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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Internacionales - 24-01-2019 / 09:01
ESCALADA GOLPISTA DE LA DERECHA DE LA MANO DEL IMPERIO

Con Trump y Macri no hay salida para el pueblo venezolano

Con Trump y Macri no hay salida para el pueblo venezolano
El yanqui Donald Trump ungió como presidente a Juan Guaidó, un don nadie de la política venezolana, desconocido para la inmensa mayoría de la población pero construido por los medios y los marketineros norteamericanos en las últimas dos semanas. Tras el exabrupto del imperialista Trump, los gobiernos que se desviven por convertir a sus países en republiquetas neocoloniales –Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Honduras- salieron en tropel a ver quién llegaba primero para lamerle las botas al millonario neoyorquino.
En un intento de golpe de Estado grotesco, descaradamente fogoneado por los Estados Unidos, el yanqui Donald Trump ungió como "presidente" a Juan Guaidó, un don nadie de la política venezolana, desconocido para la inmensa mayoría de la población pero construido por los medios norteamericanos en las últimas semanas.

Tras el exabrupto del imperialista Trump, los gobiernos que se desviven por convertir a sus países en republiquetas neocoloniales -Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Honduras-  saltaron en tropel a ver quién llegaba primero para lamerle las botas al millonario neoyorquino.
 
Salieron a intervenir en los asuntos internos de otro país, en un esperpento jurídico, que sería motivo de risa si no fuera porque puede terminar en una tragedia, y que cuenta con la bendición de la OEA y, hasta ahora, del estruendoso silencio de las Naciones Unidas. 
Por su parte, Rusia y China apoyaron a Nicolás Maduro y criticaron la ilegal injerencia yanqui en Venezuela.


La tentativa golpista, exaltada por Mauricio Macri y los medios argentinos: Clarín, La Nación e Infobae, tropezará con muchas dificultades. No es la primera vez en la moderna historia de Venezuela que la Casa Blanca reconoce a un presidente, como Pedro Carmona, el 11 de abril del 2002, que apenas duró 47 horas en el gobierno y terminó preso. ¿Será diferente esta vez? Difícil pronosticar.
 
Guaidó puede refugiarse en una embajada amiga en Caracas y desde allí emitir declaraciones que tensen la cuerda y fuercen una confrontación con Estados Unidos. Por ejemplo, ante la orden del presidente Maduro de que el personal de la embajada de EE.UU. abandone el país en las próximas 72 horas el mequetrefe imperial puede decirles que permanezcan en Venezuela.
 
Otra alternativa es que se instale en alguna ciudad fronteriza con Colombia y desde allí, con la bendición de Trump, la OEA y las neocolonias latinoamericanas proclamen una nueva república, protegida por los "paramilitares" colombianos y el narco gobierno de Duque, Uribe y compañía y exija su reconocimiento ante la OEA y la ONU.
 
Cualquiera de estos dos escenarios confirman que si hay algo que ni los imperialistas ni la derecha venezolana quieren es el diálogo y la subordinación a las reglas del juego democrático. Es evidente que ambos buscan la confrontación, sea aplicando el modelo libio o el ucraniano, diferentes pero similares en cuanto a las miles de víctimas fatales y los centenares de miles de refugiados que tuvo ambos países.
 
Pero más allá de las fake news las cosas no serán tan fáciles para los asaltantes del poder presidencial. La base chavista está muy firme, y lo mismo puede decirse de las fuerzas armadas bolivarianas. Una "solución" militar requeriría un impopular envío de tropas yanquis a Venezuela, en momentos en que en la Cámara de Representantes cobra fuerza el proyecto de someter a Trump a un juicio político.
 
La Opinión Popular

 
"Sólo el pueblo pone, sólo el pueblo quita"
 
El líder de la opositora Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente interino de Venezuela en un nuevo intento de deslegitimar el gobierno de Nicolás Maduro y que el mandatario bolivariano denunció como un intento de golpe de estado orquestado por Estados Unidos.
 
Guaidó fue respaldado por el presidente Donald Trump y el Grupo de Lima, con excepción de México. Mientras, el pueblo venezolano salió a las calles en dos movilizaciones. Una opositora convocada por Guaidó y otra en respaldo a Maduro. Según informó el Ministerio Público, la jornada terminó con seis muertos.
 
Desde el Palacio de Miraflores y con el respaldo de miles de venezolanos, Maduro rompió relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos y le dio a Trump un ultimátum de 72 horas para que su diplomacia abandone el país. "Hoy el gobierno de Estados Unidos dirige una operación para imponer a través de un golpe de estado un gobierno títere a sus intereses en la república de Venezuela. Pretenden elegir y designar al presidente de Venezuela por vías extraconstitucionales", dijo y luego arengó: "¡Fuera, se van, acá hay dignidad y pueblo dispuesto a defender esta tierra!".
 
Mientras tanto, el pueblo en la calle cantaba: "el pueblo unido jamás será vencido". En su discurso desde el histórico balcón del Palacio, Maduro anunció que recibió el apoyo telefónico del mandatario de Turquía,  Recep Erdogan.
 
