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                  07:56  |  Jueves 25 de Abril de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 23-07-2019 / 07:07
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Temor de Gustavo Bordet a que gane Mauricio Macri

Temor de Gustavo Bordet a que gane Mauricio Macri
Durante esta semana hubo un dato que provocó sonrisas a los peronistas: en los pasillos de la Casa Gris se comentó que, según encuestas, los Fernández estaba a unas cuantas décimas de ganar en primera vuelta. Sea o no cierto, el rumor alienta esperanza de la afinidad de códigos y la comunidad de intereses. Pero antes hay que ganar las PASO.
Gustavo Bordet debe trepidar de sólo pensar en otro mandato de Mauricio Macri coincidiendo con su segunda gestión como gobernador. Al reelecto gobierno federal entrerriano le altera la posible reelección del Presidente, con el ajuste del FMI incluido.
 
Aunque alude a la escasa sensibilidad popular del mandatario nacional para justificar su inquietud, el Gobernador alimenta sus temores por el lado de las diferencias ideológicas y por la tensa relación institucional durante la campaña electoral que se mantienen a la hora de pensar en futuros acuerdos, por ejemplo, en materia de obras públicas.
 
En ese marco son las acciones que desarrolla el Gobernador en el plano nacional del peronismo y su prédica en favor del binomio de los Fernández para las presidenciales. El mandatario no se guarda nada a la hora de apostar por Alberto y Cristina. Usa toda su capacidad de intermediario entre gobernadores y dirigentes para provocar acercamientos entre los que antes deambulaban en veredas distintas.
 
Él mismo llegó a decir que Cristina ya fue cuando pensaba en una tercera alternativa peronista -disidente, federal, republicana, perdonable o moderada- para enfrentar al Gobierno de los CEOs. Esa mirada política, también, ya fue. Aquella opción no se pudo consolidar y, ahora, a la mayoría de los compañeros los une el espanto a Macri: prefirieron taparse las narices y perdonarse antiguos distanciamientos políticos para darle batalla y derrotar al inepto Presidente.
 
Por una cuestión de supervivencia institucional y ecuanimidad de gestión, Bordet necesita que cambie de camiseta el Poder Central, para aspirar a que la identidad peronista común le permita obtener más beneficios para la provincia que los conseguidos en la era macrista.
 
Como consecuencia de la desastrosa política económica nacional, el Gobierno local comenzó a tener problemas y agudiza la imaginación para afrontar los gastos que se le vienen. De ahí que no vean bien un triunfo de Macri. En ese marco, que sea reelecto, será la peor noticia para el Ejecutivo provincial, porque intuyen lo que pueden esperar: escasos beneficios futuros para la provincia.


Si gana Macri, los gobernadores del PJ saben que verán cómo, en las pocas obras que permita el FMI, no aparecerán en el cuadro ni siquiera como invitados. Además, el posible intento de llevar adelante las reformas laboral, previsional y tributaria garantiza las diferencias, la distancia, las peleas y los desencuentros. 
Cuatro años más de Macri serían devastadores.


Pero, durante esta semana hubo un dato que provocó sonrisas peronistas: en la Casa Gris se comentó que, según encuestas, los Fernández estaba a unas cuantas décimas de ganar en primera vuelta. Sea o no cierto, el rumor alienta esperanza de afinidad política y comunidad de intereses. Pero antes hay que ganar las PASO.

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Temor de Gustavo Bordet a que gane Mauricio Macri  

Según las encuestas...
 
A tres semanas de las PASO los encuestadores insisten en que los sondeos dan un empate técnico entre el Frente de Todos y el Frente Juntos por el Cambio con un porcentaje que oscila de 40 a 45 por ciento, con una tercera fuerza que anda por estos días entre un 7 a 10 por ciento de intención de voto, con la coincidencia de que en todas las fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández aparece en primer lugar con una diferencia a favor de entre 4 y 8 puntos porcentuales.
 
