Nacionales - 13-03-2019 / 09:03
EL SECTOR AGONIZA POR LA CRISIS Y ALCANZÓ LOS PEORES NÚMEROS DESDE EL 2002
Macri no va a parar hasta terminar con la industria nacional
El dato difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos da cuenta de los estragos de la política económica de la alianza gobernante Cambiemos. En el caso de la industria automotriz la caída llega al 15,7 por ciento. La secunda el sector textil, con una utilización del 31,4 por ciento de sus recursos. La caída del consumo, las elevadas tasas de interés y la apertura de las importaciones explican el fenómeno.
La utilización de la capacidad instalada en la industria manufacturera se ubicó en enero en apenas un 56,2 por ciento, informó el Indec. Para encontrar registros similares es necesario retrotraerse al año 2002. Esto implica que la producción industrial podría atenderse prácticamente con la mitad de las plantas, máquinas y personal actuales.
En enero, los peores niveles de utilización se registraron en el sector automotor, textil, metalmecánica y caucho y plástico. Como las empresas no venden por el desplome del poder adquisitivo, no tienen incentivos para fabricar y en cambio se concentran en liquidar los stocks acumulados.
El reordenamiento y achicamiento del esquema de trabajo en las plantas, que afecta a micro emprendimientos y a pequeñas, medianas y grandes empresas, redunda en la política de despidos y suspensiones masivas de personal que se anuncian a diario y, en los rubros más comprometidos, quiebra y cierre de empresas.
El modelo económico neoliberal de la alianza antiperonista Cambiemos ataca a la industria nacional desde varios flancos. En primer lugar, la contención salarial frente a la inflación deprime el poder adquisitivo de los trabajadores y de toda la población en general, con el consiguiente impacto negativo en el consumo.
Junto con la baja del consumo, las altas tasas de interés vuelven atractiva cualquier tipo de opción de especulación financiera en contraposición con la actividad productiva, al tiempo que encarecieron los préstamos para capital de trabajo y para cambiar cheques.
En tercer lugar, el Gobierno liberó restricciones para importar a mansalva, lo cual redujo aún más el mercado interno disponible para la industria local. Y los tarifazos elevaron brutalmente los costos fijos.
El sector automotor registró un grado de utilización de la capacidad instalada del 15,7 por ciento, lo cual aumenta las suspensiones generalizadas que están llevando a la práctica casi todas las terminales instaladas.
Entre los rubros de peor desempeño le sigue el textil, con una utilización del 31,4 por ciento. Los empresarios del sector advierten que en realidad ese dato es optimista, porque en los últimos años se produjo el cierre de muchas empresas que, en consecuencia, dejaron de contar como capacidad ociosa y mejoraron el indicador de utilización.
El aumento de la capacidad ociosa es el correlato de la fuerte recesión con inflación que atraviesa el país con más fábricas paradas, despidos y suspensiones. Mauricio Macri lo hizo.
La Opinión Popular
LA INDUSTRIA OPERÓ CON CASI LA MITAD DE LAS MÁQUINAS Y FUE EL PEOR ENERO DESDE 2002
El uso de capacidad instalada fue de 56,2%, con una caída de 5,4 puntos
Durante enero, el 43,8% de las maquinarias instaladas en las industrias estuvieron desactivadas y convirtió al mes estival en el peor inicio de año desde el 2002, cuando finalizaba la convertibilidad. La utilización de la capacidad instalada fabril fue de apenas 56,2%, lo que significó una caída de 5,4 puntos contra el mismo período del 2018. El dato es tan grave como esperable: en enero el consumo de energía eléctrica en las grandes industrias había caído 9,1%.
Los números hacia adentro de los sectores mostraron algunas realidades alarmantes: la automotriz operó al 15,7% durante enero. Si bien el primer mes del año suele mostrar ruidos porque es un mes en el que se suelen realizar paradas técnicas y en el que se centran las salidas por vacaciones, el propio Indec explicó: "El nivel de utilización de la capacidad instalada de 15,7%, inferior al de enero de 2018, que fue de 25,6%, se dio como consecuencia de la disminución de la cantidad de unidades fabricadas por las terminales automotrices a partir de la menor demanda".
Otro sector que camina al filo de la emergencia es el textil, que mes a mes muestra datos que resultan incluso shockeantes. Sólo utilizó el 31,4% de su capacidad instalada, mucho menos que el 57,2% que había usado durante el año pasado, y mostró que su capacidad de deteriorarse sin que haya una destrucción masiva de empleo ya está llegando al piso.
Lo explicó el economista Leandro Mora Alfonsín: "La situación más categórica se da en el sector textil, con un uso de su capacidad del 31,4%, lo que implica que estuvo 25,8 puntos por debajo del nivel de enero del año pasado. Estos ya son valores críticos, que por su vigencia en los últimos meses indican posible pérdida de capacidades, es decir despidos y cierres. El dato general está vinculado a la caída de la industria y la baja del consumo. Además da la pauta de bajas perspectivas de inversión en el corto plazo".
Y agregó: "A su vez, la acumulación de stocks en un contexto de tasas altas redunda en la liquidación de los mismos a precios por debajo del umbral mínimo de rentabilidad. Esto afecta también a la producción futura".
Otro sector que dio un número extraordinariamente bajo fue la metalmecánica, relacionado justamente con la inversión, en este caso del sector agrario. También refleja una caída importante en el consumo de aparatos de uso doméstico, tal como destacó el Indec. La parada de las plantas del sector generaron una utilización de su capacidad instalada de 38,4%, más de 10 puntos por debajo de los niveles que había marcado en enero del 2018.
En términos generales, salvo la industria del tabaco y la siderurgia, que utilizó el 71,7%, es decir 4,3 puntos más que en el mismo mes del año pasado, todos los sectores mostraron un gran deterioro en cuanto a su uso de las plantas. Una construcción que tracciona menos por el parate en la obra pública, el consumo en franco retroceso por la devaluación del 2018 y su efecto en el salario y una inversión que pasa por su peor momento, lideran las explicaciones del fenómeno.
Por Mariano Cuparo Ortiz
Fuentes: BAE Negocios y Página12