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El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Nacionales - 31-05-2020 / 09:05

Peligro de llamar “infectadura” a nuestra querida democracia

Peligro de llamar “infectadura” a nuestra querida democracia
En medio del aislamiento preventivo y obligatorio, hay quienes descreen hasta de la existencia del virus y salen a protestar en las calles sin barbijos ni cuidados. La peligrosa prédica de quienes hablan de una “infectadura” y extrañamente reclamar Libertad, es un peligro para el conjunto de la sociedad. En la imagen: Alberto Fernández saluda con el codo a Jorge Macri, intendente de Vicente López.
La toma de decisiones en función del conocimiento científico -con todas las limitaciones que tiene este último- es un logro y no una concesión de la democracia. No significa transformarla en una "infectadura" sino enriquecerla con bases más sólidas y racionales.
 
En los países de Trump y Bolsonaro se humilla a los científicos. Es difícil entender para un demócrata cuando, en nombre de la democracia, se coquetea con esas alternativas. Pero las diferencias con los Estados Unidos no terminan allí. La posición de Donald Trump acentuó las ya extremas diferencias entre el Presidente y la oposición, que fue agredida sistemáticamente por él.
 
Los demócratas y los científicos pasaron a formar parte de un "complot comunista" para desplazarlo del poder. En los momentos de mayor tensión Trump amenazó incluso con cerrar el Congreso. Casi idéntica situación se vive en Brasil.
 
Nada de eso ocurrió en la Argentina. Al contrario, aquí se transformó en algo habitual que Alberto Fernández, Horacio Rodriguez Larreta y Axel Kicillof, coordinen y discutan políticas, y las presenten conjuntamente ante la sociedad, en sucesivas conferencias de prensa, donde nadie se queda sin preguntar, un método que era una de las deudas de la democracia argentina.
 
Fernández se ha sacado fotos amigables con Gerardo Morales, un enemigo del sector dominante de su Gobierno, intercambiado saludos de codo con Jorge Macri, poseedor de un apellido muy emblemático. La idea antidemocrática según la cual quien pertenece a otro espacio es un enemigo despreciable fue abandonada, al menos mientras dure la pandemia.
 
Aunque la democracia exista plenamente, la peligrosa prédica de quienes creen que se transformó en una "infectadura" puede crecer en tiempos tan duros y debilitarla en lo político, en lo económico y en lo sanitario.
 

 
El 29 de marzo, cuando los Estados Unidos habían sufrido apenas tres mil muertes por el coronavirus, el premio Nobel de Economía, Paul Krugman se preguntaba por qué su país empezaba a sufrir más que el resto del mundo. La nota fue publicada en The New York Times y se llamaba "This Land of Denial and Death". La tierra de la negación y la muerte.
 
Krugman, un economista muy respetado por propios y ajenos, se negaba a aceptar que la tragedia inminente se debiera exclusivamente a un error o a un problema de personalidad de Donald Trump.
 
Entre los elementos que incluía para explicar lo que estaba sucediendo, señalaba los largos años de conflicto entre el poder político conservador de su país y el conocimiento científico.
 
"Mientras la negación del cambio climático es un fenómeno mundial, su epicentro se ubica acá en los Estados Unidos. Los republicanos son el único partido mundial que está oficialmente a favor de la negación del cambio climático. Pero no es lo único que rechazan. No hay un solo candidato republicano que se atreva a respaldar la teoría de la evolución de Charles Darwin".
 
Como se sabe, el enfoque que primó en la Argentina respecto del coronavirus fue exactamente opuesto al norteamericano. Cuando casi no había sufrido pérdidas humanas, la Argentina entró en cuarentena, y lo hizo guiada por un grupo de destacados hombres de ciencia.
 
Los resultados de esa decisión son hasta aquí abrumadores. Los Estados Unidos tienen 313 muertos por millón de habitantes. La Argentina 11. En Estados Unidos murieron 105 mil personas. En la Argentina 528.
 
