La Opinión Popular
                  21:15  |  Jueves 18 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
Recomendar Imprimir
Entre Ríos - 25-02-2020 / 17:02
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Bordet y la ley de Murphy

Bordet y la ley de Murphy
Todo lo que podía complicarse en este verano, se complicó. Las principales banderas que había levantado la gestión de Gustavo Bordet durante su primer período, como el equilibrio fiscal y la buena relación con los gremios, pueden entrar en zona de turbulencia en el inicio del segundo. Ahora el escenario es de restricciones financieras. A la actual gestión no le sobra dinero; le faltan recursos.
La conocida ley de Murphy se basa en el adagio: "Si algo malo puede pasar, pasará". Esta frase, que denota una actitud bastante pesimista ante el devenir de acontecimientos futuros, puede aplicarse a todo tipo de situaciones, desde las más triviales de la vida cotidiana hasta las más trascendentes.
 
Todo lo que podía complicarse en este verano, se complicó. Las principales banderas que había levantado la gestión de Gustavo Bordet durante su primer período, como el equilibrio fiscal y la buena relación con los gremios, pueden entrar en zona de turbulencia en el inicio del segundo. Ahora el escenario es de restricciones financieras. A la actual gestión no le sobra dinero; le faltan recursos.
 
Los salarios de los estatales comprenden el capítulo que más desvela al Ejecutivo provincial. Sobre todo, las consecuencias de la cláusula gatillo y la dificultad para reunir los fondos para cubrir la planilla salarial de los empleados públicos y docentes. A esto se suman el inicio de las discusiones salariales para este año.
 
Hasta en los gremios más cercanos al peronismo, las bases comenzaron a presionar para que los reclamos se endurezcan. Inclusive, UPCN provincial reclama la apertura de la paritaria y se declara en estado de "alerta y movilización". Sería insólito ver al secretario general, José Allende, al frente de un acto la Casa Gris y con amenaza de paro.
 
Además, los tiempos apremian y el comienzo del calendario escolar se acerca. En tanto, el ministro de Economía, Hugo Ballay, lleva adelante las negociaciones más difíciles. El funcionario fue claro: la situación es complicada en el escenario local, pero también en el nacional. El Gobierno local subraya permanentemente las recomposiciones que hubo en años anteriores, las que entiende como indiscutiblemente beneficiosas para los trabajadores, porque cubrieron la inflación.
 
El Ejecutivo provincial se monta en las negociaciones salariales nacionales con el sector docente; no las definirá a nivel local sin esas pautas. El resto de los gremios estatales esperan convocatorias. Lo que no termina de quedar claro, en relación a la cláusula gatillo, es si será suspendida o eliminada. Se está conversando y se analizarán opciones. Aunque se ponderó las mejoras que implicó mientras estuvo vigente, en el país ya no se aplicaría.
 
La cláusula gatillo vive en el reclamo sindical, pero desapareció del diccionario gubernamental. La Casa Gris se plegaría a la ola nacional, esa que le dio el certificado de defunción a la cláusula, y que ahora promueve acuerdos cortos: trimestrales o semestrales, con porcentajes fijos. ¿Habrá conflictos?
 
La ley de Murphy capta la tendencia general a enfatizar las cosas negativas que pueden ocurrir; y es habitualmente formulada en su variante "Si algo puede salir mal, saldrá mal". Su espíritu conlleva el principio de diseño defensivo: el anticipar los errores que el funcionario pueda cometer, para que no estallen conflictos que dañen la gestión y afecten la gobernabilidad.
 
La Opinión Popular

Bordet y la ley de Murphy

El Fondo jugó para Alberto
 
Finalmente el FMI emitió su veredicto respecto a la descomunal deuda que consiguió el gobierno de Mauricio Macri con la ayuda imprescindible del propio organismo de crédito internacional. Para que no quedaran dudas la calificó como "insostenible". Lo que para cualquier otro país hubiera sido una pésima noticia, para Argentina fue el mejor resultado posible, lo que habla de lo precario de su situación.
 
Alberto Fernández puso como objetivo prioritario de su administración la reformulación de la deuda con el Fondo, que no incluirá una quita pero sí el estiramiento de los plazos, algo que el ministro Martin Guzmán considera fundamental para que el Gobierno tenga margen de operar sobre la economía sin estar ahogado en términos financieros.
 
Alberto y su staff económico, encabezado por Guzmán, vienen sosteniendo desde antes de asumir que Argentina no estaba en condiciones financieras ni sociales de afrontar el exigente calendario de vencimientos que dejó, en pesada herencia, el fracaso económico del "mejor equipo de los últimos 50 años". 
 
