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“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
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Nacionales - 15-09-2009 / 23:09
16 DE SEPTIEMBRE DE 1955

“La Fusiladora”: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”

“La Fusiladora”: Golpe militar autodenominado “Revolución Libertadora”
Almirante Isaac Rojas y General Pedro Eugenio Aramburu.
El enfrentamiento entre dos campos antagónicos: el nacional-popular y el oligárquico-imperialista llegó a su punto más alto con la "La Fusiladora" conocida también como  "Revolución Libertadora" que es como se autodenominó la dictadura militar, que gobernó el país, mediante un golpe de estado iniciado el 16 de septiembre de 1955, tras derrocar al presidente Juan Perón.
El 13 de noviembre de 1955, el general Eduardo Lonardi sería reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu, profundizando el contenido gorila y reaccionario del golpe militar. Tras más de dos años de gobierno antipopular, este hizo entrega del mismo al presidente Arturo Frondizi, el 1º de mayo de 1958.



Escribe: Blas García

 Revolución Nacional y Popular
 
Todo proceso de transformación de una sociedad que involucre un cambio de sus estructuras para crear condiciones de mayor justicia social, es revolucionario.
 
A partir de 1945, el peronismo fue una revolución en marcha desde el poder de las masas populares, del Estado y del gobierno, sin derramamiento de sangre.
 
Desde el momento que significó un cambio de estructuras para alcanzar una mayor justicia social, no pudo dejar de herir privilegios causantes de la injusticia y molestar situaciones estabilizadas hasta entonces.  

La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses yanquis y británicos, que se unirían a quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha.
 

 
Antecedentes previos

Los cruces del peronismo con los militares  y políticos liberales comenzaron en ocasión de la Reforma Constitucional de 1949 que, entre otras medidas, le otorgaba más atribuciones al gobierno para intervenir en la economía e incorporaba cambios fundamentales para la igualdad social.
 
En la Constitución de 1949 se habían integrado los derechos sociales conquistados por el Movimiento Obrero y la legalización de los cambios económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del comercio exterior, de los combustibles y del transporte. Todo esto generaba un fuerte malestar a las clases oligárquicas y conservadoras.
 
Posteriormente, estas fricciones se profundizaron cuando en 1951 se comenzó a hablar de la posibilidad de que Eva Perón fuese candidata a vicepresidenta a la que se enfrentaron.

 
Además debe señalarse que durante el Gobierno de Perón, la oposición substancial estuvo a cargo de la Unión Cívica Radical, una fracción de la pequeña burguesía aliada al imperialismo y la oligarquía. Su área de implantación era la zona agropecuaria de la Provincia de Buenos Aires y la zona de servicios de la Capital Federal. Vinculado a la estructura mas atrasada, al sistema agro exportador, el radicalismo ve con preocupación a las masas obreras y a la industria desarrollada por el peronismo.
 
Partido con una conducción arcaica, el radicalismo vivía una época que ya no era la suya. Las grandes convulsiones de una sociedad que buscaba resolver sus problemas fundamentales lo llevaron lejos del poder.
 
Escribía Abelardo Ramos: "Medroso ante la oligarquía, áspero hacia el proletariado, sin disimular su odio hacia el peronismo, incapaz de combatir al imperialismo sino en palabras, yrigoyenista en el pasado y liberal en los tiempos actuales, el radicalismo vive prisionero de todas las categorías formales de la democracia oligárquica e hipnotizado por un nirvana rural irrealizable".

 
Primer intento de golpe
  
En 1951 el general Benjamín Menéndez se sublevó contra el gobierno de Perón, pero no tuvo éxito, pues no encontró adhesiones importantes dentro del aparato militar. Perón declaró el Estado de Guerra interno, y dijo que "todo militar que no se subordine o se subleve contra las autoridades o participe en movimientos tendientes a derrocarlas o desconocerlas, será fusilado inmediatamente".
Pero la conspiración en contra del gobierno de Perón continuó, conforme aumentaba su respaldo popular.
 
El general Eduardo Lonardi, que estaba preso, nominó al entonces general Pedro Eugenio Aramburu como el jefe del movimiento. El presidente Perón contaba con el apoyo de grupos nacionalistas, tanto dentro del ejército como de la sociedad civil, sumados a la clase trabajadora y la CGT. Aramburu pensaba que todavía no era momento de sublevarse, pues la muerte de Evita había producido una galvanización del peronismo, y un abroquelamiento de los trabajadores en torno a su líder indiscutido.
 
Perón triunfó contundentemente en las elecciones de 1952 ampliando su apoyo hasta alcanzar un 62,49% de los votos. Las dificultades de la oposición para articular una opción política electoral al peronismo, impulsaría a muchos sectores a la actividad golpista e incluso terrorista. El 15 de abril de 1953 se produjo un grave atentado terrorista contra una manifestación sindical organizada por la CGT en la Plaza de Mayo, resultando asesinados 5 trabajadores y 95 heridos.
 
