-2024 / 10:04
Finalmente, habrá que tomárselo en serio. El presidente Javier Milei es un loco. Por lo general, estas personas tienen una relación de literalidad con las palabras. No es broma cuando dice que quiere destruir el Estado. Ese es su objetivo y, a menos que el pueblo se lo impida, lo concretará con el ahogo económico más una campaña de desprestigio. El inaudito ataque a la educación y la universidad públicas intentan tapar el desastre económico. Hoy 23 de abril, Milei conocerá el juicio que las medidas de su gobierno están concitando en amplias franjas sociales, políticas, intelectuales y culturales. La mejor encuesta.
 
Milei, como es sabido, tuvo una carrera académica mediocre, incompleta y de irregular desempeño en entidades privadas, cuyos "logros" son hasta el momento desconocidos. Con su religión privatista y ultra individualista, odia a la universidad pública. Su saña contra las universidades públicas comenzó apenas asumió la presidencia, cuando repitió el presupuesto de 2023 para las casas de estudios. La Universidad pública está siendo amenazada por un grupo fanático, dotado de un liberalismo ultramontano, que ocupa circunstancialmente la Casa Rosada, ese reino actual de la improvisación, la insensatez y los intereses espurios vinculados a las clases más ricas de la sociedad.
 
Con una inflación anual cercana al 300%, el congelamiento del presupuesto significa una reducción del 72%, como lo afirma el último informe del Centro de investigación de la Economía Nacional (CIEN), instituto que monitorea los presupuestos universitarios. En lo que va del año, los docentes ya perdieron un 50% de sus ingresos, a lo que se agrega el desmantelamiento del Conicet y la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
 
A esa política de ahogo económico, se le suma la campaña de desprestigio. Con la letanía del "adoctrinamiento", Milei pretende deslegitimar una de las instituciones de mayor prestigio de la Argentina, con tres universidades (las de Buenos Aires, Córdoba y La Plata) en el podio de las 100 mejores universidades del mundo. Con esa insolencia típica de la ignorancia, impugna el supuesto "adoctrinamiento" socialista que aquejaría a estas últimas. Desde la nefasta dictadura cívico-militar genocida no se escuchaban semejantes idioteces y necedades.

Siendo un faro científico-cultural en toda la región, las universidades nacionales tienen su propio sistema de gobierno basado en la autonomía, la autarquía y el cogobierno, base del trípode de enseñanza, investigación y extensión que les legara la Reforma Universitaria de 1918. Por supuesto, un sistema que está muy lejos de imponer las verdades reveladas que inspiran al Presidente, una megalomanía que rinde culto a los próceres de la "neorreacción global" como Murray Rothbard y Von Mises, cuyo único objetivo es destruir el Estado.

Desde hace años, quienes defendemos las universidades públicas las defendemos en las aulas, en los laboratorios, en los claustros... Hoy nos toca defenderlas en la calle. Marchemos este martes 23 de abril todos por las universidades públicas. Habrá movilizaciones en todo el país protagonizadas por amplios sectores de la sociedad que defienden la educación pública. Y también contra la nueva Ley Ómnibus, la reforma laboral y el plan hambreador de saqueo y ajuste de la ultra derechista La Libertad Avanza
, que nos quieren pobres e ignorantes para manipularnos mejor.


La Opinión Popular

22-04-2024 / 10:04
Hace diez días se conoció el ranking universitario mundial QS 2024: entre las mejores 150 carreras del planeta, hay 28 de universidades argentinas. El jueves apareció otra lista, de la consultora británica Quacquarelli: la UBA quedó entre las 100 mejores universidades del mundo. Esa misma institución reconocida a nivel internacional, con más de 320 mil alumnos, hoy batalla junto a las 69 universidades e institutos universitarios del país por sobrevivir.
 
En esa lucha in crescendo contra la asfixia presupuestaria del gobierno de Javier "el Loco" Milei, el martes será un punto de inflexión. La Marcha Federal del 23 se convertirá en la primera movilización transversal contra el ajuste de la administración neoliberal libertaria que alcanza a todo: jubilados, pacientes oncológicos, comedores, científicos. Y universitarios. La movilización, de tintes históricos, será en todo el país, pero el epicentro estará en CABA. Bajo el lema "En defensa de la educación pública".
 
La asistencia está lejos de ser puramente universitaria: además de estudiantes, docentes y graduados, prometieron estar las centrales obreras (desde la CGT a las CTA), organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y partidos políticos. Dirigentes como Sergio Massa y Axel Kicillof confirmaron que marcharán. No solo el presente está en juego: si algo representa la educación, es el futuro y el desarrollo de un país.
 
La Marcha Federal convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores del país, "será inédita por esta unidad impensada 15 años atrás", declaró el titular del CIN, Victor Moriñigo. Y acotó: "Mientras eligen a universidades argentinas en el mundo, acá no financian la educación. Es muy raro. Todo el mundo nos pregunta por esto".

La posición del Ejecutivo fue de intransigencia. Un delirante Milei hablando de dar la "batalla cultural" contra el "adoctrinamiento" de las universidades públicas, y el ejército troll atacando al sector. El designado subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, lejos de buscar conciliación apoya la teoría ideológica del "adoctrinamiento". Álvarez dedicó las últimas horas a llamar personalmente a cada uno de los rectores de las universidades nacionales para que se bajen de la marcha. "Promete cualquier cosa con tal que nos bajemos
, está desesperado", relató uno de ellos.


Mientras Álvarez busca conciliar posiciones con representantes de las universidades, el presidente fue muy agresivo en redes sociales. Milei replicó decenas de posteos que insultan a la universidad pública. Milei pretende un país mucho más dependiente del capital extranjero, de EEUU y sus aliados: Gran Bretaña e Israel, donde aumente la precarización laboral, la pobreza y la ignorancia. Para eso necesita un modelo de educación pública donde cada vez sean menos los que puedan acceder y donde la educación universitaria se piense al servicio de los negocios de los grandes empresarios.

El ajuste universitario puede ser un punto de inflexión para el gobierno: una encuesta de esta semana de la consultora Zuban Córdoba señala que un 89,4% aseguró está "de acuerdo" o "muy de acuerdo" en que la educación pública "es un derecho que debe ser defendido". Y un 58,5% se mostró en contra de congelar el presupuesto de las universidades. Una Argentina que gira entre la crueldad libertaria y una crisis social al borde de estallar.

La Opinión Popular

NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar