La Opinión Popular
                  10:56  |  Miercoles 10 de Diciembre de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná

Por
“Esta gloriosa Revolución Libertadora se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero”. Almirante Arturo Rial.
Recomendar Imprimir
Entre Ríos - 02-11-2011 / 12:11

Sergio Montiel, referencia inevitable en la historia de la provincia

Sergio Montiel, referencia inevitable en la historia de la provincia
Sergio Montiel acaudilló la vida del radicalismo durante más de dos décadas. Marcó un fuerte liderazgo que motivaba adhesiones incondicionales de algunos de sus seguidores, como así también rechazos poco racionales de otros.
El ex gobernador marcó con su estilo más de dos décadas de la política entrerriana. Fue el radical más exitoso en términos electorales y responsable de decisiones que se recordarán por décadas.
 
Dicen los que fueron sus amigos, que Montiel siempre tomó las decisiones políticas por convicción, y que por eso las defendía como si acabara de tomarlas.
 
Ayer, ese dirigente, de enorme gravitancia en la vida política provincial durante tres décadas, acompañó con su desaparición física la situación de orfandad que el radicalismo entrerriano ya sentía desde que dejó el gobierno en 2003.

 
Sergio Montiel sabía que la muerte lo acechaba, pero pocas veces se permitía la flojera de demostrar debilidad o preocupación, ni siquiera ante sus amigos. Su carácter le exigía mostrar fortaleza, aún en momentos definitorios.
 
Este cronista, que tuvo la posibilidad de conversar extensamente con él varias veces en los últimos meses, puede dar fe de la lucidez y precisión con que se refería a la actualidad de la provincia y, del mismo modo, a situaciones ocurridas hace 30 o 40 años.
 
Y también con qué énfasis defendía la decisiones tomadas hace una o dos décadas como si la discusión fuera en este mismo momento.
 
Dicen los que fueron sus amigos, que Montiel siempre tomó las decisiones políticas por convicción, y que por eso las defendía como si acabara de tomarlas.
 
Ayer, ese dirigente, de enorme gravitancia en la vida política provincial durante tres décadas, acompañó con su desaparición física la situación de orfandad que el radicalismo entrerriano ya sentía desde que dejó el gobierno en 2003.
 
 
El gran elector radical
 
Sus triunfos electorales, en 1983 y 1999, fueron las únicas victorias del radicalismo desde mediados de la década del 60 a la fecha y marcaron además porcentajes de votos que el partido nunca volvió a alcanzar.
 
En la victoria de 1983 se impuso a Dardo Blanc con el 49,4% de los votos, y en 1999 derrotó a Héctor Maya con el 49,11%.
 
Incluso en las derrotas, su postulación lograba siempre la preferencia de al menos cuatro entrerrianos de cada 10 que iban a votar. En 1991, cuando Mario Moine fue electo gobernador con el 49,49% de los votos, Montiel obtuvo 44,19%. Y en el 95, cuando perdió la disputa por la Gobernación con Jorge Busti y denunció fraude, gozó de la predilección del 45,37% de los electores entrerrianos.
 
Montiel acaudilló la vida del radicalismo durante más de dos décadas. Marcó un fuerte liderazgo que motivaba adhesiones incondicionales -políticamente hablando- de algunos de sus seguidores , como así también rechazos poco racionales de otros.
 
El fallecido dirigente construyó su liderazgo sobre la base de un conocimiento minucioso de la realidad provincial, forjado durante cientos de viajes a lugares de la provincia a dónde no llegaban habitualmente los candidatos porque no había suficiente cantidad de votantes. No había lugar en la provincia donde no hubiera un montielista y, justo es decirlo, en los momentos de apogeo del ex gobernador, la figura de Montiel era electoralmente más potente que la sigla de la UCR.
 