El conflicto con la iglesia católica, que se agrava rápidamente y el enfrentamiento de Perón con los sectores políticos católicos (Democracia Crisitana) precipitó la conspiración en su contra. Perón había llamado a una Convención para separar a la iglesia del estado, lo que puso a los sectores católicos en pie de guerra junto a los otros sectores que venían conspirando.
 
En marzo de 1955, funciona el congreso de la productividad y los empresarios pretenden reducir las conquistas obreras para aumentar la productividad, entrando en colisión con la CGT. El Frente Nacional, que representa a trabajadores y empresarios industriales, entra en crisis.
 
En abril de 1954, las elecciones para legisladores y vicepresidente (Quijano había muerto) arrojan amplia mayoría para el Partido Peronista, especialmente en el padrón femenino y en las provincias del interior, con el 63,2% de los votos.
 



 
Foto: Dos mujeres civiles peronistas muertas por el feroz bombardeo.


Segundo intento de golpe: la Masacre de Plaza de Mayo
 
El 16 de junio de 1955, un grupo de civiles y militares reaccionarios sobrevolaron la Plaza de Mayo en un supuesto desfile aéreo que había sido dispuesto por el Ministro de Aeronáutica como acto de desagravió a San Martín y de adhesión a Perón, pero que culminó en un salvaje ataque a la ciudad indefensa, en lo que fue el bautismo de fuego de la aviación naval.
 
Dicho ataque tenía como objetivo abrir camino a una tropa de la infantería de marina al mando del contralmirante Samuel Toranzo Calderón que debía tomar por asalto la casa Rosada y asesinar a Perón.
 
El levantamiento militar en el que la Aviación Naval bombardeó Buenos Aires es consecuencia del odio irracional de la oligarquía, alimentado desde las históricas jornadas del 17 de octubre de 1945, y que fue vomitado sobre la ciudad indefensa en una mansalva de bombas y metralla que dejo un saldo de más de 300 muertos y millares de heridos. 
 
Se combatió por aire, mar y tierra. Aviones de la Marina se enfrentaron a los de la Fuerza Aérea y atacaron a unidades del ejército que convergían sobre el epicentro de la ciudad. Los puntos bombardeados fueron: la Casa de Gobierno, los alrededores de Plaza de Mayo, el Ministerio de Guerra, el Departamento Central de Policía, la zona aledaña a la Residencia Presidencial, en la zona norte del Gran Buenos Aires en el barrio de Olivos y otros sectores de la ciudad.
 
La reacción del pueblo fue instantánea. Gran cantidad de trabajadores convergieron hacia la Plaza de Mayo y la CGT y al grito de "La vida por Perón" reclamaron armas y ofrecieron su apoyo en la defensa del gobierno constitucional y colaboraron en la lucha contra las fuerzas sublevadas. 
 
Perón dejó la represión en manos del ejército, que llegaría más tarde y comenzaría el ataque (al mando del General Valle, el mismo que será asesinado por la Fusiladora en 1956) sobre el Ministerio de Marina  que hacía de sede del comando rebelde, al tiempo que el pueblo seguía llegando a la Plaza en todo tipo de transporte y portando todo tipo de armas.
 
El Regimiento de Granaderos a Caballo y cuerpos del Ejército, con el Regimiento Motorizado Buenos Aires a la cabeza, lograron rechazar el ataque de la Infantería de Marina sobre la Casa de Gobierno y rendir al Ministerio de Marina, donde se había concentrado el alto mando rebelde, cuyo jefe, el Contralmirante Benjamín Gargiulo, al ver fracasada la asonada, se suicidó.
 
Por la noche, millares de militantes peronistas incendiaron los principales templos del casco histórico de la ciudad, la Curia Metropolitana y los edificios de instituciones, como el Jockey Club, por el apoyo que dieron a los golpistas.


 

Perón llama a la "convivencia democrática"
 
El fracasado intento subversivo sería la señal de que el conflicto entre el gobierno y la oposición ya no tenia retorno. O Perón profundizaba la revolución apoyado en la inmensa mayoría del pueblo argentino, o el proceso revolucionario iniciado en 1945 se truncaba.
 
En julio, Perón hace un llamado a los opositores para pacificar el país, apostando por la "convivencia democrática" y "la consolidación nacional". Con la sangre aún caliente de los millares de víctimas de la descabellada masacre de Plaza de Mayo, Perón llama a la conciliación y no a la lucha. Se ocultó el verdadero número de víctimas de los bombardeos y se negó a fusilar a los principales responsables.
 
Perón invita a la oposición a la conciliación y pacificación del país, y la oposición lo rechaza con argumentos bizantinos y pretensiones desmedidas, mientras continúa con la conspiración, el sabotaje y los atentados, alimentados por una oligarquía ávida de recuperar el poder que le había sido arrebatado en 1946.
 
Es evidente que la oligarquía estaba dispuesta a llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias: la franca confrontación entre los beneficiarios y los enemigos de la Nueva Argentina. Ya lo había demostrado con el bombardeo de Plaza de Mayo.
 


