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                  00:44  |  Miercoles 24 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 12-04-2021 / 09:04
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

¿Qué pretenden los que no se cuidan de la pandemia?

¿Qué pretenden los que no se cuidan de la pandemia?
¿Qué buscan los que no se cuidan de la peste, refugiados en el “no pasa nada”? ¿Y los que no creen que exista la pandemia? ¿En que todo esto es disciplinamiento social autoritario? ¿Y los que no les importa? ¿Y quienes se sienten inmunes y suponen tener cierta omnipotencia? ¿O en qué de algo hay que morirse? ¿O es sólo mirar para otro lado, encogerse de hombros y seguir como si nada?
¿Qué buscan los que no se cuidan de la peste, refugiados en el "no pasa nada"? ¿Y los que no creen que exista la pandemia? ¿En que todo esto es disciplinamiento social autoritario? ¿Y los que no les importa? ¿Y quienes se sienten inmunes y suponen tener cierta omnipotencia? ¿O en qué de algo hay que morirse? ¿O es sólo mirar para otro lado, encogerse de hombros y seguir como si nada?
 
La idea sería: "si él lo hace, yo también lo puedo hacer"; y "si a él no le pasa nada, no me va a pasar nada a mí tampoco". Pierden el juicio propio en un efecto contagio, pero no del virus, sino de una identidad masificada que sería una contención contra el mal. Como si en el asado multitudinario, la fiesta o la circulación sin protección alguna por el centro atestado de gente, el virus decidiera dar un paso atrás, se diluyera, perdiera potencia.
 
Pero, muchos jóvenes deben estar experimentando un síndrome amargo. Son los que contagiaron a sus padres, a sus abuelos, a otros familiares, a los amigos y a desconocidos al azar. Muchos de esos contagiados la pasaron mal y algunos murieron. ¿Se sienten culpables por qué midieron las consecuencias cuando ya era demasiado tarde?
 
También hay quienes consideran que las normas de cuidado son discutibles desde el punto de vista jurídico, y esgrimen el derecho a no aceptarlas, a combatirlas. Apelan a la desobediencia civil, rompen las reglas de convivencia, tan necesarias en una pandemia. ¿Está primero el derecho individual a circular sin que nada lo impida o el derecho de la sociedad a la preservación de la salud pública, imprescindible para la vida? Estamos en emergencia por la pandemia, no vivimos en emergencia. Es una situación de excepcionalidad que pide auxilios y controles que el Estado Constitucional de Derecho contempla.
 
Por otra parte, está el negacionismo. Una hueste de conspiranoicos, convencidos de que la peste no existe y que todo es un plan de Bill Gates para implantar microchips. Elevan a Donald Trump y a Jair Bolsonaro como adalides de la libertad sin restricciones que, tras decretar "el show debe seguir", mantienen una base de fanáticos, más allá de la cantidad record de bolsas que se acumulan en las morgues.
 
Además, existe la grieta política. Patricia Bullrich dice "vamos a luchar contra esto" 24 horas antes del anuncio de las nuevas medidas gubernamentales. "Esto" no se había definido, pero la determinación de hacer la contra ya estaba tomada. La grieta es la oposición gurka festejando como un gol cada vez que más casos de coronavirus y más muertos hay. La táctica es oponerse a todo: a las medidas de cuidado, al barbijo, a las vacunas... Y luego responsabilizar de todo al oficialismo.
 
Finalmente, está el Gobierno que gestiona con aciertos y errores, privilegiando la vida, equipando el sistema de salud, intentado que las restricciones y los protocolos se cumplan, testeando y vacunado. Todo en un escenario de gravedad, con la llegada de la  segunda ola y el crecimiento de los contagios. Y pensar que hace un año, cuando esta pesadilla comenzaba, se creyó que la pandemia podía convocar al consenso nacional. La grieta devoró esta ingenuidad. Son tiempos difíciles y la sociedad, tironeada por los extremos, necesita un equilibrio.
 
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¿Qué pretenden los que no se cuidan de la pandemia?
 
Ola mediática nacional ahonda la grieta
 
Una ola mediática nacional intenta tensar las relaciones entre gobierno y oposición para asegurar la grieta con debates que instalan los medios de comunicación más poderosos del país: Clarín, La Nación e Infobae, cada vez más desembozadamente abocados al derribo del gobierno de Alberto Fernández.
 
El periodismo nacional rara vez actúa como "independiente" de acuerdo a una histórica razón de ser y es hoy parte de la grieta. No solo es juez y parte, es lo que mantiene en pie a la grieta. Por eso, a nadie sorprende que la hija de Bartolomé Mitre acuse a Mauricio Macri de invertir quince millones de dólares en La Nación+, tras haber llevado ese canal a los propulsores de la grieta de derecha.
 
Hay un particularísimo momento del país, donde se dicen y escriben mentiras al por mayor con el interesado apoyo de dirigentes de la oposición. Se trata de llevarle indignación a la clase media y lo lograron, en parte. La sociedad deberá darse cuenta que hay un intento de hacerla parte de los sectores en pugna.
 
Para que la historia tenga un escenario peor, se trata de un año electoral. Y en campaña cualquiera parece estar habilitado para decir cualquier cosa. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, dijo hace tiempo que las terceras vías están condicionadas por los canales nacionales de noticias, que penetran en las provincias a toda hora y en todo lugar, con intenciones como las señaladas.
 
¿Se dejará conducir la sociedad hacia la guerra en la que quieren embarcarla los grandes medios de comunicación audiovisuales que, como cadenas nacionales de noticias se introducen en toda la Argentina? Habrá que ver.
 

¿Qué pretenden los que no se cuidan de la pandemia? 
 
La que manda es la pandemia
 
Los principales actores institucionales del país están subordinados a los graves efectos de la pandemia, que se convirtió por peso propio en el factor determinante la política argentina. El Gobierno busca darle continuidad al plan de vacunación y sufre por no poder imprimirle mayor velocidad, mientras que la oposición se debate entre oponerse a todo para diferenciarse pero corriendo el riesgo de que se la acuse de boicotear la política sanitaria y perjudicar a la gente.
 
La que manda, ahora, es la pandemia. La llegada de la segunda ola provoca una fisura en la coordinación necesaria entre el Gobierno nacional y las Provincias. Esta vez costó mucho llegar a un entendimiento y por eso ya los argentinos no pudieron ver por televisión una vez más al inolvidable trío "Alberto-Axel-Larreta", un éxito mediático de los meses de cuarentena estricta.
 
Incluso, algunos gobernadores ya salieron a buscar vacunas en el mundo -Córdoba, Mendoza y la ciudad de Buenos Aires se anotaron en ese lote- y apuntan en algunos casos a negociar con laboratorios como Pfizer, que fue declarado hostil por la Casa Rosada por las abusivas exigencias para proveer sus vacunas.
 
El presidente Fernández va y viene entre la ira que le despierta el discurso de los exponentes más gurkas de la oposición -a los llegó a calificar de "imbéciles"- y la necesidad de convocar a los que tienen responsabilidad de gestión para que equilibren la balanza en Juntos por el Cambio. Pero a juzgar por el último documento de la mesa nacional de la coalición opositora, meter la cuña en esas diferencias no sería fácil para el Frente de Todos.
 
Ese texto, que anticipó el rechazo a las medidas restrictivas que preparaba la Casa Rosada, antes de que se conocieran, no fue alumbrado sólo por el ingenio maléfico de Patricia Bullrich, quien se posiciona en las antípodas del peronismo gobernante, sino que influyeron dirigentes más moderados como Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau.
 
La dureza que transmite el gobernador Axel Kicillof sobre la necesidad de aumentar los controles al transporte público y a las reuniones sociales -comprobados focos de contagio de COVID- revela que el peronismo apuesta al plan de vacunación como su carta principal, no solamente en el combate a la pandemia sino también a la hora de encarar la campaña electoral. Por su parte, la oposición pone la mayor parte de su empeño en denunciar y complicar la política sanitaria oficial.
 
En rigor, la pandemia se asemeja a un tsunami que pasa por el encima de la política en su conjunto: expone las carencias del Gobierno y complica su estrategia para el año electoral, pero también desnuda las distintas miradas que subyacen en Juntos por el Cambio y acota su margen para hacer una oposición talibán a ultranza.
 