Sus seguidores se jactaban señalando que Montiel se había preparado "durante 20 años" para gobernar la provincia. La imagen de la gestión 1983-1987 ratificaba esa idea, sobre todo cuando enumeraban obras como el cruce del gasoducto por el río Paraná, realizado en 1987, para abastecer luego a numerosas localidades de la provincia. Aún hoy el suministro de ese combustible no llega a todas las ciudades de la provincia.
 
Igualmente la mención a la creación de las facultades de Informática y de Bioingeniería, en 1984, anticipándose al desarrollo de ambas disciplinas; los créditos a valor producto para los productores entrerrianos; o la creación del laboratorio para fabricar la vacuna antiaftosa, antes incluso de la que la Comunidad Económica Europea declarara la barrera fitosanitaria para la carne argentina.
 
Igualmente la creación de Canal 9 TVER, creado el 22 de abril de 1985, ya que hasta ese momento la provincia no tenía un canal de televisión y dependía de los canales santafesinos o de Buenos Aires, para ver una señal de tevé. La emisora fue privatizada luego, durante una gestión justicialista.
 
Para muchos entrerrianos, y seguramente para los más jóvenes, la imagen que les quedó del veterano caudillo está asociada a su segunda gestión, iniciada en 1999.
 
Aunque en el inicio Montiel pretendió darle también un sentido fundacional a muchas de sus decisiones, anunciando por ejemplo la Empresa de Comunicaciones de Entre Ríos Sociedad de Economía Mixta, para integrar una empresa mixta que competiría con las multinacionales en los servicios de telefonía, televisión por cable e Internet; o el anuncio de la construcción de una autopista entre Paraná y Colón; o el impulso a la empresa provincial de aeronavegación; los errores propios y la crisis de 2001 constituyeron el marco en el que concluyó una deshilachada gestión.
 
Sin embargo, pese esa situación, de la segunda gestión de Montiel quedaron iniciativas que también se caracterizaron por una visión a largo plazo, como fueron la creación de la Universidad Autónoma de Entre Ríos o la creación del Sistema de Crédito de Entre Ríos (Sidecreer), entre otras.
 
Montiel, resulta casi una obviedad, tenía una fuerte inclinación a la participación del Estado en aspectos de la economía. En eso, se decía, parecía más peronista que radical.
En sintonía, sus críticos le endilgaban poco afecto por el respeto a la institucionalidad, pese a ser un destacado constitucionalista. Si de esto hablamos se recuerdan de la última gestión la creación de un mecanismo (la denominada Renta Vitalicia) para renovar el Superior Tribunal de Justicia o la creación de la polémica Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
 
Sin embargo, y a juzgar sobre todo por las repercusiones de la noticia de su muerte en las redes sociales, para la mayoría de los entrerrianos, el recuerdo de la segunda gestión de Montiel se asocia a la emisión de los bonos federales, que al igual que en otras provincias, atentaron contra la capacidad adquisitiva de los asalariados. Son más recordados incluso que los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001, donde en Entre Ríos fueron asesinados dos niñas y un joven por la Policía represora.
 
Después de esos hechos, Montiel encabezó una poco aconsejable marcha desde la sede partidaria hasta la Casa de Gobierno, ratificando su idea de que no abandonaría el gobierno (como sí lo hizo el presidente De La Rúa). Así reaccionaba Montiel. No se fue antes y resistió el juicio político que justicialistas y algunos radicales impulsaban apelando a todos los recursos. Salió por la misma puerta que había entrado, el último día de su mandato.
 
Indudablemente el radicalismo sintió la ausencia y la sentirá ahora más, físicamente; cuando ya no exista la posibilidad de subir al noveno piso de calle Echevehere a recibir los consejos del veterano, pero vigente, caudillo radical.
 
