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El clima en Paraná
“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Entre Ríos - 17-05-2021 / 12:05
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

¿Realmente en la escuela no se contagia el Covid-19?

¿Realmente en la escuela no se contagia el Covid-19?
La oposición macrista propagó una “teoría sanitaria” propia, sin base científica, que conecta con la angustia de los padres preocupados por el impacto en los chicos de la falta de clases presenciales. Divulgaron por los grandes medios una consigna para los padres angustiados que no tendrían de qué preocuparse. “La escuela no contagia el Covid-19”, sentencian. Es extraño, en la escuela los chicos se contagian piojos, gripe, hongos, todo. Sin embargo, por algún motivo inexplicable, el Covid no se transmite. Es la posverdad.
Siguen aumentando los contagios de coronavirus en Entre Ríos. La situación sanitaria es crítica. El área de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud reportó que este sábado 15 se registraron 925 nuevos casos en Entre Ríos. El número de contagios informado estremece pues es muy superior a los registros anteriores; poco menos que duplica los meses previos. Es una luz de alarma y sólo se puede arribar a una conclusión: deberían concretarse medidas más contundentes para frenar el virus, que tiene su propia dinámica.
 
El avance del Covid-19 obligó al gobierno de Gustavo Bordet a suspender las clases presenciales por solo dos semanas. La medida contó con la aprobación de los trabajadores de la educación -que la venían reclamando- y de la salud. Pero la reacción de los sectores opositores fanatizados, minoritarios pero ruidosos, contra las clases virtuales puede que haya operado como un factor de presión en el Ejecutivo entrerriano. En pleno pico de casos, los controles son mínimos lo que permite preguntarnos si no está nuestra provincia, bajo una suerte de "síndrome larretista", con un gobierno remiso hasta último momento a endurecer más los controles.
 
La oposición macrista propagó una "teoría sanitaria" propia, sin base científica, que conecta con la angustia de los padres preocupados por el impacto en los chicos de la falta de clases presenciales. Divulgaron por los grandes medios una consigna para los padres angustiados que no tendrían de qué preocuparse. "La escuela no contagia el Covid-19", sentencian. Es extraño, en la escuela los chicos se contagian piojos, gripe, hongos, todo. Sin embargo, por algún motivo inexplicable, el Covid no se transmite. Es la posverdad.
 
Las clases presenciales son necesarias, lo que vuelve más compleja de enfrentar esta estrategia desplegada por la derecha. Y los edificios escolares no son foco de contagio significativo, pero es innegable que las clases promueven una gran circulación social, a pesar de la terca negación del macrismo y los grandes medios porteños a reconocer este factor crucial.
 
Científicos del Conicet y de las universidades de UBA y UTN analizaron la evolución de las curvas epidemiológicas de la CABA, el Conurbano y el interior bonaerense y determinaron que hay una relación directa entre la presencialidad en el sistema educativo y el número de personas contagiadas por Covid-19. A la misma conclusión ya habían arribado investigaciones realizadas en Israel, Austria y el Reino Unido, entre otros países, como lo certifica un trabajo publicado en The Lancet.
 
La consigna negacionista, "la escuela no contagia", es propagada para que los padres manden a sus hijos sin sentir temor. La escuela tiene los mismos riesgos que cualquier espacio en el que se reúnen muchas personas, se pueden tomar recaudos para reducir el peligro, pero no totalmente. Aunque la falta de presencialidad también tiene un costo. Pero no hay una decisión sin costos, no la hay en la vida, menos en la gestión de gobierno en un pico histórico de la peste.
 
Con mirada mezquina, desde la oposición entienden que un éxito en la lucha contra la pandemia puede reportarle al oficialismo algún rédito electoral, por ello boicotean todas y cada una de las medidas sanitarias destinadas a cuidar a la población. Su estrategia  electoral es cuestionar todo: desde que "las vacunas son veneno" hasta que "faltan vacunas". Y utilizar el descontento de un sector que ya no quiere escuchar que tiene que cuidarse, no hacer reuniones sociales para tomar mate o cerveza y usar barbijo. Desconcierta semejante irresponsabilidad política, como también que haya una parte de la sociedad que los aplaude y acompaña en un discurso "larretista" que hoy no cierra frente al record de contagios.
 
