Paraná - 21-05-2016 / 09:05
OPINÓ SOBRE LA IGLESIA Y LOS ÚLTIMOS CASOS QUE SE CONOCIERON EN LA PROVINCIA
“No se puede confundir delito con pecado, una cosa es la pedofilia y otra tener una pareja o un hijo”, diferenció Hermo Pesuto
“Esto pasó siempre. Es un problema de la Iglesia en el mundo entero”, consideró Hermo Pesuto, ex ministro de Gobierno de la provincia y profesor de la Universidad Católica Argentina (UCA). Foto: Blas García para La Opinión Popular
Hermo Pesuto, ex ministro de Gobierno de la provincia, profesor de la Universidad Católica Argentina (UCA) y ex seminarista, opinó sobre los casos de curas denunciados por abuso, y casos de sacerdotes que tienen pareja o hijos.
"Esto pasó siempre. Es un problema de la Iglesia en el mundo entero y queda plasmado en los últimos hechos que se conocen. Pero no podemos confundir pecado con delito: una cosa es la pedofilia y otra cosa es tener una pareja o un hijo", contrastó Pesuto.
"Para los pecados tiene que aplicarse el régimen disciplinario interno, según el derecho canónico", asentó. Además, dijo que está en todo de acuerdo con el cura José Dumoulín y pidió "que no se vaya de la Iglesia porque tiene altísimos valores morales".
En diálogo con el programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Hermo Pesuto se refirió a la situación que atraviesa la Iglesia con casos de curas abusadores y otros que tienen pareja o hijos. "Una cosa son los curas abusadores que son denunciados, otra cosa son los curas apartados por dejar embarazada a una mujer o porque conviven con una pareja y otra cosa son los curas luchadores", diferenció.
"Creo que esto pasó siempre", acotó. "Coincido totalmente con el cura Dumoulín. Creo que este es un problema de la Iglesia alrededor del mundo entero, y queda muy plasmado en los últimos hechos, más allá que desde el Vaticano, el Papa Francisco quiera otra cosa", opinó.
Luego recalcó: "Esto de confundir pecado con delito es grosero. Por los delitos hay que responder a la Justicia y por los pecados tiene que aplicarse un régimen disciplinario interno, según el derecho canónico. Pero estas cosas no pasarían si el obispo reuniera a sus curas y los ayudara en el camino que tienen que tomar. La parte delictiva es una cosa y nadie lo puede dejar pasar. Yo conozco mucho a la Iglesia en su comportamiento y he visto que los curas sospechados por romper el celibato, fueron trasladados a monasterios en clausura por ejemplo, donde se paga ahí la pena".
"Cuando yo era chico, los curas tenían que irse si tenían una pareja. Como una suerte de castigo. Después vino otra postura, donde los sacerdotes podían pedir una reducción al estado laical. Vi sacerdotes que frente a situaciones similares, pedían reducción al estado laical y hoy son padres de familia y hacen una vida religiosa normal", contó Pesuto.
Precisó sobre el caso del cura Barón, que luego de su fallecimiento, su pareja pidió una pensión a la Caja de Jubilaciones de la provincia y fue otorgado el beneficio. "Lo conocí mucho al cura Barón, que fue alumno mío en el Seminario. Después lo seguí viendo cuando era párroco en Paraná, que hacía un trabajo enorme hacia con los chicos. Él tuvo esta debilidad a cierta altura de su vida. Por eso fue trasladado un tiempo a Roma y luego lo dejé de ver porque se fue de Paraná", indicó. "Si yo fuera obispo y hubiese sabido que tenía una pareja, le diría 'esto es blanco o negro', porque hasta ahora celibato es obligatorio".
También se refirió a las declaraciones públicas del cura Dumoulín y la posibilidad de que luego de la licencia no vuelva a ejercer el sacerdocio "Es un tipo de altísimos valores morales y espero que lo que él dijo sea tenido en cuenta. Los curas tienen que estar más contenidos, y esa contención principalmente la tiene que dar el obispo, porque además los asiste económicamente, porque no tienen sueldo".
En la misma línea pudo como ejemplo al cura Leonardo Tovar. "Estuvo en la misma duda y decidió seguir con el sacerdocio. Se fue a Buenos Aires porque se sintió solo. Para que no pasen más estas cosas tiene que haber reuniones de sacerdotes y dejar de guardar la basura bajo alfombra, eso es fundamental", recalcó.
Por último, consideró que "las vocaciones están bastante afectadas" con este tipo de cuestiones al interior de la Iglesia. "Las llegadas al seminario de Santa Fe por ejemplo, tienen un ritmo absolutamente distinto y superador de estas situaciones. Para entrar al Seminario de Santa Fe, que tiene historia bastante negra, se requiere el secundario terminado. Hace poco estuve con un cura que tenía 22 materias de abogacía. Van al seminario con una carrera universitaria comenzada. A esa edad, con mucha madurez, pueden ejercer sin inconvenientes. Pero en general hay pocas vocaciones de chicos, y hay gente grande que accede a Seminario, en menor cantidad que antes", completó.
Fuente: Análisis Digital