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Internacionales - 18-12-2024 / 09:12
18 DE DICIEMBRE DE 2011

Fin de la guerra en Irak que había comenzado en 2003

Fin de la guerra en Irak que había comenzado en 2003
La Guerra de Irak, también conocida como ocupación de Irak, fue un conflicto que comenzó el jueves 20 de marzo de 2003 y finalizó el domingo 18 de diciembre de 2011. La principal justificación para esta operación que ofreció el Presidente de los EE.UU. George W. Bush y sus aliados en la coalición, fue la falsa afirmación de que Irak poseía y estaba desarrollando armas de destrucción masiva (ADM), violando un convenio de 1991.
La Guerra de Irak, también conocida como Segunda Guerra del Golfo u Operación Libertad Iraquí en Estados Unidos, Operación Telic en el Reino Unido y, en otros ámbitos, ocupación de Irak, fue un conflicto que comenzó el jueves 20 de marzo de 2003 y finalizó el domingo 18 de diciembre de 2011.
 
Tras finalizar la guerra, se dio paso a una operación de entrenamiento de las tropas iraquíes para combatir la insurgencia y el terrorismo. Esta operación se dio a conocer como Operación Nuevo Amanecer, y representa la continuación de la guerra de Irak, que se inicia al organizar los Estados Unidos una coalición multinacional para la invasión de Irak, estando compuesta por unidades de las fuerzas armadas de los propios Estados Unidos, el Reino Unido y contingentes menores de España, Australia, Dinamarca, Polonia, Corea del Sur, El Salvador y otros países.
 
La principal justificación para esta operación que ofreció el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush y sus aliados en la coalición, fue la falsa afirmación de que Irak poseía y estaba desarrollando armas de destrucción masiva (ADM), violando un convenio de 1991.
 
Funcionarios de los Estados Unidos sostuvieron, de un modo interesado y tendencioso, que Irak representaba una inminente, urgente e inmediata amenaza a los Estados Unidos, a su pueblo y a sus aliados, así como a sus intereses.
 
Se criticó ampliamente a los servicios de información, y los inspectores designados al efecto no encontraron pruebas de que existieran las pretendidas armas de destrucción masiva.

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Fin de la guerra en Irak que había comenzado en 2003 
Marines yanquis en la guerra de Irak.


Después de la invasión, el Grupo de Investigación en Irak llegó a la conclusión de que Irak había terminado sus programas para desarrollar dichas armas en 1991 y no había ninguna en el momento de la invasión, pero que tenían la intención de reanudar la producción siempre y cuando se levantaran las sanciones.
 
Algunos funcionarios de los Estados Unidos alegaron que Saddam Husein y Al Qaeda habían estado cooperando, pero no hay pruebas de que exista una relación de colaboración. Otras razones para la invasión por parte de los funcionarios incluían las preocupaciones sobre el apoyo financiero de Irak para las familias de terroristas suicidas palestinos, violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno iraquí, propagación de la democracia, las reservas de petróleo de Irak, aunque este último ha sido negado por otros funcionarios. No obstante, Irak, no llegó a desarrollar armas nucleares, gracias a la Operación Ópera de Israel, acontecida unos años antes.
 
La invasión llevó a la rápida derrota de las fuerzas iraquíes, el derrocamiento del Presidente Sadam Husein, su captura en diciembre de 2003 y su ejecución en diciembre de 2006.
 
La coalición dirigida por los Estados Unidos en el Irak ocupado trató de establecer un nuevo gobierno democrático. Sin embargo, poco después de la invasión inicial, la violencia contra las fuerzas de la coalición y entre los diversos grupos étnicos dio lugar a una guerra asimétrica con la insurgencia iraquí, la guerra civil entre sunitas y chiitas iraquíes, y las operaciones de Al-Qaeda en Irak.
 
Las estimaciones del número de personas muertas fluctúan entre más de 150.000 a más de 1 millón de personas, según fuentes. El costo financiero de la guerra ha sido estimado en más de £ 4.500 millones ($ 9.000 millones) para el Reino Unido, y más de $ 845.000 millones a los Estados Unidos, con el coste total para la economía de este último estimada en $ 3 a 5 billones.
 
Algunas de las naciones que integraron la coalición comenzaron a retirar sus fuerzas como consecuencia de una opinión pública desfavorable y al progresivo aumento de efectivos iraquíes para asumir la responsabilidad de la seguridad.
 
Finalmente en la guerra se lograron algunas cosas, ganar la invasión, ocupar el país, derrocar a un gobierno dictatorial e implantar la democracia con elecciones supuestamente democráticas.
 
Lo que no se logró fue encontrar armas de destrucción masiva admitidas por el mismo ex Presidente de los Estados Unidos, George Walker Bush y su gabinete.
 
Además tampoco se logró estabilizar el país y se sumergió en una crisis socio-política y de guerra civil interna con presencia de grupos terroristas como Al Qaeda que complicaron la victoria de Estados Unidos y sus aliados sobre el terreno iraquí.
 
No se puede decir que se obtuvo una victoria ni una derrota, pero lo cierto es que las tropas estadounidenses tuvieron que regresar en 2014 debido a la amenaza del Estado Islámico que ganó el terreno de un Iraq consumido por la insurgencia rebelde al gobierno pro-estadounidense y las guerras civiles.
 