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¿Realmente en la escuela no se contagia el Covid-19?

La victoria de Alberto
 
La gira relámpago europea terminó con un resultado netamente positivo para el presidente Alberto Fernández, que se trajo de regreso al país todo lo que había ido a buscar, y quizás un poco más. El objetivo, tal como lo describió él mismo en la primera escala, no era modesto: "No queremos solamente arreglar con el FMI. Buscamos cambiar algunas reglas del sistema internacional", dijo en Lisboa.
 
En cinco días, consiguió el apoyo explícito de los gobiernos de Portugal, España, Francia e Italia y guiños de la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, el número dos del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble y el papa Francisco. En pocos días se sumará a esta lista la germana Angela Merkel.
 
Los cambios que impulsa la Argentina (y que pueden beneficiar a todos los países afectados por la crisis pandémica, particularmente a los de ingresos medios, donde vive el 65 por ciento de los pobres del planeta y existen las mayores brechas de desigualdad social y económica) son tres.
 
El primero, la suspensión o eliminación de las sobretasas que triplican el peso de los intereses sobre los países más endeudados, tiene consenso unánime y se aprobará en la próxima reunión del directorio del FMI. Ese encuentro está pautado para octubre pero existen gestiones para adelantarlo al mes de julio, de manera tal de que el alivio llegue lo antes posible.
 
En segundo lugar, el ministro de Economía, Martín Guzmán, propone que los derechos especiales de giro que desembolsará el FMI en agosto y correspondan a países ricos sean repartidos entre aquellos que más los necesitan. La cuota que corresponde a la Argentina es de unos 4400 millones de dólares y se utilizarán para enfrentar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Si se aprobara este mecanismo, ese número podría duplicarse.
 
El tercer punto es la extensión del plazo para refinanciar deudas. El estatuto del FMI no contempla planes a más de diez años y la Argentina necesita más tiempo para tener una situación sustentable. Un cambio de ese calibre en las reglas de juego necesita una maduración incompatible con la urgencia del país para cerrar un acuerdo con los organismos de crédito multilaterales. Sin embargo, en su primer cara a cara con Fernández, la propia Georgieva aceptó la necesidad de discutir este punto.
 
Alberto volvió a encontrar en la política exterior los avances que se le niegan en otras áreas de gestión y su ministro de Economía, Martín Guzmán, consiguió levantar su cascoteada figura gracias a la reapertura de la conversaciones en torno a la deuda con el FMI, asunto que nadie del Frente de Todos está en condiciones de llevar adelante mejor que el titular de Hacienda.
 
Quienes presagiaban que Alberto sería incapaz de establecer lazos con las potencias del "occidente civilizado" y se encerraría en una diplomacia de barricada junto a outsiders como Venezuela e Irán volvieron a quedar en ridículo. El presidente se reunió con los presidentes o primeros ministros de Portugal, España, Francia e Italia y de todos ellos se trajo compromisos de apoyo para la renegociación de la deuda con el FMI.
 
También quedaron en off side los vaticinios de un enfriamiento de la relación con el Papa Francisco después de la sanción de la ley de aborto legal en Argentina, propuesta y militada por el presidente Fernández.
 
Bergoglio no solo recibió a Alberto sino que además organizó para la fecha un seminario sobre sostenibilidad de la deuda con la participación de Yanet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos; el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz; la directora del FMI, Kristalina Georgieva, y el prestigioso académico de Columbia, Jeffrey Sachs. Actividad de la que participaron Martín Guzmán y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, dos de los funcionarios que gozan de la mayor confianza del presidente.
 
Con la directora del FMI tuvo una reunión cordial plagada de buenos deseos pero pocas definiciones. Fernández le pidió puntualmente eliminar la sobretasa que debe pagar Argentina por el mega crédito que recibió Mauricio Macri, para ganar las elecciones de 2019. "Tomé nota de la solicitud del presidente Fernández de reformar la política de sobrecargos del FMI y consultaré con nuestros miembros sobre este tema", respondió la funcionaria a los medios de prensa.
 
Pero tal vez la reunión más importante fue la que sostuvo con John Kerry, ex secretario de Estado de Barack Obama, actual enviado especial para el Clima de Joe Biden y desde hace décadas uno de los íconos mundiales del partido demócrata yanqui. En la charla surgió la posibilidad de una cumbre en Buenos Aires con todos los mandatarios latinoamericanos y la presencia de Biden. La agenda verde puede abrir puertas financieras.
 
Fernández cuenta con una ventaja: en la Sudamérica de Jair Bolsonaro y Nicolás Maduro, con Piñera y Duque sumidos en crisis sociales y políticas, el argentino aparece como el único interlocutor potable para Washington, que observa con preocupación la influencia china en la región.
 
Durante una reunión que duró más de una hora, Kerry le pidió a Fernández que organice en Argentina un encuentro sobre cambio climático que reúna a los líderes de América Latina, un pedido de los que la Casa Blanca solo hace a los Estados que considera potenciales aliados.
 

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Argentina debe cultivar buenas relaciones con EE.UU.
  
El cambio de gobierno en Estados Unidos dejó fuera de foco al presidente brasileño Bolsonaro y le abrió a Argentina la posibilidad de convertirse en un interlocutor privilegiado en América Latina. El tema Venezuela es al mismo tiempo la mayor oportunidad como el mayor desafío para avanzar en esa relación.
 
Tras el fracaso de todos los intentos propiciados desde Washington para desestabilizar al presidente venezolano Nicolás Maduro con acciones agresivas, la administración de Biden explora la posibilidad de impulsar una salida institucional a la crisis del país caribeño que posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo. Para ello del país del norte necesita a un interlocutor razonable con llegada a Caracas. No hay muchos además de Alberto Fernández.
 
Argentina tiene muy buenas razones para cultivar buenas relaciones con EE.UU., la principal de ellas es la renegociación de la deuda con el FMI. El Gobierno nacional pretende que el organismo de crédito le otorgue al país extensiones en los plazos de pago, reducción de intereses y eliminación de sobretasas.
 
El combo de beneficios que pide Argentina excede los márgenes establecidos por los estatutos del organismo, pero como ya quedó demostrado en los dos préstamos electorales que consiguió Macri, con el apoyo del gigante del Norte, cualquier acuerdo con el FMI es posible.
 

¿Realmente en la escuela no se contagia el Covid-19? 
 
Los negacionistas están en Entre Ríos
 
Las manifestaciones negacionistas que piden la continuidad de las clases presenciales se hicieron presentes en la provincia a pesar del aumento estremecedor de los niveles de contagio y de la alta ocupación de camas. Las estadísticas marcan la presencia de una nueva ola de la pandemia que está superando ampliamente las anteriores.
 
A las voces de las autoridades públicas se sumaron las de las clínicas y sanatorios privados cuyos representantes salieron públicamente a alertar a la población frente a tan inquietante escenario. Sin eufemismos hablaron de una preocupante tensión en el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva y señalaron que el personal de salud está exhausto en virtud del gran esfuerzo que demanda el nuevo pico de la pandemia.
 
Por si no bastara con estas alertas lanzadas por los responsables públicos y privados de la sanidad provincial y los sindicatos que nuclean a los trabajadores más directamente involucrados, en las últimas horas se conoció un estudio que muestra con datos precisos la incidencia directa de las clases presenciales en los niveles de contagio.
 
Sin embargo, a pesar de las evidencias científicas que se acumulan, persiste una polémica bizantina, alimentada por la derecha política y mediática que se opone ciegamente a la interrupción temporal de la presencialidad sin aportar un solo argumento sólido. Las principales espadas del macrismo y los charlistas televisivos afines se han lanzado a militar con consignas vacías y sin reparar en las consecuencias de tamaña aventura.
 

¿Realmente en la escuela no se contagia el Covid-19? 
 