También es cierto que este relativo empate técnico de las encuestas es la foto de hoy. Faltan tres semanas para las PASO y más de un mes y medio para la primera vuelta y se sabe que en política, y más en este contexto económico y social de alta volatilidad, si se mueve cualquiera de las variables financieras puede variar la intención de voto y hacer que una de las fórmulas suba en detrimento de la otra, porque es lo que está pasando entre las duplas Macri-Pichetto y Fernández-Fernández.
 

Temor de Gustavo Bordet a que gane Mauricio Macri
 
Otra vez el híper optimismo macrista
 
Con estos datos en la mano, y sin tener en cuenta los efectos demoledores de la estanflación (inflación con recesión) sobre los índices de pobreza y desempleo, se vienen registrando un paulatino pero sostenido crecimiento de las expectativas del votante macrista, al que no le importan la 'Causa Correo Argentino', los 'Panama Papers' ni una cuenta oculta o una empresa 'offshore' más o menos.
 
Es evidente que el voto duro antiperonista no va a abandonar al macrismo. Y los indecisos e independientes no están volcando su voto a una u otra fuerza por un error, por un insulto, por un meme o porque le repitan lemas de campaña. El dato puede ser clave para retenerlos hacia las PASO y, sobre todo, de mantenerse, con vistas a octubre.
 
Más allá de los extremos de la polarización, cierto es que la desaceleración inflacionaria (que se mantiene aunque más lenta de lo imaginado por el macrismo) y, en especial, el congelamiento del dólar actuaron como elementos esenciales para que volviera un optimismo ingenuo, pero la grave situación argentina no da para celebraciones.
 
Por su parte, el peronismo niega estos indicadores optimistas o los relativiza, con un argumento vinculado al síndrome de Estocolmo, por el que la víctima se identifica con el victimario. El Gobierno de Macri, además de festejar, lo explica desde la remanida frase que "lo peor ya pasó" y el inicio de la tan anunciada recuperación.
 
La calma que genera la revaluación del peso expresa con crudeza el apoyo de la porción media y alta de la sociedad. Y también permite entender por qué Macri ha decidido un fabuloso subsidio para tener controlado la divisa yanqui, bajo el formato de quemar dólares de las exportaciones y de los que el FMI le ha dado, como nunca antes lo hizo con nadie. Semejante "bondad" de Donald Trump y del Fondo llega hasta ahí, porque esos préstamos va a tener que pagarlos.
 
Pese a la satisfacción oficial por el aumento de las expectativas en la parte alta y media de la sociedad, en el laboratorio electoral macrista hay conciencia que el punto de partida estaba en el subsuelo. Y el rebote no tiene la velocidad de la caída. Especulan con que María Eugenia Vidal gana en imagen positiva, Alberto F. gana las PASO, ¿y Macri ganaría el balotaje?
 
Por eso, a la espera de un posible escenario de "derrota digna" en las primarias, según admiten en Cambiemos, la idea es poner toda la carne en el asador con la mira puesta en octubre. El Gobierno tiene en carpeta más medidas que impacten en el consumo pese a que tengan costo fiscal, con el OK del FMI para flexibilizar el "déficit cero", para tener chances de reelección.
 
Macri y Vidal cuentan con un equipo muy nutrido de asesores electorales, un aparato que les arma "relato" y agenda; pero, al mismo tiempo, tienen que enfrentar una realidad donde no abundan los éxitos que se puedan mostrar, más allá de algunas obras públicas.
 
Hasta en sueños, Macri se ha convertido en un apasionado vendedor de sí mismo -inclusive se otorga un rol protagónico superior al que le aconsejan sus asesores-, burlando el manual de esa actividad: compra lo que vende.
 

Temor de Gustavo Bordet a que gane Mauricio Macri
 
Macri invitó a los argentinos a "cruzar el río"
 
Los estudios que realizó el equipo de campaña macrista dejaron en claro que el malhumor contra Macri es enorme. La economía, el principal factor. Sin embargo, por el lado económico poco puede hacerse, más allá de mantener la "bicicleta financiera".
 
