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Por Carlos Andujar
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Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Paraná - 29-10-2014 / 10:10
CAUSA ÁREA PARANÁ
Rosario Badano: “Nuestra memoria es cartográfica, está para reparar justicia y para mantener vivos a nuestros muertos”
La decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), María del Rosario Badano, afirmó: “Nuestra memoria es cartográfica, está para reparar justicia y para mantener vivos a nuestros muertos”. Foto: UNO
Ratificó su declaración la decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), María del Rosario Badano.
Fue en el marco del plenario de la Causa Área Paraná, que ventila delitos de Lesa Humanidad cometidos en Paraná y la zona durante la última dictadura cívico militar.
La profesora contó que fue detenida ilegalmente y alojada en la Unidad Penal número 6 de la capital provincial, donde atravesó -al igual que otras detenidas por razones políticas- condiciones inhumanas. Dijo que fue sacada varias veces para ser salvajemente torturada.
"Ellos eran dueños de la situación, dueños de la vida de quienes estábamos adentro", refirió. Además, este martes ratificaron su testimonio Mariana Carolina Fumaneri y Alejandro Jorge Richardet. La audiencia pasó a un cuarto intermedio y se retomará el jueves.
De Análisis Digital
María del Rosario Badano fue ilegalmente detenida el 24 de diciembre de 1975 y alojada en la Unidad Penal 6. El 27 de agosto del '76 fue trasladada a la zona rural. Allí, donde permaneció unos diez días, fue sometida a diversos tipos de tormentos. "Esa primera vez las torturas fueron mucho más sistemáticas que las posteriores", determinó.
En septiembre del '76, fue llevada al Escuadrón de Comunicaciones dependiente del Ejército Argentino. Allí quedó aislada en una celda, vendada y encapuchada. Recién en este lugar, comenzaron a alimentarla y recibió atención médica. Luego fue llevada nuevamente a la UP6, siempre encapuchada.
El 15 de noviembre la cargaron al baúl de un Renault 12, junto a Fernando Caviglia. Desde la cárcel la llevaron a una casa que con posterioridad identificó su ubicación: "Estaba en el camino a Crespo", ratificó este martes. Antes de llegar les hicieron un simulacro de fusilamiento. "Nos dijeron que nos iban a aplicar la ley de fuga. Estaba segura de que íbamos a morir". Allí fue nuevamente sometida a torturas físicas, especialmente golpeada con mayor intensidad, e interrogada. Fue llevada en varias oportunidades durante un mes. "El segundo grupo de tareas que me tocó tenía un tipo de tortura más indeterminada", explicó.
El 12 de enero de '76 fue puesta a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Un año después, en enero del '77 fue condenada por el "Consejo de Guerra" a 21 años de reclusión. Finalmente fue liberada recién a comienzos de 1982.
La decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Uader, sindicó en su rol de auditor al represor Jorge Humberto Appiani. "Tuvo conmigo varias conversaciones, cuando me sacaba al patio para amedrentarme, cuando me hizo firmar y en el 'Consejo de Guerra'. Siempre fue a cara descubierta. Una vez me dijo que ya habían sacado nuestra muerte en los diarios, en la prensa nos presentaron como seres abominables. Él andaba para todos lados con lápiz y papel porque era el que organizaba", detalló.
La profesora contó que usaron las declaraciones que firmó luego de haber sido torturada para el simulacro de juicio que le hicieron los militares. Pero la tortura y las vejaciones dejaron de tener ese objetivo: "Me hicieron firmar la declaración después de la tortura, obtuvieron mi firma, pero después de eso me volvieron a torturar. Había saña en contra nuestra". Agregó que hasta que le hicieron el "Consejo de Guerra", estuvo detenida a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). "Si no había nada para quedar detenido, quedabas a disposición del PEN", acotó.
Se refirió también al policía Federal, Osvaldo Conde y al torturador que se hacía llamar 'Ramiro'. "No sólo Appiani tenía un acento que parecía rosarino o porteño. Conde también tenían un tono de voz especial y eso creo que está vinculado al mando que ejercían sobre nosotros. Ellos eran nuestros dueños, dueños de la situación, dueños de la vida de quienes estábamos adentro. Eso da un acento especial", reflexionó. "Nuestra memoria es cartográfica, está para reparar justicia y para mantener vivos a nuestros muertos", completó.
"Cuando a uno le niegan la visión, percibe de otro modo"
Mariana Carolina Fumaneri fue secuestrada el 21 de octubre del '76 por personal de la Policía Federal, cuando estaba ingresando a su trabajo en calle Laprida y Santa Fe de Paraná. Fue llevada a la sede de la Policía Federal, donde fue alojada en un calabozo por unas horas. Luego fue trasladada a Comunicaciones y colocada en un calabozo donde fue sometida a condiciones inhumanas de cautiverio. Posteriormente es llevada por dos personas, encapuchada, en un auto a un lugar que desconoce donde la interrogaron, la torturaron y la violaron.
