Nacionales - 10-12-2018 / 09:12
RIVER CAMPEÓN DE AMÉRICA
Boca perdió la Libertadores y entra en crisis la larga hegemonía de Macri en el club
Se trataba del partido clave, el que "no podía perder", pero todo salió mal y terminó complicando a Mauricio Macri. La derrota de Boca contra River en la superfinal de la Copa Libertadores podría ser el principio del fin de la larga hegemonía de Mauricio Macri en el club, que ahora enfrenta el riesgo de que la oposición se una detrás de la figura de un ídolo de los hinchas: Juan Román Riquelme.
Se trataba del partido clave, el que "no podía perder", pero todo salió mal y terminó complicando a Mauricio Macri. River impuso su fortaleza: la capacidad de remontar la adversidad que demostró en toda esta competencia, especialmente en esta serie final contra su rival de toda la vida. Boca estuvo 3 veces en ventaja (dos veces en la Bombonera, una vez en Madrid cuando comenzó ganando) pero el plantel del Muñeco Galllardo hizo una marca registrada de ese carácter.
El partido de este domingo era vital para el plan de continuidad de Daniel "Tano" Angelici en Boca, que busca dejar como delfín a Christian Gribaudo y ya arrancó la campaña de cara a las elecciones del año próximo. Sin embargo, la derrota podría complicar sus planes.
No sólo se trata de un golpe duro para Angelici sino también para el propio Macri, que arrancó con su poder en Boca en 1995. Por eso, también podría ser un impulso para que se decida a lanzar al vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, que goza de su máxima confianza.
La continuidad de Angelici comenzó a ponerse en duda sobre todo desde que le surgió un competidor taquillero en la sucesión del club. Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de los hinchas, le viene como anillo al dedo al sector antimacrista que ve en la figura de Riquelme una oportunidad para golpear a Macri y Angelici en la conducción.
El ex jugador estrella del club no confirmó que vaya a competir, pero ya genera mucha preocupación a la gestión actual. Acaso por eso en el último mes Macri lo invitó a Olivos a jugar un partido de fútbol con funcionarios y le habría propuesto que haga cargo del sindicato de los jugadores como un gesto de distensión.
Además de impulsar las chances de la oposición, la derrota golpea muy fuerte a Angelici en sus aspiraciones de saltar a la política partidaria. Cuando asumió en Boca en 2011, el Tano le pidió a los socios -con un dejo de pedantería- que tuvieran el pasaporte al día para poder viajar a Japón, que es donde históricamente, con algunas excepciones, se disputó la final del mundo en materia de clubes.
Pero durante los 7 años de presidencia de Angelici, Boca no pudo ganar la Libertadores y por eso era crucial para las aspiraciones del macrismo de perpetuarse en el club la obtención de esta edición de la Copa, mientras que River este año ganó también la final de la súper copa en Mendoza y dejó expuesta una vez más su debilidad.
El escándalo desatado por el River-Boca lo golpeó como no habían podido las decenas de ataques de Elisa Carrió, su máxima enemiga en Cambiemos. Las pedradas al micro de Boca se llevaron puesto a Martín Ocampo, uno de sus hombres de mayor confianza y que estaba a cargo del Ministerio de Seguridad y profundizaron la grieta con Macri.
La Opinión Popular
Las sospechas impregnadas
La final interminable tuvo su desenlace en la cancha, pero muy lejos de América. El torneo que se desarrolló bajo un marco de sospechas permanentes, también se definió con las dudas alrededor del juego. La revancha se pudo realizar por el fallo en contra de Boca de dos organismos independientes de la Conmebol: la Unidad Disciplinaria de esa entidad y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
El club intentó con sus reclamos obtener la Copa Libertadores a partir de un fallo a su favor, por el ataque que recibió el micro que trasladaba al plantel el 24 de noviembre pasado, a pocas cuadras del estadio Monumental, sin jugar al fútbol.
El presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, remarcó que eso fue una "traición" después del acuerdo al que había arribado con su colega de Boca, Daniel Angelici, para que la revancha se jugara al día siguiente de la emboscada. Lo que había ocurrido en 2015 en la cancha de Boca estaba latente: los jugadores de River fueron rozeados con gas pimienta cuando se dirigían a jugar el segundo tiempo, en la serie por los octavos de final. Esos 45 minutos nunca se jugaron.
D'Onofrio se tomó un vuelo esa misma madrugada a Asunción para presentarle a la Conmebol un informe con la gravedad de los hechos. El dirigente aclaró luego que sólo fue a dejar testimonio sobre las lesiones que padecían los futbolistas de River, y que nunca pidió que le den a River el partido por ganado. Sin embargo, Boca fue descalificado del certamen.
El encuentro de ayer estuvo en duda hasta el último sábado mismo, cuando el TAS dio su veredicto sobre lo que pretendía Boca. La velocidad con la que tomó su resolución fue sorprendente, teniendo en cuenta que los casos que llegan al TAS son analizados con detenimiento, y las decisiones finales suelen demorar meses.
Las malas inclusiones de jugadores fue otro punto destacado en esta Copa. Bruno Zuculini (River) y Ramón Abila (Boca) debían cumplir fechas de suspensión por expulsiones en sus clubes anteriores. Pero no lo hicieron. A Santos de Brasil, por el mismo error, le dieron un partido por perdido ante Independiente. El motivo para no suspender a River y Boca nunca fue transparentado.
La debacle de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) quedó más expuesta cuando Gianni Infantino, presidente de la FIFA, decidió que el partido de ayer se jugara en el estadio de Real Madrid, después de ordenárselo a Alejandro Domínguez, responsable de la Conmebol.
El fallecimiento de Julio Grondona abrió una puerta esperanzadora para que las autoridades dejaran de lado un accionar oscuro, pero no sólo no ocurrió sino que se empeoró. En la AFA alguien dijo: "Con Julio, ese segundo tiempo se jugaba. Y esta final se hacía en Argentina, no tengas dudas". Muy triste.
El fútbol argentino continúa con respirador artificial hace tiempo. Pero puede ser que alguien se lo haya quitado, y no le avisó a nadie.
Por Adrián De Benedictis
Fuentes: Página12 y La Política Online