Entre Ríos - 19-02-2019 / 13:02
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL
Benedetti contra todos, Bordet contra nadie
Atilio Benedetti por el radicalismo ultra macrista, deberá enfrentarse en internas a Jorge Lacoste por la mayoría de los intendentes boinas blancas y Pedro Galimberti por el espacio que conduce Fabián Rogel. Por ahora, Gustavo Bordet no tiene que pelear con nadie. Aún no tiene adversario externo y solucionó su interna con una lista de unidad en el frente Creer Entre Ríos, con la participación de 10 partidos. Fotos: Blas García para La Opinión Popular
Los radicales que anunciaron disputar las internas para la gobernación, en representación de la Alianza antiperonista, son Atilio Benedetti por el radicalismo ultra macrista, Jorge Lacoste por la mayoría de los intendentes boinas blancas y Pedro Galimberti por el espacio que conduce Fabián Rogel.
Por su parte, el Intendente de Paraná, Sergio Varisco, anunciado precandidato para su reelección, deberá ir a las PASO de Cambiemos contra dos postulantes macristas, Emanuel Gainza y Diego Dlugovitsky, este último de la mano de la Vice intendenta, Josefina Etienot.
El polémico Varisco, acosado por la Justicia y por problemas de salud, reiteró que sólo se bajará de la candidatura de Cambiemos por la fuerza de los votos en la interna. El intendente de Paraná estaría completamente aislado dentro de los límites de la estructura del radicalismo capitalino.
El mensaje destemplado que bajaría Mauricio Macri, invocando los resultados de varias encuestas, sería: la boleta macrista es la que encabece el diputado nacional Atilio Benedetti. Habrá radicales en contra de la orden que beneficia a Benedetti: Varisco, Lacoste y Galimberti, los grandes marginados por la jugada nacional macrista.
Para que no queden dudas, los jerarcas del PRO advirtieron que "no hay libertad de acción" en ningún tramo. En democracia interna, Cambiemos no tiene nada que envidiarle al antiguo verticalismo peronista.
El intento por cerrar la vía de las urnas, antes de que se ponga en marcha el proceso electoral interno, continuará. Hasta ese momento es posible que unan sus respectivas indignaciones radicales -se sabe que en política suele ser un error subestimar el poder de las heridas- en una boleta única que desafíe el mandato de ungir a Benedetti, quien tendrá que pelear contra todos.
El fantasma de la intervención a la UCR entrerriana es otra hipótesis de conflicto, pero de momento no existen razones formales ni legales para una medida de ese tipo. La conducción de Cambiemos la baraja sólo como amenaza: ese sí sería el punto final para las aspiraciones de los posibles rebeldes. Llamativamente, también se menciona esa posibilidad en la Casa Gris.
Cada bando interno de Cambiemos acusa al otro sector de trabajar con el único objetivo que Gustavo Bordet siga siendo gobernador. Entre observadores externos, esa intención se adjudica por entero a la Casa Rosada. Por ahora, Bordet no tiene que pelear con nadie. Aún no tiene adversario externo y solucionó su interna con una lista de unidad en el frente Creer Entre Ríos, con la participación de 10 partidos. Tudo bem tudo legal.
La Opinión Popular
Intentan dar buenas noticias
El esfuerzo del gobierno de Mauricio Macri por instalar una agenda positiva en el arranque del año electoral parece inútil. La economía real está bajo los efectos del ajuste -la industria se desplomó un 14,7% en diciembre y trabaja a la mitad de su capacidad; la construcción cayó ese mismo mes un 20,5%- y no se avizora dónde está el piso de la recesión.
La desesperación por intentar dar buenas noticias, llevó al presidente a sostener que la inflación está bajando. Una aparición "piantavotos" en especial porque el Indec lo cacheteó al día siguiente, marcando una suba de 2,9% en el índice de precios de enero y una inflación interanual del 49,3%, la más alta en tres décadas.
A las pocas horas, economistas de todo signo proyectaron un índice de precios de 3% para febrero y coincidieron en que se mantendrá en estos registros hasta por lo menos junio, empujado por los brutales aumentos en las tarifas del transporte, gas, electricidad y otros.
En tanto, el macrismo "hace la plancha" esperando que lleguen mejores datos económicos o improvisa medidas insuficientes para revertir la recesión, la caída del consumo y el creciente descontento social.