La mujer contó este martes que fue revisada por el médico Mario Moyano después de la tortura, a quien reconoció posteriormente en la UP 6. Agregó que la volvieron a llevar a Comunicaciones, donde compartió el calabozo con Rosario Badano. Como todos los que atravesaron el simulacro de juicio que armaron los represores, a Fumaneri le hicieron suscribir declaraciones falsas. En noviembre del '76 fue trasladada a la cárcel de mujeres, donde Appiani se presentó diciéndole que estaba a su disposición. En febrero de 1977 fue retirada de este lugar y conducida hacia un lugar que identificó como la Comisaría de El Brete, donde permaneció durante un fin de semana, esposada, vendada y sometida a interrogatorios bajo amenazas. Luego fue reingresada a la UP 6 de donde fue sacada en dos oportunidades, y llevada a la Casa del Director para ser interrogada y golpeada.
"Fui apropiada con distintas características, porque no era dueña de mi persona, por las condiciones en que fui detenida, porque perdí mis derechos. No sabía qué me iban a hacer. No tenía libertades sobre mi persona. El modo de los interrogatorios previos a la farsa del 'Consejo', siempre fue desnuda y con la cabeza tapada. Era la mayor situación de indefensión", declaró. "Cuando uno le niegan la visión, ve de otro modo. Yo tenía 21 años y percibía con los pelitos del cuerpo".
Fumaneri aseveró este martes que el oficial Manuel Rodríguez siempre estaba cerca suyo. "Por ahí me tocaba, siempre sentí ese brazo gordo", recordó. Habló también de Appiani. "Se presentó en la cárcel y me dio una lista para elegir defensores. El que me 'defendió' era soldado que me dijo que no tenía nada que ver". "El 'Consejo' estaba presidiendo por Zapata. Había una mesita con armas, balas. Todo llevaba a saber con quién estaba asociada. Me preguntaron qué estaba haciendo cuando fue lo de Cáceres Monié. Te leían algún acta de acusación", refirió.
Ver a través del olfato
Fumaneri fue muy explícita al contar la sensibilidad olfativa que desarrolló. "Estando en un lugar sucio, cuando llegaba gente de afuera se sentía el olor a gente limpia, a gente recién bañada. Yo no pude bañarme nunca más desde que me detuvieron. Dormíamos en unos lugares llenos de pasto y vómitos. Te daban de comer al mediodía pescado, a la noche en el mismo plato te daban la sopa". En esas condiciones la revisó Moyano. "Él tenía olor a jabón de tocador, no era como perfume, era el aroma característico de cuando alguien sale de bañarse", especificó.
Firmar a cualquier costo, "por el honor"
Alejandro Jorge Richardet fue ilegítimamente detenido el 19 de abril de 1975 por fuerzas de seguridad en Rosario y trasladado a Entre Ríos: primero a Paraná, después a Gualeguaychú, devuelta a Paraná y Gualeguaychú, según precisó este martes. En la cárcel de la capital entrerriana lo llevaron a la casa del director. Allí fue encapuchado y conducido a otro lugar, en las instalaciones del mencionado penal, donde fue interrogado sobre su militancia política; y amenazado para que firme una declaración, a lo que no accedió. Entonces se le recordó que tanto su esposa como su hermana se encontraban detenidas en otro penal.
Luego accedió a firmar cuando le mintieron diciéndole que sólo se trataba de una citación. La falsa declaración fue usada para el "Consejo de Guerra", donde la desconoció. Por eso, Appiani junto con dos personas le volvieron a presentar la misma declaración que había desconocido, pretendiendo hacérsela firmar. Lo amenazaron con que lo iban a tirar por la ventana. Fue liberado recién el 28 de marzo de 1982.
"No presté declaración, fui intimado a notificarme que iba a ser requerido a un Consejo de Guerra. Me llamaron a la casa del director, me encapucharon. Me llevó penitenciaría de la provincia, creo que fue Duré y Balcaza. No declaré ante ninguna persona que se me presentara como auditor, sino que se me intimó y me dijeron firmá. Como estaba encapuchado me negué. Cuando sentí un golpe en la cabeza vino el show del apriete y me amenazaron con que tenían a mi esposa y a mi hermana. Alguien me tomó de la capucha. Me levantó y me dijo que lea y firme. 'No te hagás el duro'. Sentí que me apoyaron algo sobre la sien. Me negué y otra voz me dijo: 'Tu padre es miembro de las Fuerzas Armadas. ¿Confiás en el honor de tu padre? Por el honor de tu padre y las Fuerzas, firmá'. Me quedó grabada la primera voz del apriete. La segunda voz me habla del honor. La declaración que me querían hacer firmar decía que había sido detenido en la vía pública desde abril del '76 y yo estaba detenido desde el '75", recordó Richardet.
"Otros miembros de civil me dijeron que no me caliente. Que era Appiani. Que me quede tranquilo con ellos. Que tuvieron a mi hermana y le dieron máquina. Que esos grandes quieren sacar información y lastiman a la gente. Que me quede con ellos que eran profesionales", asentó. "Yo no reconozco ningún 'Consejo de Guerra', ni a ningún militar le admito ningún tipo de juzgamiento. Recuerdo el 'Consejo' donde el defensor me dijo que no podía hacer nada. Me dieron 23 años y después hubo una rebaja a 15 por la apelación al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas".
Por último, refirió algunos diálogos posteriores que tuvo con Armocida. "Cuando recuperé mi libertad él fue a hablarme para deslindarlo de responsabilidades por lo de mi hermana. En una de esas charlas me habló del tal 'Ramiro' y me dijo que era Constantino González, pero yo creo que es Marino González", cerró.
Fuente: Análisis Digital
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