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Nacionales - 06-11-2011 / 10:11
PODER Y GOBERNABILIDAD

¿A esta Argentina sólo la puede gobernar el peronismo?

¿A esta Argentina sólo la puede gobernar el peronismo?
El “pragmatismo” del peronismo, su capacidad para adaptarse y asumir los discursos ideológicos más contradictorios puede que también respondan a esa morfología política en tanto su relación con lo “real” siempre fue más importante que su relación con las ideas.
Se afirma que a esta Argentina sólo la puede gobernar el peronismo, que cualquier intento de hacer algo diferente está condenado al fracaso. Es como que los peronistas disponen de habilidades intrínsecas para gobernar, algo que la naturaleza les ha negado a los dirigentes de los otros partidos. ¿Es así?
 
Hoy los pueblos no se expresan exclusivamente a través del voto ciudadano. La trama de la sociedad es densa y compleja; y a esa trama, una fuerza política como el peronismo está en mejores condiciones para representarla que los partidos que sólo conciben a la representación con categorías que funcionaban en las sociedades de principios del siglo veinte.
 
Dicho de una manera esquemática, un radical, por ejemplo, piensa la política como una relación entre ciudadanos, mientras que un peronista la piensa como una relación mucho más compleja de opciones de poder.
 
La discusión del actual gobierno con Moyano -por ejemplo- es un debate sobre el disciplinamiento de la clase obrera, pero es también un debate interno entre los diferentes factores de poder del peronismo.
 
¿Es deseable que así sea? ¿Si las contradicciones inevitables en toda sociedad no se expresan a través de otros partidos, es deseable que lo hagan a través de las corporaciones, la prensa, o estallen en el interior del peronismo?

 
El otro día me invitaron a una escuela a hablar de política. Una de las primeras preguntas que me hicieron fue acerca de las condiciones de los peronistas para asegurar la gobernabilidad.
 
Es una pregunta que está en el aire: se afirma, se sugiere, que a esta Argentina sólo la puede gobernar el peronismo, que cualquier intento de hacer algo diferente está condenado al fracaso.
 
Es como que los peronistas disponen de las virtudes o de las habilidades intrínsecas para gobernar, algo que la naturaleza, la historia o el destino les han negado a los dirigentes de los otros partidos.
 
¿Es así? Advertí que la pregunta admite diferentes abordajes, pero que al primer golpe de vista no cuesta demasiado observar que efectivamente es así, que los que aseguran la gobernabilidad en la Argentina, empezando por cumplir con los mandatos de gobierno, son los peronistas.
 
En efecto, si examinamos los acontecimientos a partir de 1983 observaremos que los gobiernos peronistas concluyeron sus mandatos, mientras que los no peronistas debieron abandonar el poder: Raúl Alfonsín, seis meses antes; Fernando de la Rúa, dos años antes.
 
No concluyen allí los argumentos a favor del peronismo: en los últimos veintiocho años de democracia los radicales gobernaron ocho y los peronistas veinte, a los que se les debe agregar los cuatro que vienen.
 
Desde el punto de vista de la distribución territorial y el control de los poderes del Estado, la balanza se sigue inclinado de manera decidida a favor del peronismo: hoy, salvo en Santa Fe, las provincias son gobernadas por elencos peronistas. Y en el Congreso son amplia mayoría en ambas cámaras. Sólo en las ciudades y los pueblos es posible encontrar niveles interesantes de diversidad.
 
Pero en la Argentina, la gestión municipal está muy lejos de ser un poder alternativo o una referencia a cuestiones ideológicas o políticas significativas, ya que como bien se sabe, en las localidades pequeñas los gobiernos locales se eligen atendiendo a las virtudes de los candidatos que suelen expresarse con independencia de sus alineamientos partidarios.
 
Si los datos del inmediato pasado histórico fueran decisivos para interpretar los procesos, está claro que el peronismo en la Argentina es la fuerza política con condiciones reales para gobernar.
 
Sin embargo, las estadísticas -aunque importantes- no son la única variable de análisis. ¿Hay otras? Por supuesto que las hay, sobre todo cuando uno se resiste a admitir que el peronista dispone de virtudes genéticas singulares que lo dotan de habilidades particulares para gestionar.
 
Postulo, por lo tanto, que una persona no dispone "naturalmente" de condiciones para gobernar, aunque una persona identificada o inserta en una fuerza política como el peronismo está en mejores condiciones que otras para gobernar.
 