El golpe final del 16 de septiembre de 1955
 
El 16 se septiembre de 1955 estalló en Córdoba  la insurrección militar que daría inicio a la autodenominada Revolución Libertadora.
 
Los rebeldes contaron con el apoyo de los llamados "comandos civiles", políticos gorilas que combatieron contra las tropas leales al presidente Perón en Alta Córdoba, y mantuvieron escaramuzas en distintos puntos del país, ocupando edificios públicos y constituyeron un factor de enlace permanente con los militares sublevados.
 
Hubo fuertes enfrentamientos entre la Escuela de Artillería, su aliada, la Escuela de Tropas Aerotransportadas y la vecina Escuela de Infantería, leal al gobierno, en las afueras de Córdoba y se combatió en el epicentro de aquella ciudad, sobre todo frente al histórico Cabildo; en la Basa Naval de Río Santiago, atacada por la Fuerza Aérea leal y en el Río de la Plata, donde la Escuadra de Ríos sufrió serios daños. También se produjeron choques en Curuzú Cuatiá (provincia de Corrientes), en Cuyo y Entre Ríos.
 
Hubo duros enfrentamientos entre fuerzas del Ejército y la Aviación Naval en la zona de Sierra de la Ventana y Tornquist y combates de consideración en Bahía Blanca y la provincia de Río Negro donde un convoy fue atacado por aviones navales.
 
Por otra parte, la Marina bombardeó los depósitos de combustible y la Escuela de artillería antiaérea de Mar del Plata, amenazó con hacer lo mismo en la Destilería de La Plata y  unidades rebeldes de la Fuerza Aérea atacaron aeródromos y bases leales en diferentes puntos de las provincias de Córdoba y Buenos Aires.



 
Foto: Pese a la brutal represión, en Rosario la resistencia no afloja. En una de esas jornadas de 1956, Villa Manuelita amanece pintada en abierto desafío al orden mundial imperante: " Los yanquis, los rusos y las potencias reconocen a la Libertadora. Villa Manuelita no ".


Rosario: Capital del Peronismo
 
Apenas iniciado el golpe contra el gobierno constitucional peronista, aparecieron los resistentes en Rosario y durante 7 días con sus noches soportaron el asedio de los golpistas.
 
El general León Bengoa con refuerzos militares, armamento y municiones suficientes sitia a la ciudad provocando una guerra civil en Rosario. Sitiados, sin alimentos, sin armamento, las fuerzas leales a Perón, el Regimiento Militar II de Infantería de Rosario junto a los trabajadores del cordón industrial y el pueblo pelean y avanzan sobre los sectores enemigos del centro de la ciudad y las fuerzas armadas.

Durante siete días mantuvieron en vilo a la ciudad y a las fuerzas golpistas que nunca pudieron entrar para arrancar los bustos de Perón y Evita, por ese motivo Perón la declara la Capital del Peronismo.

 
Allí la resistencia peronista fue una de las más feroces y activas. Tenía una base social amplia y en esos días de guerra civil, en Rosario, el golpe se cobró más de 400 muertos entre niños, mujeres y hombres de distintas edades, además de cientos de heridos.
 
Los enfrentamientos en todo el país se extendieron del 16 al 21 de septiembre y finalizaron cuando Perón renunció a la presidencia y se marchó al exilio, primero a Paraguay y posteriormente a Venezuela, República Dominicana y España.

 

¿Por qué renunció Perón?
 
Para la renuncia se unieron varios factores: la falta de disposición de Perón a la lucha, la débil lealtad de los militares hacia él y el deseo de evitar la abierta confrontación de la oligarquía con el pueblo en las calles y armado, dispuesto a todo.
 
Sumado a ello la profunda decisión de los militares sublevados de llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias; como lo demuestra la amenaza de la Marina de bombardear a la población civil de la ciudad de Buenos Aires y destruir las destilerías de petróleo "Eva Perón", una obra de extraordinario valor para la economía nacional.
 
El gobierno de Perón tal vez estaba en condiciones de derrotar militarmente a los sediciosos, sin embargo la estabilidad del régimen popular dependía de su decisión de enfrentar violentamente a la oligarquía terrateniente y profundizar el proceso revolucionario iniciado el 17 de octubre de 1945. Perón tuvo el temor de introducir al país en una guerra civil, cedió a la presión y cursó su renuncia.
 
El golpe militar de septiembre de 1955 provocó, entre junio y septiembre, la muerte de casi 4000 personas, entre civiles y militares y significó el triunfo y el festejo para los sectores pertenecientes a las clases media y alta, pero la mayoría de los trabajadores y de los sectores populares lo recibieron con tristeza e indignación.
 
 
"Ni vencedores, ni vencidos"

El 20 de septiembre Lonardi asumía la presidencia de la República con una frase que luego fue desvirtuada por la realidad de los hechos: "Ni vencedores, ni vencidos".

Los partidos políticos gorilas festejaban en las calles. El Comité Nacional de la UCR brindó su apoyo al gobierno militar explicitando textualmente que: "la revolución triunfante por el sacrificio de soldados, marinos, aviadores y civiles unidos por su patriotismo y amor a la libertad, abre una gran esperanza".