En los tres años de Cambiemos la inflación alcanza a un 160%. Si se proyecta el 30% estimado para este año, el mandato de Macri cerraría con un alza del costo de vida de un 230%. El poder del salario cayó más de 11 puntos en 2018 y más de 16 puntos en lo que va de la gestión, según el Ministerio de Trabajo. No es difícil pronosticar qué suerte correrán los salarios este año.
Un trabajo de Ricardo Rouvier de la segunda semana de febrero indica que la principal preocupación de los argentinos es la inflación. Le siguen los salarios y la pobreza y recién después la inseguridad, donde ha puesto el acento el gobierno de los CEOs.
La encuesta dice que las cuestiones asociadas a la marcha de la economía -inflación, salarios, recesión, desocupación, deuda- dominan las inquietudes de los argentinos. Y más del 70% cree que el gobierno no logrará resolver esos dilemas. ¿Podrá Macri evitar en octubre que se lo juzgue por la economía?
La caída de imagen de Macri abre dudas en el FMI
Los enviados del Fondo Monetario Internacional, Roberto Cardarelli y Trevor Alleyne, sacaron una conclusión tras su ronda de encuentros con dirigentes de la oposición a Cambiemos. Aunque pertenecen a distintos espacios políticos, ni uno solo de ellos les garantizó que el acuerdo que firmó Macri seguirá en pie en caso de que el Presidente no consiga la reelección este año. Todo lo contrario: les advirtieron que habrá que renegociar porque la deuda es impagable.
El diagnóstico de la oposición es unánime. Desde Juan Manuel Urtubey, el gobernador de Salta cuya política es no confrontar con la Casa Rosada; hasta Axel Kicillof, que encarna la mirada opositora K al programa económico de Cambiemos, piensan que el año próximo se hará imposible cumplir con los vencimientos externos. La misma posición tiene Sergio Massa, que se reunió con los técnicos del FMI a fines de 2018.
De esta situación se pueden sacar tres conclusiones: la primera es que se trata de un asunto en el que todo el peronismo -en sus distintas variantes- está de acuerdo; la segunda es que Macri no pidió el aval de la oposición antes de recurrir a un prestamista de última instancia como es el Fondo; y la tercera es que el organismo ya sabe que sólo puede confiar en Macri para mantener el programa neoliberal a flote más allá de diciembre. Macri es el candidato del FMI.
Si bien los enviados del FMI aclararon a sus interlocutores que el organismo colabora en un plan de estabilización de la economía argentina -tras la mega-devaluación del año pasado-, lo cierto es que también están interesados en que se cumplan los duros compromisos asumidos por Macri. Entre ellos, las reformas: laboral y del sistema previsional.
De fracaso en fracaso
Es notable cómo la estrategia electoral que Marcos Peña diseñó en octubre se ha ido a pique. Esperaban que los mejores indicadores económicos aparecieran en Diciembre 2018. No fue. Creían que pocas provincias desdoblarían sus elecciones. Ya van 13 provincias que votan en forma adelantada.
Suponían que los radicales no desdoblarían las elecciones. Desdoblaron. Esperaban que no hubiera internas de Cambiemos en ninguna provincia. Hay PASO en el oficialismo en no menos de 8 provincias. Pensaban imponer que la mayoría de los candidatos a gobernadores fueran macristas. Son radicales.
Insistían en que no se hablara en la campaña de economía. Sólo se habla de la crisis económica. Y la carta principal: que las noticias judiciales acorralaran a Cristina; y apareció Marcelo D'Alessio y la emblemática causa de los "cuadernos" trata de ser salvada de la denuncia de pedido de extorsión del fiscal federal Carlos Stornelli.
¿Que "aliados" le quedan a Macri?
Mientras el Gobierno de Macri "flota", Cristina opera políticamente, los gobernadores acuerdan con ella para que los K no les disputen el poder en sus territorios. Los sindicalistas no sólo financiarán la campaña (junto con algunos gobernadores y muchos intendentes), sino también, quieren meterse en las listas a legisladores nacionales y provinciales.
Por su parte, los movimientos sociales desean ser los dueños de la protesta social, "copar la calle" y sumar amplios espacios de poder. El cristinismo, gran parte del peronismo, los colectivos sociales y el sindicalismo tienen la decisión de hacer la campaña en la calle. Marchas, movilizaciones, piquetes, actos o "instalaciones" (como el "verdurazo" en Constitución). La cuerda se puede tensar.