Daniel Scioli, por ejemplo, no es más habilidoso que Fernando de la Rúa, y Carlos Menem no es más inteligente que Raúl Alfonsín, pero a Scioli y Menem les podríamos agregar los nombres de Néstor Kirchner o Eduardo Duhalde, todos participan de una fuerza política cuya representatividad incluye al ciudadano, pero también a una trama compleja y amplia de instituciones.
 
Veamos. El peronismo históricamente se pensó como movimiento y como una fuerza política alternativa a la tradición liberal que sólo se proponía representar al ciudadano.
 
Los sindicatos, las cámaras empresariales, los grupos y factores de poder, siempre fueron tenidos en cuenta por el peronismo a la hora de pensar la política. Y, no sólo fueron tenidos en cuenta como factor externo, sino -y esto es lo interesante- como factor interno.
 
El "pragmatismo" del peronismo, su capacidad para adaptarse y asumir los discursos ideológicos más contradictorios puede que también respondan a esa morfología política en tanto su relación con lo "real" siempre fue más importante que su relación con las ideas.
 
El debate está abierto, pero prescindiendo de las imputaciones o las hipótesis que se tramen alrededor de esta identidad, lo cierto es que el peronismo dispuso de un nivel de representación amplio y complejo que, más allá de las fantasías ideológicas, resultó funcional a la estructura real de la sociedad.
 
Dicho de una manera esquemática, un radical, por ejemplo, piensa la política como una relación entre ciudadanos, mientras que un peronista la piensa como una relación mucho más compleja de opciones de poder.
 
Puede que el radical admita que es necesario relacionarse con estos factores de poder, pero siempre lo pensará como una relación externa, mientras que para el peronismo es fundamentalmente una relación interna.
 
La discusión del actual gobierno con Moyano -para continuar con los ejemplos- es un debate sobre el orden y el disciplinamiento de la clase obrera, pero es también un debate interno entre los diferentes factores de poder del peronismo.
 
Se sabe que hoy los pueblos no se expresan exclusivamente a través del voto ciudadano. La trama de la sociedad civil suele ser densa y compleja; y a esa trama, una fuerza política como el peronismo está en mejores condiciones para representarla que los partidos que sólo conciben a la representación con categorías que funcionaban o eran aptas para las sociedades de principios del siglo veinte.
 
Si esto es así, podemos encontrar entonces una causa objetiva para señalar que el peronismo está en mejores condiciones que los opositores para asegurar la gobernabilidad.
 
Alguien podría decir que en el pasado histórico más lejano el peronismo no fue una fórmula eficaz de gobernabilidad. Es un buen argumento.
 
En 1955 el peronismo fue derrocado y su caída tuvo que ver con las conspiraciones de los opositores, pero también con sus propias torpezas.
 
El conflicto con la Iglesia Católica, el incendio de los templos y las arengas del ex presidente Perón convocando a exterminar a los opositores, contribuyeron de manera notable a precipitar los acontecimientos.
 
En su momento se sostuvo que la ruptura con la Iglesia Católica y las Fuerzas Armadas fue un error del peronismo, pero no faltaron los que dijeron que, más que un error, lo que el peronismo hizo fue ser consecuente con su naturaleza: el control absoluto de la sociedad.
 
Golpistas hubo desde que el peronismo asumió el poder, pero el golpismo se pudo concretar cuando amplias franjas de la sociedad se sumaron a la asonada. Ello fue posible gracias a los errores del peronismo más que a las "virtudes" de la oposición.
 
La experiencia peronista de 1973 a 1976 fue catastrófica. Seguramente esta fuerza política debe poseer reservas de vitalidad muy especiales para sobrevivir como alternativa de poder después de haber instalado en el gobierno a un rufián de baja estofa como Lastiri, a una bataclana como Isabel o a un líder que, entre otras virtudes, no vaciló en autorizar el funcionamiento de una banda terrorista conocida con el nombre de "Tres A" para exterminar a los mismos terroristas que estimuló desde el exilio.
 
Tal vez el otro indicio de ingobernabilidad presente en el peronismo, se manifestó en la llamada crisis del campo. El tema de las retenciones fue el disparador del conflicto, pero a las pocas semanas lo que se instaló como discusión fue el tema de la autoridad.
 
En condiciones normales, los Kirchner podrían haber negociado con los propietarios rurales. La experiencia ha demostrado que en general nunca le han hecho asco a acordar, si es necesario, con Drácula y el Hombre Lobo.
 