Una de las diferencias sustanciales entre las democracias y las dictaduras es que en las primeras se intenta cuidar la vida de las personas.
 
En ese sentido, el camino elegido hasta aquí por nuestro país ha sido más congruente con ese precepto -el de cuidar la vida- que el de naciones más poderosas de la región como Estados Unidos, Brasil o México.
 
Miles de personas hubieran muerto si las opciones hubieran sido otras. No es -o no debería ser- un componente pequeño para evaluar la gestión de un problema. Cuando la democracia cuida la vida, en vez de estar en riesgo, se fortalece mucho.
 
El segundo punto que distancia a la estrategia argentina y norteamericana es la manera en que se apoyó en el conocimiento científico. En los Estados Unidos existe una personalidad fascinante que se llama Anthony Fauci. Probablemente sea el epidemiólogo más prestigioso del mundo.
 
El 12 de marzo, Fauci advirtió que si no se tomaban medidas extremas se infectarían o morirían "millones, muchos millones". A medida que moría más gente, Fauci escaló las objeciones a la política oficial.
 
Donald Trump desató entonces una campaña en su contra y en contra de los científicos. Ese proceso derivó en las últimas horas en una decisión que sacudió al mundo sanitario: la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud.
 
A diferencia de lo sucedido allí, el Gobierno argentino se apoyó en un grupo destacado de científicos. Pero no solo en los argentinos. Los científicos de todo el mundo se consultan permanentemente sobre los distintos pasos para afrontar la crisis.
 
Eso hace que, casi en tiempo real, en la Argentina se conozcan las marchas y contramarchas, y los resultados de las decisiones que se toman en Corea, Italia, Israel o Wuhan.
 
El funcionamiento pleno de la democracia se manifestó en la riqueza del debate que se produjo estos meses trágicos. Los gobiernos discutieron en público si la ciudad debía o no habilitar el comercio, o si las salidas recreativas se debían permitir.
 
Ignacio Levy, el líder de La Poderosa, acusó a gritos a Horacio Rodríguez Larreta por las primeras muertes en la villa 31. Hubo debates durísimos por el destrato a jubilados aquel viernes terrible de las colas en los bancos, por la compra con sobreprecios de alimentos en el gobierno nacional, por los alquileres de hoteles y compras de barbijos en la ciudad, por el vergonzoso intento oficial de enviar a Ricardo Jaime a su domicilio, por el apoyo oficial indiscriminado a la prisión domiciliaria. ¿No fue esta sociedad desde sus balcones la que frenó a Alberto Fernández en ese momento?
 
Los periodistas expusimos, además, la desesperante situación de los varados en el exterior o las demoras para cobrar el modestísimo IFE o la incapacidad para llegar a los trabajadores en blanco por medio de créditos bancarios o las erratas en las filminas. Una reacción fuerte de personas mayores de 70 obligó a retroceder al gobierno porteño respecto del permiso que debían pedir para salir de sus casas.
 
Todo esto describe la manera en que funcionó la vital democracia argentina aun frente a un desafío extremo en lo económico y lo sanitario.
 
En este punto, el manejo de la crisis sanitaria enfrenta nuevos desafíos. El primero de ellos es que continúe el acatamiento a las medidas sanitarias dispuestas por el Gobierno. Los números de las encuestas sugieren que el apoyo a la cuarentena se mantiene alto.
 
Pero el movimiento de las calles de Buenos Aires anima a pensar algo muy distinto. Y si ese movimiento es una medida del descontento, parece alumbrar una decisión social que va a contramano de las recomendaciones oficiales.
 
El segundo desafío es inherente a la democracia. La discusión empezó, y de manera muy fuerte. Algunas personas relevantes han sostenido que la defensa de una política restrictiva sobre el coronavirus es producto del fanatismo religioso o intenta construir un discurso único donde no se puede discutir nada.
 
Se habla de la "democracia" de los científicos, se postula, sin datos, que "morirá más gente por la cuarentena que por el coronavirus". "Devuelvan nuestros derechos", dicen algunas personas por televisión. Otras llaman a una "rebelión social" o comparan una medida sanitaria con "el gueto de Varsovia".
 
La líder del principal partido de oposición ha calificado como "terrorista" a un prestigioso infectólogo. Algunas personas han comenzado a expresar estas ideas en las calles, aun a riesgo de contagiarse y contagiar a otros de una enfermedad que puede ser mortal.
 
El tercer elemento que amenaza en estos días la estrategia argentina son algunos comportamientos de las autoridades. Las fotos del presidente Alberto Fernández, sin barbijo, rodeado de simpatizantes es un ejemplo que mucha gente está siguiendo en las calles.
 
Esos actos son típicos de Trump y de Bolsonaro: ¿cómo se le puede exigir a la gente que acepte restricciones que el mismo Presidente vulnera? Si él puede estar a los abrazos sin el más mínimo cuidado, ¿por qué Rudy Ulloa no, o Susana Giménez no, o el surfer de Necochea, o los judíos ortodoxos que bailaban en un casamiento, o los jóvenes que celebraban un baby shower o quien sea?
 
La democracia argentina ha superado pruebas tremendas en estos 36 años. Ha sido la epopeya de una generación. Basta mirar lo que ocurre en Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Ecuador para entender las proporciones de lo que se está diciendo.
 
Naturalmente, la vida en cuarentena restringe la libertad de reunión, de trabajo o de movimiento. Es un problema mundial. La humanidad ha enfrentado siempre muchos dilemas, pocos tan terribles como el actual: cuántas vidas está dispuesto a sacrificar cada país para recuperar esas libertades.
 
Todos los gobernantes del mundo tienen dudas. "Nuestras proyecciones se derrumbaron como un castillo de naipes", dijo el ministro de Salud de Chile, Jaime Mañalich, al anunciar el jueves que modificaban la estrategia de cuarentena selectiva por un cierre total de Santiago. "Hay que ser estrictos con el aislamiento social. Es nuestra única esperanza". ¿En Chile también hay una "infectadura"?
 
En ese contexto angustiante, cien mil muertos después de la columna con que arranca esta nota, Krugman cerró su último artículo con una frase certera: "La principal obligación de un líder consiste en mantener a su gente con vida".
 
Por Ernesto Tenembaum
 
Fuente: Infobae
 

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25-04-2024 / 09:04
El guarango presidente de la Nación, Javier "el Loco"  Milei, brindó un verdadero stand up en la cena anual de la ultra liberal Fundación Libertad, en la que por momentos provocó vergüenza ajena, inclusive entre los comensales que no podían creer lo que estaban escuchando. Milei se reencontró con Mauricio Macri, celebró su ajuste neoliberal feroz, hizo chistes groseros y bizarros (todos malos) y se burló de economistas y sectores opositores.

"¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a crecer como pedo de buzo", afirmó insólitamente Milei y se llevó los aplausos de los trolls rentados libertarios que estaban en la sala. Luego Milei apuntó contra Carlos Melconian
, de quien se burló con una imitación de su voz porque es crítico de su gestión: "se equivocó feo". "Qué quieren que les diga si había uno que decía no podés dolarizar si no hay fideos, no hay tuco... Es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error", aseveró Milei. Claro, la frase y el tono de Milei cayó mal en la gente y eso le molestó al Presidente: "Si los que están murmurando se comieron el verso, lo siento. Im So Sorry, la vida es así", completó.


El stand up de Milei fue insoportable. No cabe otra definición. Ya seguirlo por YouTube resultaba tortuoso. Imposible imaginar tener que verlo en vivo. Fue por eso que los medios afines al Gobierno anarco capitalista rápidamente lo sacaron del aire. Cuando no habían pasado ni 20 minutos del inicio, tanto TN como LN+ continuaron con su programación habitual. Las arengas libertarias de "el Loco" parece que van perdiendo rating.

Milei habló de su propio ajuste. Lo celebró repitiendo las mismas falacias e invenciones que viene diciendo desde el 10 de diciembre e incluso desde antes. En ese auto-elogio delirante, comparó a Luis Caputo y Patricia Bullrich con Lionel Messi, haciendo rechinar los oídos de más de uno. Milei ya camina sobre terreno resbaladizo. La prepotencia y los chistes malos tienen su lado "delarrúesco".
 
El discurso de este miércoles pareció hecho dentro de una burbuja de gas. Un discurso de casta, ajeno a la dura realidad que sufren las mayorías populares con el áspero golpe que ya representan los nuevos tarifazos. A una pobreza que se extiende de la mano de la recesión, por más que el presidente celebre el relativo enlentecimiento de la inflación.
 
En la cena de la Fundación Libertad, Milei eligió hablar de miles de cosas para no hablar de lo evidente: el enorme golpe político a su Gobierno que significó la masiva marcha universitaria. El presidente apenas musitó la frase "causa noble" para aludir elípticamente al reclamo que este martes llevó a un millón de personas a las calles de todo el país. Un golpe político que cambió de discurso, pasando de la prepotencia al lamento.
 
Este miércoles Milei habló como si viviera en una nube de gas. Esa arrogancia se vio muchas veces en la política argentina. Gobiernos civiles y regímenes militares completamente disociados de los intereses y deseos de las mayorías populares. El resultado, fue, muchísimas veces, la rebelión popular. La lucha en las calles. La emergencia de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo pobre como actores combativos de un cambio profundo de la sociedad. La arrogancia de Milei pavimenta el camino en esa dirección.
 
La Opinión Popular

24-04-2024 / 10:04
La Marcha Federal Universitaria reunió a un millón de personas en todo el país. Fue en defensa de la universidad pública y desbordó las calles y avenidas porteñas transformándose en un hito de rechazo al irracional ajuste anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. Encabezados por docentes y estudiantes, cerca de un millón de personas en todo el país hizo naufragar el operativo represivo con el que amenazó la macrista Patricia Bullrich, que se quedó con las ganas de reprimir.
 
La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno libertariano de Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor.
 
El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como "héroes" que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.
 
El gobierno despreció esta marcha porque -dijeron- la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. "Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios", dijeron por la televisión. Y Bullrich la calificó de "rara". Defender la universidad gratuita que el gobierno quiere cerrar es "raro". Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.
 
Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.
 
La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza, Paraná y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.
 
Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. El Loco Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.
 
La Opinión Popular
 

23-04-2024 / 10:04
Finalmente, habrá que tomárselo en serio. El presidente Javier Milei es un loco. Por lo general, estas personas tienen una relación de literalidad con las palabras. No es broma cuando dice que quiere destruir el Estado. Ese es su objetivo y, a menos que el pueblo se lo impida, lo concretará con el ahogo económico más una campaña de desprestigio. El inaudito ataque a la educación y la universidad públicas intentan tapar el desastre económico. Hoy 23 de abril, Milei conocerá el juicio que las medidas de su gobierno están concitando en amplias franjas sociales, políticas, intelectuales y culturales. La mejor encuesta.
 
Milei, como es sabido, tuvo una carrera académica mediocre, incompleta y de irregular desempeño en entidades privadas, cuyos "logros" son hasta el momento desconocidos. Con su religión privatista y ultra individualista, odia a la universidad pública. Su saña contra las universidades públicas comenzó apenas asumió la presidencia, cuando repitió el presupuesto de 2023 para las casas de estudios. La Universidad pública está siendo amenazada por un grupo fanático, dotado de un liberalismo ultramontano, que ocupa circunstancialmente la Casa Rosada, ese reino actual de la improvisación, la insensatez y los intereses espurios vinculados a las clases más ricas de la sociedad.
 
Con una inflación anual cercana al 300%, el congelamiento del presupuesto significa una reducción del 72%, como lo afirma el último informe del Centro de investigación de la Economía Nacional (CIEN), instituto que monitorea los presupuestos universitarios. En lo que va del año, los docentes ya perdieron un 50% de sus ingresos, a lo que se agrega el desmantelamiento del Conicet y la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
 
A esa política de ahogo económico, se le suma la campaña de desprestigio. Con la letanía del "adoctrinamiento", Milei pretende deslegitimar una de las instituciones de mayor prestigio de la Argentina, con tres universidades (las de Buenos Aires, Córdoba y La Plata) en el podio de las 100 mejores universidades del mundo. Con esa insolencia típica de la ignorancia, impugna el supuesto "adoctrinamiento" socialista que aquejaría a estas últimas. Desde la nefasta dictadura cívico-militar genocida no se escuchaban semejantes idioteces y necedades.

Siendo un faro científico-cultural en toda la región, las universidades nacionales tienen su propio sistema de gobierno basado en la autonomía, la autarquía y el cogobierno, base del trípode de enseñanza, investigación y extensión que les legara la Reforma Universitaria de 1918. Por supuesto, un sistema que está muy lejos de imponer las verdades reveladas que inspiran al Presidente, una megalomanía que rinde culto a los próceres de la "neorreacción global" como Murray Rothbard y Von Mises, cuyo único objetivo es destruir el Estado.

Desde hace años, quienes defendemos las universidades públicas las defendemos en las aulas, en los laboratorios, en los claustros... Hoy nos toca defenderlas en la calle. Marchemos este martes 23 de abril todos por las universidades públicas. Habrá movilizaciones en todo el país protagonizadas por amplios sectores de la sociedad que defienden la educación pública. Y también contra la nueva Ley Ómnibus, la reforma laboral y el plan hambreador de saqueo y ajuste de la ultra derechista La Libertad Avanza
, que nos quieren pobres e ignorantes para manipularnos mejor.


La Opinión Popular

22-04-2024 / 10:04
Hace diez días se conoció el ranking universitario mundial QS 2024: entre las mejores 150 carreras del planeta, hay 28 de universidades argentinas. El jueves apareció otra lista, de la consultora británica Quacquarelli: la UBA quedó entre las 100 mejores universidades del mundo. Esa misma institución reconocida a nivel internacional, con más de 320 mil alumnos, hoy batalla junto a las 69 universidades e institutos universitarios del país por sobrevivir.
 
En esa lucha in crescendo contra la asfixia presupuestaria del gobierno de Javier "el Loco" Milei, el martes será un punto de inflexión. La Marcha Federal del 23 se convertirá en la primera movilización transversal contra el ajuste de la administración neoliberal libertaria que alcanza a todo: jubilados, pacientes oncológicos, comedores, científicos. Y universitarios. La movilización, de tintes históricos, será en todo el país, pero el epicentro estará en CABA. Bajo el lema "En defensa de la educación pública".
 
La asistencia está lejos de ser puramente universitaria: además de estudiantes, docentes y graduados, prometieron estar las centrales obreras (desde la CGT a las CTA), organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y partidos políticos. Dirigentes como Sergio Massa y Axel Kicillof confirmaron que marcharán. No solo el presente está en juego: si algo representa la educación, es el futuro y el desarrollo de un país.
 
La Marcha Federal convocada por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que reúne a los rectores del país, "será inédita por esta unidad impensada 15 años atrás", declaró el titular del CIN, Victor Moriñigo. Y acotó: "Mientras eligen a universidades argentinas en el mundo, acá no financian la educación. Es muy raro. Todo el mundo nos pregunta por esto".

La posición del Ejecutivo fue de intransigencia. Un delirante Milei hablando de dar la "batalla cultural" contra el "adoctrinamiento" de las universidades públicas, y el ejército troll atacando al sector. El designado subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, lejos de buscar conciliación apoya la teoría ideológica del "adoctrinamiento". Álvarez dedicó las últimas horas a llamar personalmente a cada uno de los rectores de las universidades nacionales para que se bajen de la marcha. "Promete cualquier cosa con tal que nos bajemos
, está desesperado", relató uno de ellos.


Mientras Álvarez busca conciliar posiciones con representantes de las universidades, el presidente fue muy agresivo en redes sociales. Milei replicó decenas de posteos que insultan a la universidad pública. Milei pretende un país mucho más dependiente del capital extranjero, de EEUU y sus aliados: Gran Bretaña e Israel, donde aumente la precarización laboral, la pobreza y la ignorancia. Para eso necesita un modelo de educación pública donde cada vez sean menos los que puedan acceder y donde la educación universitaria se piense al servicio de los negocios de los grandes empresarios.

El ajuste universitario puede ser un punto de inflexión para el gobierno: una encuesta de esta semana de la consultora Zuban Córdoba señala que un 89,4% aseguró está "de acuerdo" o "muy de acuerdo" en que la educación pública "es un derecho que debe ser defendido". Y un 58,5% se mostró en contra de congelar el presupuesto de las universidades. Una Argentina que gira entre la crueldad libertaria y una crisis social al borde de estallar.

La Opinión Popular

21-04-2024 / 09:04
Claramente Javier "el Loco" Milei todavía no termina de comprender que es Presidente de la Nación y que cada palabra que dice tiene repercusiones. En el mediodía de este viernes expuso en el exclusivo encuentro de empresarios que se desarrolló en el Hotel Llao Llao, ubicado cerca de la ciudad de Bariloche. Con un discurso en contra de la política de la institución a la que pertenece por ser el jefe de Estado y a favor de sus amigos, los grandes empresarios, donde los instó a delinquir. Por eso es que despotricó contra la política y las medidas que se aplican para cuidar el bolsillo de los ciudadanos.

Pero lo más grave es que el mandatario aseguró que "el que fuga es un héroe" que logró escaparse de las garras del Estado. Claramente la fuga es un delito que el Presidente no debería instar a los grandes empresarios a hacerlo. Y ya que estaba también recomendó comprar dólares en el mercado negro. Ni siquiera tiene en cuenta que esto de fugar y no invertir desfinancia y empobrece al país. ¿Está chapita?

Su discurso fue el de un gerente que se dirige a sus patrones para proponerles nuevas ofertas para conseguir ganancias. Durante una hora, Milei despotricó contra el Estado y defendió el rol de la inversión privada como único motor de la economía. Fue un discurso para el gran capital, que aplaudió ante las oportunidades que se le ofrecían desde el escenario.

Milei llegó a justificar la compra de dólares ilegales para no pagar impuestos al tiempo que rechazaba toda regulación de los mercados, sean financieros o de bienes y servicios. En ese contexto, el presidente alentó al delito de fuga de divisas: "El que fuga es un héroe, que logró escaparse de las garras del Estado", deliró. Pero después manda al Congreso la restitución de Ganancias sobre el salario de los trabajadores para conseguir recursos.
 
A diferencia de su exposición en la apertura de sesiones del Congreso, el 1° de marzo pasado, esta vez Milei no leyó, con lo que su alocución quedó librada a la libre asociación de ideas que suele llevar a cabo, camino en el que se mezclan sus diatribas contra el Estado y contra los que enfrentan sus ideas e incluye metáforas escabrosas y cifras imposibles de chequear.

Fue una pijamada de adoctrinamiento anarco capitalista y una marcada de cancha del rumbo neoliberal del país. Aunque parezca divergente para gente que maneja empresas y tiene responsabilidad sobre una parte de la economía, la puesta en escena parecía propia de una estudiantina, con un orador insultando como un adolescente y un grupo de hombres entrados en edad aplaudiendo.

La polémica afirmación de Milei es un alerta sobre lavado, por las características del blanqueo de capitales que el Gobierno incluyó en el paquete fiscal que empezó a debatirse en el Congreso esta semana, porque es permeable al ingreso de capitales ilícitos de alto perfil.

El Registro de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi) es una puerta de acceso camuflada, con graves visos de legalidad, para que capitales provenientes del tráfico de estupefacientes, armas y personas entre otros, ingresen al circuito económico y financiero de la República Argentina sin exigencias reales de licitud de origen y trazabilidad
, convirtiéndonos en un Narcoestado.


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