Nacionales - 01-10-2015 / 07:10
SATÉLITE ARGENTINO DE COMUNICACIONES
Arsat-2: Un hecho meritorio en un contexto devastador
La presidenta Cristina Fernández habló por cadena nacional para referirse al exitoso lanzamiento del Arsat-2, el satélite geoestacionario N°2 diseñado y construido en el país. Con un costo de 250 millones de dólares, el nuevo satélite argentino ofrecerá cobertura de Internet, datos, telefonía IP y televisión para todo el continente americano. Mucho dinero le ha destinado el Tesoro Nacional pero ¿es realmente eficiente esa inversión? Cristina dice que sí pero ¿hay alguna opinión más autorizada que una Presidente empecinada y, a veces, ignorante de lo que habla?
Ayer miércoles por la noche, la presidenta Cristina Fernández volvió a la escena pública coronando su cadena nacional número 40 en lo que va del año, a través de la cual celebró el lanzamiento del Arsat-2. Este satélite, una vez en órbita, complementará las tareas del Arsat-1 y podrá ofrecer servicios de transferencia de contenidos audiovisuales a todo el continente americano.
Ahora bien, la cadena nacional de anoche le permitió a Cristina intentar recuperar la "mística" del relato K, jugando el papel que más le gusta: el de poder combinar noticias positivas, vinculadas con avances tecnológicos, con otras referidas a datos dudosos de inclusión social. Así las cosas, lejos de evidenciar una pérdida de protagonismo en el final de su ciclo, la Presidenta busca mostrarse proactiva.
Pero, más allá de las intenciones de Cristina, el ARSAT-2 en una demostración de la capacidad de los científicos de nuestro país y de que cuando las cosas se hacen bien los logros llegan. El despegue fue en la Guayana Francesa por el cohete europeo Ariane 5 y especialistas estiman que dentro de dos semanas podría comenzar a operar.
El lanzamiento del satélite ARSAT-2 es un hecho favorable, una política de Estado que se debe aplaudir por su formato, la que muestra que cuando el sacrificio de todos los argentinos que pagan sus impuestos se canaliza de una manera eficiente, se logran objetivos de excelencia.
Se trata de una alegría para la ciencia y para los argentinos. Vivimos en un país con recursos naturales y humanos preciados, con fortalezas que, si desarrollan su potencial, elevan el nivel de Argentina en el mundo, con beneficios concretos y reales para los compatriotas.
Sin embargo, en otros aspectos faltan las políticas de Estado. Ejemplos sobran: empresas como Aerolíneas Argentinas e YPF, claves y estratégicas para el desarrollo de una nación, son administradas por funcionarios incompetentes que no son especialistas en el tema y que llegan a esos puestos por lealtades políticas. Por lo tanto, no paran de provocar pérdidas millonarias.
Y aunque Cristina dedicó su discurso a transmitir un mensaje cargado de cifras y estadísticas positivas, en muchos sectores productivos están padeciendo por la falta de dólares, como el automotriz, que acumula una caída del 10% en los niveles de producción.
En estos últimos años, la moneda corriente fueron las improvisaciones y el despilfarro de recursos. No se aplicaron planes estratégicos con las Pymes, ni con las economías regionales, ni con la industria, ni con el manejo de las exportaciones. Una gran pena es la que da no haber aplicado el mismo modelo usado por la ciencia con los satélites en ejes trascendentales para el crecimiento de nuestra Argentina.
Con el ARSAT-2 quedó demostrado que si se incentiva el desarrollo de los científicos y se brinda apoyo de infraestructura el éxito está garantizado. Si durante el próximo gobierno se transita este mismo camino, el de la inteligencia, la inversión y el perfeccionamiento, en las políticas de Estado que se necesiten, se podrá salir de la crisis socioeconómica en la que estamos inmersos.
La Opinión Popular
El nuevo satélite argentino Arsat-2 ya está en el espacio
Partió ayer a bordo de un cohete Ariane 5 desde la base de Kourou, en la Guayana Francesa; el lanzamiento fue impecable.
Ni el aplomo característico de la cuenta regresiva que antecede el lanzamiento de un cohete espacial alcanzó a ocultar el nervioso entusiasmo de la gente de Invap, en Bariloche, y de la delegación argentina presente en Kourou, la Guayana Francesa, donde ayer a las 17.30 en punto el Arsat-2 fue catapultado hacia las alturas a bordo de un Ariane 5 de la Agencia Espacial Europea.
"Es una emoción y un orgullo enormes", dijo Marcelo Famá, del Centro de Ensayos de Alta Tecnología, donde se probó durante meses el nuevo satélite.
El lanzamiento fue óptimo y se cumplió paso a paso de acuerdo con lo previsto. "Este segundo satélite consolida la presencia argentina como proveedor de satélites de comunicaciones, una capacidad que dominan menos de diez países -dijo Héctor Otheguy, director ejecutivo de Invap, la firma rionegrina que tuvo a su cargo el diseño y la construcción del nuevo aparato geoestacionario made in Argentina-. Ésta es una tecnología que no se vende; para adquirirla hay que ser capaz de desarrollarla."
Como ocurrió con el Arsat-1, lanzado exitosamente el 16 de octubre del año pasado y que desde entonces se encuentra en operaciones, el nuevo aparato tuvo un "compañero" de viaje, el Sky Muster, fabricado para una compañía australiana y un poco más grande. Ocupará la posición orbital 81° Oeste, asignada al país por la Unión Internacional de Telecomunicaciones y autorizada para la transmisión hemisférica.