¿Por qué no lo hicieron? Porque no aceptaron que el principio de autoridad personal, la imagen que ellos tiene de sí mismos para ejercer el poder, fuera puesta en discusión. En este punto, el caudillo de Santa Cruz y el peronista histórico se dieron la mano.
 
Como se recordará, fueron derrotados en toda la línea. Y así como el demonizado "yuyo" es hoy el que les salva las cuentas, fueron las denostadas instituciones liberales, empezando por el Congreso, las que les permitieron sacar las papas del fuego, porque de no haber sido por el rol que cumplió el Parlamento y por el voto de Cobos, el destino de los Kirchner era volver a Santa Cruz, el exilio o el calabozo.
 
De todos modos, admitamos que al principio de gobernabilidad hoy, en la política nacional, lo asegura el peronismo.
 
Para bien o para mal. La observación es importante porque ante la realidad de un sistema político constituido sobre la base de un partido hegemónico o dominante, la pregunta a hacerse es la siguiente:
 
¿Es deseable que así sea?
¿Si las contradicciones inevitables en toda sociedad no se expresan a través de otros partidos, es deseable que lo hagan a través de las corporaciones, la prensa, o estallen en el interior del peronismo?
¿Es imposible pensar en un partido o en una coalición de partidos con capacidad real de alternar en el poder?
 
Interesantes preguntas para pensar en la semana. Es lo que voy a hacer para intentar responderlas el próximo sábado.
Por Rogelio Alaniz
 
Fuente: El Litoral

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12-05-2025 / 09:05
En la semana en que Javier "el Loco" Milei dijo que son los empleados quienes explotan a los patrones, y en la que el gobierno anarcoliberal, que deja todo en manos del mercado, impugnó nada menos que la paritaria de Comercio porque se trata de bajar los sueldos, haberse detenido en la farsa de Ficha Limpia es el enorme símbolo de lo sucias que están las cosas. Se necesitó un hecho magnificente, como la elección del nuevo Papa, para frenar siquiera por unas horas el escándalo que desde la noche del miércoles obsesionó a todos los medios.
 
No se sabe con certeza si tal impacto en la agenda publicada tendrá correlato en la social y luego en lo electoral, pero caben intuiciones obvias cuando es la economía lo que concentra con exclusividad el interés de las mayorías. Por fuera del mundillo politizado, ¿alguien perdió el sueño por ese debate y su sorpresivo desenlace? O más aún, ¿es verdad que nadie se esperaba cómo terminó?
 
El episodio vuelve a revelar hasta qué punto resultan desviados (los que deberían ser) grandes ejes temáticos de la política argentina. Y no es sólo manipulación de sus protagonistas. Es también, e incluso antes, lo que buena parte de la sociedad decide creer. El colega Sebastián Lacunza, en un artículo acerca de la farsa honestista, apunta precisamente a eso cuando recuerda que no es una cuestión de dirigentes más o menos oportunistas e inescrupulosos, sino de instituciones y de actores centrales de la democracia como, por caso, los medios de comunicación.
 
Trae a cuento la filmación fraguada en el living del departamento de Elisa Carrió. Una entrevista falsa, a un narco falsamente arrepentido, en el programa de Jorge Lanata. Se señaló a Aníbal Fernández como "La Morsa", a días de la elección que ganaría María Eugenia Vidal. Era igualmente falso. ¿Eso habla únicamente de la moralidad de los implicados o, como añade el colega, también respecto de lo que está dispuesta a convencerse una sección de "la gente"?
 
En forma análoga, cae por su propio peso el interrogante de si Ficha Limpia era una aspiración de avanzar en la limpieza de corruptos. O si, en efecto, obraba al solo objeto de proscribir a Cristina, desde una institucionalidad que de ministro de Economía tiene al mayor fugador serial de divisas de la historia. No de la nuestra. Del mundo.
 
Hay varios ingredientes que ameritan ser estimados, pero todos confluyen en aquel carácter de farsa. Algunos conllevan un riesgo portentoso para la "salud republicana", que tanto inquieta a quienes portan la tradición de quebrarla.
 
Si se hubiera sancionado el proyecto habría sido judicializado de inmediato porque, como advierten numerosos juristas de tendencias diferentes, una ley no puede modificar el principio de presunción de inocencia hasta que no se alcance sentencia firme. Los loritos oficiales y oficiosos hablan de doble condena, siendo que es doble conforme. Pero inclusive semejante aspecto sería lo de menos, apenas se repara en cuál clase de intachables tendría a su cargo impartir justicia.
 