Con ese escenario y en un nuevo acto de campaña, Macri invitó a los argentinos a "cruzar el río" para que el país crezca. "Del otro lado nos espera algo distinto", cacareó. El Presidente utilizó el recurso que constituye el corazón del relato macrista en materia económica: la renovación permanente de las expectativas.
 
Los pronósticos de mejoras, que nunca llegan, han sido una constante los últimos cuatro años. Para afianzar la idea que después de tantos años de privaciones por fin está llegando el tiempo de las buenas. Sin embargo, aquella promesa de reactivación de fines del verano choca contra una realidad totalmente distinta cuando el invierno ya está avanzado.
 
Esta semana la realidad lo desmintió. El Indec informó que por décimo séptimo mes consecutivo la inflación quedó por arriba del 2 por ciento. En junio fue del 2,7 y acumuló 55,8 en los últimos doce meses.
 
Tampoco los salarios y las jubilaciones le ganaron a la inflación. Los sueldos hasta abril quedaron atrás de la suba de precios, con un alza del 12,5 por ciento en el primer cuatrimestre, contra un aumento del IPC del 15,6 por ciento, según el Indec. Las jubilaciones, además, acumularon en junio una suba del 42,9 por ciento interanual, mientras que la inflación fue 55,8 por ciento en los mismos doce meses.
 
"La recesión técnicamente terminó en noviembre", sentenciaban. Ese veredicto contrasta con los anuncios permanentes de cierres de empresas que ocurren semana tras semana, como los de Wrangler y Lee que se confirmaron el miércoles pasado, el desmembramiento de Alpargatas, los 90 despidos de la fábrica de pinturas Belcar, el cierre de la papelera Ansabo después de 60 años de funcionamiento, la convocatoria de acreedores de Avian y la amenaza de nuevos cierres de fábricas de Zanella, además de la clausura de la planta de Mar del Plata prevista para fin de mes. Todo eso en solo cinco días hábiles.
 
Un repaso de otras declaraciones del "equipazo" económico y del presidente Macri permite visualizar cabalmente cómo el Gobierno nunca asume la responsabilidad por el fracaso de sus pronósticos de crecimiento y bienestar, en tanto busca instalar que la recuperación está siempre a la vuelta de la esquina y que es cuestión de esforzarse un poco más.
 
 
De pobreza cero ya no hablan más
 
La triste realidad, sin embargo, es que el modelo económico neoliberal viene fracasando desde el primer día y lo seguirá haciendo en la medida que propone la baja de salarios y jubilaciones -con la reforma laboral y previsional como próximos pasos-, descuida la producción y solo se concentra en un puñado de sectores beneficiados con tarifas y subsidios, como las empresas privatizadas de servicios, y en la timba financiera.
 
El proyecto macrista es para pocos y los resultados tan dolorosos para las mayorías populares no cambiarán por más que el Presidente y sus funcionarios intenten convencer de lo contrario renovando promesas de un futuro mejor por el camino del ajuste y la contracción monetaria.
 
El macrismo ha sido entrenado por Durán Barba para no explicar, no decir lo que harán ni cómo lo harán. Su lenguaje pasa por figuras emotivas, que son artificiales. Se transitó cuatro años pidiendo sacrificios y posponiendo la llegada de la recuperación por una u otra razón. Y de pobreza cero ya ni se habla.
 

Temor de Gustavo Bordet a que gane Mauricio Macri
  
Bordet apuesta a que la relación incómoda con Macri se termine
 

El medio ultra macrista Clarín propagandizó el optimismo que genera en Cambiemos el supuesto mesurado apoyo de los gobernadores a la candidatura peronista. "En la Casa Rosada festejan que los gobernadores no plasmaron el apoyo a la fórmula de los Fernández que insinuaron antes del cierre de listas. No hay fotos repetidas con muchos de ellos", frutea descaradamente. 

"En el Gobierno confían en los lazos que tendieron -recursos de coparticipación mediante- con las provincias desde 2015. Entienden que varios gobernadores no saben qué destino les espera si gana el Frente Todos..." remarcó una nota de Clarín. Incluso se le atribuyó a Bordet haber salido de vacaciones como una forma de no participar en la campaña.
 
