Nacionales - 13-11-2018 / 09:11
CON 100.000 PUESTOS MENOS, ES LA PEOR CRISIS DE LOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS
La caída del empleo industrial es similar a la del estallido de 2001
DESINDUSTRIALIZACIÓN MACRISTA. La caída de la producción y del empleo es intensa en velocidad y magnitud. Los casi 100.000 empleos perdidos en la industria en el gobierno de Macri constituyen la peor crisis laboral de ese sector de los últimos 20 años. El proceso de desindustrialización que se despliega en la economía macrista es una continuidad del iniciado por la dictadura de 1976 con José Alfredo Martínez de Hoz y retomado en los noventa con la convertibilidad de Domingo Felipe Cavallo. En cada una de esas etapas, la destrucción de diversos eslabones de la estructura productiva fue ocultada bajo el manto de la modernización y la integración al mundo. Ni una ni otra cosa sucedió, sino que han sido ciclos de retroceso del camino hacia el desarrollo, con deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores y sociales de la mayoría de la población.
Mauricio Macri lo hizo. La destrucción del empleo industrial en los últimos tres años es similar a la registrada entre 1998 y 2002, cuando estalló la crisis de la convertibilidad. Así lo detalló un documento de la Consultora Radar. Los datos se elaboraron en base a información oficial de la Secretaria de Trabajo para el sector manufacturero.
"Con casi 100.000 empleos perdidos en la industria en los últimos años, es la peor crisis de los últimos 20 años y todo indica que se profundizará", indicó la consultora.
La devaluación de los últimos meses junto con el fuerte aumento de costos y el desplome del consumo fueron elementos claves para explicar el incremento en el ritmo de pérdida de puestos de trabajo en la segunda parte de este año. Semana a semana se cierran establecimientos productivos en distintas partes del país.
"Se espera un segundo año de caída de la actividad económica con fuerte impacto en el mercado laboral. Con la proyección más optimista planteada por el presupuesto y el Fondo Monetario Internacional estamos hablando de 230 mil nuevos desempleados (para toda la economía). En un escenario menos optimista, pero sin saltos del tipo de cambio, el desempleo superaría el 12 por ciento. Esto significa más de medio millón de personas que pierden su trabajo", dijo Paula Español, directora de Radar.
Para la consultora, en 2019 la tasa de desocupación estará en los dos dígitos y se ubicará en un rango de entre 11 y 14 por ciento. Realizaron estimaciones para el próximo año con tres escenarios. En el caso pesimista, en el cual fracasa el esquema monetario y se registra una aceleración de la inflación, se estimó en casi 800.000 mil desempleados.
"Se destruirían, en este escenario, trabajos en todos los sectores intensivos en mano de obra: comercio e industria (por el consumo), construcción (obra pública y privada) y servicios empresariales y transporte (crisis económica)", mencionó el informe. En este último caso la desocupación sería la más alta desde 2003. Radar elaboró estos escenarios junto con el Observatorio de Producción y Empleo de la Umet.
El Centro de Economía Política fue otra consultora que reflejó el problema laboral en los últimos meses. Indicaron que en el bimestre septiembre-octubre los despidos y suspensiones sumaron siete veces más que el año pasado: 20.872 personas fueron expulsadas del trabajo, mientras que en 2017, durante el mismo período, se habían registrado 3.087 casos.
"Septiembre fue el mes de mayo impacto de la crisis derivada de la devaluación y de la inestabilidad cambiaria, en el que se registró una caída récord de la actividad industrial del 11,5 por ciento interanual". En el informe de CEPA se detalló que los despidos acumularon 56.969 casos, de los cuales 15.825 se deben a empleados del sector público y 44.144 del sector privado.
La Opinión Popular
TODAVÍA NO TOCÓ EL PISO Y YA LA COMPARAN CON LA QUE SE VIVIÓ ENTRE 1998 Y 2002
Con 100.000 puestos menos, el empleo industrial atraviesa su peor crisis de los últimos veinte años
La crisis de la industria manufacturera ya se cobró 100.000 puestos registrados en el sector desde el 2015 y ya se convirtió en la peor de los últimos veinte años, con una dinámica que la lleva a parecerse a la que atravesó el país entre 1998 y 2002.