El discurso larretista no cierra con record de contagios
 
Los datos de contagios del viernes 15 volvieron a encender las alarmas. El aumento de casos de ese día rompió una tendencia a la estabilización alta, pero estabilización al fin, de los contagios. La escalada hace presagiar que muy difícilmente aparezcan flexibilizaciones en lo inmediato. Existe otro dato que abona a la posibilidad de que las restricciones sigan como están: la desocupación de camas en las terapias intensivas también comenzó a experimentar un freno brusco.
 
En pleno pico de casos, los controles son mínimos y la discusión sanitaria se limita a una pulseada jurídica sobre la delegación de unos poderes que Gustavo Bordet prefiere no usar. Al punto que el coronavirus se volvió un tema secundario de la discusión pública, justo en el momento en que el país supera los 70 mil muertos por Covid-19 y Entre Ríos vive su pico histórico de contagios.
 
Las actividades siguen dentro de la mayor normalidad posible y siempre en base al respeto de los cuidados y protocolos oportunamente establecidos. En ese aspecto Bordet y su equipo continúan apostando a la responsabilidad de la gente, y de empleadores, para no tener que llegar al extremo de la aplicación de limitaciones en las actividades y así agravar la ya delicada situación económica, además de potenciar sin necesidad el instalado malhumor de muchos.
 
Pero es una realidad que por estos días también bate récords de incongruencia, el sistema político entrerriano parece haber optado por eludir la gravedad de la situación sanitaria en un momento crítico. Oficialismo y oposición coinciden en parte en esta suerte de negación.
 
Y desde el sector privado salieron a pedirle al gobierno local que evite los cierres que produjo la cuarentena del año pasado, sin dejar de reconocer que Entre Ríos tuvo una paulatina apertura mucho antes de que las decisiones del Ejecutivo nacional fuesen en ese sentido.
 
Rigen restricciones cuyo cumplimiento casi no se controla, las advertencias sobre el riesgo desaparecieron del discurso de los dirigentes y la discusión sanitaria pasó de lleno al terreno jurídico, en torno del proyecto de ley que faculta a la Nación a aplicar por 21 días restricciones mayores a las determinadas por las provincias cuando la cantidad de casos se descontrole y la ocupación de camas críticas supere el 80 por ciento.
 
Esa discusión se da en el terreno constitucional -en el que no hay una sola biblioteca-, pero ignora por completo el incesante incremento de la cantidad de contagiados.
 
Hay referentes opositores que no tienen responsabilidad de gobierno y profundizan la grieta, con beneficio cero, no gana nadie. Juntos por el Cambio en Entre Ríos, alentado por el fallo de la Corte Suprema respecto de las clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires, fijó una postura férrea de defensa irrestricta de la potestad de las provincias para decidir cómo enfrentar la pandemia y asume la tutela de la autonomía provincial, para no adherir a las medidas de cuidado, con durísimos cuestionamientos al Gobierno nacional.
 
El problema es doble para la administración de Bordet, que también hizo de la autonomía su bandera de cara a las elecciones, y al mismo tiempo intenta resistir nuevas restricciones a la actividad y a la circulación, mientras Entre Ríos enfrenta una disparada de contagios que tiene azorados a los sanitaristas y cada vez preocupa más en la Casa Gris. Hay coincidencia en que vienen semanas muy complejas, y que a este ritmo la relativa ocupación de camas críticas pasará al olvido en breve.
 
Mientras tanto, una nueva toma de decisiones ante el muy preocupante nivel de contagios llegará a Bordet. El Gobernador trabaja con los números sobre su escritorio y en base a los datos que le llegan suele tomar las medidas que decreta.
 
El amesetamiento en unos 900 casos diarios no es para sonreír. El sistema de salud sigue al límite. Nada indica que la Provincia pueda mantener más allá del próximo viernes 21 el relativo dejar hacer que hoy rige en materia sanitaria. Otro problema para Bordet: el límite de tolerancia social a las restricciones es bajísimo.
 
