01:11 | Sabado 27 de Abril de 2013 | Entre Ríos
Las claves del modelo ideológico neoliberal del gobierno de Macri
Por Carlos Andujar
Por Carlos Andujar
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Nacionales - 22-09-2014 / 17:09
LÓGICA PERONISTA ELEMENTAL
Si el plan de Cristina es perder, difícil que sume al PJ
El cristinismo puro, con vistas a las elecciones de 2015, cree que hay que prepararse para el llano, para una caída, y hasta sugieren que ese es el mejor escenario, porque les permitiría retemplar su fuerza y dar disputa cuatro años después, otra vez de la mano de Cristina Fernández.
Hay algo que no cierra en las especulaciones del kirchnerismo -o de su franja dominante, el cristinismo puro- con vistas a las elecciones del año que viene: algunos de sus dirigentes creen que hay que prepararse para el llano, para una caída, y hasta sugieren que ese es el mejor escenario, porque les permitiría retemplar su fuerza y dar disputa cuatro años después, otra vez de la mano de Cristina Fernández.
¿Una ensoñación estratégica? Quienes lo difunden por la vía de trascendidos no parecen contemplar el lugar del PJ orgánico, sostén principal del armado político que lleva una década en el poder. La definición de mariscales de la derrota para calificar a los responsables de una frustración electoral es un eco del pasado peronista que habla por sí solo.
"El peronismo siempre quiere armar una opción ganadora, y disputar el poder. Es difícil creer que el kirchnerismo prefiera perder. Tal vez eso esté en la cabeza de alguno que se siente afuera de lo que viene", dice una fuente peronista cercana a Daniel Scioli. Y remata: "El Frente para la Victoria es en un 95 por ciento peronista. Tal vez algún referente del otro 5 por ciento piense eso".
Los ultra K dejan afuera a las expresiones tradicionales del PJ, incluidos los candidatos que ya dan batalla en ese terreno. Los trascendidos que se hacen circular desde el cristinismo son una señal que ratifica lo que nadie esconde: Olivos no considera propio a ninguno de los candidatos que ya caminan la campaña.
Hace rato que el cristinismo volvió sobre una idea que alguna vez manejó Néstor Kirchner. Según esa mirada, el mejor rival sería un representante de "derecha", para contraponer al kirchnerismo como opción de "izquierda".
¿El triunfo de un candidato del PJ, como Scioli, sería una derrota para el cristinismo? No hay una respuesta explícita, o pública, aunque parece claro que algo de eso exponen las afirmaciones sobre la carencia de un candidato propio, es decir, delegado.
Quizás sólo se trate de un reagrupamiento o un mensaje a la tropa propia, para mostrar fortaleza a futuro, aunque a más corto plazo parece también una apuesta al armado de las listas legislativas con fuerte intervención presidencial.
En el peronismo ninguno tiene asegurado el futuro, pero a nadie se le ocurre que la derrota pueda ser el camino elegido, y menos aún para preservarse. Lógica peronista elemental.
La reacción trasciende la ironía. Para Scioli, y seguramente también para Florencio Randazzo y otros que se sienten anotados en la interna del 2015, los trascendidos que se hacen circular desde el cristinismo son una señal que ratifica lo que nadie esconde: Olivos no considera propio a ninguno de los candidatos que ya caminan la campaña.
Hay, de todos modos, distintos planos de análisis. En primer lugar y naturalmente, ninguno de ellos encara una empresa política de esta naturaleza como pieza de un plan que apenas los considera con la esperanza de que sean la cara de una derrota. Y en segundo lugar, cuesta imaginar que, aún en ese caso, la Presidenta y su círculo más próximo podrían salir indemnes de una caída.
Hace rato que el cristinismo volvió sobre una idea que alguna vez manejó Néstor Kirchner. Según esa mirada, el mejor rival sería un representante de "derecha", para contraponer al kirchnerismo como opción de "izquierda". Un esquema artificial que, proyectado a un escenario de derrota, hace posar las miradas en Mauricio Macri y las extiende a Sergio Massa, aunque con inquietudes respecto del posterior alineamiento del PJ.
En medios peronistas se hacen otras consideraciones. ¿El triunfo de un candidato del PJ, como Scioli, sería una derrota para el cristinismo? No hay una respuesta explícita, o pública, aunque parece claro que algo de eso exponen las afirmaciones sobre la carencia de un candidato propio, es decir, delegado.
En su reciente aparición como orador, Máximo Kirchner se refirió al desafío que viene para el kirchnerismo y en su discurso sólo pareció reconocer a otro sector oficialista: saludó al Movimiento Evita, la organización kirchenrista con mayor inserción social. Para el resto, nada: la nada incluyó al PJ.
Voceros kirchneristas se han encargado en estos días de avanzar en la misma dirección. Consideran que el kirchnerismo no se agota en La Cámpora y además del Movimiento Evita, computan a grupos kirchneristas no peronistas, a pesar de la competencia entre algunas de esas agrupaciones. No van más allá: la reducida lista deja afuera a las expresiones tradicionales del PJ, incluidos los candidatos que ya dan batalla en ese terreno.
Quizás sólo se trate de un reagrupamiento o un mensaje a la tropa propia, para mostrar fortaleza a futuro, aunque a más corto plazo parece también una apuesta al armado de la listas legislativas con fuerte intervención presidencial.
De todos modos, son visibles algunas contradicciones. La Presidenta se mostró hace unos días con Gildo Insfrán, como antes lo había hecho con Gerardo Zamora, junto a la gobernadora Claudia Ledesma Abdala. Son dos caudillos, de diferente origen: el peronista Insfrán lleva casi dos décadas al frente de Formosa y el radical K Zamora dejó la gobernación de Santiago en manos de su esposa, para no perder poder territorial.
Fueron dos actos, no los únicos, de fuerte reivindicación de sus aliados. Se trata de una relación con peso central de Olivos, pero finalmente de ida y vuelta. Una aceptación del modo de construir apoyos, que por supuesto no son eternos y mucho menos inmodificables. El propio Insfrán dejó esta frase: "Como siempre decimos los que verdaderamente nos sentimos peronistas, en esta época no se puede ser otra cosa que kirchnerista".
¿Y en las épocas que vienen? Dependerá de varios factores, entre ellos el lugar que se les asigne a sus distritos y, sobre todo, la apuesta a un armado para sostenerse en el poder, no para abandonarlo en función de "estrategias" que escapen a ese objetivo primario.
Operadores experimentados del peronismo juegan de manera abierta o reservada el partido que se definirá el año que viene. Las movidas son riesgosas -ninguno tiene asegurado el futuro-, pero a nadie se le ocurre que la derrota pueda ser el camino elegido, y menos aún para preservarse.
Lógica elemental.
Por Eduardo Aulicino
Fuente: Clarín
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