Y, por último, los jueces federales miran atento el escenario político e intentan tomar posiciones ante cualquier indicio cierto de cambio político. En este marco: ¿Quiénes son los "aliados" de Macri, de Cambiemos, además del FMI?
Cambiemos sólo aspira a retener sus provincias y sumar alguna más
Un año atrás, los pronósticos electorales vaticinaban un claro triunfo de Cambiemos en 2019. En la Casa Rosada soñaban con que la mitad del país, unos 12 distritos, terminaran gobernados por macristas. Basaban esas pretensiones en que en los comicios legislativos de 2017, la coalición gobernante había ganado no sólo en las cinco provincias que administraba sino en ocho distritos manejados por la oposición.
Sin embargo, tras la debacle económica, las ambiciones descendieron abruptamente en medio de un panorama en el cual, en la Casa Rosada ni siquiera pueden asegurar la reelección de Macri.
En términos de prioridades, en el Gobierno admiten que aspiran en primer lugar que Macri sea elegido nuevamente; después retener provincia de Buenos Aires, Capital Federal, Mendoza, Jujuy y Corrientes. Y, si hay margen, lograr sumar dos o tres provincias más. Pero esto último implica una durísima pelea con la oposición, en su mayoría peronista.
A tal punto cambió el escenario que admiten, en reserva, que hay provincias como San Juan y San Luis, en las que los propios candidatos de Cambiemos piden en voz baja que Macri no vaya a hacer campaña, porque les resta votos. De hecho, en ninguna de las dos provincias irán con la marca "Cambiemos".
En otras provincias, los candidatos radicales le esquivan a una visita del Presidente y rechazarán la presencia de Macri en el territorio. Uno de los casos es Entre Ríos, donde Bordet, que perdió las legislativas de 2017, ahora está a la cabeza de las encuestas, dejando atrás a su eventual competidor de la UCR.
El desdoblamiento en la mayoría de los distritos convierte a las campañas provinciales en discusiones locales, no nacionales. Por lo que, la presencia de Macri aporta muy poco. Además, en el Gobierno asumen que el Presidente no mide 50 por ciento de intención de voto en ninguna provincia.
Mensaje a la asamblea legislativa entrerriana
En Entre Ríos, con un pormenorizado informe sobre el estado de la administración pública, el gobernador Gustavo Bordet habló ante la Asamblea Legislativa, en la inauguración del 140° periodo de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial. Convocó a todos los sectores de la sociedad y afirmó: "Estamos convencidos de que acá hay futuro porque creemos en lo que hacemos".
"Nunca hemos hecho ningún tipo de discriminación por color político, trabajamos para todos los entrerrianos, porque un gobierno se debe a sus ciudadanos y no a un partido político, ha sido nuestra premisa y hemos tenido un trato correcto con todos por igual, como corresponde", fue el inicio del mensaje de Bordet.
El acto se desarrolló con el asombroso faltazo de la alianza antiperonista Cambiemos, anunciado este jueves en la sesión preparatoria de Diputados -luego de que el oficialismo confirmara en la Presidencia de la Cámara a Sergio Urribarri-, y ratificado poco antes del inicio del acto.
En varios tramos de su mensaje, el mandatario cuestionó las variables macroeconómicas y destacó que, pese a los esfuerzos que pueda hacer la provincia, "no alcanza si no se cambian las condiciones de desarrollo que se basan en altas tasas de interés, con altas tasas de inflación y con un proceso de recesión fenomenal".
También mencionó el brutal tarifazo de Macri y destacó que la provincia se hiciera cargo de la tarifa social eléctrica, que el gobierno nacional abandonó. Además, subrayó que "de las obras en marcha, el 75 por ciento las encara el gobierno provincial".
"Demostramos que se puede tener equilibrio fiscal y ampliar derechos sociales, hacer obras públicas, construir viviendas y pagar sueldos al día sin recortar el presupuesto en área claves, sin despedir a nadie, sin echarle culpas al otro, y demostramos que podemos hacerlo con honestidad y transparencia", afirmó sobre el final de su discurso, en una frase descomunal.
El mensaje a la Legislatura tuvo para Bordet una particularidad: habló no con tono de despedida, sino con aspiraciones de continuidad. Inició formalmente el camino hacia la reelección.
Postuló como eje prioritario reforzar los programas de contención social en la provincia, que abandonó Macri, en segundo lugar el ordenamiento que hizo en las cuentas públicas luego de la pesada herencia de Urribarri y en un tercer plano las obras ejecutadas con recursos provinciales.
