Nacionales - 21-05-2019 / 08:05
El Peronismo siente el cosquilleo del poder
El lanzamiento de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner obligó a apurar los tiempos de los que pretenden subirse a la competencia presidencial, lo que dejó al descubierto las disputas dentro de Alternativa Federal. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti –quien viene tratando de actuar como coordinador del espacio–, organizó una cumbre para mañana. Pero antes de verse las caras tanto Roberto Lavagna como Sergio Massa buscaron marcar la cancha y ratificaron sus aspiraciones presidenciales.
Entre ganar gracias a la volatilidad del dólar y ganar poniéndole fin a la volatilidad del peronismo, Alberto Fernández y Cristina Fernández apostaron por el segundo plan. Si esa hipótesis es correcta, la realidad parece darles la razón. Doblemente, porque el desafío está funcionando arriba y abajo.
Arriba, por el pronunciamiento a favor de gobernadores y dirigentes como Carlos Verna, Gustavo Bordet, Gerardo Zamora, Juan Manzur, Felipe Solá, Agustín Rossi, Rosana Bertone, Hugo Yasky, Hugo Moyano, José Luis Gioja, Héctor Daer, Domingo Peppo, Omar Perotti y Sergio Uñac. Muchos de ellos pidieron, además, la unidad de todo el peronismo.
A la vez, funciona a nivel de la sociedad por un fenómeno inédito: en capitales de provincia como La Pampa y Córdoba perdieron los radicales y ganaron los peronistas. Un peronista clásico en Córdoba, Martín Llaryora. Un camporista en Santa Rosa, Luciano Di Nápoli.
El kirchnerismo empezó a perder votos en las grandes ciudades en 2007 y, por la crisis de la 125 en 2008, profundizó su caída en 2009. El 2011 fue la excepción. La pendiente hacia abajo continuó en 2013, 2015 y 2017. Centros urbanos menores siguieron la misma conducta en el interior de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
Cuando Cambiemos le añadió un componente electoral de trabajadores y sectores vulnerables no solo el kirchnerismo sufrió la pérdida de lo conquistado. Al peronismo en general le fueron remisas las grandes ciudades. Córdoba pero también Santa Fe, Paraná, Mendoza, La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca se hicieron radicales y remataron en Cambiemos. Rosario hace mucho que es socialista.
Las elecciones provinciales tienen un enorme componente local, pero no es absoluto. Mauricio Macri fue castigado en nueve comicios incluso por sus aliados, que lo escondieron en la publicidad de campaña. En el peronismo podrá discutirse cuánto de cada triunfo le toca a cada uno. Lo que está claro es que cuando los peronistas y sus aliados van juntos Cambiemos pierde.
Hay dos procesos de reconciliación al mismo tiempo. Uno es entre el peronismo y las clases medias urbanas. Están espantadas por la pobreza que experimentan con Macri o vislumbran si Macri sigue. La otra reconciliación se produce dentro del propio peronismo. El justicialismo subió su autoestima. Se percibe potente y siente el cosquilleo del poder. ¿Se arriesgará a dilatar cuatro años su chance de victoria?
Esa doble reconciliación explica el ánimo favorable a la candidatura de Alberto Fernández dentro del peronismo. También explica tanto la duda de Sergio Massa como la estrategia de Juan Schiaretti y Roberto Lavagna. Massa está buscando levantar su cotización popular para acercarse a la nueva fórmula o competir con ella en las PASO. Ese panorama no les disgusta ni a Fernández ni a Fernández.
La experiencia de Cambiemos en 2015 es reveladora. Sumó 30,12% por el 24,5% de Macri, el 3,34 de Ernesto Sanz y el 2,28 de Elisa Carrió. Los votos se cuentan uno por uno y el resultado nunca está puesto de antemano.
La Opinión Popular
MASSA, LAVAGNA Y SCHIARETTI EN MEDIO DE LOS TIRONEOS ELECTORALES
Barajar y dar de nuevo
El lanzamiento de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner obligó a apurar los tiempos de los que pretenden subirse a la competencia presidencial, lo que dejó al descubierto las disputas dentro de Alternativa Federal.
El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti -quien viene tratando de actuar como coordinador del espacio-, organizó una cumbre para mañana. Pero antes de verse las caras tanto Roberto Lavagna como Sergio Massa buscaron marcar la cancha y ratificaron sus aspiraciones presidenciales.
"Lo primero que hay que resolver es si algún integrante se quiere ir con Cristina o con el Gobierno", azuzó Lavagna, un dardo destinado a Massa, quien desde hace tiempo mantiene el diálogo abierto con el kirchnerismo y ahora propone un ambiguo "acuerdo amplio" para ganarle a Mauricio Macri.
