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Nacionales - 18-11-2022 / 08:11
EL GOBIERNO DE LOS JUECES: UNA PERVERSIÓN DEL SISTEMA REPUBLICANO

La justicia de Comodoro PRO, la persecución del peronismo y el encubrimiento del macrismo

La justicia de Comodoro PRO, la persecución del peronismo  y el encubrimiento del macrismo
El “gobierno de los jueces” es una perversión del sistema republicano. El menos democrático de los tres poderes del Estado, el que no surge del voto popular ni rinde cuentas cada cuatro años de su desempeño, viene exhibiendo desbordes autoritarios indignos de la responsabilidad que le concedió la Constitución. Esta deserción de los compromisos institucionales pone en peligro la convivencia democrática.
La vice presidenta Cristina Fernández recusó a la jueza María Eugenia Capuchetti. La acusó de no querer investigar el atentado en su contra, de frenar líneas de investigación más allá de los autores materiales, de arruinar pruebas clave como el celular del tirador fallido, de no indagar sobre el rol de la Policía Federal, de frenar las pistas que conducen a dirigentes de la derecha, de confraternizar con Clarín y La Nación para coordinar el impacto mediático del expediente a su cargo.
 
La responsabilidad de la jueza, en un caso grave para la democracia, las irregularidades de las fuerzas de seguridad, la pista política ignorada que conduce a dirigentes del macrismo y el papel de determinados medios porteños, queda encubierta por el paraguas protector de la decisión de los miembros de la Corte Suprema de Justicia al constituirse en un suprapoder por encima de la división de poderes republicana establecida por la Constitución Nacional.
 
Esto está afectando severamente la institucionalidad republicana a pesar de que los cortesanos, aviesamente, dicen actuar en su nombre. En esta aventura totalitaria no están solos, cuentan con el entusiasta apoyo de los dirigentes de Juntos por el Cambio y los grandes medios de comunicación porteños que saben gritar muy fuerte para defender sus intereses aunque carezcan de razones, como en este caso.
 
El tridente conformado por el partido judicial de Comodoro PY, el partido mediático porteño de Clarín y La Nación, y el partido político de la derecha macrista actúan en tándem. Lo viene demostrando desde hace varios años cuando decidió llevar a la práctica la estrategia del lawfare. Bajo el gobierno de Mauricio Macri se dedicaron a perseguir tanto a dirigentes políticos, sindicales y sociales como a empresarios a quienes llevaron a la cárcel sin respetar las leyes de este país que exigen juicio con derecho a defensa y condena para hacerlo. El espionaje ilegal, la "mesa judicial" y la "doctrina Irurzun" fueron los instrumentos que utilizaron para avasallar las garantías constitucionales; eso sí, en nombre de la "república".
 
El encubrimiento del macrismo y el asalto al Consejo de la Magistratura se encuadran en este escenario. Es el nuevo objetivo que se planteó el tridente para esconder los chanchullos de Macri y sus ex funcionarios. Para ello la Corte se arrogó facultades legislativas al declarar inconstitucional una ley con más de quince años de vigencia y revivir otra anterior que había sido anulada por el Congreso para usurpar la presidencia del cuerpo que tiene entre sus funciones elegir a los jueces y fiscalizar su desempeño.
 
Es decir, el presidente de la Corte, Horacio Rosatti, ahora también preside el organismo que lo debe controlar. Otra muestra más de que la derecha, cuando se propone avanzar tras sus objetivos, no respeta límites constitucionales ni legales. Sobran las evidencias de que su autoproclamado "republicanismo" es puro chamuyo.
 
El "gobierno de los jueces" es una perversión del sistema republicano. El menos democrático de los tres poderes del Estado, el que no surge del voto popular ni rinde cuentas cada cuatro años de su desempeño, viene exhibiendo desbordes autoritarios que atentan contra la responsabilidad que le concedió la Constitución. Esta deserción de los compromisos institucionales pone en grave peligro la convivencia democrática.
 
La Opinión Popular


 
LAWFARE
 
Atentados AMIA y CFK: el encubrimiento como método
 
En el 2001, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner firmó en soledad un dictamen de la Comisión Bicameral de Seguimiento del atentado a la AMIA donde advertía de las maniobras para obstaculizar y direccionar la investigación.
 