El tema de la reelección de Urribarri en la presidencia de la Cámara de Diputados de la provincia sería un episodio gravoso en una campaña electoral, pero Cambiemos agotó sus reproches con su faltazo y en un par de mensajes por las redes sociales.
Cambiemos pegó el faltazo para iniciar así su campaña electoral
La decisión del justicialismo de confirmar a Urribarri como presidente de la Cámara de Diputados, cristalizó el acuerdo interno entre el sector de Bordet y el peronismo K, bajo la lógica de conservar el poder que se pondrá en juego este año en la provincia.
Hay quienes dicen que el resultado en la Cámara Baja no fue fruto de un acuerdo entre Bordet y Urribarri, sino una batalla interna dentro del oficialismo en Diputados. Quienes sostienen esto último afirman que Bordet no estaría interesado en desplazar a Urribarri.
El Gobernador entiende que es una decisión de otro poder y que en los hechos no le repercute sustancialmente ya que el ex gobernador no ha sido un legislador obstruccionista con el ejecutivo provincial. Solo en la reforma política se vio al urribarrismo poner palos en rueda a Bordet, pero tampoco estuvo solo en esa maniobra.
Sectores del bordetismo entienden que no tuvo sentido instalar, por parte de algunos actores interesados, que se iba por la Cámara de Diputados cuando no era un objetivo del mandatario, ya que la continuidad de Urribarri a posteriori se pudo leer como una acuerdo entre el gobernador y el ex mandatario, que es un costo político que en el oficialismo provincial no tenía ninguna intención de pagar.
"Me dijeron que era parecido a Macri, y ahora dicen soy parecido a Urribarri. En realidad al que soy parecido es a mi padre", dijo Bordet, desmarcándose claramente del macrismo y del urribarrismo, con una frase que sintetiza todo.
Cambiemos Entre Ríos, que se ilusionaba ganar los comicios dividiendo al peronismo local, profundizando su interna y poniendo una cuña entre ambos sectores, reaccionó destempladamente.
La obstinación de los integrantes de la Alianza antiperonista tras la reelección de Urribarri como presidente de la Cámara de Diputados de la provincia fue desproporcionada. Vaciar la Asamblea Legislativa tiene consecuencias institucionales y políticas que van más allá del clima de campaña que se empieza a vivir.
Esta reacción es excesiva: no se corresponde la respuesta con el fenómeno al que se pretende contestar: que Urribarri haya sido reelecto era una de las posibilidades concretas. En su momento, Jorge Busti, enfrentado con el entonces gobernador Urribarri, no fue desalojado de la Presidencia de la Cámara.
El jefe de Estado provincial omitió en su discurso oficial cualquier referencia a la inasistencia de los legisladores de la oposición. Sólo respondió sobre el tema cuando fue abordado por la prensa al final de su mensaje. Definió como "lamentable" la actitud de la coalición opositora y rechazó el argumento que habían esgrimido desde la UCR y el PRO al anunciar el faltazo.
El faltazo de Cambiemos a la Asamblea es un acto de irresponsabilidad institucional. La Constitución exige al Gobernador rendir cuentas del estado de la provincia ante la Legislatura y, por consiguiente, impone a los legisladores anoticiarse de tal situación a fin de actuar en consecuencia.
¿Cuál debería ser la actitud de los concejales peronistas de Paraná cuando el intendente Sergio Varisco inaugure las sesiones del Concejo Deliberante? Varisco enfrentará este año dos juicios: uno por defraudación a la administración pública (causa "Mutual Modelo") y otro por narcotráfico (en el Juzgado Federal). En ambas causas, el intendente está procesado.
Varisco y Urribarri son hasta ahora inocentes. Y su culpabilidad deberá ser probada sin ninguna duda en la Justicia. De lo contrario, se mantendrá su presunción de inocencia. Esto se llama Estado de Derecho.
Pese a la tregua que le representa al gobernador la interna de Cambiemos, no hay un momento de calma en la Casa Gris. La campaña comenzó a moderar la dosis de tranquilidad que le suministraban al PJ, y el objetivo de ganar la intendencia de Paraná y consumar la hegemonía peronista sobre todo el mapa provincial tampoco es un tema sencillo. A semanas de las elecciones, las indefiniciones pesan para todos.