Carlos Matteoda De la Redacción de UNO
 
 cmatteoda@unoentrerios.com.ar
 
Fuente: Diario UNO

Agreganos como amigo a Facebook
10-12-2025 / 10:12
10-12-2025 / 10:12
10-12-2025 / 10:12
09-12-2025 / 09:12
08-12-2025 / 20:12
Una parte significativa del superávit fiscal que el gobierno centralista y porteño de Javier Milei afirma registrar desde diciembre de 2023 se basa en la retención indebida de fondos que, por ley, corresponden a las provincias y que se recaudan en ellas. Según un informe de la consultora Politikón Chaco, en los primeros once meses del año, la administración libertaria habría retenido recursos no distribuidos de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por una cifra cercana a los $ 730 mil millones. Pese a esta situación, el gobernador Rogelio Frigerio jamás ha presentado un reclamo contundente.

Estos ATN se integran con fondos recaudados a través de impuestos que componen la masa de la Coparticipación Federal. El monto total a entregar rondaba los $ 850 mil millones, pero solo una parte ínfima fue distribuida a 15 provincias, sin un criterio de distribución igualitario. Este panorama se reconfigura constantemente a favor del Gobierno nacional, que apela al "método Kueider" y en detrimento de los intereses del interior federal, alumbrando nuevos desafíos.

El Gobierno de Milei utiliza estos recursos retenidos como una herramienta extorsiva para conseguir respaldo en el Congreso Nacional para la sanción de las leyes clave de su proyecto "anarcocapitalista". La debilidad de ciertos gobernadores, que se traslada a sus representantes legislativos, obedece a la urgente necesidad de contar con fondos para programas provinciales vitales. Esta presión se impone por encima de los convencimientos personales o las ideologías de los mandatarios.

Se les fuerza, mediante intimidación o amenazas, a actuar en contra de sus propias posiciones políticas para obtener un beneficio económico con recursos que legalmente les corresponden. La demanda de estos fondos es crítica para el sostenimiento de: programas de educación, salud y transporte, conclusión de viviendas paralizadas y mantenimiento de rutas nacionales, cuya prioridad fue abandonada por el Gobierno libertario.

La convalidación del superávit en las cuentas públicas se logra, en gran parte, mediante el saqueo de recursos legítimos que pertenecen a las provincias y el abandono de obligaciones que competen al Estado nacional en la organización del país. El proyecto de Ley de Presupuesto 2026 contempla una partida de apenas $ 122.763 millones para atender estas transferencias, una cifra que los gobernadores han calificado de insuficiente. La exigencia mínima para cubrir los déficits reales de sus jurisdicciones asciende a $ 900.000 millones.

Además, Milei ha dejado claro que no piensa restituir las transferencias a las 13 provincias que no transfirieron sus cajas previsionales a la Nación, desentendiéndose por completo de sus obligaciones. La Corte Suprema de Justicia ha adoptado una postura de espera, supeditando una definición sobre las cajas provinciales a que la Nación avance en la anunciada reforma previsional. Mientras tanto, el envío de fondos jubilatorios se ha paralizado, para asegurar que seremos la nación más grande y exitosa en la historia de la humanidad y el hogar de la libertad en el mundo, según Milei.

En concreto, el Gobierno nacional no garantiza los fondos para estas 13 Cajas de Jubilaciones. Entre Ríos, por ejemplo, recibe a cuentagotas el aporte para cubrir el déficit de su Caja, a pesar de que este compromiso fue asumido por la Nación en 1994, con la puesta en marcha del anterior esquema de jubilación privada. 
Por eso, hace 8 meses que no aumenta las jubilaciones. Esta situación se agrava con el accionar de Frigerio, en  la incorporación de personal en modalidades informales con escasos o nulos aportes a la Caja, y el impacto de los bonos de aumento no bonificables que no llegan a los jubilados.


El actual esquema de reparto de recursos, con parches y distribución no automática, permite el manejo político de fondos por parte de la administración central libertaria, favorecen el clientelismo y perjudican la productividad regional. La tan anunciada reforma impositiva, que el Gobierno presentaría en febrero, debería corregir estas distorsiones. Es que ganaron 40 a 35, no 80 a 20.


NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar