Nacionales - 24-07-2014 / 06:07
A SEIS DÍAS DEL DEFAULT, PREPARAN EL ATERRIZAJE FORZOSO
Cristina Fernández sugirió que su gobierno va a defaultear
Falta una semana para que se venza el plazo para pagar a los acreedores. Ayer Cristina Fernández dio señales de que no está dispuesta a cumplir con el fallo que ordena cancelar el 100% de la deuda a los buitres. En momentos donde el conjunto de la ciudadanía, requieren de mensajes tranquilizadores, Cristina decidió echar más nafta al fuego. “Quiero decirles que la Argentina no va a caer en default. Porque en default entran los que no pagan. Y Argentina pagó. Así que van a tener que inventar un nombre nuevo", manifestó. De esta manera, CFK dio señales de que el gobierno no estaría dispuesto a cumplir con el fallo del juez Griesa.
Cristina Fernández sugirió que tiene decidido mandar el país al default. Durante un acto en General Rodríguez en donde inauguró una nueva planta de Yamaha, la Presidenta aseguró que "van a tener que inventar una nueva palabra porque Argentina no va a caer en default, porque Argentina ya pagó".
"Van a tener que inventar un nombre nuevo, no sé cuál será. Las calificadoras, los bancos de inversión, siempre encuentran algún término con el cual disfrazar lo que realmente pasa: que un deudor pagó y alguien bloqueó y no deja llegar el dinero a terceros", desafió. Si no lo llamamos 'default' ¿lo llamamos 'paga Dios'?.
En referencia al pago de U$S 539 millones que se le hizo a los tenedores del bono Discount, que el juez Thomas Griesa frenó, "La Argentina no va a entrar en default, por una razón muy sencilla, esencial, elemental, tan obvia que no tendría que decirla, porque en default entran los que no pagan y Argentina pagó", insistió, con un argumento endeble.
En ese sentido, Cristina bravuconeó en que "no me van a hacer firmar cualquier cosa, amenazándome con que el mundo se viene abajo". "Esta Presidenta no va a firmar nada que comprometa el futuro de los argentinos como hicieron otros que firmaron cualquier cosa", reforzó.
No obstante, adelantó que "vamos a seguir hablando" con los holdouts y a "ir cuantas veces sea necesario, pero con nuestras razones", al tiempo que desafió que le den "un seguro contra la cláusula RUFO" para avanzar en la solución, tal como le pidieron ayer los abogados de la Argentina a los representantes de los buitres.
La cláusula RUFO es una condición que establecieron los Kirchner para conseguir más adherentes al canje del año 2005. Entre violar la RUFO y no cumplir con los vencimientos del pasado 30 de junio, CFK elegiría esta última opción. En ese marco, Cristina desafió a los bonistas que "si no aplica (la cláusula RUFO) que nos den un seguro, que hagan un seguro contra la cláusula RUFO y nosotros quedamos cubiertos", aunque señaló que no obtuvo "ni una sola respuesta".
"Si uno viola esa cláusula, se caen las quitas que Néstor (Kirchner) logró, se caen todos los plazos y te exigen todo junto: los punitorios, las quitas y los plazos, que recién vencen en 2033, para que los pagues todo junto", advirtió, algo confundida, ya que en realidad eso es lo que sucede cuando se entra en default, no cuando se viola la RUFO.
"Estaríamos tirando abajo lo que tan trabajosamente les costó a los argentinos, estaríamos tirando abajo los 190 mil millones que ya llevamos pagados", agregó. Y concluyó: "Estamos dispuestos a honrar las deudas con el 100% de los acreedores en forma equitativa, justa, legal y sustentable".
El 100% de los acreedores ¿incluye o no a los buitres que ganaron el juicio al Estado argentino? Si quiere pagar al 100% de sus acreedores, ¿por qué no ha presentado una propuesta en los 23 días que han corrido? ¿No estará Cristina montando un show, para luego victimizarse ante el incumplimiento?
La firmeza de CFK tal vez genere capital político, pero difícilmente salga ilesa a un default que caería sobre una economía en recesión, con inflación del 40% anual y severos desequilibrios fiscales y externos. Al default, el nombre se le puede cambiar, pero las consecuencias no.