Incluso radicales como los doctores Roque Carranza, Carlos Alconada Aramburu, y en Entre Ríos, Sergio Montiel, resultaron ser relevantes conspiradores y "comandos civiles".

El Congreso Nacional se disolvió; las provincias fueron intervenidas; a los miembros de la Corte Suprema de Justicia se los dejó cesantes; se creó una Comisión Nacional de Investigaciones destinada a actuar contra el peronismo.

Mientras tanto, el Movimiento Peronista se encuentra desorganizado y lo previsible ocurre. Con la caída de Perón se produce el desbande general de los viejos dirigentes; muy pocos permanecieron en sus puestos de lucha.

Los "comandos civiles" atacan los locales obreros y los ocupan a punta de pistola (se interviene la CGT, se asaltan los locales partidarios y se encarcela a sus dirigentes más representativos) Pero la resistencia surgirá rápida y espontánea en las bases populares indignadas por el derrocamiento de Perón, aunque sus dirigentes estaban presos, exiliados o escondidos.



Política de los "libertadores"

El nuevo gobierno "de facto" toma medidas de neto corte antipopular que tiende a sustituir el Estado de Bienestar del peronismo.

El Plan Prebisch, alentado por el nuevo gobierno de facto, considera que existe una crisis económica en el país. Para salir de ella, siguiendo los lineamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) propone y efectiviza: fuerte incentivo a la producción agropecuaria, restablecimiento del mercado libre de cambios, acudir al crédito exterior, congelar sueldos y salarios, admitir la entrada de capital extranjero y la devaluación del peso argentino. Consecuentemente, dispone el ingreso como país-socio al Fondo Monetario Internacional.


 
Asume Aramburu

Pero grupos de militares cerradamente antiperonistas (llamados "gorilas") entienden que Lonardi es demasiado blando y no lleva a cabo la tarea de "desperonizar" al país con suficiente energía. Un golpe interno en las Fuerzas Armadas, determinó el día 13 de noviembre su reemplazo por un liberal de derecha, el General Pedro Eugenio Aramburu.


En ambas Presidencias el Almirante Isaac Rojas ocupó el cargo de vicepresidente de la Nación conjuntamente con la Junta Consultiva, integrada por representantes de los partidos gorilas opositores al peronismo, seleccionados por el poder militar.
 
Los siguientes partidos fueron los integrantes de la Junta Consultiva Nacional: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Conservador, Partido Demócrata Progresista y Partido Demócrata Cristiano.
 

Recrudece la política represiva


Con Aramburu comienza una etapa de mayor represión. Se disuelve el Partido Peronista y se intervienen más sindicatos. El 1º de Mayo de 1956 se vuelve a poner en vigencia a la Constitución de 1853, declarándose nulas y sin valor las reformas sociales realizadas en 1949.

Paralelamente al cambio presidencial, se agudiza la represión, llevándose a la práctica decretos leyes como el 4.161, que desautoriza toda actividad peronista (se prohíbe, con pena de cárcel: nombrar a Perón y a Eva Perón, tener sus retratos o símbolos, cantar la marcha peronista, etc.) también se proscribe electoralmente al peronismo y se secuestran los restos mortales de Evita.

Empieza una sorda resistencia inorgánica, con tres polos de desarrollo: la fábrica, el barrio y los militares peronistas. Desde el exilio, Perón envía "directivas secretas" a los dirigentes peronistas para intentar organizar la Resistencia, menciona especialmente a la Juventud Peronista y nombra su delegado personal para coordinar la Resistencia a John William Cooke.



La resistencia peronista

El año 1956 se caracteriza por el aumento de la oposición peronista al gobierno de Aramburu, la creciente tensión social y la crisis profunda que sacude al régimen.


Desde las fábricas, los barrios, el seno del movimiento obrero, desde las estructuras de los cuerpos de delegados y comisiones internas se formó el engranaje de una nueva manera de resistir el golpe, con la consigna de Perón Vuelve. Esa lucha se dará en Rosario, Córdoba, el primer y segundo cordón industrial de la provincia de Buenos Aires, en la provincia de Tucumán y en Tafí Viejo, donde se encuentran los talleres ferroviarios más emblemáticos, Altos Hornos Zapla, los cañeros de la Fotia, Minera Aguilar, Jujuy y las Pirquitas, y tanto más.

También en el 56 comienzan a organizarse en forma embrionaria agrupaciones gremiales ligadas a jóvenes peronistas, nucleados fundamentalmente en los barrios. Estos grupos juveniles se organizaron progresivamente hasta confluir al año siguiente en la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista, integrada por Gustavo Rearte, Héctor Spina, Felipe Vallese y otros. Aparecen varios periódicos ligados a ese sector (Norte, Línea Dura, etc.)



Se amplia la intransigencia

La exclusión política del peronismo, produjo un proceso de resistencia que ampliaría el perfil del justicialismo. A partir de 1955 el peronismo aglutinó, representó y canalizó a todas las rebeldías y críticas contra el sistema económico, social y político, crecientemente ineficaz y en el cual era el único actor apartado.