Es decisión provincial continuar con la presencialidad acotada en las escuelas. Y no importunar al sector productivo con nuevos cierres es el otro mandato en el gobierno provincial. Con un ojo mirando encuestas de modo permanente, las alternativas de acción se restringen a la nocturnidad y las reuniones sociales, mientras los casos aumentan.
 
El reparto de culpas por el crecimiento de casos estará a la orden del día y tensa la dinámica sanitaria. Por lo bajo hubo durísimos reproches a algunos municipios por la falta de controles más estrictos y por un supuesto relajamiento en materia de testeos, seguimiento domiciliario y derivación oportuna.
 
La respuesta automática de algunos intendentes fue que sin la colaboración policial -son nulos los controles a la movilidad en los horarios restringidos-, la normativa que prohíbe actividades nocturnas y hasta el aislamiento de los infectados son letra muerta.
 
Este reparto de responsabilidades empezó semanas atrás con la Municipalidad de Paraná. Los reproches al intendente Adán Bahl por desligarse de la pandemia serían crecientes y la Capital asumió un rol más activo en materia de control de las fiestas clandestinas, además de desplegar operativos barriales de prevención.
 
Pero en el interior la situación es muy distinta: son los intendentes quienes reclaman mayor acción de control a la Provincia ante el desmadre. Hay pueblos del interior que no tienen una sola cama de internación y otros cuyos centros de atención están semi desbordados. La respuesta provincial es que nada les impide actuar a los intendentes.
 
Quién asume el costo político de las restricciones parece ser la clave. Antes lo hicieron algunos municipios, quienes asumieron el costo de suspender los eventos artísticos, deportivos, religiosos y sociales, además de limitar la circulación. Todo indica que ese esquema llegó para quedarse: en campaña, quien restringe pierde y buena parte del costo quedará para los intendentes.
 

Actuar con responsabilidad social frente a la pandemia 
 
Aprestos opositores de campaña
 
Solapada en parte por la omnipresencia de la pandemia y sus trágicos efectos, la política comenzó a acelerar para ingresar a la etapa de definiciones. La pandemia obliga a los frentes que competirán en las elecciones llevar adelante una campaña diferente, sin las aglomeraciones del típico acto partidario.
 
La campaña transcurre mayormente a través de los medios y las redes sociales, pero también en recorridas y pequeñas reuniones en las que se cumple el distanciamiento social.
 
Los intendentes de Chajarí, Pedro Galimberti, y de Crespo, Darío Schneider, -dirigentes de la UCR- presentaron Construir en La Histórica, un espacio al que acompañan otros mandatarios de la provincia. Dejaron un claro mensaje hacia adentro de Juntos por el Cambio: "Un radical tiene que encabezar la lista".
 
Construir, sector interno en la UCR, se conformó en Entre Ríos con dos objetivos, a mediano y a largo plazo. En el mediano plazo es el de que un o una radical encabece la lista legislativa y en el largo plazo que también el partido proponga al o a la candidata a gobernadora de la alianza electoral.
 
La meta de llegada para Construir será la batalla por la gobernación, aunque este año tendrán "una parada intermedia", como la definió Schneider. "Vamos a tener candidatos y en este marco venimos a recorrer las diferentes ciudades", destacó.
 
Tanto Galimberti, como Schneider rechazaron que "todos los radicales estén con Rogelio Frigerio" como indicaron algunos medios paranaenses. "Claramente no es así", afirmaron.
 
Ante un electorado como el provincial, que viene demostrando un alto grado de madurez a la hora de decidir su voto, antes que los discursos priman las reputaciones de los candidatos que los pronuncian. Antes que acusaciones altisonantes, peleas de cartel y disputas internas, el entrerriano pide soluciones, respuestas y propuestas.
 
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El gobernador Gustavo Bordet junto a sus pares de otras 11 provincias se reunió de manera virtual este miércoles con el presidente Alberto Fernández para analizar la situación epidemiológica. "Se impone tomar medidas uniformes y rápidas", señaló.
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Alarmante. El área de Vigilancias Epidemiológica del Ministerio de Salud, confirmó que en Entre Ríos este jueves se registraron 1046 nuevos casos de coronavirus.
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