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Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Nacionales - 24-11-2015 / 10:11
EL CRISTINISMO EN EXTINCIÓN

El Peronismo, el final de Cristina y las nuevas batallas que se aproximan

El Peronismo, el final de Cristina y las nuevas batallas que se aproximan
El cristinismo en extinción. A partir del 10 de diciembre, personajes corruptos como el multiprocesado vicepresidente Amado Boudou, el denunciado ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; y el corrupto titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, dejará de preocuparse de la gestión gubernamental y deberán centrarse en lo que suceda en la Justicia. Todos ellos, seguramente, desfilarán por los tribunales, acusados de graves delitos en el manejo de la cosa pública. Algo similar le puede ocurrir a Cristina si avanza la causa Hotesur que incluye pruebas contundentes acerca de cómo la familia presidencial se habría enriquecido indebidamente durante la mal llamada década ganada, utilizando negocios hoteleros, en sociedad con el empresario Lázaro Báez, sospechado de actuar como testaferro.
Hace 65 millones de años un cometa hizo que se extinguieran los dinosaurios, la especie que había dominado el planeta durante 200 millones de años. El cristinismo, el fin de semana, sufrió un impacto similar que llegó desde cada rincón de la Argentina. Fue un verdadero aluvión de votos que sepultaron las aspiraciones hegemónicas tanto de Cristina Fernández como de sus funcionarios aplaudidores K.
 
El PJ no gobernará la Nación ni ninguna de las cinco principales provincias. Perdió Buenos Aires. La Capital sigue siendo una plaza fuerte del macrismo. Santa Fe está en manos del socialismo, que comparte una sociedad con la UCR, integrante a su vez de Cambiemos. Córdoba, donde Scioli sufrió la peor derrota, es gobernada por el peronismo anti K, con De la Sota. Y en Mendoza, el radicalismo desbancó al PJ.
 
Eso no es todo: el resultado del balotaje llevará a que muchos de quienes estuvieron al frente del poder político, durante la última década, pasen a retiro. Esto incluye, obviamente, al propio Daniel Scioli, la cara visible de la derrota del domingo pero que no fue el único responsable.
 
La historia del justicialismo demuestra que aquellos que sufrieron una derrota, como las del domingo pasado, nunca pudieron recuperarse y terminaron en el ostracismo o, en el mejor de los casos, cumpliendo un rol secundario en la política nacional.
 
Así le ocurrió a Italo Luder cuando perdió frente a Raúl Alfonsín en 1983; a Antonio Cafiero cuando cayó frente a Carlos Menem en la interna presidencial del PJ en 1988; y al propio Menem cuando decidió bajarse del balotaje en 2003. También Eduardo Duhalde pasó a ser un actor de reparto tras la derrota electoral que sufrió su esposa en los comicios legislativos de 2005 en la provincia de Buenos Aires.
 
Todo indica que Cristina no será la excepción, en la nueva etapa que se inicia a partir del 10 de diciembre. Si algo ha caracterizado al PJ, en las últimas décadas, es su pragmatismo. Los gobernadores e intendentes que conservan los votos, y el control territorial, tienen y tendrán como prioridad su propia supervivencia, algo que está atado a los recursos que administrará Mauricio Macri a nivel nacional.
 
Mucho se habla, por estas horas, de las eventuales trabas que podría poner el PJ al próximo gobierno en función del número de bancas que conserva en el Congreso. La realidad es que ese análisis está supeditado a cómo gestione Mauricio Macri. Si logra instrumentar algunos de cambios que pide la ciudadanía, las eventuales oposiciones legislativas quedarán reducidas a su mínima expresión. Será la voluntad popular la que terminará inclinando la balanza.
 
El PJ se debe un fuerte debate interno para dejar de ser una "cáscara vacía", un "sello de goma" utilizado por quienes eventualmente detentaron el poder para intentar avalar las prácticas políticas más aberrantes. En la actualidad es un partido anquilosado, que se quedó en el tiempo y que nada tiene que aportar ante las nuevas demandas ciudadanas.
 
Así como después de la desaparición de los dinosaurios, algunas especies se transformaron para sobrevivir y evolucionaron nuevas formas de vida, todo indica que en la Argentina se abre una nueva era.
 
La Opinión Popular

EN FOCO
 
PJ: el final de Cristina y las nuevas batallas
 
Cristina Fernández de Kirchner dejará Olivos en poco más de dos semanas, pero el mensaje de las urnas dijo algo más que eso: el espejo de la realidad la exhibe como principal imagen de la derrota.
 