El espectro político peronista se tornó muy amplio y variado. El activismo peronista opositor, con ingenio y combatividad, realizó sus intentos por la vía del levantamiento cívico-militar, acciones de resistencia por métodos encubiertos, "trabajo a tristeza", sabotajes, colocación de explosivos, paros gremiales, atentados, ataques con bombas "Molotov", etc.



Experiencias insurreccionales

En esta etapa se realizaron alzamientos cívico-militares -la revolución del general Juan José Valle y, posteriormente, la asonada del general Iñiguez- y se probaron otras formas de lucha que incluyeron experiencias insurreccionales -la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, encabezada por Sebastián Borro, que puso en pie de guerra al barrio de Mataderos durante una semana-, y experiencias guerrilleras rurales como fue la de los "Uturuncos" desarrollada en Tucumán y Santiago del Estero entre octubre de 1959 y junio de 1960.

Además, el peronismo participaba, aunque estaba proscripto, en las elecciones apoyando a otros candidatos en contra de los radicales, que eran los representantes civiles de la dictadura militar.



El radicalismo nunca se alejó demasiado del poder. En los interregnos militares inaugurados por la Revolución Libertadora de 1955 siempre se pueden encontrar ministros, gobernadores e intendentes radicales, en grado tal que es posible hablar de la Unión Cívica Radical como brazo civil del golpismo militar de las décadas del 50, 60 y 70.

 
La revolución del General Valle y la Operación Masacre

En el marco de la resistencia anti-oligarquica, en junio de 1956, el General Juan José Valle organiza un alzamiento cívico-militar contra el gobierno ilegítimo para defender la soberanía popular y la justicia social, avasalladas por el gobierno militar instalado en septiembre de 1955.

El movimiento revolucionario es infiltrado, pero no se lo reprime hasta que se manifiesta como tal. Se buscaba desde el poder dar un escarmiento total que sirviera para desalentar posibles intentos posteriores.

Tan es así, que los decretos de fusilamiento para el general Valle y sus compañeros fueron firmados antes del 9 de junio, pese a que el tribunal militar que los juzgó, los había absuelto. Así y todo se les aplicó la ley marcial retroactiva a la fecha y hora de disposición. Es de hacer notar que al rendirse el general Valle, se le garantizó salvaguardar su vida. Entre el 9 y el 12 de junio de 1956, murieron fusilados y asesinados en los basurales de José León Suárez 31 patriotas revolucionarios peronistas.

 

Si bien los militares gorilas y golpistas, testaferros de la oligarquía ávida de recuperar el poder que le había arrebatado el pueblo en 1945, hablarán del "tirano sangriento" y la "tiranía sangrienta" refiriéndose a Perón, que se había negado a fusilar a los culpables de la masacre de Plaza de Mayo y a perseguir a sus cómplices, lo cierto es que serán ellos los salvajes y homicidas que proscribirán, perseguirán, encarcelarán, torturarán y matarán al pueblo argentino.

 
Escribe: Blas García

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14-12-2025 / 09:12
Bajo el mote de reforma laboral se esconde la decisión de Javier "el Loco" Milei que pretende consagrar institucionalmente, en 2026, los objetivos que en 1976 se planteara la dictadura militar genocida. Los cambios en el proceso de acumulación en el marco del genocidio, el endeudamiento, la valorización financiera y la fuga de capitales, la desindustrialización, el modo de incorporación del cambio tecnológico y la llegada del capitalismo de plataformas, produjo una sustancial alteración de la relación capital-trabajo, obviamente en desmedro del conjunto de los trabajadores.
 
En ese marco de brutal regresividad en las condiciones materiales de vida de quienes trabajan, se sucedieron en las distintas administraciones conservadoras cambios normativos, todos con la misma dirección. 1. Abaratar el precio del trabajo. 2. Facilitar el despido. 3. Debilitar los convenios colectivos. 4. Limitar y destruir la organización sindical.
 
Estas orientaciones fueron parte de los cambios normativos que impulsó la dictadura militar, de las leyes que llevaron adelante Cavallo, Menem y De la Rúa, del frustrado intento de Macri y también del proyecto de Milei. Proyecto este cuya profundidad en términos de alteración de la Ley de Contrato de Trabajo solo es equiparable a lo planteado hace 50 años por la dictadura militar.
 
Además, se lleva a cabo la directa eliminación de los costos del despido a partir de la creación de un Fondo de Asistencia Laboral que se financiará con tres puntos de las actuales contribuciones patronales. A la vez, se les reduce en un punto adicional los aportes a los empresarios en relación a las obras sociales que dejarían de percibir un punto de los que están recibiendo en la actualidad.
 
En síntesis, cuatro puntos de los aportes patronales dejan de financiar las jubilaciones y la salud de los trabajadores, con el objeto de eliminar los costos del despido y reducir los costos laborales. Situación ésta que implica una redistribución de ingresos desde los trabajadores al capital, cercana a los 3000 millones de dólares.
 