Adelantaba lo que recién en febrero de 2019, 18 años más tarde, terminaría con las bajas condenas y burdas absoluciones a varios de los responsables del encubrimiento del atentado, donde fue juzgado todo el Estado argentino: jueces, fiscales, jefes de inteligencia e incluso el ex presidente Carlos Menem. Ningún diputado ni senador la acompañó: Cristina denunciaba el desvío de la investigación, el rol de la SIDE en ese trabajo sucio y la complicidad del juez Juan José Galeano. Tenía razón.
 
Ayer la misma Cristina, ahora vicepresidenta, recusó a la jueza María Eugenia Capuchetti. La acusó de no querer investigar el atentado en su contra, de frenar líneas de investigación más allá de los autores materiales, de arruinar pruebas clave como el celular del tirador fallido, de no indagar sobre el rol de la Policía Federal, de frenar las pistas que conducen a dirigentes de la derecha, de confraternizar con Clarín y La Nación para coordinar el impacto mediático del expediente a su cargo.
 
La historia se repite, solo que dos veces como tragedia. Muchos de los personajes reinciden en los atentados a la AMIA y a CFK, no en los nombres pero sí en los roles. La responsabilidad de la jueza en un caso clave para la democracia, las irregularidades de las fuerzas de seguridad, la más que posible pista política y el papel de determinados medios corporativos.
 
La investigación por el atentado a la AMIA tenía dos pistas iniciales: la siria y la iraní. El gobierno de Menem coordinó con su par israelí una versión del atentado y a los pocos días Clarín ya ponía en tapa la responsabilidad iraní. Galeano, obediente, cerró la pista siria, que tocaba de cerca a la familia del entonces presidente.
 
Al recusar a Capuchetti, los abogados de Cristina plantean que "bloqueó toda hipótesis que vaya más allá de Brenda Uliarte, Fernando André Sabag Montiel y Gabriel Nicolás Carrizo. Esto, aun cuando hay numerosa prueba que señala otros caminos". E insistieron: "Capuchetti ha actuado durante el proceso de forma totalmente reticente a investigar cualquier línea que involucre gente que vaya más allá de Uliarte, Sabag Montiel y Carrizo". Una vez más, un caso clave para la democracia donde se frenan líneas de investigación.
 
¿Será Capuchetti la nueva Galeano? Lo cierto es que la historia es similar. En 1994 Galeano era el juez más joven de Comodoro Py. Había llegado un año antes, con apenas 35 años. Lo apadrinaba Hugo Anzorrerguy, jefe de la SIDE menemista. En ese contexto le tocó la causa por el atentado más importante de la historia argentina. Capuchetti llegó a Comodoro Py en 2019, es la última en llegar y también la jueza más joven.
 
También llegó por incidencia de la SIDE, hoy AFI. Tal como reveló El Destape, visitó al menos 6 veces la AFI durante el gobierno de Macri, donde visitó a sus máximas autoridades: Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Las visitas coincidieron con su concurso para jueza, donde pegó un curioso salto en el orden de mérito para llegar el juzgado N 5 de Comodoro Py. Su hermana también trabajaba en la AFI macrista.
 
La diferencia, no menor, es la terminal: mientras Galeano reportaba a los espías Capuchetti tiene un vínculo más estrecho con la Policía Federal por una cuestión familiar. Su padre fue comisario de esa fuerza y luego jefe de seguridad de la AFA. Al recusarla, Cristina puntualiza todos esos vínculos: una jueza impulsada por los espías y con vínculos en la Policía Federal, fuerza a la que tuvo que apartar de la investigación pero a la que no le investigó ninguna de sus irregularidades.
 
El rol de la Policía Federal también coincide en los encubrimientos. En el caso de la AMIA el personaje clave era Jorge "Fino" Palacios, finalmente absuelto. Mucho antes de la absolución, Macri lo designó al frente de su nueva Policía Metropolitana. Según contó el propio Macri, fue por recomendación de la CIA y el Mossad, los servicios secretos de Estados Unidos e Israel. En el atentado contra Cristina la Policía Federal tuvo varias irregularidades. Entre ellas, fallas en la custodia del celular de Sabag Montiel, demora en la escucha al celular de Uliarte y su intento de fuga, finalmente abortado.
 
En el caso de Capuchetti, Cristina afirmó que "la magistrada gasta sus (escasas) energías en investigar a la custodia vicepresidencial, mientras que no ha puesto la mirada en la PFA ni por un segundo. Cuando esta fuerza ya había destruido gran parte de las posibilidades de éxito de la investigación, la apartó de la instrucción. Pero nunca movió un dedo para que se estudie su más que sospechosa conducta".
 
La negativa a seguir la pista política es otra coincidencia. En el caso AMIA el protegido fue Carlos Corach, ministro de Carlos Menem. No fue Galeano, sino el juez Claudio Bonadio, que tomó el caso AMIA tras el apartamiento del primero. Y tuvo el expediente cajoneado durante 5 años con un objetivo: cuidar a su padrino Corach, que lo colocó en el juzgado N 11 de Comodoro Py. Era uno de los jueces de la servilleta.
 
Ahora Capuchetti, apenas aparece una pista que apunta a Gerardo Milman, el ex número 2 del ministerio de Seguridad bajo la gestión Patricia Bullrich, no quiere investigar. Tardó semanas en citar a testimonial a las asesoras que estaban con el diputado del PRO cuando un testigo lo escuchó decir que cuando mataran a Cristina estaría camino a la Costa; las asesoras le mintieron pero aún así se negó a secuestrarles los celulares; no llamó a Milman a declarar; e incluso los abogados de Cristina revelaron que les mintió ya que les dijo que ni Milman ni sus asesoras aparecían en los videos de seguridad que apuntaban al bar donde se reunieron.
 
"Cuando llegaron las grabaciones de las cámaras, la jueza nos dijo (informalmente) que no había registro de Milman en las grabaciones. Entonces, nos pusimos a ver varias horas de video y, sin ser investigadores, sino simples abogados, ¡oh, sorpresa!, identificamos a Gerardo Milman, tarea ciclópea que fue demasiado para el juzgado que decidió asumir la instrucción", escribieron José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal.
 
En el escrito donde recusan a Capuchetti los abogados de CFK marcan una operación con el diario La Nación y denuncian una reunión de la jueza con Ricardo Roa, el número 2 de Clarín. La historia se repite: mientras el juez Galeano tuvo a su cargo la investigación por el atentado a la AMIA había periodistas (aún en actividad) que no solo hacían base en su juzgado, sino que coordinaban con él la cobertura y el direccionamiento mediático del caso.
 
"La jueza Capuchetti recibió 'consejos' o más bien indicaciones, respecto de cómo debía tratar mediáticamente el caso y las posibles líneas de investigación que surjan, luego de una reunión de colegas del fuero y camaristas de su propia alzada. Fruto de ello, le habría sido gestionada una reunión con el editor del diario Clarín Ricardo Roa a la cual la jueza concurrió acompañada", detalló Cristina en su recusación a Capuchetti.
 
No es la primera vez que Roa aparece en este tipo de operaciones: tal como reveló El Destape, el espía ilegal Marcelo D'Alessio se refería a Roa como su "nuevo amigo" por el, valga la redundancia, amigable tratamiento que le dispensaba en sus editoriales   y el operador judicial (hoy prófugo) Fabián "Pepin" Rodríguez Simón lo llamó 182 veces en momentos clave de diversas causas judiciales armadas durante el gobierno de Mauricio Macri.
 
El encubrimiento como método. Otra vez.
 
Por Ari Lijalad
 
Fuente: La Arena
 

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04-10-2023 / 09:10
"Es un mentiroso. Le voy a hacer una denuncia penal." Cortita y al pie, Patricia Bullrich respondió así a la acusación que hizo Javier Milei de que ella, como parte de Montoneros, habría "puesto bombas en jardines de infantes". La dirigente derechista inició así su contraofensiva contra el candidato de ultra derecha, que incluyó alusiones a su "inestabilidad emocional", videos mostrando cómo hablaba bien de Bullrich antes de las PASO y un nuevo spot comparando la cantidad de gobernadores e intendentes con los que cuenta Juntos por el Cambio. La jugada indicó que Milei será ahora el blanco de todas las acciones de Bullrich para llegar al balotaje.
 
Milei ya había acusado a Bullrich de haber formado parte de Montoneros, lo que motivó que la candidata dedicara todo un segmento del debate presidencial a aclarar que había sido parte de la JP y que no había participado de acciones armadas. Algunos libros que reúnen investigaciones periodísticas discuten esta última afirmación de quien fue la cuñada de Rodolfo Galimberti, pero ninguno de esos trabajos la sitúa poniendo una bomba en un jardín de infantes (una acción que Montoneros no emprendió jamás).
 