Daniel Scioli eligió reconocer la caída abrazado, como en el tramo final de su campaña, a un discurso cerradamente K. Difícil hacerlo cargo de todo y despegar al kirchnerismo de su suerte.
 
Con ese cortinado de fondo, el PJ, sostén central del proyecto oficialista, se dará desde ahora a la doble tarea de procesar su interna y de armar rápidos puentes con el gobierno que viene, puentes formales y más reservados -algunos, ya insinuados después de la primera vuelta-, para enfrentar un panorama que se destaca por serias dificultades presupuestarias de provincias y municipios en sus manos.
 
Alineado hasta el momento de manera vertical con la Presidenta, el peronismo orgánico encarará este proceso en un marco singular: no gobernará ninguno de las cinco principales provincias, tendrá que asumir la pérdida a granel de municipios y exhibirá un poder parlamentario sujeto a los modos en que resuelva la relación con el oficialismo que nace y sus propias batallas.
 
En rigor, si se quiere y más allá del impacto mediático de sus facturas, el peronismo deberá atender en la interna varios frentes: la relación con la Presidenta que sale, las tensiones con el kirchnerismo duro y no peronista, y el papel de los dirigentes del peronismo desalineado, empezando por Sergio Massa y José Manuel de la Sota. En paralelo, claro, tendrá que armar sus vínculos con el nuevo poder nacional y en algunos casos -el ejemplo más notable es Buenos Aires- con los gobiernos de las provincias perdidas.
 
El primer punto, sin dudas, es cómo serán articulados y en qué tiempos el espacio al que aspira Cristina Fernández de Kirchner y el que consideran, para ella y para sí mismos, otros dirigentes. La Presidenta ha imaginado siempre un lugar de jefa partidaria, para marcar el terreno con Scioli si éste hubiera ganado, o para liderar la oposición ante la alternativa, finalmente convertida en realidad, de un triunfo de Mauricio Macri.
 
En cualquier caso, Cristina Fernández de Kirchner piensa en términos bastante estáticos. Y es probable que lo siga procesando de ese modo por naturaleza propia y porque la derrota, dura, no fue por la diferencia que algunos esperaban.
 
¿Se alineará el PJ con sus deseos? El contexto, claro, es diferente a los doce años de gestión kirchnerista: el poder ha cambiado de color político. Y la herencia kirchnerista, también en este plano, es pesada y empieza a convertirse en un problema para sus propios autores: un poder centralizado, que achicó a límites mínimos la capacidad de autonomía de las provincias y también de los municipios, en materia presupuestaria, de obras y de atención social.
 
El kirchnerismo conserva un tercio aproximadamente del bloque de diputados peronistas y un número impreciso en el Senado, donde el PJ es más fuerte. Esa realidad, de todos modos, dependerá en buena medida de lo que jueguen los gobernadores peronistas y, en ese marco, del desarrollo que vaya teniendo la interna.
 
En el imaginario kirchnerista se combinan dos factores o dos presupuestos: el referido esquema de la Presidenta convertida en jefa partidaria y la idea de que será relativamente fácil confrontar con Macri, por razones presuntamente ideológicas. Sigue dominando, en ese terreno, una concepción confrontativa sin matices, no de competencia sino de rivalidades extremas.
 
Cristina Fernández de Kirchner necesita en primer lugar imponer una evaluación según la cual la derrota es relativa: existiría un primer desafío de dos años para rearmarse y dar una primera batalla, con la mirada puesta en un regreso triunfal en 2019.
 
No existirían otros jugadores en el terreno: ni un nuevo gobierno, ni dirigentes del PJ orgánico con aspiraciones propias ni figuras del peronismo disidente dispuestas a intervenir en esa pelea.
 
Vale repasar el cuadro político que enfrenta el peronismo hacia su interior y el panorama externo pero gravitante en el escenario doméstico que se abre.
 
El PJ orgánico no gobernará ninguna de las cinco principales provincias. Perdió Buenos Aires a manos de María Eugenia Vidal y ayer ganó muy ajustadamente en ese territorio la disputa del balotaje. La Capital sigue siendo una plaza fuerte del macrismo. Santa Fe está en manos del socialismo, que comparte una sociedad con la UCR, integrante a su vez de Cambiemos. Córdoba, donde Scioli sufrió la peor derrota, es gobernada por el peronismo desalineado, con De la Sota como referente y Juan Schiaretti como sucesor. Y en Mendoza, el radicalismo desbancó al PJ.
 