La Opinión Popular
A seis días del default, el Gobierno prepara el aterrizaje forzoso
La Presidenta y Kicillof repasaron qué consecuencias tendría el incumplimiento en la economía, aunque agotarán las instancias que habilitó el juez Griesa. Hoy, audiencia
"
"Argentina no va a entrar en default por una razón muy sencilla y elemental: en el default entran los que no pagan y Argentina pagó". La presidenta Cristina Fernández reiteró las palabras que el Gobierno repetía en distintas solicitadas y comunicados y que ratifican la posición del Ejecutivo: entre violar la cláusula RUFO de los bonos de la deuda reestructurada y no cumplir con los vencimientos del pasado 30 de junio, se elegirá esta última opción.
Eso comenzó a consolidarse en la reunión que mantuvieron el martes por la tarde en Casa Rosada Cristina y el ministro de Economía, Axel Kicillof, horas después de que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, rechazara firmar un stay o medida cautelar que deje a salvo los pagos de la deuda del canje, algo reclamado por Argentina para iniciar negociaciones con los fondos buitre para saldar el fallo de u$s 1.330 millones (u$s 1.600 millones con los intereses).
En el encuentro, confió después el ministro entre funcionarios, Cristina se interesó por los efectos que tendría el eventual default en la economía. Aunque la posición oficial seguirá siendo la de negar ese hecho tan poco grato al discurso del kirchnerismo, porque "Argentina ya pagó". "
"Los gurúes que siempre encuentran algún término con el cual disfrazar lo que realmente pasa van a tener que encontrar una nueva palabra que refleje que un deudor pagó, alguien bloqueó y por eso no dejan entregar ese dinero", dijo ayer Cristina.
El argumento es endeble: en un eventual juicio, el bonista litigante podría sostener que Argentina se resistió a pagar un fallo judicial y que, por eso, optó por defaultear.
La posibilidad del default divide aguas dentro del Gobierno. Kicillof se resiste a exponerse a la cláusula RUFO, que cae a fin de año y obligaría a empardar la oferta que se le haga a los fondos buitre a quienes ingresaron al canje.
Además, acarrearía responsabilidad civil y penal a los funcionarios firmantes. Por eso, desafió a los buitres, que rechazan los efectos de la RUFO, a tomar un seguro por sus eventuales implicancias, que el Ejecutivo cuantificó en u$s 120.000 millones.
Otros funcionarios sostienen que entrar en default -o como quiera llamárselo- sería un escenario todavía peor, pero toda la situación está en manos de Kicillof.
El resto apuesta a un rapto último de coherencia de Griesa, a un stay milagroso de último momento que permita girar, al menos los u$s 539 millones el miércoles 30 o antes. Eso daría tiempo hasta fin de septiembre, cuando vencen u$s 183 millones de los bonos PAR.
Hoy comenzará a vislumbrarse si realmente existe esa chance, en la audiencia que mantendrán el mediador Daniel Pollack, los holdouts y funcionarios argentinos. "Vamos a seguir hablando, vamos a ir cuantas veces sea necesario a donde tengamos que ir, pero con nuestras razones, que no son caprichos", dijo ayer la Presidenta.
Los economistas y empresarios advierten que el default secaría el crédito internacional para el mundo privado, para YPF y para las provincias que deben financiar déficits y obras.
Buenos Aires, por ejemplo, postergó una colocación internacional pensada para financiar gastos de capital, que no se concretarán. Pero para la principal provincia del país, el impacto de un default sería más fiscal que financiero: concentra el 50% de la industria nacional, que ante una contracción de la actividad pagaría menos impuestos. "
"Cambiarían las variables macroeconómicas", admitieron en el entorno del gobernador Daniel Scioli. La situación se repite en otros distritos.
"
"El principal damnificado de una nueva cesación de pagos sería el desempeño de la economía argentina", afirmó el consultor Federico Muñoz en un reporte. "El hipotético default caería sobre una economía en recesión, con inflación del 40% anual y severos desequilibrios fiscales y externos", continuó.
Por Esteban Rafele Buenos Aires
Fuentes: El Cronista, La Politica Online y LOP