De acuerdo a estimaciones de la consultora Radar, la destrucción de vacantes en el rubro fabril acumulada durante la administración de Cambiemos es casi un juego de niños comparada con las de 2014 o 2009, y por lo que muestran los últimos indicadores del Indec, todo indica que la recesión aún está lejos de haber encontrado un piso.
En ese sentido, el Estimador Mensual Industrial (EMI) marcó una baja del 11,5% interanual en octubre y un deterioro de las expectativas de los empresarios en lo que respecta al empleo y el volumen de ventas que esperan para los próximos meses.
"Sector por sector las perspectivas son negativas", advirtió el economista de Radar Martín Alfie en diálogo con BAE Negocios, que consideró que por la devaluación "algunos sectores pueden ganar con mayores exportaciones como el automotriz, metálicas básicas o alguna actividad puntual de la siderurgia por Vaca Muerta, pero no compensan lo que se pierde con todo el resto que depende del mercado interno".
"La industria viene mal desde 2011 pero hasta 2015 logró mantener a grandes rasgos su nivel de empleo, desde ese entonces no paró de caer y muy probablemente lo siga haciendo como mínimo hasta mediados de 2019, pero lo cierto es que no sabemos cuándo va a frenar", añadió el doctor en Sociología Daniel Schteingart.
Para el experto, "en 2016 el empleo industrial cayó mucho y en 2017 lo hace a un ritmo menor". Es que el año pasado el rubro fabril mostró una recuperación magra de apenas 1,8%, una mejora que ya se evaporó con la contracción del 2,1% de lo que va del 2018, que se inició en mayo con la corrida cambiaria.
El rebote de 2017 no se reflejó en los puestos de trabajo porque los sectores que traccionaron fueron la construcción y el agropecuario, que son intensivos en capital y no en mano de obra. Se trata de dos motores que se apagaron este año por el recorte en la obra pública, el parate del sector privado y la sequía. "Los que se habían recuperado, ahora caen", describió Schteingart.
"Lo que había subido fue despachos de cemento, que no aporta mucho empleo, la petroquímica y química, y las metálicas básicas como la siderurgia que son capital intensivas", puntualizó Alfie.
"Los sectores más afectados por las importaciones y la contracción del consumo interno, como son el rubro textil y de calzado, no contribuyen tanto al PBI pero sí en términos de puestos de trabajo", abundó Schteingart.
En cuanto a las perspectivas para el 2019, Alfie planteó que "no veo ninguna recuperación, en todo caso caerá menos" ya que la tracción podría provenir del agro o actividades vinculadas a las exportaciones a Brasil, pero no de las que están ligadas al mercado interno, duramente golpeado por el deterioro del poder adquisitivo.
"Hace mucho que no ocurre que la industria crezca mientras el resto de la economía cae", precisó Schteingart.
Consultados por las causas de la crisis que vive la industria desde 2015, Schteingart y Alfie mencionaron particularmente la apertura comercial que impulsó el Gobierno.
"En la Argentina había una distorsión muy fuerte en los precios relativos con las tarifas de los servicios públicas deprimidas y la ropa y los artículos electrónicos eran caros", evaluó el doctor en sociología. "Abrir la economía te disciplina los precios a expensas de un mayor déficit comercial, la idea era exportar más pero el problema es que las importaciones crecen a un ritmo mayor como ocurrió en otros períodos", sintetizó Schteingart.
Alfie pone el foco en la "suba de costos que salvo el salarial, fue muy importante por tarifas y combustibles, incluyendo el financiero con el fin de la línea de crédito productiva". "Había más competencia importada y perdías participación en un mercado cada vez más chico", concluyó.
Por Ignacio Ostera
Fuente: BAE Negocios