¿Quiénes serían? ¿Los centros de operaciones tribunalicias que dejó armado el macrismo, en sus quintas tenísticas? ¿Comodoro Py, atravesado por los sótanos de inteligencia con sus fondos reservados que no paran de incrementarse? ¿Después la Corte Suprema, que tampoco cesa en sus fallos y operetas de conveniencias de turno? ¿Y así que el PRO, garante indispensable para que Los Hermanísimos vengan esquivando toda investigación por la cripto estafa, pasó a ser el indignado porque los libertaristas se lo fumaron en pipa alquilando a dos senadores de Misiones, a quienes el insultador serial Javier Milei no dedicó ni una sola diatriba?
 

12-05-2025 / 09:05
En el primer "súper domingo" del año electoral confluyeron las elecciones en Jujuy, Salta, Chaco y San Luis en las que se impusieron los oficialismos provinciales ante una oposición que, en muchos casos, se presentó dividida. Dos gobernadores radicales -Carlos Sadir (Jujuy) y Leandro Zdero (Chaco)- y dos de fuerzas provinciales -Gustavo Sáenz (Salta) y Gustavo Poggi (San Luis)- cantaron victoria con comodidad, por un lado, pero también con números discretos si se comparan con sus elecciones anteriores.
 
Desde la Casa Rosada, las huestes de Javier "el Loco" Milei buscaron armar una jornada celebratoria con el módico triunfo de La Libertad Avanza en la capital salteña y al sumarse a la victoria radical en Chaco donde sellaron una alianza, sin aportarle demasiados apoyos.
 
El peronismo hizo una aceptable elección en Chaco, una floja en San Luis y muy mala en Salta y Jujuy, dos distritos intervenidos por Cristina Kirchner. Como ya había sucedido en abril en Santa Fe, otro dato de la jornada fue la baja participación electoral, que rondó entre el 52 y el 65%.
 
"De 12 senadores sacamos 11 y de 30 diputados en juego conseguimos 20. Creo que ganamos", ironizó el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, el primero en salir a hablar debido al rápido recuento. Es que desde el Ejecutivo nacional y los medios afines buscaron instalar como un triunfo provincial la victoria del candidato a senador de La Libertad Avanza, Roque Cornejo, en el distrito Capital, el más habitado.
 
Sáenz es un gobernador de origen peronista cercano a Sergio Massa pero lejano del kirchnerismo, que vino apoyando al gobierno libertario de Milei en votaciones clave en el Congreso. Va por su segundo mandato en la provincia y la elección de este domingo le permitirá consolidar esa hegemonía.
 
La Libertad Avanza buscó sacarle todo el jugo posible a la victoria en la capital provincial, con el propio Milei replicando en las redes toda expresión triunfalista. En especial, las que pusieran de relieve las condiciones de su hermana Karina como armadora política del oficialismo, algo que se había puesto en duda luego del tercer puesto en Santa Fe.
 
La propia Karina agradeció a "salteños, jujeños y chaqueños" y prometió cumplir el encargo de su hermano de "llevar la antorcha de la libertad a cada rincón del país". Como era de imaginar, La Libertad Avanza creció a su casi inexistencia de dos años atrás, pero estuvo lejos de los niveles de la elección presidencial.
 
Un aparte para la muy mala actuación del peronismo salteño, intervenido por Sergio Berni y María Laura Alonso como delegados de Cristina Kirchner. El resultado de esa estrategia fue que por primera vez en la historia el PJ de Salta no consiguió ni una de las bancas en juego.
 
En el distrito Capital, por ejemplo, el Frente Justicialista llegó apenas al 6,5%. Dirigentes marginados en el armado como el ex gobernador Juan Manuel Urtubey criticaron la actuación de los interventores. "Hay una tarea de reconstrucción en la que tenemos que decidir si buscamos armar partidos nacionales o ambacéntricos", planteó.
 

11-05-2025 / 12:05
La cuenta regresiva hacia las elecciones legislativas porteñas que se celebrarán el domingo 18/05 se inició con una bomba política que tiende a profundizar la pulseada entre Javier "el Loco" Milei y Mauricio "el Gato" Macri por el dominio sobre el espectro ideológico de la derecha. La fallida sanción de la ley de Ficha limpia, una reforma al código electoral para impedir que cualquier condenado en 2 instancias de la justicia se pueda presentar como candidato, amplió la grieta entre el Presidente y su antecesor, referencia máxima de un PRO que propende a achicarse a manos de LLA.
 