La estrategia de Alberto Fernández para terminar de atraer a este sector es mostrar el apoyo mayoritario a un armado de unidad por parte de los gobernadores del peronismo. Su conclusión es que sin gobernadores no hay Alternativa Federal, algo que podría quedar de manifiesto en la cumbre de mañana.
A partir del video que Cristina Kirchner subió el sábado a la mañana, todo lo que se venía cocinando a fuego lento salió del horno así como estaba. Schiaretti, que pretendía manejarse en la política nacional con tiempos cordobeses, apuró la convocatoria que definirá el futuro del espacio. Están invitados los precandidatos Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Pichetto, más el grupo de gobernadores que consiguieron reunir en diciembre pasado en la Casa de Córdoba.
También fue invitado Lavagna pero antes se tomará un café con Schiaretti, quien hoy llegará a Buenos Aires. En la agenda del reelecto gobernador de Córdoba figura a la tarde una reunión con Macri en la Casa Rosada, con quien se sabe que mantiene una amistad de años.
Pero tal vez más sustancioso sea el contacto que mantendrá con Lavagna con el objetivo de convencerlo de que si quiere ser candidato a presidente tendrá que competir en las PASO con Massa y Urtubey.
"¿Vamos a hacer una PASO entre uno que se quiere ir para un lado, entre otro que se quiere ir para otro lado, y nosotros que ratificamos Consenso 19? ¿Cuál es el sentido lógico de eso?", respondió ayer Lavagna cuando lo consultaron sobre el meneado tema de las primarias.
Las diferencias entre Massa y Lavagna -cuya relación personal se deterioró mucho en los últimos tiempos- se agravaron desde el fin de semana.
Massa plantea que el corrimiento de Cristina Kirchner a la candidatura a vice es una buena señal y en su entorno opinan que se abre un espacio para acuerdos que no terminan de especificar. Como al pasar, deslizan que un mes es mucho tiempo y quizás la fórmula Fernández-Fernández no esté firme aún. ¿Cree que la ex presidenta desistirá de postularse? Con todo, en público, Massa insiste que su apuesta es fortalecer Alternativa Federal y competir en las PASO por la presidencia.
Lavagna, por su parte, sostiene que la postulación de Alberto Fernández no cambió nada. "Hay un lado de la grieta que sigue estando, simplemente designó su fórmula. No hay cambio desde el punto de vista de cómo ven al país", dijo el ex ministro, quien dio una charla en la Universidad del Salvador.
En este sentido, Schiaretti piensa parecido a Lavagna. "Alternativa Federal va a tener fórmula propia, no vamos a formar parte ni de las alianzas que algunos plantean por parte del kirchnerismo ni con Cambiemos", enfatizó ayer al gobernador cordobés, que sólo viene hablando con medios de su provincia.
Respecto al método de elección, gambeteó. "Al candidato lo vamos a elegir entre todos antes del 22 de junio. Pero hay que bajar la ansiedad, falta un mes, que en tiempos de Argentina es un siglo", analizó. En verdad, respecto a la necesidad de ir a una primaria, Schiaretti opina como Massa. Queda esperar si puede convencer a Lavagna para llegar a la cumbre con un piso mínimo de consenso.
El otro riesgo respecto a esa reunión decisiva -se mantiene en reserva el lugar pero podría ser nuevamente la Casa de Córdoba- pasa por la asistencia de los gobernadores, el respaldo territorial que le da sustento a Alternativa Federal.
Muchos de los que participaron en la anterior reunión, en diciembre, también con Schiaretti como anfitrión, estuvieron entre los primeros que el sábado salieron a felicitar a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner por su decisión.
Por ejemplo, el tucumano Juan Manzur, el santiagueño Gerardo Zamora, el riojano Sergio Casas y el chaqueño Domingo Peppo. Otros, como el entrerriano Gustavo Bordet y el sanjuanino Sergio Uñac fueron más ambiguos, pero lo más probable es que tampoco asistan al encuentro dado que falta poco para las elecciones en sus provincias y puede que no quieran enojar a nadie del armado de unidad que tejieron en sus distritos. Un atajo es mandar algún representante.
Alberto Fernández trabajó con todos ellos. Cerca del flamante candidato admitían que los gobernadores eran el primer objetivo a seducir cuestión de quitarle sustento a Alternativa. "Calculamos que sólo van a quedar ahí Schiaretti y Urtubey", pronosticaban. Desde el sector de Massa, no descartaban esa posibilidad y adelantaban: "nosotros vamos a hacer lo que digan los gobernadores". Las definiciones se acercan.
Por Fernando Cibeira
Por Martín Granovsky
Fuente: Página12