Nacionales - 23-08-2016 / 09:08
La CGT se reunificó, criticó al gobierno de Macri y advirtió: "no permitiremos el giro a la derecha"
Carlos Acuña (izq.), reivindicó que "el único partido político que dignificó a los trabajadores fue el peronismo"; explicó que el movimiento sindical "no debe recibir más cachetazos, porque no es responsable de gobernar el país", y defendió "el modelo sindical" creado por Juan Perón y Eva Perón, que "está todavía vigente". Juan Carlos Schmid (der.) reivindicó la diversidad del Congreso cegetista. "La nueva conducción representará los intereses del pueblo trabajador. Se edificará un programa entre todos, porque tenemos mucho para decir", afirmó. Y denunció que el actual gobierno realizó "un viraje a la derecha". Señaló que esa derecha "viene en busca de las conquistas obreras y, por eso, hay que prepararse para que el regreso de las viejas recetas económicas no se transformen en una fogata social, por lo que también es responsabilidad de la CGT asegurar la democracia y la justa participación en el ingreso". Por su parte, Héctor Daer (centro) aseguró que el movimiento obrero "no permitirá que el gobierno nacional gire hacia la derecha" y rechazó las actuales políticas económicas oficiales.
A 8 meses de la asunción de Mauricio Macri, ocurrió lo inevitable en el movimiento sindical peronista: las tres vertientes de la CGT que coexistían desde hace cuatro años volvieron ayer a unificarse en una sola central. Eso sí, para dejar conformes a la mayor cantidad posible de sectores gremiales la nueva conducción será ejercida por un triunvirato integrado por el dirigente de Sanidad Héctor Daer, el portuario Juan Carlos Schmid y el estacionero Carlos Acuña.
La flamante conducción adoptó un claro perfil opositor. El gobierno conservador de los Ceos, propatronal por naturaleza, no deja mucho margen. Ayer, mientras se reunía la CGT, Macri insistía, más como empresario que como presidente, con el discurso PRO-Cambiemos de achacar la culpa de la baja competitividad al ausentismo y la falta de disciplina laboral de los trabajadores.
Los discursos de los triunviros de la nueva CGT fueron todos críticos al gobierno, incluyendo al de Acuña, representante de Luis Barrionuevo, que ya es mucho decir. El mismo Barrionuevo, que trató de arrimar el bochín a Macri, terminó jugando con Sergio Massa. Su cuñado, Dante Camaño, titular de los gastronómicos, había dicho que por primera vez en su vida se sentía "representado por un gobierno" (el de Macri), al mismo tiempo que miles de restaurantes cerraban en todo el país por la política económica. Para el que quiera seguir siendo sindicalista es difícil sostener ese lugar.
Por eso en la nueva estructura, el ala claramente macrista quedó fuera de la CGT. En ese mínimo e incómodo espacio que deja la política de ajuste se instaló el Momo Venegas con un grupo de pequeños gremios. La acción legal que interpuso Venegas contra la central obrera le entregó en bandeja un arma a Macri para discutir la legalidad de la CGT. Tampoco estuvieron en la reunión de ayer algunos de los gremios que conformaron el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) que tiene dos organizaciones importantes, como el SMATA y la Unión Ferroviaria.
Los combativos de la Corriente Político Sindical Federal representados por Gráficos, Bancarios, Farmacia y Televisión, entre otros, se retiraron del Congreso y renunciaron a los puestos que les habían ofrecido en la nueva conducción. Pero se quedaron dentro de la CGT. La convocatoria a un plan de lucha y a un paro general por 24 horas contra el gobierno de Macri, que fue el reclamo principal de este sector, no fue aprobado pero lograron instalar la propuesta.
La crítica más fuerte a la nueva conducción -incluso planteada por el Momo- es que del triunvirato, hay dos referenciados por Sergio Massa, lo que parcializa a la central. Como diputado, Daer está encuadrado en el bloque del massismo en el Congreso, y Acuña sigue a su mentor Barrionuevo que también se perfila para ese lado.
Es probable que por esta razón y para evitar profundizar las rispideces que puede producir este escenario, en un diseño de conducción todavía muy frágil, ninguno de los discursos de los tres dirigentes aludió a "la pesada herencia", a la interna del PJ o a críticas al gobierno de CFK y todos enfocaron sus dardos contra el gobierno de Cambiemos.
La Opinión Popular
SCHMID, DAER Y ACUÑA ASUMIERON LA CONDUCCION DE LA CENTRAL OBRERA CON UN DISCURSO COMBATIVO FRENTE AL GOBIERNO
Un triunvirato para defender las conquistas
En un congreso quedó aprobada la fusión de la CGT Azopardo, de Hugo Moyano, la CGT Alsina, de Antonio Caló, y la CGT Azul y Blanco, de Luis Barrionuevo. Los nuevos secretarios advirtieron que no permitirán que se pierdan conquistas.
"Entendimos que era necesario encarar en conjunto con toda la fortaleza del movimiento obrero para que quienes nos gobiernan entiendan que los trabajadores no nos rendimos ni nos van a doblegar. Al movimiento obrero no lo doblega nadie por más que quieran asustarnos", aseguró el camionero Hugo Moyano enviando un mensaje de Mauricio Macri frente a los miles de congresales que votaron una conducción tripartita, al despedirse de la secretaria general de la CGT en la que se mantuvo más de una década.
Tras cuatro años de fractura, la CGT Azopardo, la CGT Alsina y a CGT Azul y Blanca se fusionaron en una sola. Los tres gremialistas que encabezan la renovada CGT son el dirigente de Sanidad, Héctor Daer, el de la Federación Marítima Portuaria, Juan Carlos Schmid, y al de estaciones de servicio Carlos Acuña. Una porción de sindicatos que conforman dos espacios internos distintos decidieron no participar del cónclave para no validarlo.
"Estamos frente a un viraje hacia la derecha, y sabemos por dónde viene la derecha. Viene en búsqueda de nuestras conquistas y tenemos que prepararnos para que las viejas recetas económicas no se conviertan en una fogata social", arengó Schmid, ya ungido como uno de los tres secretarios generales que tendrá la nueva cúpula cegetista en la etapa que se abrió ayer en el estadio de Obras Sanitarias.
El dirigente moyanista fue duro en su discurso con el gobierno nacional, subrayando el malestar de los gremios con las políticas de ajuste, despidos y tarifazos. Daer se mostró en sintonía al destacar "la necedad de la política económica que claramente llevó a cabo este gobierno en detrimento de los sectores más vulnerables", y emuló la idea de que "los números tienen que cerrar con la gente adentro" al señalar "el mejor modelo económico es el que nos contiene a todos".
La jornada había arrancado temprano, apenas pasadas las nueve, cuando comenzaron a llegar los congresales a Obras Sanitarias. A diferencia de otros congresos de la CGT, hubo grupos reducidos de militantes sindicales en los alrededores del edificio, mostrando la buena organización de los sindicatos que priorizaron la realización de un encuentro sin estridencias y evitando posibles enfrentamientos internos.
Cerca del mediodía, luego de que dieran el presente los 1582 representantes de 124 gremios, se inició el congreso extraordinario con el que se mocionó la modificación el estatuto para acomodar la cabeza del consejo directivo y se pase de un secretario general a tres.
El camino recorrido por la CGT para llegar a la fusión duró cuatro años, desde su ruptura en 2011 con un fuerte enfrentamiento de Moyano con el kirchnerismo y su forzada candidatura para repetir un período más al frente. En los últimos dos años comenzó la idea de unificar nuevamente la central de los trabajadores. Luego fue "casi un acto administrativo la elección de la conducción", como lo calificaban ayer los sindicalistas.
Además de los tres cargos máximos se eligió al estatal de UPCN, Andrés Rodríguez como adjunto mientras que la secretaría gremial quedó para Pablo Moyano. El dirigente de la UOCRA, Gerardo Martínez, sigue a cargo de la secretaría de Relaciones Exteriores y Facundo Moyano se quedó con la de Cultura. Los 34 cargos se repartieron equitativamente entre las tres facciones.
"Lamentablemente no se ha podido llegar a un acuerdo con nuestro sector en este sentido y, ante el ofrecimiento que hemos tenido algunos de los compañeros para integrarlo, quiero anunciarles que pueden disponer de esos cargos porque no los vamos a aceptar, pero nos vamos a quedar en la CGT. A nosotros no nos mueven los cargos, nos vamos a quedar", destacó Palazzo que presentó en el congreso la moción de realizar un paro, además de pedir que se abra a más de tres lugares la cúpula porque "no representa a todo el universo de los trabajadores".
En la negociación había quedado la propuesta para algún otro representante de la Corriente Federal de Trabajadores -que lidera Palazzo- integrara el consejo directivo cegetista. Uno de los representantes gremiales aseguró a este diario que "la propuesta que llevamos es colectiva. No se trata de individuos, sino de un espacio político". Apenas se aprobó el congreso extraordinario con el estatuto acorde a las necesidades de los gremialistas, Palazzo junto con su sector político gremial se retiró y no participó de la elección.
La ausencia del sector del dirigente ruralista Gerónimo Venegas, que presentó un pedido de nulidad del congreso en el ministerio de Trabajo, y del Movimiento Acción Sindical Argentino (MASA) del taxista Omar Viviani, se reflejó en los discursos.
"Los compañeros que no estaban de acuerdo hubiesen presentado una lista con un solo candidato y votábamos. Tendrían que haber estado acá. Lamentablemente ponen por delante intereses personales por encima de los del conjunto. Hemos hecho un gran esfuerzo para borrar las diferencias", dijo Moyano en un parate de los cantitos y agregó que "entendimos que era necesario juntarnos y poder hacer que los que nos gobiernan entiendan que los trabajadores no nos rendimos, no nos van a doblegar". En un marco sobrio comenzó a despedirse de su liderazgo de 12 años en la CGT, mientras los congresales coreaban su nombre y entonaban que "hay una sola CGT".
"Es un día histórico porque los trabajadores tienen más fortaleza para defenderse. Se unificó la CGT, pero la unidad es algo que lleva un poco más de tiempo", confió en un cuarto intermedio del congreso un dirigente satisfecho por la fusión, pero anticipando que todavía queda un camino por recorrer.
En el análisis de los dirigentes sobre la concreción de una sola central obrera se ponía el ojo sobre "el efecto cascada que va a tener en el Partido Justicialista para que las dos estructuras vayan tomando forma y darle cuerpo al justicialismo".
El acuerdo del triunvirato incluyó que se mantendría así "por cuatro años, un período completo, para no tener una interna dentro de un año", pero además "la construcción de un liderazgo será una tarea difícil después de Moyano", apuntaban en el entorno del camionero, mientras la nueva conducción ya miraba el calendario para ponerle fecha a la primera reunión de consejo directivo.
Por Julián Bruschtein
Fuente: Página12