Que ahora también lo reconozca taxativamente el Fondo Monetario y que además recomiende a los acreedores privados que "generen una contribución apreciable" para posibilitar una operación de deuda definitiva, fortalece la posición del Gobierno nacional que espera lograr una quita en la renegociación de su deuda con bonistas privados.
 
"Nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio, no es económicamente ni políticamente factible", sostuvo el FMI.
 
El organismo de crédito hizo una evaluación positiva de lo actuado hasta ahora por la gestión Fernández y se manifestó en sintonía con el objetivo general planteado por el Gobierno nacional en el sentido de "restablecer el crecimiento y reducir la pobreza, y al mismo tiempo fortalecer los equilibrios fiscal y externo", según consta en el comunicado del organismo que conduce Kristalina Georgieva.
 
Además consideraron efectivas las medidas adoptadas por el Gobierno de Fernández para romper con la inercia inflacionaria y aumentar el gasto social sin comprometer las cuentas públicas.
 
Aún con el respaldo de una evaluación técnica del árbitro financiero del mundo que pereciera haber sido escrita por Martín Guzmán, todavía queda mucho camino para cumplir con el objetivo de una renegociación de la deuda total Argentina que establezca condiciones de pago cumplibles para un país que está sumido en una profunda crisis.
 
En fuentes del Palacio de Hacienda sostienen que "lograron convencer a los técnicos del Fondo acerca de la coherencia política del programa". Particularmente, en lo concerniente a que se apuntará a logar un ingreso genuino de divisas por la vía de las exportaciones, estrategia que lleva implícita la necesidad de mantener el nivel del tipo de cambio real.
 
Ahora, en el Gobierno confían en que se logrará un acuerdo final con el Fondo, un paso que contribuiría a lograr un entendimiento con los acreedores privados. Lo que será la llave para que el país vuelva a tener acceso al mercado de crédito voluntario, requisito fundamental para un país que espera atraer inversiones y desandar un proceso de involución de su economía que se profundizó con el gobierno de Macri.
 
Pero tonto, Alberto no es. Dista de serlo. Esa coincidencia no implica que el Fondo se haya hecho peronista ni que su directora gerente, Kristalina, haya vuelto a sus días de estudiante en el Alto Instituto de Economía Karl Marx de la Bulgaria comunista.
 
El FMI necesita que se olvide lo más rápido posible el abochornante préstamo récord que el Tesoro yanqui forzó a firmar a Christine Lagarde para que Macri fuera reelecto, pero su neoliberal matriz de pensamiento sigue siendo la misma.
 
No falta tanto y, al mismo tiempo, falta una eternidad. En el Gobierno también se preparan por si el resultado de la negociación es negativo. Ningún funcionario del equipo económico se anima, todavía, a descartar la posibilidad de que estos eternos primeros cien días concluyan con un default.
 

Bordet y la ley de Murphy
 
A Alberto le falta recorrer el interior del país
 
En la lista de pendientes, el mandatario nacional también posterga todavía el momento de recorrer el interior del país, reclamo que recibe de los gobernadores cada vez que lo visitan en la Casa Rosada o en Olivos. Los gobernadores peronistas están preocupados porque creen que el Gobierno está en "suspenso" y porque notan que Alberto dejó de viajar a las provincias para sumirse en la renegociación de la deuda.
 
Desde el 8 de enero, cuando inauguró un complejo habitacional en Chaco, Alberto no volvió a hacer actos en el interior del país y concentró sus actividades en la Capital y el Conurbano, además de las giras que tuvo por Israel y Europa.
 
La semana pasada, Alberto canceló su viaje a Tucumán, donde iba a mostrarse junto al gobernador Juan Manzur en la primera reunión del Consejo Nacional de Seguridad. Lo recibió dos días después en Olivos para cuidar las formas.
 
Porteño por nacimiento y ejercicio, obsesivo de estar encima de cada decisión de su gobierno, le cuesta dejar el minuto a minuto de su despacho para participar de actividades lejos de la Capital.
 
Esta semana canceló la visita que tenía prevista a Bariloche, Río Negro, por la partida de un nuevo satélite fabricado en el país. En las últimas horas también recibió un pedido de ayuda desde Chubut, la provincia más castigada por la crisis, donde se superponen la parálisis financiera, conflictos sindicales y acusaciones de espionaje político cruzadas entre el gobernador Mariano Arcioni y su vice. Una visita del Presidente podría ayudar a calmar las aguas.
 