Pero, el gobernador Bordet debe anhelar la coincidencia temporal de los 8 años de Sergio Urribarri con los del kirchnerismo, donde la provincia resultó beneficiada. Si se repasa el discurso del ex gobernador se descubre la cantidad significativa de obras que pudieron llevarse a cabo en Entre Ríos a causa de la condición de gobiernos peronistas afines de la Nación y la Provincia: hospitales nuevos, la construcción viviendas, escuelas y aulas.
 
Cómo no envidiar ese pasado y cómo no querer que, por lo menos, se repita la condición de que la gestión nacional sea afín. Bordet ruega y apuesta a que esta relación incómoda se corte, sueña con que se puedan repetir las afinidades de la época urribarrista, por lo menos para sus últimos cuatro años de gestión.
 
"Si sacó el 58% con un gobierno nacional en contra, Bordet tendría destino nacional con un gobierno peronista en la Casa Rosada", se entusiasma el bordetismo paladar negro. "Con el 25% de lo que le dieron a Urribarri la provincia es imparable", añade el interlocutor.
 
¿Hay datos en materia de obras que reflejen que el poder central hizo poco en favor de Entre Ríos y que justifiquen las preocupaciones del Gobierno local? Hay uno a mencionar, que surge del seno del Poder Ejecutivo: durante la gestión de Macri se iniciaron en la provincia muy pocas viviendas con fondos nacionales.
 
La Provincia, con recursos propios, tiene viviendas en ejecución, otras en proceso de ser iniciadas en el corto plazo y muchas se hallarían en proceso de adjudicación. La provincia tuvo que acelerar a fondo un proyecto propio cuando era una tradición política de décadas que las viviendas se financiaban sustancialmente con fondos nacionales. Pero, entre ambas gestiones no suman suficientes viviendas conforme a la meta que se había puesto el gobierno provincial y de esto ¡hace tres años y medio de mandato!
 
El promedio durante la gestión de Urribarri indica que se construyeron más casas. Ergo: las actuales están lejos de aquellos números, ya sea porque los colores partidarios de los dos gobiernos no coinciden, por la insuficiente afinidad entre Macri y Bordet para acciones conjuntas o, fundamentalmente, por el peso de la crisis económica que agobia a todos. Por lo que sea, son insuficientes.
 
En la Casa Gris entiende que el Gobierno nacional hizo poco por la Provincia, lo cual parece cierto en comparación con los tiempos K, pese a los puntos oscuros en el manejo de los dineros de la obra pública por todos lados denunciados.
 
La molestia del gobierno provincial con el macrismo no queda ahí, muchos de sus funcionarios dicen más: ni siquiera con representantes entrerrianos en el gabinete nacional de Macri, hicieron mucho por la provincia. Porque no pudieron o porque se los ordenaron, según palabras de un integrante del Gobierno provincial.
 
Si complicada fue la relación entre Macri y Bordet en estos primeros cuatro años, y eso repercutió en la relación institucional entre Nación y Provincia, menos que menos el gobernador querrá que el Presidente repita al frente del PEN.
 
No sólo porque no conseguiría más de lo que recibió, sino porque deberá soportar mayores presiones desde el poder central en tiempos que pintan de tonos muy oscuros en aspectos económicos para el país por la aplicación del plan de ajuste del FMI.
 
En el gobierno provincial crece el temor, al igual que en todos los gobernadores peronistas, que Macri cumplirá a rajatabla los mandados al FMI y aplicará un salvaje ajuste, y como ya no hay mucho más que ajustar en el ausente Estado nacional y no se puede seguir endeudando externamente, el ajuste va a recaer en las provincias a partir de 2020.
 
También preocupa enormemente en la administración provincial la falta de inversión en Salud y Desarrollo Social, que con la prolongación de la crisis económica y su profundización sean cada vez más necesarias. Y la provincia deberá afrontarla casi en soledad, como ya lo está haciendo.
 