Contra los pronósticos -y hasta se frustraron celebraciones previstas en TV- la iniciativa que venía con media sanción de la Cámara de Diputados obtuvo en el Senado 36 votos afirmativos versus 35 negativos, lo que resultó insuficiente para la aprobación dado que esto requería de una mayoría especial de 37 votos positivos. Aunque quedó en minoría, el peronismo -que se abroqueló en todo momento contra el proyecto por considerarlo un instrumento de proscripción de Cristina Kirchner, quien cuenta con una condena con doble conforme- pudo festejar, incluso ante el asombro de algunos de sus senadores.
 
A partir de entonces comenzó un pase facturas y acusaciones entre Milei y el PRO, que estaba entre los principales impulsores de Ficha limpia. Los cruces tienen como telón de fondo la disputa en la CABA, donde LLA no logró o no quiso armar un frente electoral con el macrismo. A pesar de la colaboración de los amarillos en el Congreso, los libertarios locales resultaron los más duros detractores de la gestión de Jorge Macri, intentando trabar sus proyectos e impulsando otros a contramano.
 
La generala en esa embestida es Karina "la Recaudadora" Milei, y su comandante en el campo es la legisladora Pilar Ramírez. La pelea en la Capital Federal se volvió tan prioritaria para la hermanísima que se desprendió de Manuel Adorni, vocero presidencial y figura clave del engranaje karinista, para que encabece la lista de legisladores de LLA. El Gobierno nacionalizó la disputa y puso al Presidente al frente de la campaña. Milei acompaña a Adorni en apariciones públicas y dice que el vocero es, justamente, "mi voz en la Ciudad". Adorni repite "Milei soy yo".
 
La caída de Ficha limpia quedó sellada cuando 2 senadores de la provincia de Misiones, que suelen votar con el oficialismo y que habían anticipado su apoyo, finalmente optaron por el rechazo. Se trata de Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, del Frente Renovador de la Concordia, el espacio que gobierna la provincia mesopotámica desde 2003 y cuyo inspirador y líder indiscutido es Carlos Rovira, un caudillo peronista que fue gobernador entre 1999 y 2007, y cuyo sueño de reelección indefinida fue abortado cuando ganó el NO a su propuesta para reformar la constitución.
 
Silvia Lospennato, diputada del PRO y tal vez la legisladora más asociada al impulso del proyecto, apuntó directo contra Milei. "Usted me defraudó", dijo desde un atril con la leyenda "Ficha limpia". Adjudicó el resultado de la votación a una "mala praxis" del oficialismo por los 2 votos que se "le escaparon" al presidente del bloque libertario, el jujeño Ezequiel Atauche, o "a algo peor".
 

10-05-2025 / 12:05
El significado que debería tener un proyecto de ley de "Ficha Limpia" se desvirtuó al presentarlo en los días previos a una elección y con cláusulas que sólo incluían a una persona, la que podía ser candidata opuesta al partido que lo presentó. Claramente era un proyecto de proscripción. Con su rechazo, la mayor beneficiada no fue Cristina, sino la sociedad, gran parte de la cual fue engañada por ese falso honestismo, usado como herramienta de manipulación politiquera. La caída de Ficha Limpia dinamitó el vínculo entre Macri y Milei. Hubo pase de facturas, insultos y una interna que cruje.
 
Silvia Lospennato, impulsora del proyecto, lo necesitaba para su candidatura por el PRO en la ciudad de Buenos Aires. Pertenece a un partido que no tuvo prurito en llevar como candidato presidencial a Mauricio Macri, que ya tenía causas abiertas en la justicia y cuyas empresas lo convertían, junto con Paolo Rocca, en los dos mayores proveedores del Estado. El partido que impulsó Ficha Limpia puso a Mauricio Macri a administrar los negocios que el Estado tiene con las empresas de Mauricio Macri. No existe figura menos ética.
 
En los Panamá Papers aparecieron más de cuarenta cuentas offshore de Macri, quien ya tiene abiertas numerosas causas por negociados con sus empresas contra el Estado o usando al Estado, como la del Correo o las autopistas, los parques eólicos o Macair.
 
Al revés que las causas que tiene Cristina Kirchner, las de Macri no fueron denunciadas por la política, sino por periodistas internacionales o por los perjudicados. Cristina Kirchner fue condenada en un fallo polémico, lleno de irregularidades y sin pruebas concretas, por tribunales donde jueces y fiscales tenían relaciones promiscuas y muchos de ellos estaban directamente vinculados a Mauricio Macri. En las causas contra Macri, en cambio, las pruebas son sólidas y la ganancia está a la vista.
 
