Nacionales - 21-09-2014 / 09:09
TODO UN COMPLETO DISPARATE
La supuesta “conspiración internacional” en contra del gobierno de Cristina
La supuesta “conspiración internacional” en contra del gobierno, denunciada por Cristina Fernández, de un plan de los fondos buitre para desestabilizarla, es un intento más por tapar los múltiples problemas económicos y políticos que tiene el país en la transición hacia el final del mandato en 2015. La denuncia oculta una realidad que se agrava a diario: inflación, recesión, desocupación, conflictividad social y empobrecimiento. En ese orden.
La denuncia de Cristina Fernández, acerca de un supuesto plan de los fondos buitre para desestabilizarla, es un intento más por tapar los múltiples problemas económicos y políticos en la transición hacia 2015.
Resulta de tal ligereza el supuesto plan internacional para desestabilizarla que denunció CFK, antes de viajar a Roma y Nueva York, que casi no valdría la pena tomar en serio tremendos dislates si no fuese porque detrás está en juego el tránsito cargado de pesadumbres, para el ciudadano de a pie, hacia el recambio constitucional que se producirá el 10 de diciembre de 2015.
Los K traman un plan, que ahora han reflotado: CFK podría renunciar para dedicarse a la campaña por una diputación en la provincia de Buenos Aires. De la ceremonia para traspasar el bastón se encargaría otro, tal vez Boudou o el radical K Gerardo Zamora, en caso de que la patraña incluyera también un "renunciamiento" del impresentable vice, decidido a "acompañarla" en ese retiro anticipado.
Lúgubres presagios de estallidos sociales y disloques institucionales que sólo están en boca de quienes parecen perseguir la fantasía de la teoría autocumplida, la supuesta "conspiración" nuestra de cada día, en manos de un estilo de gobernar según el cual un golpista se esconde detrás de cada puerta, no resiste un análisis medianamente serio.
Eso en la jerga política tiene un solo nombre: cortina de humo, globo de ensayo, fulbito para la tribuna o -el que mejor pega- un infantil intento por tapar la realidad que atosiga a miles de argentinos que pierden el empleo, que no pueden comprar mañana con la misma plata lo que compraron ayer, que además no saben si al salir de su casa a la mañana volverán sanos y salvos por la noche.
Argentinos que no pueden salir ni saldrán nunca con este modelo de la pobreza, la marginalidad y la droga, todo mientras Cristina anuncia faraónicos planes de arquitecta egipcia en una islita de Puerto Madero, su lugar preferido en el mundo después de El Calafate.
Ahora la tónica de esa estrategia es patear contra Estados Unidos, cabeza de la embestida mundial contra el gobierno más exitoso de los últimos 200 años. Un clásico, en el que el mundo de aquí y allá es el malo, y Cristina y su gobierno son los buenos y los perseguidos.
Ya hemos visto: Obama, Griesa, la justicia yanqui, el embajador interino en Buenos Aires, los fondos buitre, y la frutilla del postre: la denuncia de Kicillof sobre la maniobra destituyente de American Airlines asociada al odiado Paul Singer, socio externo, según Capitanich, de Massa, Moyano, Macri, y por qué no del colectivo UNEN, para atacar el modelo vía suba estratosférica del dólar marginal.
Todo un completo disparate.
LA SEMANA POLÍTICA QUE PASÓ
La "conspiración internacional" en contra del gobierno de Cristina
Resulta de tal ligereza el supuesto plan internacional para desestabilizarla que denunció la presidenta, antes de subirse al Tango 01 para viajar a Roma y Nueva York, que casi no valdría la pena tomar en serio tremendos dislates si no fuese porque detrás está en juego el tránsito, pacífico o atormentado y cargado de pesadumbres, para el ciudadano de a pie, hacia el recambio constitucional que se producirá el 10 de diciembre de 2015.
Antes de entrar en detalles, viene a cuento recordar la frase pronunciada por un encumbrado secretario de Estado, meses después de la dura derrota electoral de octubre de 2013, cuando el kirchnerismo no fanatizado, y el peronismo en general, entendió que el principio del fin había comenzado.
Que muerta inexorablemente la re-reelección, el "espacio" debía entender algo para lo que no estaba preparado. Porque siempre creyeron en la alternancia eterna del matrimonio y, por consiguiente, en la perpetuidad de sus cargos, plan trastocado como se sabe por la imprevista muerte del líder patagónico.