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El alivio para el gobernador -que viene repitiendo que el agobio de las políticas nacionales lo están soportando todas las provincias- sólo puede venir por el lado del triunfo de los Fernández. Entiende que así se romperá la desigualdad en la asignación de los recursos nacionales para el interior, que se viene produciendo.
 
El Gobernador se reunió con Alberto F. luego de las elecciones entrerrianas y se comprometió en apoyar la fórmula. En ese encuentro, Bordet le pidió al candidato presidencial reformular el costo de energía de Salto Grande para los entrerrianos, apostando a una mejora sustancial de la participación de la provincia en lo que se genera desde la represa, la sustentación de la Caja de Jubilaciones, además de obras medulares, entre otros puntos. Fernández asumió el compromiso.
 

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Optimismo de Juntos por el Cambio en Entre Ríos
 
El periodista Pablo Bizai sostiene que llama la atención el optimismo que transmiten desde la campaña de Juntos por el Cambio de Entre Ríos. Si la diferencia que obtuvo el peronismo en la provincia fue enorme, de más de 22 puntos porcentuales, ¿por qué razón el mismo electorado votaría ahora en contra del peronismo?
 
El gobernador Bordet pasó, en casi cuatro años, del 42 al 57 por ciento de los votos por tres razones centrales: 1) méritos propios, 2) reunificación peronista (en 2015 la suma de los votos de Bordet y Adrián Fuertes da una cantidad similar a la del peronismo unido en 2019), y 3) crisis económica: el presidente Macri fue sucesivamente castigado en las elecciones provinciales anticipadas de este año. También en Entre Ríos.
 
Bordet habría sido votado por muchos desencantados de Cambiemos. Pero los amarillos creen que en las elecciones nacionales esos votos -que aseguran tener registrados en toda la provincia- van a volver a Cambiemos "porque enfrente la tienen a Cristina". Así de simple. En un marco de polarización tan fuerte, no tendrían dónde ir. Sabrían que el voto más eficaz para frenar el "regreso de CFK" es el voto a Macri. Se verá.
 
Lo que no explican demasiado es esta supuesta la volatilidad de la opinión pública, al menos si se considera que hace un mes y medio el macrismo perdió contundentemente la elección provincial.
 
Alegan que la situación económica mejoró, pero más allá de la baja del dólar, no bajó el costo de los alimentos ni de nada de lo básico para vivir; y la "baja inflación de junio", del 2,7%, redondea un 56% en un año, lo que sería considerada una hiperinflación en muchos países.
 

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Bordet y los intendentes del PJ: con la campaña a cuestas
 
En las elecciones de agosto y octubre, Bordet juega parte de su imagen y proyección nacional. El gobernador parece haber determinado el punto de partida para una campaña extensa aunque de baja intensidad, que lo tendrá como indudable y necesario protagonista.
 
Afirma el columnista Federico Malvasio que en Entre Ríos el peronismo está de campaña. Marcelo Casaretto y Blanca Osuna recorren medios e inauguran promotoras. Edgardo Kueider y Stefanía Cora han visitado distintas ciudades con presencia en medios incluido. Todo en medida moderada. Muy moderada. La cartelería, por ahora, es nula.
 
Bordet no participó todavía de ninguna actividad de campaña; y los candidatos por sí solos no generan demasiada repercusión fuera de los ámbitos más politizados. El gobernador debe ser, a no dudarlo, el principal sostén de la campaña del peronismo, a nivel local.
 
El único que le puede ampliar el hándicap es Bordet, no los candidatos. El mandatario viene de ser elegido con el 58 por ciento de los votos. Cargará con tres grandes contiendas: las primarias nacionales, la elección la presidencial de octubre y el eventual balotaje, algo que ya será testeado en pocas semanas, con esa suerte de gran encuesta nacional que serán las PASO.
 
En el bordetismo afirman lo siguiente: "Las mediciones que nos acercan dicen que Alberto está arriba de Macri en la provincia, por un margen modesto. En Paraná la elección está más complicada aun. El único que puede perforar una brecha de más de 5% o 7% para la formula peronista es el gobernador, que es sin duda el mejor elector que hay en la provincia, por lejos".
 