Acerca del acuerdo de Bordet con Unidad Ciudadana
Se ha dicho mucho sobre este acuerdo, sobre todo acerca de los nombres que confluirán en las listas, pero poco se habla de los motivos del acuerdo, sobre todo las razones de cada uno.
Del lado de Bordet, la unidad le garantiza evitar una interna cruenta. No le preocupaba tanto al oficialismo los votos que puedan traer o llevar el cristinismo local sino sortear un debate áspero que desgaste al gobierno y sirva de antesala a la elección general.
Nadie dudaba que Bordet iba a triplicar o cuadruplicar al candidato K, pero si preocupaba la violencia de un debate interno que podía complicar la vuelta de votos a Bordet pasada la interna, lo que era funcional a Cambiemos. Las internas peronistas, sean por dentro o por fuera, son feroces y cuando las heridas no cicatrizan a tiempo traen más problemas que soluciones.
Por otro lado, Bordet hizo lo que están haciendo todos los gobernadores del PJ en la más racional de las estrategias, sumar a todos y fortalecer la unidad del peronismo. Si hay un solo camino para que Macri se retire de la Casa Rosada en el 2019 es la unidad del justicialismo, y le mejor forma de pavimentarlo es comenzar uniendo en las provincias.
Un tercer argumento para fundamentar la idea de la unidad desde el bordetismo es la tendencia de ganar en abril. En las PASO el que pega primero, pega dos veces, y así si se gana en abril se encara el armado para la victoria de junio.
En el oficialismo provincial entienden que la diáspora de una interna o una PASO con Unidad Ciudadana le iba a generar una merma de votos a Bordet que podría dejar al mandatario cerca en los números con el candidato de Cambiemos, instalando una paridad simbólica en las PASO que, no solo no reflejaría la diferencia real con Cambiemos, sino que podría ser utilizada por la oposición para fortalecer su campaña en la recta final.
Del lado de Unidad Ciudadana también existieron razones determinantes. La primera fue la bajada de línea de Cristina quien no quiere enfrentamiento con los gobernadores, y mucho menos ser percibido como funcional a la división y derrota del peronismo en las provincias.
Igualmente, no le seducía a la ex presidenta hacerse cargo de armados políticos que terminaran terceros en las elecciones. Independientemente del voluntarismo K local era casi obvio que Unidad Ciudadana era candidata a salir tercera.
También para Unidad Ciudadana la perspectiva de una campaña perdidosa no entusiasmaba a la militancia K, que no solo se vía afuera de su propio armado sino que tenía como perspectiva que su armado sólo podría contribuir a que pierda el PJ la provincia y gane Cambiemos. Muchos dirigentes K se sintieron aliviados con el acuerdo ya estaban llegando con la lengua al cuello y sin certezas al cierre de listas.
Respecto a la instrumentación del acuerdo, evidentemente lo central fue el entendimiento entre Bordet y Cristina. Pero sin duda lo que contribuyó fue la habilidad de Urribarri para tejer hacia dentro de Unidad Ciudadana. Si bien el candidato era Julio Solanas, y quien tal vez se quede con el cargo más relevante de los K en el cierre de listas del 23 de febrero, el que manejó el acuerdo fue el Pato.
Sostienen algunos que Urribarri impulsó el acuerdo por la promesa de ser candidato a legislador nacional en octubre bajo el amparo de Cristina. Otros sostienen que el control de la Cámara de Diputados para este 2019 fue determinante, y que ante la interna creciente entre los propios, Urribarri prefirió disminuir las hostilidades.
Una tercera, y posiblemente la más lógica, es que Urribarri comprendió que un gobierno de Bordet que lo deje afuera es mucho mejor que un gobierno de Cambiemos que lo quiere asediado por causas judiciales. La verdad posiblemente sea un poco de cada una y otros motivos más.
En los hechos, Urribarri manejó los hilos y desmontó el armado para ir por fuera de Unidad Ciudadana. Él es quien maneja la relación con Cristina dentro del espacio K, quien controlaba el armado territorial en la provincia y quien tenía la capacidad de convocar más cristinistas.
Además, es quien tiene más recursos para armar. Al ser su prerrogativa decidió que lo mejor era ir detrás de Bordet. Ahora viene la etapa de acomodar los melones, de cerrar los pocos nombres que Bordet le deja para la lista provincial y ver como abrochan los armados locales con un PJ que no deja de mirarlos con cierto recelo a los recién llegados al oficialismo provincial.
La Opinión Popular