No obstante, Milei dijo: "Ella era una montonera tirabombas. Ha puesto bombas en jardines de infantes. Participaba de una organización terrorista". Bullrich le retrucó con el anuncio de una denuncia penal. "Sale a decir en un programa de televisión que yo había puesto bombas en un jardín de infantes. Es un mentiroso. Y no solamente le contestó, sino que le voy a hacer una denuncia penal", anunció Bullrich, quien contrapuso esto que planteaba con la justificación de Milei para sumar a Luis Barrionuevo.
 
La denuncia coronó una estrategia de demolición sobre Milei, que abarcó prácticamente todos los frentes. Por un lado, Bullrich apuntó a las declaraciones de Milei pero desde el costado de la inestabilidad emocional: "Hasta hace poco tiempo Javier Milei hablaba muy bien de mí. No sé qué le pasó que dejó de hacerlo. Pero acá el problema no soy yo ni las mentiras y calumnias sobre mí", afirmó.
 
"Me preocupa que, con esa misma inestabilidad emocional que Milei tiene a la hora de emitir juicios y falsas acusaciones sobre otros, haya diseñado su programa y sus propuestas. De esa inestabilidad surgen proyectos que dañan a los argentinos o son lisa y llanamente insostenibles, como la dolarización, la libre portación de armas o la privatización de la educación pública", destacó. "De esa inestabilidad surge la idea de prometer reformas profundas sin poder político, sin tener gobernadores ni legisladores", remarcó.
 
Cada uno de esos ejes tuvo su desarrollo durante el día. Este último, el de la falta de poder político, apareció en un spot donde Bullrich y una serie de gobernadores electos hablan desde un plano selfie. El sentido general del spot fue contrastar que Juntos por el Cambio tiene "10 gobernadores y más de 500 intendentes" contra el cero absoluto de Milei. Es el mismo recurso que Bullrich había usado la semana pasada cuando convocó a todos los dirigentes a sacarse una gran foto de familia con ella.
 
Por último, el eje de la "inestabilidad emocional" viene siendo tramitado por una serie de cuentas de Twitter anónimas y trolls que filtran todo tipo de versiones sobre la salud mental de Milei para instalar la idea de que no está en condiciones de ejercer la presidencia. Hasta el domingo, esas cuentas repiqueteaban sobre la idea de que Milei estaba con un "ataque de pánico" y no iba a poder concurrir al debate, cosa que hizo. Luego daban detalles de medicaciones que supuestamente tomó para poder asistir. Nada es comprobable, todo es para instalar que está loco como estrategia de campaña.

La Opinión Popular
 

03-10-2023 / 09:10
A tono con su candidata a vicepresidente, la vocera de la dictadura Victoria Villarruel, hija y sobrina de genocidas, el ultraderechista partidario de la casta militar Javier "el Loco" Milei, sobrador y descalificante, con sorna ante la exposición de sus rivales, negó abiertamente la dictadura haya desaparecido a 30.000 personas y habló de una "guerra" durante los años setenta.

El candidato a presidente de la Libertad Avanza, Javier Milei, comenzó su intervención victimizándose y "denunciando" que los libertarios fueron acusados de nazis. Sin embargo, su discurso pasó del negacionismo y de relativizar lo que ocurrió durante la última dictadura cívico-militar, a repetir casi de manera calcada los argumentos usados por dictadores como Jorge Rafael Videla y Emilio Massera. Ellos hablaron de "guerra" y de "excesos" para intentar justificar el criminal genocidio ocurrido tras el último golpe de Estado.

El liberfacho afirmó: "estamos hartos de una versión tuerta de la historia, en los 70´ hubo una guerra, el estado cometió excesos pero los terroristas cometieron también delitos de lesa humanidad". De esta manera habló de "excesos" para negar una política sistemática de la dictadura cívica-militar de eliminar físicamente a sus adversarios políticos, en la cual estuvieron implicados las grandes empresas, de las cuales Milei hoy defiende sus negocios.
 
Milei los siguió: "Durante los 70 hubo una guerra en la que las fuerzas del Estado cometieron excesos". Así definió los aberrantes crímenes de la dictadura en medio del debate presidencial. Como si fuera poco, el liberal fascista machacó con una idea que en otras ocasiones también pusieron sobre el tapete dirigentes de Juntos por el Cambio. Dijo que "no fueron 30 mil los desaparecidos" sino "8753", una vieja cifra de la Conadep, expresamente señalada como provisoria por sus integrantes, y que, además, fue superada hace años.
 