Las experiencias internacionales y la propia experiencia nacional indican que estas propuestas solo profundizan la desocupación, la informalidad y la pobreza. Es más, aspectos laborales de esta naturaleza son los que contenía la Ley Bases y que ya tuvieron dos años de aplicación en el curso del gobierno de Milei. Años que lejos de promover el empleo registrado, coexisten con la destrucción de 222 mil puestos de trabajo formales registrados de los cuales 139 mil son del propio sector privado, al tiempo que el monotributo y los asalariados no registrados constituyen las formas de inserción laboral de mayor importancia en los últimos dos años.
 
Por si esto fuera poco, los modelos que pregonan los funcionarios libertarios como objetivos a alcanzar por la Argentina, no hacen más que negar con la evidencia lo que el propio gobierno pregona para justificar lo que propone. Poner como ejemplo a seguir países como Paraguay o Perú, que prácticamente carecen de legislación laboral, resulta inentendible. Estos dos países exhiben, aún sin legislación laboral, niveles de informalidad superiores a los que hoy exhibe la Argentina.
 
Para frenar esta ofensiva hay que convocar a la sociedad a discutir la necesidad de relaciones laborales diferentes para un país distinto al que construye Milei. Para eso necesitamos relaciones laborales que se edifiquen en base a la redistribución del ingreso, la revalorización del trabajo y la necesidad de expandir derechos para todos aquellos que trabajan independientemente del tipo de inserción laboral que tengan.
 
La Opinión Popular
 

13-12-2025 / 09:12
El proyecto de país que perfila el gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei tomó el aspecto de una sociedad sin derechos organizada por el mercado. El mercado elimina el concepto de soberanía y decidirá quién irá preso y quién se tomará vacaciones. A su vez, el mercado está organizado por una escala jerárquica según el poder económico.
 
O sea: la libertad de los libertarios es como la milanesa tucumana hecha con papel higiénico. Y de postre: inflación. Si alguno pensó que el esfuerzo valía la pena, el 2,5 de inflación -medido por un Indec que todo el mundo sabe trucho-- le dio una mala noticia: se quedó sin trabajo, se quedó sin empresa, y además tiene inflación.
 
En la misma semana asumió Joaquín Mogaburu como subsecretario de Derechos Humanos y se presentó el proyecto de reforma laboral en el Congreso. El nuevo funcionario es un personaje ligado a los represores y da cursos en los cuarteles sobre "memoria completa".
  
Mogaburu aboga por la conciliación y el perdón a los genocidas. El combo es coherente con el protocolo de seguridad que criminalizó la protesta social, el decreto que permitió a las fuerzas armadas intervenir en conflictos internos y la eliminación del derecho a huelga y otros derechos como lo estipula la reforma laboral enviada al Congreso.
 
Durante el mes hubo decenas de actos sobre derechos humanos en centros culturales, casas de la memoria y en plazas de todo el país. Y el jueves se realizó un festival en la Plaza de Mayo encabezado por Madres, Abuelas y el Serpaj de Adolfo Pérez Esquivel. Al mismo tiempo, la CGT anunciaba un acto público para oponerse al proyecto de ley enviado al Congreso.
 
No hay derechos humanos y no hay derechos laborales. No hay derecho a la protesta y no hay derecho que proteja contra la tortura y la violación como reclaman los que piden la libertad de torturadores y violadores que actuaron tras haber usurpado el Estado durante el golpe genocida. No hay sujetos de derecho en esta sociedad que conciben los libertarios y que ha sido votada por muchos que perderán los derechos que tenían.
 
Con el mercado se come, con el mercado se educa, con el mercado se cura. Si eso era difícil con la democracia, el mercado ni se lo plantea porque el único derecho que reconoce es el del que tiene más capital. El mercado habla de méritos, pero los derechos no se ganan. Los derechos implican también responsabilidades, pero no se ganan por méritos. Al menos la democracia reconoce que todos tienen derecho a comer, a la educación y a la salud. Después dependerá de los gobiernos proveer esos derechos.
 
Los libertarios inventaron una democracia con voto, pero sin derechos. Y los derechos son para todos porque son inherentes a la condición del ser humano. Si son para pocos, no califica. La democracia se construye sobre los derechos ciudadanos. Sin esos derechos básicos no hay sistema democrático. Este gobierno habla de democracia y libertad, pero cuando hace la milanesa, le pone papel higiénico en vez de libertad y democracia.
 

12-12-2025 / 10:12
El gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei mandó al Senado un proyecto de contrarreforma para eliminar derechos laborales, sindicales y de huelga que atrasa un siglo. Contra la Constitución desconoce hasta la jornada de 8 horas y el derecho a huelga. Redactado por los abogados de las grandes empresas, de Paolo Rocca, Galperin y Eurnekian, en cada rubro empeora la posición de los trabajadores. Perjudica también a monotributistas e informales y se propone financiar los despidos con la plata de los jubilados.
 