Gran parte del poder de Macri como empresario y político ha sido el control de un amplio dispositivo judicial y mediático. Ningún otro político tiene tanta injerencia en la justicia ni en los medios. Es de cajón concluir que cuanto más grande es el dispositivo judicial que controla un político es porque lo necesita como protección y que lo usará como arma contra sus adversarios. De allí se deducen las causas contra Cristina, como arma política, y la necesidad de protección de Macri por las denuncias en su contra.
 
Es la explicación de la importancia que le dio el empresario expresidente a la construcción de ese aparato judicial-mediático. Nadie niega, ni sus propios simpatizantes, la existencia de este aparato controlado por el macrismo, así como el funcionamiento de la Mesa Judicial durante su presidencia. La consecuencia es que el Poder Judicial es la institución con peor imagen del país: un 80 por ciento de imagen negativa.
 
Macri generalizó esta práctica denuncista con campañas de humo mediáticas y con jueces muy cuestionados, como el fallecido Claudio Bonadio, y el fiscal Carlos Stornelli, contra el gobierno de Cristina Kirchner. No deja de ser una paradoja que alguien con problemas en la justicia controle ese aparato y sea el impulsor de esas campañas. Por la misma razón, las causas contra Macri se demoran años en los tribunales, mientras que las de Cristina Kirchner se mueven cada vez que el macrismo lo necesita por motivos políticos.
 

09-05-2025 / 20:05
En una nueva embestida autoritaria contra el periodismo independiente, el presidente Javier "el Loco" Milei anunció que firmó tres denuncias por calumnias e injurias contra periodistas que, según él, difundieron "mentiras" en su contra. Fue contra el periodista Carlos Pagni por presuntas "calumnias o falsa imputación" e "injurias" en los tribunales de Retiro y la investigación quedó a cargo por sorteo del juez federal Daniel Rafecas. También denunció por los mismos delitos a Viviana Canosa y al periodista Ari Lijalad, informaron fuentes judiciales. En el caso de Canosa, la denuncia quedó a cargo del juez federal Sebastián Ramos y en el de Lijalad del juzgado federal 6 que está vacante y es subrogado por el juez Rafecas.
 
Durante una entrevista con el streamer libertario Daniel "El Gordo Dan" Parisini, Milei no reveló los nombres de los periodistas, pero insinuó que iría contra ellos para acallarlos. En el mismo programa, Milei arremetió contra la prensa con una serie de sus habituales insultos, calificando a los periodistas de "prostitutas de los políticos", "mandriles", "lacra inmunda" y "ensobrados". Estas declaraciones se suman a una larga lista de ataques verbales que el mandatario dirigió hacia los medios desde el inicio de su gestión.
 
El desquiciado presidente también criticó a los periodistas por no entender la ironía y los acusó de tener el monopolio del micrófono para difamar sin consecuencias. "Son calumniadores e inquisidores", afirmó, y agregó que "lloran asimetría" cuando se les responde con ofensas.
 
Estas acciones generaron preocupación en organizaciones de prensa y derechos humanos, que ven en la actitud de Milei un claro intento de silenciar las voces críticas y socavar la libertad de expresión en el país. El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) expresó su inquietud por la creciente hostilidad del presidente hacia los periodistas.
 
Además, el gobierno libertariano implementó medidas que restringen el acceso a la información pública, como un decreto presidencial que modifica la Ley de Acceso a la Información Pública, permitiendo al Ejecutivo negar información que considere de naturaleza privada. Esta medida arbitraria fue criticada por organizaciones de la sociedad civil y asociaciones periodísticas por considerarla un fuerte retroceso en materia de transparencia.
 
La relación entre Milei y la prensa continúa deteriorándose, con el presidente anarco capitalista utilizando sus plataformas, pagadas por el Estado, para atacar a periodistas y medios que considera adversarios, mientras limita el acceso a la información y evita las conferencias de prensa tradicionales. Esta estrategia ha sido comparada con la de otros líderes autoritarios que buscan controlar el discurso público y minimizar o acallar las críticas sobre la corrupción del gobierno.
 
En este contexto, la comunidad periodística y diversas organizaciones llamaron a defender la libertad de prensa y a resistir los intentos de censura y persecución por parte de "el Trastornauta" Milei. La situación plantea serias preocupaciones sobre el estado mental del presidente, la salud de la democracia y el respeto a los derechos fundamentales en Argentina.
 
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