La frase en cuestión era más o menos así: "Si se tiene que ir, la doctora no se va a ir sin hacer q..., y nunca le va a poner la banda a su sucesor, sea quien sea".
Se decía mucho más acá en el tiempo, hace algunos meses, que hasta había un plan, que ahora algunos confidentes del poder han reflotado con llamados a las redacciones: que ella podría renunciar para dedicarse a la campaña por una diputación en la provincia de Buenos Aires.
De la ceremonia para traspasar la banda y el bastón se encargaría otro, tal vez Amado Boudou (casi un castigo adrede de ella a los que no la quieren o no la votarían nuevamente) o el radical K santiagueño Gerardo Zamora, en caso de que la patraña incluyera también un "renunciamiento" del impresentable vicepresidente, decidido a "acompañarla" en ese retiro anticipado.
Anécdotas (o lúgubres presagios de estallidos sociales y disloques institucionales que sólo están en boca de quienes parecen perseguir la fantasía de la teoría autocumplida) al margen, la supuesta "conspiración" nuestra de cada día, en manos de un estilo de gobernar según el cual un golpista se esconde detrás de cada puerta, no resiste un análisis medianamente serio.
Eso en la jerga política tiene un solo nombre: cortina de humo, que podría desgajarse en algún otro calificativo como globo de ensayo, fulbito para la tribuna o -el que mejor pega- un infantil intento por tapar la realidad que atosiga a miles de argentinos que pierden el empleo, que no pueden comprar mañana con la misma plata lo que compraron ayer, que además no saben si al salir de su casa a la mañana volverán sanos y salvos por la noche, que no pueden salir ni saldrán nunca con este modelo de la pobreza, la marginalidad y la droga, todo mientras la doctora anuncia faraónicos planes de arquitecta egipcia en una islita de Puerto Madero, su lugar preferido en el mundo después de El Calafate.
Ahora la tónica de esa estrategia, plasmada en un papel de cinco puntos que más que seguro fue escrito por algún secretario en su oficina de la Casa Rosada (¡¡es tan infantil pretender que en el "plan desestabilizador" los conspiradores se llamen a sí mismos "fondos buitres"!!) es patear contra Estados Unidos, cabeza de la embestida mundial contra el gobierno más exitoso de los últimos 200 años.
Un clásico, en el que el mundo de aquí y allá es el malo, y la doctora y su gobierno son los buenos y los perseguidos. Ya hemos visto: Obama, Griesa, la justicia norteamericana, el embajador interino en Buenos Aires, los fondos buitre, y la frutilla del postre: la denuncia del inefable Axel Kicillof sobre la maniobra destituyente de American Airlines asociada al odiado Paul Singer, socio externo, según Capitanich, de Massa, Moyano, Macri, y por qué no del colectivo UNEN, para atacar el modelo vía suba estratosférica del dólar marginal.
Todo un completo disparate que se nutrió ahora de la "declaración espontánea" de Máximo Kirchner, que leyó de soslayo cada palabra que tenía escrita en el atril redactada de puño y letra por su madre y por Carlos Zannini, para instalar la idea de la "proscripción" de su madre.
El mismo exabrupto que cometió Capitanich, disciplinado voceador matutino, al destratar a cerca del 60% de los ciudadanos que hoy no votarían por ninguna variante K. "Si votan por Massa o Macri, están votando por los gerentes de las corporaciones", ofendió la inteligencia de millones de almas.
Tienen tan escaso apego por la ley, se han manejado con tanta impunidad todos estos años, que no alcanzan a comprender que la presidenta no puede ser candidata ni está proscripta: la Constitución Nacional le impide volver a presentarse. Punto.
El gobierno trama algo muy pesado para tapar la realidad, que es la única verdad según la concepción aristoteliana, y llegar a diciembre de 2015 como sea. O antes, si se impone el plan de no someterla a ella al oprobio de tener que entregarle los atributos a un enemigo, se llame Massa, Scioli, Randazzo, Binner o ¡Cobos! No tal vez a Macri, en caso de triunfar el deseo de La Cámpora, para comenzar al día siguiente el proceso de "esmerilamiento" del ingeniero.
Por Eugenio Paillet
Fuente: lanueva.com