El gobierno libertario demoró la presentación de la contrareforma laboral, que no registra precedentes desde la dictadura genocida de 1976, para estirar los tiempos de negociación y definir cuán a fondo iría en su ofensiva contra los trabajadores y el sindicalismo. El proyecto que ingresó al Senado retoma lo peor de todas las versiones anteriores y lo condensa en 71 páginas y 191 artículos.
 
Enmascarada en una supuesta "modernización", la iniciativa retrocede más de un siglo y desconoce pilares básicos del derecho laboral como la jornada de ocho horas y restringe el derecho a huelga. Lejos de mejorar la vida de los trabajadores, crear empleo o incorporar a los informales al mercado formal, la reforma sólo busca abaratar costos para que el empleador pueda despedir y amplía la desprotección sobre el sector más débil.
 
Los especialistas coinciden en que "invierte la presunción de laborabilidad" perjudicando a monotributistas y trabajadores "independientes". El texto final del proyecto confirma la transferencia regresiva de los derechos de los trabajadores en favor del gran capital, debilita su capacidad de organización y faculta al empleador para modificar condiciones laborales según sus necesidades.
 
La reforma laboral, firmada por Milei, fue elevada al Congreso de manera errónea por parte de Gobierno. Legisladores opositores y abogados laboralistas cuestionaron el ingreso por el Senado, ya que la reforma laboral contiene un capítulo tributario que modifica impuestos centrales. Al respecto, la Constitución fija que toda ley de carácter impositivo debe originarse en Diputados.
 
La reforma laboral que impulsa Milei atrasa porque reinstala un modelo previo al propio nacimiento del derecho laboral. La abogada Natalia Salvo advierte que es "una novedad de museo que nos devuelve a un tiempo sin normas". El proyecto permite jornadas de hasta 12 horas, un retroceso a antes de la Ley 11.544, conquistada después de las huelgas y masacres de la Patagonia y la Semana Trágica.

También elimina ítems remunerativos para achicar aguinaldo y vacaciones, ahora fraccionadas como en etapas de precariedad anteriores a cualquier estándar moderno. Al mismo tiempo, remarca que la iniciativa desconoce los avances globales sobre las plataformas: mientras en Europa los tribunales y países como España o Portugal ya reconocen a esos trabajadores como dependientes, aquí se los deja en un limbo jurídico. Modernizar sería ampliar la protección, no recortarla. Con un 43 por ciento de informalidad, el proyecto empuja al país hacia un pasado sin resguardo, donde la relación laboral quedaba librada a la voluntad de la patronal.

Un Gobierno que miente en todo, presenta el argumento principal en la supuesta "creación de trabajo formal". Silogismo falaz, acaba de ser refutado por un hombre del gran capital, el abogado Julián de Diego. Dijo que "sin crecimiento, no habrá generación de empleo". Ese crecimiento se presenta, como promesa lejana, relato de un provenir etéreo, medido en décadas. Equiparada a Irlanda, Alemania, y otras naciones. Por ahora, lo que hay es recesión, inflación en alza y deuda. Cada vez más deuda.

La Opinión Popular


11-12-2025 / 10:12
Turismo "con la nuestra". Nuevo papelón internacional de Javier "el Loco" Milei que fue a perder el tiempo a Noruega disfrazado con el mameluco de YPF, viajó 25.000 kilómetros para sacarse una foto... y se volvió sin nada. María Corina Machado faltó a su premiación como Nobel de la Paz. Viajó con su hermana Karina a Oslo en el avión presidencial, en un viaje que cuesta 300 mil dólares, y se alojó en el Gran Hotel de Oslo, en donde una habitación cuesta mil euros por noche. "El Peluca" volvió a las apuradas y de inmediato puso su firma en el funesto proyecto que apunta contra la justicia social y modifica la regulación de horas extras, vacaciones e indemnizaciones.
 
El fugaz y costoso paseo de Milei por Noruega terminó en un traspié político que expuso improvisación y falta de estrategia. La salida apresurada dejó al libertario sin el rédito simbólico que buscaba y reforzó las críticas sobre un viaje reducido a gestos vacíos, sin resultados concretos ni agenda internacional consistente. Tenía una agenda que incluía reuniones con el primer ministro y con el rey, además de la posibilidad de un encuentro cara a cara con Corina Machado, y los dejó "de garpe". Cosa de loco.
 
Milei regresó de apuro para evitar que una interna ponga en riesgo el tratamiento de la reforma laboral. Las explicaciones oficiales, en off the record, hablaban de la necesidad de "firmar la ley de reforma laboral" después de hacer "algún ajuste de último momento", sin embargo, tanto los cambios como la firma se pueden gestionar de manera remota. Lo que sucedió en realidad es que una nueva interna en el gobierno casi hace volar por los aires la Ley Rifle. Lo más llamativo, en este caso, es que los que frenaron el proyecto son dos enemigos íntimos: Santiago Caputo y Martín Menem.
 
Ellos son los dos interlocutores más fluidos que tiene la CGT dentro de la estructura libertaria y vienen advirtiendo desde hace tiempo que así como la estaba planteando Federico Sturzenegger, la reforma laboral corre el riesgo de empantanarse en el Congreso y terminar siendo rechazada, modificada hasta volverla irreconocible o aprobada a un costo demasiado alto. El recuerdo de la reforma previsional de Mauricio Macri en 2017 está presente en todos los cálculos.
 
Las partes observadas son justamente las que apuntan contra el andamiaje financiero y normativo que sostiene a los sindicatos, los llamados "derechos colectivos" que la CGT prioriza antes que las condiciones de trabajo individuales. De hecho, este lunes Sturzenegger estuvo reunido con los diputados de LLA, en un encuentro del que Menem no participó, y ante las consultas sobre estos asuntos el ministro prometió una "versión light", más sencilla de aprobar.
 
Sin embargo, el anuncio que hizo el vocero con sueldo de jefe de gabinete, Manuel Adorni, al día siguiente, no contempla la mayoría de esos recortes e incluye cláusulas inaceptables para el más dialoguista de los líderes gremiales. Dicen en la Casa Rosada que la orden de ir a fondo la dio el mismo Milei. El proyecto ya estaba listo para ingresar al Senado cuando Caputo y los Menem lograron frenarlo. Ese fue el motivo por el que el presidente tuvo que volver de apuro.
 
Patricia Bullrich, en tanto, defiende la redacción de Stuzenegger pero reclama que la situación se destrabe porque cree que si la reforma no tiene un tratamiento express y media sanción antes de las fiestas, después puede empantanarse. Su plan original de dictaminar esta misma semana, incluso el viernes a última hora, se fue diluyendo con el correr de las horas. El escenario más optimista apunta a sesionar en vísperas de noche buena. Sería un verdadero milagro navideño, mientras la CGT y el peronismo se abroquelan contra la reforma laboral anti obrera y pro patronal de Milei.
 
La Opinión Popular
 

10-12-2025 / 09:12
La denuncia por la compra de chatarra militar suma un nuevo capítulo. A la venta por un euro de los F-16 a Rumania, se añade el inminente acuerdo entre Polonia y Estados Unidos para la comprar de 250 vehículos blindados Stryker por sólo el valor simbólico de un dólar.
 
Los Stryker forman parte del catálogo militar yanqui que fueron utilizados en Afganistán e Irak y están diseñados para el transporte ágil de tropas y equipamiento. Según versiones oficiales, la elección del modelo responde a una planificación que prioriza la movilidad, la protección y la capacidad de respuesta ante diversas situaciones operativas.
 
Se trata de unidades adaptadas a distintos escenarios urbanos y misiones, con posibilidad de implementación progresiva conforme a los requerimientos logísticos y de capacitación establecidos por el Ejército Argentino.
 
Ya en julio que había opciones mejores que estaban siendo barajadas como el Guaraní de Brasil, que son vehículos muy similares a los que se usan en Argentina con el aditamento que los componentes mecánicos son argentinos como el motor y transmisión de IVECO.
 
Según publicó el medio ecuatoriano El Universal en base a un informe de Interesting Engineering, con esta oferta se pretende que los Strykers, que actualmente están desplegados en Europa, no vuelvan a territorio estadounidense, sino que sean entregados directamente a Polonia como parte del proceso de disminución de presencia militar norteamericana en la región.
 
Un análisis de Breaking Defense detalla que los Strykers llegarían en condiciones deterioradas, lo que implicaría reparaciones costosas, modernización y la creación de un nuevo sistema de soporte y entrenamiento, especialmente complejo para una plataforma que Argentina nunca operó.
 
Por otra parte, sostiene el informe, también hay dudas sobre el impacto industrial que traería la llegada de estos blindados, ya que puede desplazar la demanda de vehículos de fabricación nacional, como el Rosomak. En efecto, como ocurre con los F-16, se confirma que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están deshaciéndose de la buena parte de su material militar por considerarlo vetusto y desactualizado.
 
Por eso, en el Ejército argentino preferían El Guaraní brasileño dado no se impone límite de cantidad, son nuevos, se transfiere tecnología de fabricación de partes y es interoperable con Brasil.
 
"Los EEUU limitan la cantidad, nos entregan un lote de usados que Chile descartó oportunamente. No son anfibios y puede ser que venga una flota final heterogénea, con menor ciclo de vida útil y mayor costo de mantenimiento. Es relevante que no sean anfibios. No van a poder varear nuestros ríos", detalló un militar activo en ese momento.
 
Para armas, plata hay. De los 27 vehículos que el gobierno le compró a Estados Unidos el valor total fue de 100 millones de dólares. La propuesta de Brasil por los Guaraní era de 161 vehículos (156 + 5 de entrenamiento) por 400 millones de dólares, quedando cada unidad en valor de 2,5 millones de dólares cada uno contra los 3,7 de los Stryker. Es decir, si se hubiesen comprado la misma cantidad a Brasil, hubiera gastado 67 millones, 32 millones menos que lo que gastó ahora. ¿Aliados a EEUU? Las pelotas... A Milei, los yanquis lo toman de gil.

 

 

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