LA OPINIÓN POPULAR

19:01 | Domingo 28 de Diciembre | Entre Ríos
Nacionales
28-12-2025 / 12:12
EL ANARCO CAPITALISTA EN LA INEXORABLE ERA DE SU PROPIO ESTANCAMIENTO CON INFLACIÓN
Al revés de lo que pretende Milei, las empresas remarcan para amortiguar caída de ventas y pérdidas millonarias

Las ventas en rubros estratégicos de Alimentos caen hasta 20% interanual, y aun así las fábricas avisaron aumentos mayores al 5% desde el 1 de enero. El diagnóstico de la UIA da balance en rojo de Los 4 grandes. Deberá el presidente Javier "el Loco" Milei quemar en la hoguera de los balances de fin de año una de sus teorías predilectas sobre uno de los fenómenos que creyó tener bajo control, pero que se le está desmadrando.
Las ventas en rubros estratégicos de Alimentos caen hasta 20% interanual, y aun así las fábricas avisaron aumentos mayores al 5% desde el 1 de enero. El diagnóstico de la UIA da balance en rojo de Los 4 grandes. Deberá el presidente Javier "el Loco" Milei quemar en la hoguera de los balances de fin de año una de sus teorías predilectas sobre uno de los fenómenos que creyó tener bajo control, pero que se le está desmadrando.
 
Apasionado por la idea del poco iluminado economista austríaco Carl Menger, el mandatario aplicó uno de sus principios para -a lo largo de estos dos años- afirmar que los precios se establecen en relación no a los costos de producción y otros factores, sino a la cantidad de dinero que los consumidores estén dispuestos a convalidar como precio de ese bien.
 
Pero los hechos muestran que pasó exactamente lo contrario: hace varios meses, y sobre todo con mayor intensidad desde el triunfo electoral libertario el 26 de octubre, las grandes empresas del sector alimentos decidieron subir los precios, aún en un contexto de consumo masivo desplomado.
 
Es decir, eligieron regular su pérdida aumentando el precio del producto, sin importar lo que los consumidores creen, convalidan o rechazan sobre esos precios. Y esto pegó de lleno en las mediciones de inflación del INDEC, que siguen centradas más en Bienes que en Servicios, a pesar del cambio de composición en el gasto de los hogares.
 
Así, Milei y su ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, se garantizaron la permanencia en el escenario que todos los gobiernos intentan esquivar: la estanflación, es decir, estancamiento de la actividad con inflación al alza.
 
Desde octubre, de hecho, no hubo ni una sola semana con precios de alimentos estables, y las últimas cuatro semanas del mes acumulan un alza de al menos 2,5 por ciento en un rubro clave como es el consumo de bienes básicos.
 
PáginaI12 accedió en las últimas horas a listados con aumentos de precios de hasta 6 por ciento a aplicarse desde el 1° de enero en diferentes rubros. "No hay explicación alguna", admiten los comerciantes que recibieron las alzas, pero aseguran que las empresas de alimentos nucleadas en la Coordinadora de Productores de Alimentos (COPAL) precisan que no hay otra forma de amortiguar que la crisis que venden por precios lo que no sale de góndola por cantidades.
 
Hay un pelotón de firmas, entre las que están los gigantes Procter & Gamble, SC Johnson y Unilever, que ya avisaron que desde el 1° de enero aumentan un 5 por ciento toda su línea de productos. Un poco más abajo, aparecen lácteas como La Serenísima, que pasaron listas con aumentos del 2,5 para enero. Esto último es curioso, dado que la mayoría de las empresas, a diferencia de lo que ve el Gobierno, estiman que la inflación será mayor, no menor, en los meses siguientes.
 
En ese grupo de las que pasaron aumentos cercanos al 3 por ciento también aparecen Coca Cola y Pepsi, y varias de las empresas que producen cerveza, que hace al menos tres meses no suben de precio y tienen ventas derrumbadas, aún en los calores, temporada alta de su negocio.
 
Lo curioso es que, a muchas de estas firmas, hace cerca de dos semanas, los supermercados y comercios ya les rechazaron listas de aumentos por no querer aplicarlos. El Gobierno, que se jacta de ser el más liberal del mundo, les ruega a los comerciantes que no acepten aumentos, sino el desborde sería mayor.
 

 
La política y las historias del sector corporativo suelen tener crossovers algo distópicos, y estos tiempos no gambetean esa descripción. El que más mira por estas horas el daño al comercio minorista que hizo el gobierno de Milei y las estrategias de defensa contra la crisis es el ex ARCA Juan Pazo.
 
Hace escasas dos semanas dejó la función pública para ayudar a Francisco de Narváez en el armado de lo que creen será, en las próximas horas, el anuncio de la compra de Carrefour de parte de su grupo. Será elegido como gerente a cargo de la operación, justo cuando el gobierno que integró demuele día a día los negocios de volúmen, entre ellos el del consumo masivo.
 
 
Producción y ventas, dañadas
 
El sector de las bebidas, según datos preliminares de fines de noviembre a los que accedió este diario, está casi 20 puntos abajo en ventas contra el año anterior. Vinos, por su parte, está 11 puntos abajo del 2024 y en una crisis más seria.
 
El dato se ve, inclusive, en el último reporte que dio a conocer este viernes la Unión Industrial Argentina (UIA). La entidad que preside Martín Rappallini registró una caída del 1,7 interanual y del 0,5 intermensual en la producción de alimentos. Es decir, no se produce porque no se vende.
 
Precisaron, además, que esta performance está tirando abajo a casi todo el sector fabril, dado que es raro que una producción de bienes tan básicos muestre semejante performance negativa.
 
La UIA especificó que "en el mes de octubre, uno de los sectores que más contribuyó a la baja del nivel general (de actividad) fue la producción vinculada al consumo masivo con una incidencia a la baja de -0,9 puntos y con una caída de - 2,5 por ciento en la comparación interanual".
 
Y agregó que "si bien las industrias de consumo masivo durante el primer semestre del año habían comenzado a recuperar el bajo desempeño del 2024, durante el segundo semestre revirtió la tendencia junto con un bajo nivel de comparación (-17,8% interanual supermercados en octubre de 2024), lo cual marca tanto una demanda interna más débil como manejos de stock más pequeños por parte de las superficies mayoristas".
 
La paradoja del asunto es que este es un gobierno que se vanagloria de tener un modelo económico primarizado, que ignora a la industria y al consumo, y se pasa los días buscando datos y forzando la realidad para que muestren lo contrario. Curioso.
 
 
Los balances de los gigantes
 
La destrucción de empresas que se produjo en el modelo Milei tumbó a varias del rubro alimentos, sobre todo a las más chicas y con más problemas financieros que, sumados a la mala del consumo, no pudieron aguantar. En tanto que a las empresas más grandes les tiñó de rojo los balances.
 
En el caso de Arcor, la empresa de los Pagani, se perdieron el 74 por ciento de las utilidades, con un resultado financiero negativo que alcanzó los casi 99 mil millones de pesos en los primeros 9 meses del año. Creció en venta de golosinas y galletas, pero cayó fuerte en el rubro alimentos de primera necesidad. Otra postal de la época.
 
Su informe a la Comisión Nacional de Valores (CNV) refleja que sus costos aumentaron por encima de sus precios. Esto grafica lo contado antes en este artículo: la desesperación por no perder más dinero hace que las empresas suban precios aún con el consumo caído.
 
La azucarera Ledesma, por su parte, tuvo resultados algo menos malos por las exportaciones, pero no fueron suficientes para parar la sangría, que se dio en todos los frentes: en la parte del negocio agropecuario perdió 17.279 millones de pesos y el resultado operativo total tuvo un rojo de 7642 millones, por bajo consumo de azúcar y papel, dos de sus sectores emblema. La empresa de los Blaquier, que echó a más 200 personas este año tuvo, además, una baja de la facturación del 21,5 por ciento.
 
¿Qué pasó con La Serenísima? La firma de Mastellone tuvo pérdidas netas por casi 29 mil millones de pesos, también muy vinculadas a la caída del consumo. El dato más llamativo es que las ventas generales crecieron, pero las destinadas al mercado interno sólo lo hicieron por un 0,9 por ciento interanual.
 
Por el lado de la familia Pérez Companc, la firma Molinos, otro de los cuatro gigantes de los alimentos, perdió arriba de los 37 mil millones de pesos en los primeros 9 meses del año, también golpeados por la caída del consumo. Como en el resto de las empresas, la firma reportó precios por debajo de los costos, una caída de facturación del 22 por ciento y una baja del 10 por ciento en los volúmenes vendidos. Como le pasó a Arcor, Molinos tuvo una caída de ventas en alimentos, con una baja del 9,4 por ciento interanual.
 
Por Leandro Renou
 
Fuente: Página 12
 




LA OPINIÓN POPULAR

© Copyright 2025 LA OPINIÓN POPULAR
contacto@laopinionpopular.com.ar . Todos los derechos reservados.

NicoSal soluciones web