En Buenos Aires, además, el peronismo dejó de ser el dueño casi exclusivo del poder territorial. Perdió más de la mitad de las comunas, entre ellas ciudades de peso -Mar del Plata y Bahía Blanca, en primer lugar- y varios municipios dominados tradicionalmente por el PJ en el GBA, como Lanús, Quilmes y Tres de Febrero.
 
El poder real del peronismo orgánico medido en gobernaciones, remite a once provincias: la más significativa de ellas es Tucumán. En ese universo se destaca como figura crítica el salteño Juan Manuel Urtubey. Pero el conjunto es heterogéneo: desde el chaqueño Jorge Capitanich -que deja de ser gobernador pero mantiene el control distrital- hasta "ortodoxos" históricos, como el formoseño Gildo Insfrán.
 
Si es un interrogante cómo se moverán esos jefes locales en la interna, más difícil es imaginar un comportamiento disciplinado como hasta ahora de los aliados del peronismo: el misionero Maurice Closs y el santiagueño Gerardo Zamora. Las necesidades también escribirán parte de esta historia.
 
Con todo, no se agota allí el universo peronista. Un jugador gravitante será sin dudas Sergio Massa. El ex candidato será de hecho un referente, aunque su plan inicial seguramente será tratar de colocarse como un convocante del peronismo, pero no como aspirante a la jefatura formal del PJ sino como armador de un espacio más amplio. No es un objetivo menor, pero es lo que deja trascender.
 
Más activo, aunque sin apuro, será posiblemente el papel que intentará De la Sota en una reconstrucción diferente del peronismo. Y habrá que ver cómo juegan otros dirigentes, de menor peso territorial, pero de largo recorrido. Es el caso de Adolfo Rodríguez Saá y, en menor medida, del chubutense Mario Das Neves, que logró ganarle su provincia al kirchnerismo duro.
 
El tema de fondo, que pesará sin dudas paralelamente en la interna, será la relación con el gobierno que viene. El poder central, en toda la era kirchnerista, creció significativamente en detrimento de las provincias. La coparticipación federal cedió hasta puntos patéticos, colocando a cada jefe provincial en niveles de dependencia aguda. Difícil, a pesar del discurso oficial, describir ese cuadro como federalismo.
 
El gobierno nacional no sólo maneja fondos que las provincias en casi todos los casos dejaron de reclamar, sino que lo ha hecho generando relaciones de subordinación de gobernadores y también de intendentes. Además de las deudas con la Nación, pesa que el grueso de los planes de infraestructura y la casi totalidad de los programas sociales han dependido de manera creciente del poder central.
 
Es posible que los jefes provinciales reclamen rediscutir la coparticipación, pero esa pulseada no se limitaría sólo a las provincias en manos del PJ, sino también a los grandes distritos, empezando por Buenos Aires.
 
Las necesidades de unos y otros marcarán en parte la agenda que viene. El interrogante es si se manejarán en tiempos razonables o se dispararán en función de las internas.
 
Los tanteos a escala bonaerense y los que descontaban un nuevo cuadro nacional han comenzado y se acelerarán a partir de ahora. Y los pases de cuentas en el peronismo seguramente no demorarán. La Presidenta saliente podrá experimentar entonces qué se siente lejos de Olivos.
 
Por Eduardo Aulicino
 
Fuentes: Clarín, Hoy en la Noticia y LOP
 

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26-04-2024 / 09:04
25-04-2024 / 09:04
El guarango presidente de la Nación, Javier "el Loco"  Milei, brindó un verdadero stand up en la cena anual de la ultra liberal Fundación Libertad, en la que por momentos provocó vergüenza ajena, inclusive entre los comensales que no podían creer lo que estaban escuchando. Milei se reencontró con Mauricio Macri, celebró su ajuste neoliberal feroz, hizo chistes groseros y bizarros (todos malos) y se burló de economistas y sectores opositores.

"¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a crecer como pedo de buzo", afirmó insólitamente Milei y se llevó los aplausos de los trolls rentados libertarios que estaban en la sala. Luego Milei apuntó contra Carlos Melconian
, de quien se burló con una imitación de su voz porque es crítico de su gestión: "se equivocó feo". "Qué quieren que les diga si había uno que decía no podés dolarizar si no hay fideos, no hay tuco... Es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error", aseveró Milei. Claro, la frase y el tono de Milei cayó mal en la gente y eso le molestó al Presidente: "Si los que están murmurando se comieron el verso, lo siento. Im So Sorry, la vida es así", completó.


El stand up de Milei fue insoportable. No cabe otra definición. Ya seguirlo por YouTube resultaba tortuoso. Imposible imaginar tener que verlo en vivo. Fue por eso que los medios afines al Gobierno anarco capitalista rápidamente lo sacaron del aire. Cuando no habían pasado ni 20 minutos del inicio, tanto TN como LN+ continuaron con su programación habitual. Las arengas libertarias de "el Loco" parece que van perdiendo rating.