Desde el Gobierno y los organismos de derechos humanos salieron a repudiar las posturas que reivindican e intentan justificar el terrorismo de Estado. La Secretaría de Derechos Humanos encabezada por el nieto recuperado Horacio Pietragalla Corti adelantó que en las próximas semanas publicará "un informe sobre el universo de las víctimas del terrorismo de Estado que contribuirá a desmontar estas posturas negacionistas". Las frases de Milei, subrayaron, "nos retrotraen a los discursos que la propia dictadura utilizó para justificar un genocidio y que luego emplearon los responsables de esos crímenes para buscar impunidad".
 
"En la Argentina no hubo una guerra ni hubo excesos. Hubo un Estado terrorista que planificó y ejecutó una matanza para imponer un modelo económico, eliminando a toda disidencia política", expresó la Secretaría en un comunicado. Sobre la duda que Milei quiere instalar en torno al número de desaparecidos, la Secretaría aclaró que "el número total de detenidos-desaparecidos y de víctimas del terrorismo de Estado no se conoce por el carácter ilegal y clandestino que tuvo el accionar del Estado. Por eso siempre será indeterminado, está en construcción y crece permanentemente".
 
Los dichos del libertario fueron comparados con los del dictador Emilio Massera, por ejemplo, durante el Juicio a las Juntas de 1985, es casi idéntico. Ambos hablan de "guerra", y de "excesos". También lo hizo el dictador Jorge Rafael Videla, el 9 de septiembre de 1977, como recordó la periodista Luciana Bertoia cuando se reunió con el presidente James Carter en los Estados Unidos y en un archivo desclasificado se puede leer que Videla hablaba de "excesos o abusos de poder". En esa tónica, amigable para los asesinos como Videla, Massera y Etchecolatz, cargó contra la lucha de los organismos de derechos humanos y afirmó: "estamos en contra del curro de los derechos humanos y los que hicieron negocios con eso", dijo el nefasto defensor del terrorismo de Estado.

La Opinión Popular



02-10-2023 / 12:10
Todo está abierto en el escenario electoral, sin expectativas de modificaciones mayores que resulten de los debates presidenciales. Desde ya que sobresalió el titubeo constante de Patricia Bullrich en sus intentos por hilar alguna oración, no ya una idea o propuesta. Javier Milei se mostró incómodo con el formato, pero no sufrió provocaciones que pudieran desestabilizarlo y evitó quedar como un "loquito". Sergio Massa y Juan Schiaretti no vacilaron jamás, y Myriam Bregman tampoco en la reiteración de su estructura discursiva.
 
Los presidenciables se atuvieron a su hoja de ruta durante un intercambio de ideas sin mayores sorpresas. El ministro de Economía Massa, sólido, aprovechó para polarizar con el modelo del libertario Milei, y llamó a defender a las empresas públicas y los "derechos conquistados". Bullrich y Milei criticaron la inflación y describieron sus planes neoliberales de ajuste. Durante el capítulo de derechos humanos, Milei negó que fueran 30 mil los desaparecidos por la dictadura genocida.
 
Nadie ganó ni -sobre todo- perdió considerablemente. El más flojo desempeño de Bullrich fue en el bloque temático de economía. La referente del PRO dijo que va a "borrar del mapa la inflación", como lo prometió en su momento Mauricio Macri y no cumplió. En todo caso, dejaría claro que Patricia no está en condiciones de sumar un voto más. Y no es menor que Massa haya salido airoso en un momento muy delicado. Punto. En materia de contenidos, el candidato peronista fue el más propositivo. Pero la duda sigue siendo si acaso se votarán propuestas.
 
El episodio de Martín Insaurralde amenaza a Unión por la Patria con ser un cisne negro a la altura de la foto de Olivos, en plena pandemia. Y lo más doloroso es que, por carácter transitivo, podría afectar a un funcionario y candidato con los quilates de Axel Kicillof, a cargo de la mejor gobernación bonaerense desde el recupero democrático. Hay una rabia comprensible y justificada.
 
Pero son otras las cuestiones estimadas como "decisivas". ¿El dólar disparado, con sus consecuencias inflacionarias, significa una adversidad que el oficialismo no podrá remontar? ¿O ese aspecto ya no le cambia nada al núcleo duro de los votantes de UxP, ni a quienes se les sumarían en unión contra el espanto neoliberal? ¿Es cierto que Milei detuvo su crecimiento porque, al ser visto como presidenciable con altas chances, mucha o bastante de la gente que lo votó retrocederá desde su catarsis embroncada? ¿Y acaso eso supondría un incremento en las probabilidades de Bullrich, cuando ni siquiera en sus propias filas la dan entrando al balotaje debido a una imagen de insolvencia que Carlos Melconian no pudo corregir?
 
Las medidas que Massa continúa implementando, sin parar, son otro intríngulis en cuanto a su eficacia electoral. Reparan en parte los efectos devaluatorios. El Fondo Monetario, que es el ministro de Economía virtual aunque deba reconocérseles a Massa y a su equipo la idoneidad para amortiguar exigencias extremas.
 
En el debate, Massa fue el más propositivo y quien demostró mayor experiencia previa. Es quien conoce los números reales. Quien tensa con los factores de poder. Quien gestiona las internas del peronismo y de los movimientos sociales. Quien sabe cómo son los resortes de tripular al Estado sin que se desmadre. Quien podría aterrizar, aun con enormes turbulencias, ese futuro de una macro estabilizada.
 
Massa se ocupó de repetir que si gana las elecciones hará un "gobierno de unidad nacional" para el que convocará a "los mejores, no importa que vengan del radicalismo, del PRO o inclusive del partido de Javier Milei". También en remarcar que su plan se apoya principalmente en potenciar las exportaciones.
 
La Opinión Popular
 

01-10-2023 / 08:10
Veintidós días pasaron entre que Sergio Massa prometió, en televisión, el final del impuesto a las ganancias para los salarios, y la sanción de la ley. La jugada, que caminó por la cornisa un par de veces, le permitió proyectar el mensaje más importante de su campaña: que tiene para ofrecer algo distinto a la experiencia de los cuatro años del Frente de Todos. Dinámica. Ejecutividad. Efectividad. Capacidad para torcer correlaciones de fuerza adversas. Una vez puede ser casualidad, dos ya es otra cosa. Buscará repetir la proeza antes de las elecciones. Apunta a que el Compre sin IVA pase por la cámara baja el 10 de octubre y que lo haga ley el Senado ocho días después, pocas horas antes del cierre de campaña.
 
La sesión de esta semana en el Senado fue una muestra de esa habilidad para tejer política y obtener resultados que el ministro exhibe como su principal cocarda ante la inexperiencia y aparente ineptitud de su adversario directo. Consiguió destrabar un Senado que venía chocando con la falta de quórum cada vez que intentó sesionar en los últimos meses. Pudo ofrendarle a Cristina Fernández el pliego de la jueza Ana María Figueroa, como prenda de unidad que le da crédito para mostrar más autonomía en el resto de la agenda. Mostró la capacidad de construir una mayoría que lleva su firma. Volvió a meter una cuña en la oposición. Negoció, concedió y ganó. Coronó la jugada con un acto multitudinario.
 
La sesión dejó ver los contornos de la unidad nacional de la que el candidato habla con frecuencia y que imagina como sostén de su gobierno. Lejos de una señal de rebeldía, esa búsqueda cuenta con el acuerdo explícito de CFK y sigue los lineamientos que ella señaló durante los últimos años. El propio nombre que eligieron los dos para la fuerza política que representa su alianza es Unión por la Patria. Si no lo ve, consulte a su oculista. La unidad implica una alianza con fuerzas provinciales, como también pudo apreciarse esta semana en Neuquén, donde Massa reunió en un acto multitudinario al MPN, a los ex MPN que ganaron la última elección y al peronismo local.
 
También con sectores de la oposición. Muchos medios se hicieron eco del tratamiento amistoso que le dio el ministro al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en el acto que se hizo hace una semana en Salta. Menos cobertura tuvo dos efectos prácticos de ese vínculo renovado. El primero fue que este viernes, por primera vez en casi ocho años de cautiverio ilegal, la justicia jujeña, que responde a Morales, autorizó a que Milagro Sala viaje a La Plata para recibir ayuda médica. El segundo fue que cinco senadores alineados con el presidente de la UCR se ausentaron en la votación sobre ganancias para marcar una diferencia con el resto de Juntos por el Cambio.
 
El final de esa experiencia política parece irremediable. Los radicales, la Coalición Cívica e incluso un sector del PRO no está dispuesto a seguir la aventura neofascista que eligió Mauricio Macri. Algunos de ellos ya tendieron puentes con Massa y le prometieron acompañarlo luego de que Patricia Bullrich quede descalificada. El problema para la candidata es que un dirigente que ya tomó la decisión de cambiar de jefatura empieza inmediatamente a trabajar para el nuevo, no espera a después de la elección. Mientras Macri prende fuego al PRO, porque si no es suyo prefiere que no sea de nadie, Bullrich lucha contra las llamas pero Massa es el que rescata a los sobrevivientes.
 
Un protagonista involuntario de esta etapa de la campaña es el papa Francisco. Mientras que la litúrgica procesión a Luján estuvo escoltada por pasacalles y carteles de impronta peronista con mensajes explícitos contra Milei, algo que el sumo pontífice no auspicia pero deja hacer, Bullrich presiona a su contacto con el Vaticano, el director de Scholas Ocurrentes, José María Del Corral, para que gestione un gesto de Bergoglio. Apurado, Del Corral confirmó en una nota la visita a la Argentina, que hoy está lejos de hacerse realidad. Esas señales no caen bien en la Santa Sede. Massa podría desplegar esta noche en el debate una bandera blanca para descongelar un vínculo que estuvo roto por décadas.
 

30-09-2023 / 10:09
Parece un reloj: la Cámara de Casación reabrió dos causas contra Cristina Fernández de Kirchner que habían sido cerradas por la falta de pruebas. No dijo que había pruebas, sino que la falta de ellas tenía que demostrarse en audiencias abiertas. Por otro lado, la jueza María Eugenia Capuchetti se apresuró a mandar a juicio oral la causa por el intento de asesinato de Cristina Kirchner, dejando a medio camino la investigación del financiamiento y los posibles instigadores.
 
En el primer caso, el interés principal es el escarnio público amplificado por los medios hegemónicos, como sucedió en la causa de Obras Públicas. En el segundo caso, se evitó poner en evidencia la relación de altos empresarios y dirigentes macristas con el grupo de marginales que intervino en el atentado.
 
La exhortación del tribunal oral a la jueza por la investigación que dejó incompleta y la declaración escrita de Brenda Uliarte, una de las detenidas, más la entrega, por parte del diputado Gerardo Milman, -después de meses de resistirse- de un celular que compró después del atentado, constituyen evidencia, por lo menos de ineptitud de la jueza o de su apuro para evitar esa vía de investigación.
 
La actividad de los acusados en las redes y sus cuentas fueron clausuradas por las empresas tras el atentado. La jueza pidió a las centrales de Nueva York el contenido de esas comunicaciones, pero no esperó la respuesta. El tribunal oral le preguntó ahora si le sigue interesando. Está demostrado que eran comunes en ese activismo las menciones al asesinato de Cristina Kirchner, a veces en broma, a veces como fantasía o como lo que deberían hacer.
 
En su declaración escrita Uliarte confesó que el autor material del intento de magnicidio, Fernando Sabag Montiel, le había dicho que hablaba siempre con "Carolina, la secretaria de un amigo". Carolina Gómez Mónaco es la secretaria de Milman, quien, según Uliarte, financiaba a grupos para que fueran a provocar frente al domicilio de Cristina Kirchner.
 
Y su conversación con Milman dos días antes del atentado, que fue escuchada en forma accidental por otro parroquiano del bar donde se encontraban, fue la que relacionó a Milman con el hecho criminal. A un comentario de su secretaria, el diputado respondió sonriente que "cuando la maten yo voy a estar camino a la Costa".
 
Todos los celulares de esa causa tuvieron problemas. El de Sabag Montiel fue manipulado y, sospechosamente, su contenido se borró por impericia de los que lo abrieron. Los celulares de las secretarias de Milman fueron borrados en una oficina de Patricia Bullrich antes de entregarlos. Milman se negó a entregar el suyo. Y ahora, tras meses de negarse, entregó un aparato cuyo modelo se empezó a vender después de la fecha del atentado.
 
Ivana Bohdziewicz, la otra secretaria de Milman denunció que fue intimidada cuando decidió declarar ante la Justicia y describió cómo habían borrado sus celulares en una oficina de Patricia Bullrich.
 
Tantas anomalías para impedir la investigación de las comunicaciones despiertan muchas sospechas y dejan algunas conjeturas. La primera es que si tanto importó destruir, ocultar o cambiar los celulares, es porque podían revelar contactos, todos relacionados con activistas, dirigentes y empresarios macristas.
 

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