Sumándose a la amenaza del Estado Islámico por petición del gobierno iraquí, EE.UU decidió intervenir una vez más en la denominada guerra contra el Estado Islámico para que dicha organización terrorista no se tragase y ocupase del todo el país asiático. Además de Irak, el Estado Islámico también ocupó parte del país vecino Siria.
 
Según el sitio iCasualties la guerra continúa debido a que en su lista de bajas estadounidenses se le ha sumado desde la invasión de 2003 un total de 4815 soldados de la coalición muertos y un total de 4495 soldados estadounidenses caídos en combate. Para el final de la guerra en 2011, un total 4485 estadounidenses murieron y un total de 4803 soldados de la coalición cayeron. Pero al ver lo que afirman las cifras del sitio, pareciera que la guerra aún continúa desde 2003. Pero lo cierto es que la guerra terminó en 2011 con la retirada de las tropas de la coalición.
 
Fin de la guerra en Irak que había comenzado en 2003 
Un comando iraquí pasa junto a las secuelas de un ataque con artefactos explosivos improvisados en un vehículo en Kirkuk, Irak.

Fuente: Wikipedia

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07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 18:11
07-11-2025 / 09:11
Una realidad imposible de pensar apenas dos meses atrás acaba de imponerse en forma irrefutable al neoliberalismo del presidente yanqui Donald Trump, golpeando y diluyendo un poco más su promocionada intención de "hagamos nuevamente grande a los Estados Unidos". Por cierto, que las ideas base de hacer nuevamente grande -es decir: dominador- a su país atrasan un poco y se desubican otro tanto.
 
Si algo se puede estimar que le ha ido de acuerdo con sus planes es la relación con la Argentina de Javier Milei, un país que va quedando reducido a la condición de neocolonia, de un imperio decadente. Esa relación, que incluye el apartar la presencia china, también ha conseguido despertar las iras de los agricultores estadounidenses ya que, al disminuir a nuestro país como proveedor sojero, los chinos se han volcado a otros países latinoamericanos, Brasil fundamentalmente, desplazando a los yanquis.

También los manejos financieros en pro de la decadente moneda argentina han indignado a algunos sectores norteamericanos, que ven en esos millones de dólares facilitados a nuestro país una pérdida de posibles apoyos. Simultáneamente, la desubicación de Trump había anunciado la construcción en la Casa Blanca de un salón de baile, con un costo de más de 200 millones de la moneda norteamericana. La consiguiente reacción de la opinión pública lo obligó a desistir de la idea.

Como contrapartida, la semana que pasó los noticieros de todo el mundo informaron y visualizaron una noticia insólita, asombrosa: las largas colas en varias ciudades de los EE.UU. en procura de los bonos que les permitan adquirir algunos alimentos básicos. Esta vigencia del hambre, que lo es, numéricamente está estimada en unos 42 millones de personas (una cifra casi equivalente a la población argentina).

Sin embargo, al gobierno yanqui la más formidable bofetada política de los últimos tiempos se la dio el resultado de la reciente elección del alcalde de Nueva York, la ciudad más populosa del país y uno de los centros financieros y comerciales más importantes del mundo. Ocurre que, pese a la desvergonzada y falaz propaganda del Partido Republicano en el poder federal, los neoyorquinos eligieron como autoridad comunal a Zohran Mamdani, un miembro del Partido Demócrata que además es inmigrante que llegó a los EEUU siendo muy pequeño, de cultura y religión árabe y con ideas claramente inclinadas al socialismo, o al menos lo que los miembros del Partido Republicano entienden por socialismo.

Mamdani es un líder progresista y basó su campaña en un compromiso con la solución de los problemas de vivienda, educación y justicia social. Ha acumulado experiencia política y sabido conectarse con diversos grupos comunitarios de la ciudad, promoviendo una promesa de mejor calidad de vida, con aumento de los impuestos a las grandes fortunas de la ciudad. Esas condiciones principalmente le permitieron imponerse por una sorprendente mayoría de votos.


A los resultados de Nueva York se suman los batacazos demócratas de Nueva Jersey, donde ganó la demócrata Mikie Sherrill como gobernadora; de Virginia, donde ganó otra mujer (por primera vez en ese estado), Aigail Spanberger; en Detroit, donde se impuso otra mujer como alcalde (Mary Sheffield); y en Cincinnati, donde Aftab Pureval logró la reelección como alcalde, como hicieron también Corey OConnor en Pittsburgh y Andre Dickens en Atlanta.

La reacción del gobierno de Trump, dentro de todo, ha sido la que se podía esperar: calificar abiertamente a Mamdani de comunista y predecir una avalancha de fortunas neoyorquinas con destino a Miami, a imitación de los cubanos emigrados por el castrismo. 
Incluso Milei criticó a Mamdani e invitó a invertir en la Argentina.Por cierto, que esa ligereza en los juicios recuerda a actitudes muy parecidas que se dan por estas latitudes. Es el desafío en escala internacional que las derechas ultras y extremas, de Trump y Milei, les plantean a los progresismos y al peronismo en Argentina.


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06-11-2025 / 19:11
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