Milei habló de su propio ajuste. Lo celebró repitiendo las mismas falacias e invenciones que viene diciendo desde el 10 de diciembre e incluso desde antes. En ese auto-elogio delirante, comparó a Luis Caputo y Patricia Bullrich con Lionel Messi, haciendo rechinar los oídos de más de uno. Milei ya camina sobre terreno resbaladizo. La prepotencia y los chistes malos tienen su lado "delarrúesco".
 
El discurso de este miércoles pareció hecho dentro de una burbuja de gas. Un discurso de casta, ajeno a la dura realidad que sufren las mayorías populares con el áspero golpe que ya representan los nuevos tarifazos. A una pobreza que se extiende de la mano de la recesión, por más que el presidente celebre el relativo enlentecimiento de la inflación.
 
En la cena de la Fundación Libertad, Milei eligió hablar de miles de cosas para no hablar de lo evidente: el enorme golpe político a su Gobierno que significó la masiva marcha universitaria. El presidente apenas musitó la frase "causa noble" para aludir elípticamente al reclamo que este martes llevó a un millón de personas a las calles de todo el país. Un golpe político que cambió de discurso, pasando de la prepotencia al lamento.
 
Este miércoles Milei habló como si viviera en una nube de gas. Esa arrogancia se vio muchas veces en la política argentina. Gobiernos civiles y regímenes militares completamente disociados de los intereses y deseos de las mayorías populares. El resultado, fue, muchísimas veces, la rebelión popular. La lucha en las calles. La emergencia de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre como actores combativos de un cambio profundo de la sociedad. La arrogancia de Milei pavimenta el camino en esa dirección.
 
La Opinión Popular

24-04-2024 / 10:04
La Marcha Federal Universitaria reunió a un millón de personas en todo el país. Fue en defensa de la universidad pública y desbordó las calles y avenidas porteñas transformándose en un hito de rechazo al irracional ajuste anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. Encabezados por docentes y estudiantes, cerca de un millón de personas en todo el país hizo naufragar el operativo represivo con el que amenazó la macrista Patricia Bullrich, que se quedó con las ganas de reprimir.
 
La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno libertariano de Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor.
 
El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como "héroes" que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.
 
El gobierno despreció esta marcha porque -dijeron- la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. "Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios", dijeron por la televisión. Y Bullrich la calificó de "rara". Defender la universidad gratuita que el gobierno quiere cerrar es "raro". Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.
 
Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.
 
La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza, Paraná y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.
 
Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. El Loco Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.
 
La Opinión Popular
 

23-04-2024 / 10:04
Finalmente, habrá que tomárselo en serio. El presidente Javier Milei es un loco. Por lo general, estas personas tienen una relación de literalidad con las palabras. No es broma cuando dice que quiere destruir el Estado. Ese es su objetivo y, a menos que el pueblo se lo impida, lo concretará con el ahogo económico más una campaña de desprestigio. El inaudito ataque a la educación y la universidad públicas intentan tapar el desastre económico. Hoy 23 de abril, Milei conocerá el juicio que las medidas de su gobierno están concitando en amplias franjas sociales, políticas, intelectuales y culturales. La mejor encuesta.
 
Milei, como es sabido, tuvo una carrera académica mediocre, incompleta y de irregular desempeño en entidades privadas, cuyos "logros" son hasta el momento desconocidos. Con su religión privatista y ultra individualista, odia a la universidad pública. Su saña contra las universidades públicas comenzó apenas asumió la presidencia, cuando repitió el presupuesto de 2023 para las casas de estudios. La Universidad pública está siendo amenazada por un grupo fanático, dotado de un liberalismo ultramontano, que ocupa circunstancialmente la Casa Rosada, ese reino actual de la improvisación, la insensatez y los intereses espurios vinculados a las clases más ricas de la sociedad.
 
Con una inflación anual cercana al 300%, el congelamiento del presupuesto significa una reducción del 72%, como lo afirma el último informe del Centro de investigación de la Economía Nacional (CIEN), instituto que monitorea los presupuestos universitarios. En lo que va del año, los docentes ya perdieron un 50% de sus ingresos, a lo que se agrega el desmantelamiento del Conicet y la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
 
A esa política de ahogo económico, se le suma la campaña de desprestigio. Con la letanía del "adoctrinamiento", Milei pretende deslegitimar una de las instituciones de mayor prestigio de la Argentina, con tres universidades (las de Buenos Aires, Córdoba y La Plata) en el podio de las 100 mejores universidades del mundo. Con esa insolencia típica de la ignorancia, impugna el supuesto "adoctrinamiento" socialista que aquejaría a estas últimas. Desde la nefasta dictadura cívico-militar genocida no se escuchaban semejantes idioteces y necedades.

Siendo un faro científico-cultural en toda la región, las universidades nacionales tienen su propio sistema de gobierno basado en la autonomía, la autarquía y el cogobierno, base del trípode de enseñanza, investigación y extensión que les legara la Reforma Universitaria de 1918. Por supuesto, un sistema que está muy lejos de imponer las verdades reveladas que inspiran al Presidente, una megalomanía que rinde culto a los próceres de la "neorreacción global" como Murray Rothbard y Von Mises, cuyo único objetivo es destruir el Estado.

Desde hace años, quienes defendemos las universidades públicas las defendemos en las aulas, en los laboratorios, en los claustros... Hoy nos toca defenderlas en la calle. Marchemos este martes 23 de abril todos por las universidades públicas. Habrá movilizaciones en todo el país protagonizadas por amplios sectores de la sociedad que defienden la educación pública. Y también contra la nueva Ley Ómnibus, la reforma laboral y el plan hambreador de saqueo y ajuste de la ultra derechista La Libertad Avanza
, que nos quieren pobres e ignorantes para manipularnos mejor.


La Opinión Popular

22-04-2024 / 10:04
Hace diez días se conoció el ranking universitario mundial QS 2024: entre las mejores 150 carreras del planeta, hay 28 de universidades argentinas. El jueves apareció otra lista, de la consultora británica Quacquarelli: la UBA quedó entre las 100 mejores universidades del mundo. Esa misma institución reconocida a nivel internacional, con más de 320 mil alumnos, hoy batalla junto a las 69 universidades e institutos universitarios del país por sobrevivir.
 
En esa lucha in crescendo contra la asfixia presupuestaria del gobierno de Javier "el Loco" Milei, el martes será un punto de inflexión. La Marcha Federal del 23 se convertirá en la primera movilización transversal contra el ajuste de la administración neoliberal libertaria que alcanza a todo: jubilados, pacientes oncológicos, comedores, científicos. Y universitarios. La movilización, de tintes históricos, será en todo el país, pero el epicentro estará en CABA. Bajo el lema "En defensa de la educación pública".
 
La asistencia está lejos de ser puramente universitaria: además de estudiantes, docentes y graduados, prometieron estar las centrales obreras (desde la CGT a las CTA), organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y partidos políticos. Dirigentes como Sergio Massa y Axel Kicillof confirmaron que marcharán. No solo el presente está en juego: si algo representa la educación, es el futuro y el desarrollo de un país.
 
La Marcha Federal convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores del país, "será inédita por esta unidad impensada 15 años atrás", declaró el titular del CIN, Victor Moriñigo. Y acotó: "Mientras eligen a universidades argentinas en el mundo, acá no financian la educación. Es muy raro. Todo el mundo nos pregunta por esto".

La posición del Ejecutivo fue de intransigencia. Un delirante Milei hablando de dar la "batalla cultural" contra el "adoctrinamiento" de las universidades públicas, y el ejército troll atacando al sector. El designado subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, lejos de buscar conciliación apoya la teoría ideológica del "adoctrinamiento". Álvarez dedicó las últimas horas a llamar personalmente a cada uno de los rectores de las universidades nacionales para que se bajen de la marcha. "Promete cualquier cosa con tal que nos bajemos
, está desesperado", relató uno de ellos.


Mientras Álvarez busca conciliar posiciones con representantes de las universidades, el presidente fue muy agresivo en redes sociales. Milei replicó decenas de posteos que insultan a la universidad pública. Milei pretende un país mucho más dependiente del capital extranjero, de EEUU y sus aliados: Gran Bretaña e Israel, donde aumente la precarización laboral, la pobreza y la ignorancia. Para eso necesita un modelo de educación pública donde cada vez sean menos los que puedan acceder y donde la educación universitaria se piense al servicio de los negocios de los grandes empresarios.

El ajuste universitario puede ser un punto de inflexión para el gobierno: una encuesta de esta semana de la consultora Zuban Córdoba señala que un 89,4% aseguró está "de acuerdo" o "muy de acuerdo" en que la educación pública "es un derecho que debe ser defendido". Y un 58,5% se mostró en contra de congelar el presupuesto de las universidades. Una Argentina que gira entre la crueldad libertaria y una crisis social al borde de estallar.

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