En el gobierno nacional se excusan en la escasez de herramientas. "No podemos ir sin una solución concreta para ofrecer, y esa solución todavía no está". Siguen encendidas las velas a San Guzmán, que por ahora cumplió con su cometido.
 
Los gobernadores entienden que hay un gobierno en pausa, que no arranca en la espera de la negociación con la deuda. Pero recuerdan que el de Alberto iba a ser el "gobierno de los gobernadores" y les preocupa que no tenga operadores políticos en el armado en el interior.
 

Bordet y la ley de Murphy
 
Reaparición de Macri
 
En la oposición antiperonista se registran tensiones internas. Apenas dos meses después de haber realizado un más que entusiasta diagnóstico en la única cadena nacional de su gestión acerca del país que dejaba, el ahora ex presidente Mauricio Macri aseguró "estar preocupado por la actualidad de la Argentina".
 
La reaparición de Macri en la escena política, con una reunión a la que convocó a la mesa chica del PRO, provocó fricciones en la fuerza que lideró Cambiemos mientras ejerció el Gobierno nacional. Con Macri empieza a suceder ahora lo que pasó con en el peronismo tras su salida del poder en 2015: hay dirigentes que, incómodos con su presencia, empiezan a perfilar sus propios liderazgos.
 
Dentro del PRO, ese rumbo ya lo emprendió Horacio Rodríguez Larreta. El alcalde porteño es un cultor de la gestión, pero le dio vía libre a varios funcionarios para recorrer el país y reunir voluntades de cara a 2023. María Eugenia Vidal oscila entre Macri -a quien nunca cuestionó su liderazgo- y Larreta, con quien anduvo en tándem entre 2015 y 2019.
 
Macri piensa que puede volver a la Casa Rosada. Rodríguez Larreta considera que ya fue. El ex presidente supone que será líder de la oposición antiperonista. Junto a él se alinean Patricia Bullrich, Miguel Ángel Pichetto y Elisa Carrió.
 
El jefe de Gobierno porteño rechaza este plan y se apresta a tomar el poder interno de Juntos por el Cambio. A su lado pueden estar María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó. Macri y Rodríguez Larreta guardan las formas, pero ambos saben que la confrontación es inevitable: uno caerá, y el otro intentará derrotar al peronismo en la carrera presidencial 2023.
 
No hay forma posible de evitar una confrontación entre Macri y Rodríguez Larreta. Este le perdió el respeto estratégico al ex Presidente cuando se negó -recurrentemente- a renunciar a su reelección, desdoblar los comicios en la Provincia de Buenos Aires y cerrar una alianza coyuntural con Sergio Massa.
 
Pese a las diferencias a futuro, la plana mayor del PRO acordó una posición de férreo rechazo a lo que considera como una "avanzada" del Gobierno sobre la Justicia. Por eso deploró un proyecto para intervenir el Poder Judicial de Jujuy y aunó criterios para bloquear el ascenso del juez Daniel Rafecas a la Procuración General de la Nación.
 
El caso de Jujuy preocupa especialmente a la oposición, porque en esa provincia gobernada por el radical Gerardo Morales está condenada judicialmente a prisión la dirigente Milagro Sala. El propio Alberto F. dio en la semana una señal a favor de ella cuando se publicó en redes sociales un video con declaraciones del Presidente sobre el "lawfare", que incluyó imágenes de Sala.
 
Morales estuvo en la quinta de Olivos, junto a otros gobernadores, para el acto de relanzamiento del programa Remediar. Allí dio cuenta de que, más allá de que Sala sea su archienemiga en Jujuy, las cuentas de la provincia norteña no soportan un distanciamiento del Gobierno nacional.
 

Bordet y la ley de Murphy
 
Crece la tensión dentro de Cambiemos en Entre Ríos
 
El titular de la UCR provincial, Leandro Arribalzaga, no sólo desconoció la jefatura de Rogelio Frigerio, sino que también dio por terminada la alianza política con el PRO.
 
En declaraciones a los medios Arribalzaga sentenció: "Juntos por el Cambio fue un acuerdo electoral que se terminó en octubre". Sin embargo desde el entorno del ex ministro del Interior, Frigerio, minimizaron los dichos y apuntaron a "algunos operadores" por la difusión de la noticia.
 
Dentro de ese marco anunciaron que "Frigerio va a estar la semana que viene en Entre Ríos reunido con intendentes. Así que la operación se va a desvanecer pronto".
 
Más allá de cruces y operaciones el clima dentro de Cambiemos no mejora. Sin brújula y sin líder la Alianza que gobernó la Argentina entre 2015 y 2019 empieza a exponer sus fisuras en las provincias.
 
En ese sentido, el titular de la UCR entrerriana fue taxativo. Lo único que queda del acuerdo con el PRO son los interbloques legislativos en la Nación y en la provincia "para votar algunas leyes". Cree que ahora es tiempo de que los partidos se "fortalezcan" con miras a 2021 y 2023.
 
Por su parte, el diputado nacional por Entre Ríos y afiliado radical, Atilio Benedetti, aclaró que "los dichos del Presidente del partido son a título personal porque la Unión Cívica Radical tiene un mandato de su Congreso que no fue modificado y que es estar dentro de Cambiemos".
 
Para Bendedetti la posición de Arribalzaga es el reflejo "un sector minoritario dentro del partido", y agregó: "dentro de algunos meses habrá que elegir nuevamente a las autoridades y ahí se verá cuál es la posición mayoritaria pero yo no tengo dudas de que hay un sector muy grande que quiere seguir integrando Cambiemos".
 
Por su parte, lo que fuera el ala política de Cambiemos a nivel nacional hasta 2015, emparenta lo que sucede en Entre Ríos con lo que sucede a nivel nacional. "Por más que Macri aparezca en la foto con los dirigentes que hacen comunicados y firman gacetillas eso no quiere decir que haya conducción", explicó un ex funcionario y agregó: "Juntos por el Cambio aun no decidió que tipo de oposición quiere ser y tampoco tiene alguien que ordene la política. Por eso cualquiera puede decir cualquier cosa".
 
Este conflicto local tiene, obviamente, una lectura electoral: la de la candidatura a diputado nacional el año que viene encabezando la oferta opositora. Lo que no implica para varios dirigentes resignar aspiraciones para la Gobernación en 2023. Y porque creen tener el legítimo derecho de que se abra competencia en el armado opositor.
 
Por eso, tanto en el PRO como en la UCR empiezan a asomar nombres alternativos que continuarán profundizando su presencia en la Provincia y habrá que ver si deciden dar la batalla y desde qué armado podrían hacerlo.
 
En lo que hace a la relación con el oficialismo provincial, Bordet recibió al Foro de intendentes de Cambiemos, ratificó la decisión de trabajar en forma articulada y agregó "hemos respetado institucionalmente las autoridades municipales. No antepongo a la gestión cuestiones políticas ni partidarias, independientemente de que tenemos visiones o posiciones políticas diferentes".
 
Al gobernador le solicitaron obras, articular las paritarias y una comisión de seguimiento de la coparticipación. Bordet resaltó que Provincia no tiene ninguna obra parada y que Alberto reactivará las que abandonó Macri.
 

Bordet y la ley de Murphy
 
Escenario difícil
 
Gustavo Bordet va por su quinto año de mandato. La diferencia respecto de los anteriores es que en esta oportunidad el escenario será de restricciones financieras. A la actual gestión no le sobra dinero; le faltan recursos.
 
El propio Bordet espera del presidente Fernández, que contribuya a brindarle a la administración provincial un tubo de oxigeno de mediano plazo, hasta llegar al segundo semestre. Esa es la meta de su equipo económico a corto y mediano plazo. Es también un objetivo (y un anhelo) de todos los gobiernos provinciales.
 
Históricamente, mayo y junio son considerados meses bisagra. ¿Cuál es la razón? Los vencimientos del impuesto nacional a las Ganancias, particularmente, alimentan las transferencias de recursos coparticipables a las provincias, de tal manera de proyectar otro año a partir de julio.
 
Pero, a diferencia del pasado reciente, el cruce de un período a otro es menos significativo. Ahora se trata de sobrevivir fiscalmente y, apuntalar con ingeniería financiera, la recaudación local. Una vez que el déficit se instala en las cuentas públicas, es difícil salir de ese esquema.
 
En cualquier hogar, cuando faltan recursos -y no hay posibilidades de obtenerlos a través de otro empleo en el grupo familiar- se apela a la tarjeta de crédito, con el consabido alto costo que ese tipo de financiamiento implica en tiempos de crisis. En el caso de Bordet, la tarjeta tiene nombre: Alberto. ¿Y cuál es el costo? Tan elevado como el de las emisoras de los "plásticos", nada más que eso se paga en términos políticos. Nada es gratis.
 