"No vamos a ganar como el 9 de junio, pero si todos entienden que Gustavo debe ser el centro podemos ganar por una buena diferencia en la provincia. No debemos olvidar que en 2015 cuando Bordet ganó la provincia, Macri le ganó a Scioli, ni hablar de 2017. Si se gana Entre Ríos ahora es gracias a la estatura electoral de Bordet", concluyen.
 
En octubre, una lista de candidatos a legisladores nacionales fortalecida en las PASO podrá contribuir con votos a la fórmula Alberto-Cristina, pero también para dejar a salvo al PJ provincial más allá de lo que pueda llegar a suceder en la pulseada que mantendrá Macri con los Fernández.
 
El candidato a senador nacional Edgardo Kueider llamó a "repetir el esfuerzo y la unidad que el peronismo entrerriano expresó en las elecciones provinciales donde Bordet obtuvo el 58 por ciento de los votos, en una elección histórica". "Tenemos que reeditar ese trabajo militante y esa vocación de unidad para que Alberto Fernández sea el nuevo presidente de la Argentina y empecemos a poner de pie nuevamente a nuestro país", sostuvo.
 
En general, en el peronismo están confiados en lo que viene desde el punto de vista electoral. Admiten que hasta ahora la campaña está tranquila y sólo el lamentable incidente de Gustavo Hein (ataque de un funcionario municipal macrista) alteró los ánimos. Disgustó  a buena parte de la dirigencia del oficialismo que hayan intentado utilizarla electoralmente.
 
Hay confianza en los cuadros dirigenciales del peronismo, pero los más experimentados sostienen que no están dadas las condiciones económicas y políticas como para quedarse tranquilos en exceso. La quietud cambiaria, una inflación más moderada y encuestas que le dan algún respiro al macrismo invitan a no relajarse.
 
En cuanto a Bordet, se espera de él que mantenga la misma voluntad mostrada en la campaña previa a las elecciones locales para caminar la provincia. De todos modos, está claro que el Gobernador será guía y que la prédica apuntará a prometer seguir con el orden administrativo y financiero impuesto por la actual gestión. Después deberá aportar a todo ello su sello personal y propuestas superadoras.
 

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Otro aspecto que se contempla es la necesidad de una presencia gravitante de los intendentes electos: Adán Bahl, Enrique Cresto, Martín Piaggio y Martín Oliva, entre otros. Entienden que los jefes distristales del PJ, en la mayoría de los casos con fuerte arraigo en sus departamentos, deben ser parte importante en el soporte que tendrá que acompañar a las fórmulas peronistas en las semanas por venir.
 
Si bien los "caciques" oficialistas se destacaron por mantener su predominio, nadie puede apoyarse en un exceso de confianza. De ahí el planteo que ya algunos hacen para que los intendentes traccionen a la fórmula mientras a la vez consolidan cada rincón de sus ciudades y espacios rurales circundantes. Una especie de aporte mutuo, por definirlo de alguna manera.
 
Además, sumar a la mayor parte de la dirigencia, agrupaciones y militancia, aunque no tenga expectativas electorales personales en este año lleno de citas, es otra de las premisas del peronismo para que nadie se sienta al margen.
 
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El gobierno acompaña 23.000 emprendimientos y genera espacios de comercialización para sostener empleo genuino. El gobernador Gustavo Bordet y la ministra de Desarrollo Social, Laura Stratta, analizaron las políticas públicas que se llevan adelante en materia de Economía Social. En esta gestión, se invirtieron 260 millones en diferentes programas y estrategias para fortalecer a los emprendedores.
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Llama la atención el optimismo que transmiten desde la campaña de Juntos por el Cambio de Entre Ríos. Si la diferencia que obtuvo el peronismo en la provincia fue enorme, de 22 puntos porcentuales, ¿por qué razón el mismo electorado votaría ahora en contra del peronismo?
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