A los 28 minutos del lanzamiento, y después de llegar a unos 250 km de altura, el Ariane 5 abrió su cofia y liberó en primer lugar al Sky Muster. Luego soltó el Arsat, que pasó a ser comandado desde la Estación Terrena de Benavídez. Ambos aparatos quedaron en una órbita muy elíptica, cuyo perigeo (el punto más cercano a la Tierra) es de 250 km y el apogeo llega a los 36.000 km.
"A los 32 minutos se produjo un momento crítico cuando el Arsat empezó a volar solo -contó Otheguy-. En Benavídez está el «chofer» de los satélites. Desde allí se los mantiene en su lugar y se asegura el servicio."
Veinte minutos más tarde se produjo el primer contacto con una estación de telemetría (le transmite sus datos de ubicación) en Corea del Sur y ésta los transmitió a Benavídez. La segunda fue en Australia.
Una hora más tarde comenzaron los chequeos "de salud" del satélite, que se prolongaron durante 40 minutos. A las tres horas, comenzó el despliegue de los paneles solares.
"La ubicación de un satélite es como un parto -bromeó Otheguy-. Tiene toda una secuencia muy precisa."
El Arsat-2 pesa alrededor de 3000 kg, pero el 80% de su peso es combustible. Para emplazarlo exactamente en su puesto, en los próximos días habrá que realizar las maniobras necesarias para transformar la órbita elíptica en otra circular que permite que el satélite, que da una vuelta completa cada 24 horas, el mismo tiempo en que la Tierra gira sobre sí misma, quede en un punto "fijo" en el espacio en relación con la superficie terrestre. Comenzando hoy, están previstas cinco maniobras, de algunas horas de duración cada una, que lo irán llevando a su posición orbital a 35.786 km sobre el nivel del mar.
"El Arsat-1 y el 2 son primos hermanos", dijo Otheguy.
"Los satélites tienen una plataforma y una carga útil -agregó Tulio Calderón, gerente del área aeroespacial de Invap durante el desarrollo del anterior satélite de comunicaciones-. La plataforma es la misma, ahora levemente alivianada para darle lugar a una carga útil más grande. El tipo de equipamiento es similar, pero en éste se agrega más equipamiento (transponders)."
El Arsat-2 tiene un área de cobertura más amplia: podrá ofrecer servicios no sólo a la Argentina y países vecinos, sino a toda América, desde Canadá hasta el sur del continente. Por otro lado, transmitirá no sólo en la banda Ku, sino también en la C.
"En el 1, la antena de la onda Ku era circular y se abría hacia un costado -dijo Calderón-. El 2 tiene dos antenas, que apuntan una para cada costado. La banda C es mejor para lugares con más lluvia, dado que por ser más larga es menos atenuada por las gotitas de agua."
Para el ingeniero Matías Bianchi, presidente de Arsat, ésta fue la culminación de un largo y exigente proceso. "Permanentemente hay que tomar decisiones de riesgo y de impacto -dijo-. Y la prueba de la calidad de los Arsat es que no todas las plataformas que vuelan por primera vez son aseguradas, pero nosotros obtuvimos una prima de la mitad de lo que suelen pagar las plataformas nuevas."
"La Argentina está produciendo bienes que son «cerebro intensivos» -dijo desde Tecnópolis durante la transmisión de la TV Pública Lino Barañao-. Y algo no menor es que esto tiene un tremendo valor simbólico para incentivar vocaciones."
Ayer, la presidenta Cristina Kirchner señaló que enviará al Congreso un proyecto de ley para impulsar el desarrollo de la industria satelital.
Para Bianchi, la inversión en ambos satélites es altamente redituable y se podrá recuperar rápidamente. "Además de los servicios de Internet y telefonía, la TV argentina produce cerca del 70% de sus contenidos de habla hispana. Lo hacen canales como ESPN, Fox sports y otros. Esos programas se distribuyen en toda América latina. Nuestro anhelo es que con un satélite creado y desarrollado en el país podamos también transportar esos contenidos a toda la región."
Cuando se toma la serie de los dos Arsat ya en órbita más el próximo, que estará listo para 2019, la tecnología nacional tiene una participación de alrededor del 50%.
"Es bastante bueno para empezar en una industria de alto nivel tecnológico. Arsat 3 está en fase de diseño y estamos trabajando en un plan de largo plazo para sumar valor agregado -dijo Bianchi-. Son sistemas muy complejos; no sólo por la tecnología que involucran, sino que también hay que ser muy preciso en cómo se coloca la carga, cómo se distribuyen los pesos, porque hay que tener en cuenta el centro de masa del satélite. En los próximos satélites empezaremos con una banda nueva que se emplea para consumos de Internet de uso masivo en el hogar con una antena relativamente pequeña."
Además del programa satelital, que desarrolla desde 2006, Arsat tiene a su cargo la red federal de fibra óptica, un tendido con el que esperan alcanzar los 60.000 km con redes de datos de alta calidad y velocidad, y el despliegue de la infraestructura para la TV digital.
Otheguy, que ya imagina la posibilidad de que tras esta segunda demostración de solvencia se abran posibilidades de exportación, confesó que el nuevo logro "es un gran orgullo".
FUENTES: LA NACION, DIARIO HOY y LOP