Horas antes y ante cientos de venezolanos en el este de Caracas, Guaidó se adjudicó las competencias del ejecutivo en el marco de lo que llamó la lucha contra la usurpación de la presidencia, una reedición de lo que hizo hace dos semanas, días después de la segunda investidura presidencial de Maduro.
 
La oposición considera ilegítimo el gobierno del líder bolivariano porque argumentan que las elecciones del 22 de mayo no fueron transparentes debido a que varios candidatos opositores no pudieron participar. Una tesis que el gobierno desestimó desde un inicio principalmente porque en los comicios Maduro consiguió más del 60 por ciento de los votos.
 
En su discurso, Maduro argumentó que se trata de otra artimaña con el fin de continuar con la tradicional política intervencionista de Estados Unidos en toda la región americana. La respuesta le llegó horas después, cuando el Departamento de Estado le negó autoridad para romper relaciones.
 
Entre gritos de júbilo y euforia, Guaidó dijo que el de ayer fue un paso más para instaurar un gobierno de transición y lograr elecciones libres. Alertado de las consecuencias de su decisión, Guaidó pidió al pueblo que lo acompañe: "Sabemos que esto no es algo de una persona, que esto va a tener consecuencias,  que es necesario  mantenernos en las calles de Venezuela hasta lograr la democracia, no vamos a permitir que se desinfle este gran movimiento de esperanza y fuerza nacional".
 
También juró por el compromiso de la no violencia. "¿Nos vamos a cansar? No señores, vamos a insistir hasta la democracia, hasta la libertad, hasta que a cada venezolano le llegue el pan a la mesa, hasta que regrese el agua, el gas a las casas de Venezuela, hasta que nuestros hijos regresen a nuestro territorio nacional, hasta que logremos en definitiva la prosperidad", agregó.
 
Mientras tanto a su alrededor los simpatizantes sonaban bocinas y pasaban autos y motos ondeando banderas de Venezuela. "Lo que ha ocurrido hoy nos brinda esperanza, este pueblo lo que tiene hoy en día es esperanza, es una necesidad clara de que salgamos adelante", dijo José Gregorio Flores, profesor universitario de 43 años que asistió a la convocatoria.
 
Horas más tarde y en otro acto desafiante, poco tiempo después de que Maduro rompiera relaciones con Estados Unidos, Guaidó lo contrarió y dijo que mantendrá relaciones diplomáticas: "El Estado de Venezuela desea firmemente que mantengan su presencia diplomática en nuestro país". Las movilizaciones opositoras recorrieron los 23 estados del país y el distrito capital, al tiempo que se replicaron en Australia, en Ginebra, ante la sede de la ONU, en Santo Domingo y en Miami.
 
Las movilizaciones a favor de Maduro tampoco se quedaron atrás. Decenas de miles de seguidores marcharon ayer en Caracas y otras ciudades del país para defender el segundo gobierno del mandatario bolivariano. Por la tarde llegaron al Palacio de Miraflores donde presenciaron el discurso oficial.
 
"Nosotros debemos resguardar la decisión del pueblo del 20 de mayo d 2018 de respaldar el gobierno de Maduro y en prevención de las maniobras dirigidas desde el imperio. Nos encontramos en movilización permanente y en vigilia desde el palacio de Miraflores" dijo un manifestante a Telesur, haciéndose eco de lo que previamente había dicho Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
 
"Lo propongo aquí formalmente, que a partir de esta noche nos instalemos en vigilia en el Palacio de Miraflores (...), doy instrucciones al PSUV para que nos organicemos y estemos ahí, frente al Palacio", incitó Cabello.
 
El discurso oficial tuvo otro interlocutor clave: las Fuerzas Armadas. Desde el balcón presidencial Maduro celebró la lealtad de las Fuerzas, dos días después de que 40 soldados rebeldes intentaran un levantamiento. Horas más tarde, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, confirmó que la Fuerza Armada defenderá la Constitución y será garante de la soberanía nacional.
 
Por Atilio A. Boron
 
Fuente: Página12
 

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CON LA RECESIÓN ARGENTINA DE 2019, MEJOR HABLEMOS DE MADURO. El mandatario argentino está defendiendo, como el presidente brasileño, Jair Bolsonaro y su par norteamericano, Donald Trump, un golpe de Estado grotesco que está descaradamente fogoneado por los Estados Unidos. Macri se horroriza del fracaso de la economía de Nicolás Maduro y las consecuencias que eso tiene sobre los venezolanos, y está muy bien que así sea, pero no debería perder de vista que la inflación argentina va camino de la de Venezuela, y que el superávit comercial que se festeja por anticipado en la Administración Macri sólo es consecuencia de una feroz recesión.
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VENEZUELA. Rusia y Estados Unidos chocan intereses en medio de la protesta. El ruso Vladimir Putin defiende a Nicolás Maduro y acusa al norteamericano Donald Trump de llevar un “baño de sangre” al pueblo venezolano si continúa apoyando a Juan Guaidó.
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