Lo que no parece cobrar mucha dimensión es la performance electoral de los outsiders habituales, caso José Luis Espert y/o Javier Millei. Según encuestas de D'Alessio Irol y Berensztein, Espert y Millei son los peores calificados en intención de voto. A diferencia del resto del mundo, hasta los representantes de la anti política están en la lona. ¿O será también una maniobra para polarizar?
 

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Alerta por la segunda ola
 
La segunda ola ya hace estragos alrededor del país: Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. En tres estados brasileños que hacen límite con Argentina: Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul, en marzo se reportaron más muertes que nacimientos, algo que no ocurría allí hace más de 40 años.
 
En el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) el cuadro también es alarmante, lo que provocó que el ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, el PAMI y un grupo de obras sociales manifestaran a través de un comunicado conjunto su "profunda preocupación" por el "vertiginoso aumento" de contagios y reclamara "tomar medidas más drásticas" para reducir la escalada en la transmisión "de manera rápida y contundente". "A este ritmo, no hay sistema de salud que aguante", concluyeron.
 
El dilema que enfrenta el Gobierno nacional es que mientras el cuadro sanitario aconseja volver a un distanciamiento social más estricto, especialmente en el AMBA y otras grandes ciudades, el humor social y los números fiscales lo desaconsejan.
 
Después del gasto excepcional que demandó a la Nación sostener la asistencia a personas y empresas durante la cuarentena que llevó adelante Argentina el año pasado, el Gobierno ya no dispone de los recursos para repetir la experiencia este año. Y sin apoyo del Estado, una nueva cuarentena tendría un impacto devastador en los índices económicos y sociales.
 
De allí que el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, saliera a aclarar que no está en los planes del Gobierno retomar los programas IFE y ATP, sin embargo anticipó que se reforzará el Repro II, una buena noticia para sectores como el turismo y la gastronomía.
 
Habrá un incremento en el monto pagado por trabajador, que pasará de 12.000 a 18.000 pesos, pero además se modificarán los requisitos para acceder al beneficio, que alcanzará a las empresas que puedan comprobar una reducción de facturación de 20% en comparación a igual mes de 2019, antes del inicio de la pandemia.
 

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Vuelven viejos temores a la provincia
 
El rebrote de la pandemia no se hizo esperar. Hace una semana señalábamos desde este espacio que después del fin de semana largo se verían los primeros resultados de la nueva ola de Covid-19, con la presunción de que los cuatro días consecutivos no laborables podrían acentuar el nivel de contagios. Y así fue. Todo previsto, pero un problema al fin.
 
La ocupación de camas en las terapias intensivas está en un promedio apenas aceptable, según los números oficiales. El guarismo es revelador por donde se lo mire y marca la situación de estrés que pueden experimentar los servicios de salud tanto privados como estatales.
 
Ese dato es uno de los elementos cruciales para pintar un cuadro de la crítica situación que se puede vivir en la Provincia si se acelera el aumento de los contagios por coronavirus: en el pico de la primera ola, en agosto del año pasado, se había llegado a un techo que luego comenzó lentamente a descender.
 
La cuestión inquietante es que la segunda ola de infecciones irrumpió y en el gobierno de Bordet temen que la situación se agrave aún más. Vuelven a aparecer aquellas sombras que acecharon en el arranque la pandemia, allá por marzo del año pasado, cuando asomaban pronósticos apocalípticos sobre lo que podría ocurrir con un virus, del que se conocía poco y nada en aquél entonces.
 
Esos temores están anclados en cifras. En las últimas semanas la curva a contagios viene en aumento. Un dato adicional: desde hace varios días en varias zonas de la Provincia se están empezando a rumiar en derivar pacientes desde y hacia hospitales de distritos vecinos ante una imprevista falta de camas.
 
En ese contexto hay que ver las posibles medidas para eventualmente endurecer las restricciones vigentes a la circulación o disponer la suspensión de la presencialidad en las escuelas. En la Provincia aseguran que esas medidas, en caso de tomarse, se harán en acuerdo con la Nación y los intendentes.
 
Pero se juzgó que contar con esa herramienta a mano era una forma de ganar tiempo en medio de la incertidumbre y mientras avanza, con demoras, el plan de vacunación. Todos los actores del andamiaje sanitario advierten que el sistema de salud tiene un límite y que en este contexto de emergencia, tal vez se haga necesario adoptar medidas más drásticas para reducir la escalada de contagios.
 
Hay algunos intendentes del interior que estarían pidiendo a la Provincia pasar a fases más restrictivas aunque no lo amerite aún la cantidad de contagios que experimentan sus distritos, por temor a un desborde hospitalario. Quizás las comunas más comprometidas sean las de la costa del Uruguay, donde hay una multiplicación de infecciones.
 

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Trasladar las elecciones Primarias
 
El inquietante escenario epidemiológico acaso influya en una decisión política que asoma asociada: el del cambio del calendario electoral que se cocina en el Congreso y que, obviamente, tendrá impacto en la Provincia. En los próximos días sería consagrado el cambio de fecha para las primarias, salvo un milagro sanitario que nadie está previendo. Con el país bajo un pico de pandemia estaría insensato ir a votar.
 
La idea oficial de mudar las elecciones Primarias a septiembre y las generales a noviembre parece contar con cierto acuerdo de la oposición. Y en las semanas que quedan de abril, más allá de algunos tironeos que existen con Juntos por el Cambio, quedaría plasmada en una ley que será votada por el Congreso. Luego, Bordet dictará un decreto para adecuarse a esa normativa.
 
La postergación dará un poco más de aire a aquellos dirigentes de la oposición provincial que meditan si ser o no candidatos en la Provincia, porque el cierre de listas pasará para fines de julio. Por las dudas, con el cuchillo entre los dientes, lo esperan algunos dispuesto a intentar bloquear los deseos del porteño que funge como jefe del macrismo entrerriano: Rogelio Frigerio.
 

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Proselitismo epidemiológico
 
La segunda ola ya amenaza con cubrirlo todo y está claro que la gestión de la pandemia será, durante los próximos siete meses, la esencia misma de la campaña electoral. La dirigencia política entrerriana parece disponerse a un experimento de inquietantes consecuencias institucionales y sanitarias: el proselitismo epidemiológico.
 
No hay competencia electoral sin diferenciación, y no hay tema más importante que el fulminante impacto de la pandemia. Exagerar las diversidades con el oficialismo es la clave del momento en la oposición. A nivel nacional, la inmediata reacción de la dirigencia de Juntos por el Cambio contra las nuevas medidas, y el calificativo de "imbéciles" que les propinó el presidente Fernández, fue la indudable inauguración de este período.
 
El notorio esfuerzo de la oposición entrerriana por diferenciarse del oficialismo provincial en la gestión sanitaria se inspira en el ala más talibán de la dirigencia macrista nacional, que encabeza Patricia Bullrich. El intento de ahondar la grieta es evidente y constante. Las diferencias que haga el virus están por verse. Como la pandemia, la campaña será larga.
 
En una maniobra que le demandará equilibrio extremo, el gobernador Gustavo Bordet procurará que la grieta sea la menor posible antes de la ruptura, tanto en términos de política sanitaria como partidaria. Para ello, el oficialismo hará campaña con la gestión e intentaría el objetivo de inmunizar al 70 por ciento de la población de riesgo.
 
Se informó desde la Casa Gris que se realizará una gestión desde la Región Centro, para salir a comprar vacunas, procurando la adquisición directa. La hiper concentración de la atención, los recursos y los controles federales en el conurbano bonaerense fomentan cierta distancia entre la gestión provincial y la nacional.
 
Pero también es consciente Bordet de que la intentona no será fácil en virtud del escaso mercado de vacunas que existe. En medio de un proceso de inoculación lento y sin mayores certezas de recibir vacunas, esa prerrogativa se presenta como una opción para que nadie pueda decir en las provincias que la Nación sigue marcando el ritmo en cuanto a medidas para enfrentar la pandemia.

 
El Gobierno, coincidente con la dirigencia empresarial de todos los rubros, decidió que es posible controlar la propagación del virus sin alterar en lo sustancial la vida de la población y de la economía. Asimismo, Bordet se encargó de lograr el consenso de los intendentes a la hora del anuncio de las medidas. Los intendentes, en su mayoría, venían reclamando restricciones durante la noche como paso inicial para volver a controlar los casos de contagio sin afectar mucho la actividad económica en general.
 
Las coincidencias con el Poder Ejecutivo provincial son un elemento sustancial para la construcción de la alternativa política que el PJ procura representar: el dialogo en elecciones de medio término donde reinará la polarización.
 
Cuando se observan las indicaciones que la Provincia dio a la población, se evita hablar de prohibiciones y sólo se recalca lo que sí se puede hacer. El lenguaje imperativo no existe en la comunicación oficial. Además, se evitó por todos los medios la instalación muy visible de los controles en la vía pública. Se apela a la responsabilidad individual y se procura mantener un estado de normalidad en la movilidad, la producción y las escuelas.
 

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Retorno a un ciclo lectivo lo más normal posible
 
Hay sectores que nunca terminaron de aceptar la vuelta a la normalidad que ya se manifiestan en alerta, como en el caso de los gremios docentes, que, junto con otras voces de la comunidad educativa provincial, vuelven a plantear el regreso de los alumnos y docentes a la virtualidad.
 
El retorno a un ciclo lectivo lo más normal posible fue una fuerte apuesta del Ejecutivo provincial este año. Se fijaron protocolos que se buscan cumplir en los establecimientos educativos de los distintos distritos. Esa postura a favor de la vuelta a las aulas se terminó afirmando también a nivel nacional por el clamor ciudadano luego de un año de una inactividad presencial. La virtualidad dejó a la vista desigualdades sociales.
 
Aspectos a tener en cuenta por el gobierno provincial ante el desafío que plantea la llegada de las variantes de la pandemia, las agresivas cepas británicas y de Manaos, que vuelven a poner a prueba la capacidad del sistema de salud, una de sus mayores cartas de Bordet en el año electoral.
 

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Anticuarentena en la política entrerriana
 
La grieta local muestra la inconsistencia de los argumentos de los opositores locales. Dando explicaciones sobre el bochornoso baile de los Club de Abuelos de Crespo, el intendente radical Darío Schneider, intentando justificar la autorización que el municipio que gobierna le dio al evento, expresó que no se debe "juzgar todos los territorios de la Argentina de la misma forma", y llamó a "apostar a la responsabilidad individual y la libertad para llevar una vida lo más parecida a la anterior a la pandemia".
 
¿A qué se refiere Schneider con apostar a la responsabilidad individual y la libertad cuando se habla de política sanitaria? En su ambigüedad parece justificar la idea quienes no quieren un Estado que intervenga activamente y sancione en caso de ser necesario. Pensar en llevar una vida parecida a la anterior a la pandemia parece una ilusión que niega la realidad de los hechos, que es la existencia del Covid-19.
 
En Chajarí, a mediados de diciembre de 2020 se desató una polémica en, luego que las autoridades del hospital Santa Rosa cuestionaron la "medida unilateral" adoptada por el intendente radical Pedro Galimberti, vinculada de la autorización de eventos privados para las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
 
Aún más, a pesar de la disconformidad de las autoridades sanitarias, en Chajarí se realizó la Feria de Navidad en la estación del ferrocarril a la cual invitaba el propio intendente.
 
El lunes 4 de enero de 2021, el Ministerio de Salud de Entre Ríos y el Comité de Organización de Emergencias Sanitarias (COES), decidió declarar a Chajarí como zona de transmisión comunitaria sostenida de coronavirus, dada la creciente confirmación de casos en esa ciudad. Aquí los hechos hablan y no requieren de palabras.
 
Cabe hacer una mención a Rogelio Frigerio, el candidato a gobernador macrista, quien prácticamente no ha sentado posición alguna respecto al Covid-19 y las políticas sanitarias, evitando en especial referirse a las restricciones en Entre Ríos, en lo que pareciera ser una posición tomada a la luz del marketing político y la idea de evitar hablar de cuestiones conflictivas, no tomando definiciones concretas en cuestiones complejas.
 
Sólo habló de la supuesta vacunación Vip en la provincia en la semana en que se conoció la denuncia en contra la gestión macrista de Migraciones de la Nación por espionaje, siendo esta un área que dependía de Frigerio, cuando era ministro del Interior de Macri.
 
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La provincia transfirió 500 millones de pesos a Salud para la adquisición de equipamiento. Los fondos surgen del ahorro del pago de intereses a raíz de la reestructuración de la deuda internacional, lo que ha permitido que los intereses que estaban previstos presupuestariamente pagar este año sean significativamente inferiores a los previstos.
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Adultos mayores de 80 años de Paraná que no hayan sido vacunados con la primera dosis contra el coronavirus podrán acercarse y recibir la aplicación este miércoles, sin necesidad de sacar turno. Quienes estén interesados deben ir a la Escuela Hogar, de 9 a 13, y serán inoculados por orden de llegada.
23-04-2024 / 11:04
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La Argentina atraviesa la epidemia de dengue más importante de su historia. Más de 333.000 personas contrajeron la enfermedad en esta temporada; mientras que las muertes por dengue fueron 238. Entre Ríos suma miles de casos confirmados de dengue en lo que va del año. ¿Qué están haciendo Javier Milei y Rogelio Frigerio frente a una enfermedad grave y potencialmente mortal que se refleja en los hechos en la incertidumbre y los temores de la sociedad?

El Presidente, inhumano e insensible a todo lo que tenga que ver con el pueblo, inspirado en un fanatismo liberal libertario y anarco capitalista, de la insolidaria Escuela austriaca del siglo XIX, experimento que nunca se aplicó en ningún lugar del mundo, decidió borrarse por completo en el tema. A tontas y a locas como lo hace casi siempre, Milei rechazó la aplicación de vacunas. "En tres meses los mosquitos habrán desaparecido", consideró. Pero, cambio climático mediante, en muchas provincias argentinas hay Aedes Aegypti todo el año, en continuado. Frigerio, si bien no corea las burradas de Milei sobre el tema, su lineamiento se asemeja al del libertario: no hacer nada.

Es política oficial de Milei y Frigerio dejar que todo lo resuelva el mercado
, sin intervención del Estado, lo que llevó a un festival de especulación con los precios de los repelentes. El concepto más básico de cualquier política sanitaria, la prevención para evitar males mayores, no estuvo nunca contemplada. Sí se habilitó la importación "puerta a puerta" del cotizado mejunje espanta-mosquitos. En la ley libertaria del sálvese quien pueda, el que tiene plata compra y el que no, reza.


Lo único que hacen, Milei y Frigerio, es repartir culpas a la administración anterior y emitir comunicados en los que no se da ninguna señal que calme la incertidumbre de la población, que precisa saber qué hacer, cuando ir al médico, como acceder a repelentes seguros, efectivos y baratos, confiar en una vacuna que, aunque no es perfecta, registra una alta efectividad hasta el momento. No es tiempo de sembrar dudas sobre la vacuna, sino de ponerse los pantalones largos y tomar las riendas de la situación.
 
Hablando sin saber, Milei afirmó que: "La vacuna contra el dengue recién se está probando en humanos". Eso es totalmente falso. La vacuna contra el dengue ya ha sido probada en seres humanos desde el comienzo, en las fases 1, 2 y 3 de los ensayos clínicos y demostró ser segura y efectiva en la prevención del dengue sintomático y la reducción de las hospitalizaciones por dicha enfermedad. Fue autorizada por la ANMAT en abril de 2023.
 
Está demostrado que la vacuna es excelente, pero es cara y debiera ser provista por el Estado. Pero, con Milei no existe el Estado. Con argumento falaz, y pese a la epidemia histórica de dengue, Milei descartó incluir la vacuna en el sistema nacional que la haría gratuita y obligatoria al cuestionar su efectividad, cuando el país alcanza récord de fallecidos en ocho meses de epidemia. Es que este virus no sólo enferma. Si no se atiende a tiempo, mata. ¿Y Milei no la ve?
 
La incidencia del dengue en Entre Ríos aumentó notablemente en los últimos años, caracterizado por un incremento en el número, la escala y la aparición de múltiples brotes que se propagan en regiones que antes no estaban afectadas por el dengue. De manera que ni Frigerio, ni nadie vinculado con la salud pública provincial, debería asombrarse por lo que está pasando en Entre Ríos, que enfrenta una de las peores epidemias de dengue de su historia.

Algunos gobiernos provinciales ya destinan recursos para realizar campañas de vacunación sectorizadas (Misiones, Corrientes, Tucumán y Salta) y otros impulsan la fabricación de repelentes en laboratorios públicos provinciales (Buenos Aires, Santa Fe y Formosa) que se distribuyen de manera gratuita. Carente de gestión, Frigerio no está haciendo nada de lo que hacen otros mandatarios provinciales.

 

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