Nacionales - 13-06-2019 / 09:06
CIERRE DE FRENTES ELECTORALES
El PJ, Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y 16 partidos más crearon el Frente de Todos
Contra reloj, con negociaciones múltiples e inscripciones de partidos en las últimas horas del día, culminó el tiempo para presentar las alianzas electorales en la Justicia. El cierre fue vertiginoso y cargado de novedades. En las últimas 48 horas se modificó el escenario político y quedaron definidas las fórmulas presidenciales que competirán en las PASO el próximo 11 de agosto. Claridad después de largos días de incertidumbre.
Alberto Fernández y Sergio Massa confirmaron la coalición electoral con el nombre Frente de Todos, integrada por el PJ, Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y otros 16 partidos. En el encuentro, se distribuyó también un comunicado con una declaración de principios del nuevo espacio. "Las opciones son claras. Nuestras prioridades son el trabajo y la producción, los humildes y la clase media, los comerciantes y los emprendedores, los que enseñan y los que aprenden", dicen allí.
Quedó pendiente de resolución la cuestión de las candidaturas, para lo que todavía quedan diez días de plazo. Massa pide una PASO para competir por la presidencia, pero desde la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández prefieren que se presente como primer candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires. Resolverlo será motivo de otra larga y extenuante negociación, como la de ayer.
Una de las preocupaciones de Massa fue darle un marco programático a la coalición para justificar su pase desde Alternativa Federal, espacio del que fue fundador y participó hasta unas semanas atrás. Ayer, al salir a hablar luego del encuentro, puso como primer ítem del acuerdo los 12 puntos temáticos discutidos el martes con una delegación de dirigentes del PJ encabezados por José Luis Gioja.
Lo otro que planteó Massa fue que se trataba de una coalición de partidos en la que cada fuerza mantendrá su individualidad. De hecho, el Frente Renovador sostendrá su bloque de diputados y hará un interbloque con el FpV-PJ. Por último, mencionó que la resolución de las candidaturas se hará por consenso o por primarias abiertas, en caso de ser necesario.
"El país necesita volver a ofrecer soluciones concretas a los problemas de la mayoría. Los desafíos que tenemos por delante exigen una mirada amplia, diversa y plural, en la que ningún argentino se quede afuera. La construcción de una coalición electoral y de gobierno y un programa con bases y puntos acordados lo hará posible", plantearon en el comunicado. Evitaron detallar lo acordado y hablar de candidaturas.
Por cierto, el PJ de Gioja fue de quienes más bregaron para ir hacia lo que denominó la "unidad posible", en la que sólo quedaran afuera quienes consideraban a los K como adversarios: los gobernadores Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti, y el senador Miguel Ángel Pichetto, que directamente se pasó al macrismo.
El resto de los gobernadores del peronismo se alineó en el armado, algo que hasta hace pocos meses atrás parecía muy difícil. Queda el último paso, la resolución de las candidaturas. Luego, al fin, la campaña y la presentación de propuestas, que de eso se trata.
La Opinión Popular
EL FRENTE DE TODOS CON UN FINAL MÁS ABIERTO QUE EL DE SUS RIVALES
Las negociaciones que faltan
El cronograma legal imponía presentar hasta la medianoche los partidos o coaliciones que disputarán las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). La casi totalidad de los competidores avanzaron más y lanzaron sus fórmulas presidenciales a las que se sumó ayer la de Roberto Lavagna-Juan Manuel Urtubey. Dos peronistas que no tienen pinta de serlo, en una de esas un atajo para gorilas pudorosos a la hora de reconocer su identidad.
El frentismo está de moda, tanto como los nombres novedosos de las alianzas. La rosca continúa y se exacerbará hasta el sábado 22. Compatibilizar una lista entre varios aliados es una tarea ardua, hacerlo con decenas de boletas se parece a las hazañas de Hércules.
La demanda supera a la oferta por goleada: hay muchos más aspirantes que cargos electivos. Operadores trabajando a destajo, encuestadores desafiando la brutal recesión... Se formarán decenas de mesas, se cruzarán miles de intercambios entre celulares pinchados.
La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) estará en apuros para organizar tanta información. Acaso se fijen horas extras para los "servicios" a quienes se les escaparon varios elefantes ensillados en los meses recientes (empezando por el libro de Cristina Fernández de Kirchner y su enroque con Alberto Fernández).
Los repartos serán claves de lo que vendrá y, acaso, desmentirán muchas leyendas urbanas. Los intereses, los cargos, tiran más que una yunta de bueyes. La aprobación de los mercados no sacia a mujeres y hombres que pugnan por seguir en carrera, cumplir con su vocación y sus ambiciones. O todo eso entreverado en proporciones variadas.
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El "espacio" conformado por el Partido Justicialista (PJ), Unidad Ciudadana y el Frente Renovador ofrece un final más abierto que el de sus rivales. Está latente la posibilidad de una PASO presidencial entre Alberto Fernández y Sergio Massa. Este la desea o la utiliza como recurso para regatear o un mix.
Massa dispone de votos y cuenta con apreciable cantidad de compañeros de ruta. Muchos ocupan posiciones institucionales (legisladores, concejales, intendentes) o tienen ambiciones firmes y cierto derecho a reclamar que "Sergio" no los deje afuera.
En eso se diferencia de Lavagna, Urtubey, Pichetto o los outsiders como Matías Lammens o Facundo Manes. Individualidades que no deben reportar a ningún colectivo y llegan a negociar ligeros de equipaje y de compromisos con terceros.
Muy otra es la ecuación de Massa y de los referentes kirchneristas. La fuerza propia les reclama ser representada y defendida. El clamor, estridente o asordinado, repiquetea en la cabeza de los referentes. La "tropa" de Massa usa calculadora y analiza qué podría pasarle si su líder va a una primaria sin asegurarle sitios en la lista de unidad. Un abanico de posibilidades, no siempre estimulantes.
Los cargos legislativos son suelo firme, estable durante cuatro o seis años. Quien es elegido, sobrevive ahí más allá de la suerte del presidenciable. Diferente es el porvenir de los radicales que esperan que Macri les conceda lugar en cargos ejecutivos. Dependen de dos factores acumulativos, no garantizados: que haya reelección y que ese Macri fortificado sea más generoso que quien gobernó desde 2015. Hummm.
Un relato expandido propone que la candidatura de Pichetto deparará más cargos legislativos para los radicales e imantará a la vez adhesiones de los gobernadores peronistas. La matemática del cronista llega a otras conclusiones. No hay riqueza (pongalé cargos) para todos y tantos, la distribución es conflictiva: a veces la política se parece al capitalismo.
Los gobernadores van consiguiendo su objetivo primordial: perdurar en sus provincias. El segundo es que su gente consiga diputaciones y senadurías nacionales en octubre. Estas se disputan en la primera vuelta lo que hace aconsejable (o hasta básico) arrimarse a quien tenga pinta de salir primero en esa ronda.
El ballotage es otra galaxia. En buena dosis un problema de los presidenciables con cuyo ganador se transará más adelante. Así las cosas, si Macri abre el juego a aliados de gobernadores no cambiemitas (sumando a Río Negro, por ejemplo), achicaría el caudal a repartir entre las gentes de PRO y los boinas blancas.
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Con la atípica, impredecible, excepción de Cristina cunde una sobrevaloración de la influencia de los vicepresidentes, al menos hasta hoy. Desde 1983 ninguno fue una pieza importante del oficialismo de turno. Cuatro tuvieron duros enfrentamientos con el presidente: Víctor Martínez, Carlos Chacho Alvarez, Daniel Scioli, Julio Cobos.
Repartir poder contradice las tendencias del presidencialismo. Atribuirle a Pichetto capacidad inédita para encolumnar a los gobernadores justicialistas desconoce, entre otros detalles, que Macri ya lo hizo durante tres cómodos años.
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El LEGO de las listas sacará de quicio a más de cuatro. Hay que contemplar intereses y, por qué no, valores. La buena imagen cuenta. También algo sencillo solo en apariencia: ser conocido. Un desafío que deberán atravesar muchas figuras que la Vulgata de derecha "vende" como re-queridas y famosas y que son desconocidas por millones de potenciales votantes.
A este cronista le fascinan las negociaciones que son puntal de la política. Deplora el desprecio de los pseudo moralistas que desdeñan las ambiciones (ajenas o de otras ligas) y "los armados". Uno pagaría unos pesos por metamorfosearse en mosca por unos días y colarse en las tertulias, las trenzas, las pulseadas, las broncas, las manos que se estrechan, los pactos preexistentes que vuelan por los aires o perduran porque los milagros también existen.
Arde la "faz agonal" de la política, como bautizaban los viejos científicos sociales. Pocos saben de qué se trata dicho arte. Como sucede con el fútbol, cualquiera habla de política. La diferencia, sensible, es que hay muchos argentinos que jugaron a la pelota, así fueran pataduras. La praxis política es ajena a una cantidad pasmosa, en particular entre periodistas y académicos afamados.
Por Mario Wainfeld
Fuente: pagina12.com.ar