La Casa Rosada da pocas señales acerca de un financiamiento más amplio para los gobernadores más comprometidos en el manejo de las finanzas públicas. Bordet y el resto de sus pares saben que tendrán que esperar, con suerte, hasta abril.
 
Hasta entonces, el país sabrá si los acreedores le aceptan la propuesta de reestructuración de la deuda y, por ende, si habrá fondos para repartir. Hasta entonces, también, se redefinirá el Presupuesto 2020 para la Argentina. Hoy no existe esa base de proyecciones de recursos que llegan por ley y también de los discrecionales, de esos que cada gestión nacional gira a las provincias más afines que otras.
 
La provincia, en tanto, ha proyectado gastos por unos $ 150.000 millones para todo este año. Y esa cifra le resulta escasa para solventar todas las erogaciones proyectadas. En particular, la Casa de Gobierno hace foco en el gasto en Personal, que le insume más del 60% del total, de acuerdo con los cálculos oficiales.
 
Se destina menos del 10% de esas partidas a la ejecución de obras públicas. Faltan una docena de días para la fecha en la que el Gobierno ha propuesto que se inicien las clases. Y las paritarias aún están verdes.
 

Bordet y la ley de Murphy
 
El peso de la gestión
 
A Bordet le pesa la incertidumbre nacional en que transcurre el primer trimestre de su último mandato. A Adán Bahl le pesa la impaciencia de una ciudad que está detonada en sus prestaciones básicas, desfondada en sus cuentas y urgida de respuestas inmediatas que el municipio por el momento no logra atender.
 
Del acompasamiento de esos tiempos provinciales y municipales -y del programado relevo generacional en el liderazgo político- parece depender, a futuro, el proyecto del oficialismo entrerriano para neutralizar cualquier atisbo de pérdida de poder.
 
Bordet, transcurridos 70 días de su último mandato, ya tiene planteado un desafío en los números de la administración provincial. Debe constar cualquier incumplimiento de la Anses con la Caja de Jubilaciones. La administración nacional para paralizada, en stand by, a la espera de novedades con los acreedores externos.
 
En la Municipalidad, ese tema apenas si se registra. Ahí se vive otra pelea contra el tiempo, que se libra a toda velocidad en cada rincón de la administración. Ese ritmo se observa en los cambios administrativos, de organización interna y de negociación con los acreedores, pero todavía no se traduce en respuestas concretas para las elementales demandas ciudadanas de tapar baches, de reponer luminarias y de recolectar la basura.
 
Bahl, que de momento no tiene rivales internos en el PJ, libra su propia batalla contra la máquina de destrozar aspiraciones que es el municipio paranaense. Sin gestión, no hay futuro político: ese el lema que debería plantearse. El problema, otra vez, es el tiempo. La construcción política depende de que algo cambie en la superficie semiabandonada de la Capital provincial.
 
De momento, prima el optimismo en el Palacio Municipal: descuentan que, luego de un año de pagar deudas -determinar, reestructurar y empezar a cancelar el pasivo es la tarea que más esfuerzo y recursos insumió en los primeros 70 días de gestión-, la situación de abandono será revertida, y que un año después comenzarán a notarse mejoras concretas. También va quedando claro que Bahl no aceptará sin repartir costos políticos la gravosa herencia que le dejó Sergio Varisco. Es un pronóstico optimista, el tiempo dirá si es certero. Al mismo tiempo, en unos meses más, la paciencia de los paranaenses comenzará en modo tiempo de descuento.
 
La Opinión Popular
 

Agreganos como amigo a Facebook
Bordet y la ley de Murphy
El gobernador Gustavo Bordet, junto a su par de Buenos Aires, Axel Kicillof, y a la vicegobernadora de Santa Fe, Alejandra Rodenas, participó del acto por los 200 años de la firma del Tratado del Pilar. Asistieron los mandatarios que fueron invitados por el intendente local, Federico Achával, y también estuvieron presente el ex gobernador entrerriano, Jorge Busti, y el actual embajador de Brasil, Daniel Scioli.
Bordet y la ley de Murphy
Marcha en Concepción del Uruguay contra de la posible reforma jubilatoria. La multisindical formada por ATE, Agmer, Municipales, CTA de los trabajadores y CTA autónoma se movilizó en rechazo a la posible reforma jubilatoria en Entre Ríos ante el anuncio del Gobernador, Gustavo Bordet, de que convocaría a la sociedad a discutirla.
NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar