Nacionales - 30-06-2016 / 10:06
UNA JUGADA A VARIAS PUNTAS
Dan luz verde al polémico blanqueo de capitales
Con el respaldo del oficialismo y la oposición, el Senado aprobó y convirtió en ley, por 56 votos contra 11, el paquete legislativo que habilita un nuevo blanqueo de capitales y reglamenta el pago de deudas previsionales a jubilados, entre otros puntos. La iniciativa del Poder Ejecutivo recibió el respaldo general del oficialismo, de los aliados del Interbloque Federal de Adolfo Rodríguez Saá y de gran parte del bloque PJ-FPV, que encabeza Miguel Angel Pichetto. Entre sus 97 artículos, la ley establece que el Estado pagará la deuda que mantiene con un tercio (2,5 millones) de los jubilados por la falta de actualización de haberes, tanto con los que estén en juicio, con o sin sentencia firme, como con los que no. En su aspecto más polémico, habilita la venta de acciones en poder del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS) de la Ansés y abre un blanqueo de capitales, con el argumento de que ambos elementos servirán para recaudar los fondos necesarios para hacer frente al pago de deudas previsionales.
Con el respaldo del oficialismo y la oposición, el Senado convirtió en ley el paquete que incluye el blanqueo, la moratoria, la venta de acciones de las empresas privadas en manos de la Anses y reformas previsionales con el argumento del pago de deudas a una minoría de los jubilados.
Así, Cambiemos logró convertir en ley el megaproyecto del gobierno de Mauricio Macri que reúne al menos cinco leyes en una. Detrás de la supuesta "reparación histórica" a jubilados, se votó el perdón para los capitales fugados sin declarar y exenciones de impuestos a grandes patrimonios. Un verdadero Caballo de Troya.
Parece una incongruencia, pero se trata de política. El megaproyecto de pago a jubilados y blanqueo de capitales recibió ayer, durante su tratamiento en el Senado, críticas feroces y reprobaciones por todos los costados, pero así y todo terminó siendo sancionado y por una amplia mayoría. La iniciativa impulsada por Macri fue aprobada por 55 votos a favor y tan solo 11 en contra y la abstención de Pino Solanas.
Con apenas 15 senadores propios sobre un total de 72, el macrismo volvió a sumar otra notable victoria en la Cámara alta. Para la votación "en general", el oficialismo contó con el respaldo del PJ disidente, el GEN y buena parte del FpV, con excepción de nueve cristinsitas puros. También adhirieron al rechazo la neuquina Lucila Crexell (MPN) y Sandra Giménez, que dejó el FpV días atrás.
La iniciativa sufrió una verdadera disección durante la sesión. Salvo la tropa de Cambiemos, nadie más rescató la ley de manera integral. Lo que llevó a que, pese a los cuestionamientos, fuera aprobado por semejante cantidad de senadores es que dentro del megaproyecto hay un capítulo clave: la ley también incluye la ratificación de la devolución del 15% de los fondos coparticipables a las provincias que iban a la ANSeS. Ese factor fue el determinante para que la ley cosechara semejante cantidad de votos.
Una de las que resumió lo que ocurría fue la senadora ultra K por Chaco Inés Pilatti Vergara. "Adhiero al acuerdo fiscal de la devolución del 15% a las provincias, pero no estoy de acuerdo con que esto haya sido incluido de manera amañada en este combo que nos presentan. Debería haber ingresado como proyecto autónomo en el Senado. Nos ponen una vez más a los senadores en una suerte de extorsión que si queremos votar esto, debemos votar lo otro".
El senador por el GEN, Jaime Linares, expresó su respaldo al proyecto que habilita el pago de deudas previsionales a jubilados, pero rechazó el blanqueo de capitales porque "en las condiciones internacionales actuales vinculadas al narcotráfico, al delito complejo, son muchas más las dudas que nos generan que los aportes que nos puedan beneficiar".
Por su parte, la senadora misionera Sandra Giménez, que abandonó el Frente para la Victoria (FPV) en medio del escándalo López, denunció que el blanqueo de capitales está destinado a "los amigos de Cambiemos que no cumplieron con su palabra, no liquidaron la soja ni repatriaron sus capitales y ahora extorsionan al Gobierno".
La Opinión Popular
Una jugada a varias puntas
El Senado aprobó anoche una ley crucial para la estrategia económica de Mauricio Macri: la regularización previsional y el blanqueo fiscal. La ley actualiza el valor de las jubilaciones en un monto de 75.000 millones de pesos por año; a la vez permite la exteriorización de activos no declarados ante la AFIP en un país que, según las aproximaciones de los expertos, tiene en la informalidad una suma equivalente a su PBI.
Más allá de su significado general, ambas novedades esconden ventajas para Macri. El pago de la deuda con los jubilados cobija un cambio relevante: el Gobierno dispondrá del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). Son $ 750.000 millones.
Quienes imaginaron la jugada, con el vicejefe de Gabinete Mario Quintana a la cabeza, miran el FGS como la única caja que dejó el kirchnerismo. Para ellos es un resabio del régimen de capitalización carente de sentido en el sistema de reparto.
Los primeros en aprobar esta doctrina fueron los gobernadores peronistas. En su última negociación con Rogelio Frigerio, acordaron financiarse con respaldo del FGS. Por eso uno de estos jefes provinciales llama a Quintana, con humor, "el pequeño Boudou de Macri". Y aclara: "Sin ofender". Se refiere a que Boudou, en la crisis de 2009, descubrió para los Kirchner el tesoro previsional. Lo de "sin ofender" no requiere explicación.
El blanqueo tiene una dimensión fiscal más ostensible. No sólo el Tesoro cobrará distintas tasas a quienes se sinceren. Para los que quieran evitar esa sanción ofrece un bono en dólares a tres años, intransferible, que no paga interés, y otro a siete años, que paga 1%. Así se asegura acceder a un crédito más barato que el disponible en el mercado. En síntesis, para Macri y Alfonso Prat-Gay el blanqueo facilita el gradualismo fiscal, eje central de su programa.
El Presidente asigna a la jugada un significado político mucho más específico, sobre todo si se la combina con la baja de la inflación. Él cree que la desaceleración de los precios, con la consecuente recuperación relativa del poder adquisitivo, será una señal tangible de que su plan es exitoso. Por eso repite "de la inflación me encargo yo".
Del mismo modo, apuesta a que el caudal que se blanquee será un indicio de la confianza que inspira. Sobre todo entre los peronistas, que suelen identificar plata con poder. No hace falta dar ejemplos.
Quiere decir que el repliegue de la inflación y un sinceramiento fiscal voluminoso son para Macri factores para la consolidación de su liderazgo personal. Un objetivo importante para quien no quiere quedar atrapado en un pacto bipartidista, como el que le ofrecen desde la UCR y el PJ.
El oficialismo va a presentar la suma que se exteriorice como una señal de credibilidad. Tiene algo de razón. Es muy difícil que quienes atesoran dinero negro se desnuden ante un gobierno propenso a las expropiaciones de emergencia. Ya lo demostró Cristina Kirchner.
Sin embargo, Macri sacará ventaja de un clima de época. Desde el atentado a las Torres Gemelas, en 2001, el ocultamiento de fondos es visto como una vía de financiamiento del terrorismo. Por lo tanto, como una amenaza a la seguridad global. Un síntoma: en febrero, Barack Obama designó a David Cohen, el titular del equivalente a la Unidad de Información Financiera (UIF) argentina, subdirector de la CIA.
Los circuitos de lavado de dinero conectan la violencia fundamentalista a crímenes complejos, como el tráfico de drogas. Por eso, a partir del 1° de enero, 48 países de la OCDE se comprometieron al intercambio automático de información sobre activos escamoteados a las autoridades impositivas.
El blanqueo fue pensado para aprovechar esa decisión: los bancos tienden a expulsar a los clientes con cuentas no declaradas. Lo explica uno de los funcionarios que diseñaron la nueva ley: "Sincerar el patrimonio es una decisión de vida: el que no lo haga en poco tiempo no podrá disfrutar de sus ahorros".
Estas nuevas circunstancias tienen para Macri un impacto paradójico. La dinámica internacional que lo favorece en lo fiscal ya le provocó un rasguño en lo político. La divulgación de los Panamá Papers, que obliga al Presidente, a cada rato, a dar explicaciones, no se entiende sin este contexto. Sebastián Casanello ayer pidió sus declaraciones juradas desde 2013 para compararlas.
Más herido está el ex ministro de Hacienda porteño, el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, a quien la oposición peronista se propone estigmatizar durante la próxima campaña. Importa más lo general: la transparencia ya no se limita a ser una virtud ético-política. Es un determinante de la seguridad en una escala que excede al Estado nacional.
Este signo de los tiempos produce un nuevo balance de poder. Oficinas como la UIF se vuelven decisivas. Una novedad de magnitud que pasó casi inadvertida: al poco tiempo de llegar Macri al poder, y destacar allí al experto Mariano Federici, los Estados Unidos reactivaron el intercambio de información, que había sido suspendido. No fue el único país. Se entiende mejor, entonces, la denuncia que Federici realizó contra los hijos de Lázaro Báez por beneficiarse con una cuenta multimillonaria en el exterior.
Esta actuación sobresale por contraste. Al rechazar el pedido de excarcelación de Jorge Chueco, el abogado de Báez que adquirió "La Rosadita", los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah denunciaron que la Procuraduría para la Criminalidad Económica y el Lavado de Activos (Procelac) había demorado dos años en incorporar a la causa los informes de la UIF sobre operaciones sospechosas reportadas por los bancos. Y el Banco Nación no emitió aviso alguno.
Por eso los camaristas ordenaron una investigación sobre ese banco, la UIF y la Procelac. La hipótesis, obvia: el sistema que debe combatir la circulación de dinero negro protegía a Báez y sus compinches. Otro detalle que se les escapó a Casanello y al fiscal Guillermo Marijuan.
Por Carlos Pagni
Fuentes: La Nación, Clarín, Diario Hoy, Página12 y LOP