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Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 20-09-2018 / 09:09
ENTREVISTA

Edgardo Masarrotti: “Con tipos mafiosos como los del gobierno nacional no se puede arreglar y hay que confrontar”

Edgardo Masarrotti: “Con tipos mafiosos como los del gobierno nacional no se puede arreglar y hay que confrontar”
Edgardo Masarrotti, ex secretario general de la ATE, opinó que el gobierno nacional obra de manera “perversa” en cuanto a la relación con las provincias. Foto: Blas García para La Opinión Popular
Edgardo Masarrotti, ex secretario general de la ATE, opinó que el gobierno nacional obra de manera "perversa" en cuanto a la relación con las provincias.
 
Respecto de la postura del gobernador Gustavo Bordet, en una entrevista con el programa Cuestión de fondo (Canal 9 Litoral), advirtió que "se pueden comprender algunas cosas", pero cuestionó que "se ha entregado capital simbólico" y marcó "errores notables".
 
El dirigente instó a "tensar la cuerda y a marcar la responsabilidad" del presidente Mauricio Macri en el ajuste contenido en el Presupuesto 2019. "Con tipos mafiosos como los del gobierno nacional no se puede arreglar", sostuvo Massarotti y llamó a "confrontar y marcar distancia".
 
El histórico líder de ATE se refirió al conductor de UPCN José Allende y se mostró "molesto y enojado" porque ha contado con "demasiada protección". Luego, calificó de "inaceptable" el hecho de "representar a los trabajadores y vivir como un oligarca".
 
Acerca de la actual conducción del gremio que le tocó liderar, reconoció que tiene poco diálogo y se mostró "preocupado" por "un nivel de desmovilización que no es el mejor".

 
-¿Cómo analiza la realidad de la provincia?
 
-La realidad de la provincia está necesariamente enmarcada en un contexto nacional absolutamente crítico, en el que se juntan dos tipos de crisis, como fue en el '89 con la hiperinflación y en la crisis de 2001. Se están juntando muchas cosas así que veo muy difícil la situación, especialmente para las provincias por el traslado del ajuste que está haciendo la Nación que ha venido no por goteo, sino sucesivamente. La Nación actúa muy perversamente porque hace una devolución de aquel famoso 15 por ciento de la coparticipación, lo cual es un camino correcto y significa más recursos para la provincia, pero al mismo tiempo se trasfieren programas que se van dejando caer y hay permanentemente situaciones en las que la provincia se tiene que ir haciendo cargo. Y después lo que se llamó el Consenso Fiscal con una situación en la que las provincias van a ir perdiendo recursos frente a una necesidad creciente de afrontar gastos que son inflexibles. No se pueden bajar salarios o atención sanitaria. Es muy difícil retocar algo. Es una situación absolutamente crítica porque hay cosas que no necesito explicar, como los tarifazos y demás cuestiones que se viven cotidianamente, y en las provincias va a ser así. Si a mí me tocara estar en este momento con alguna responsabilidad dirigencial, diría que programemos una marcha federal para mostrar que las provincias no nos resignamos al ajuste y marcamos adónde está el nudo de la cuestión.
 
-¿Qué no le gusta de la administración de Bordet?
 
-Lo he manifestado en más de una oportunidad. A veces se dan situaciones que son muy paradojales. Cuando hay un nuevo gobierno se da una situación de buena imagen que obliga a quienes les corresponde dirigir destinos de provincias a negociar mucho porque nuestro país está estructurado nacionalmente, de forma más unitaria. En ese sentido, uno puede llegar a comprender algunas cosas, pero creo que obró una situación paradojal donde creo que Bordet ha entregado algo que yo he definido alguna vez y que ratifico, que es el capital simbólico. No comparto cuando algunos hacen algunas sinonimias en forma demasiado liviana. Vi algún cartel que dice Bordet igual a Macri, lo cual es una paparruchada, por no decir una mala palabra. En política nadie es igual a nadie. Y efectivamente Bordet ha tenido una actitud de no producir despidos. El solo hecho de hacerse cargo de programas nacionales que tienen que ver con la atención en lo social y la salud indican una diferencia. Pero creo que hay errores notables como aquel día en que había una marcha del movimiento obrero y Macri en Concordia le cantó el cumpleaños feliz. Fue realmente lamentable. Tiene que ver un poco con ese tipo de cuestiones. Ahora en este momento en la discusión por el presupuesto nacional las provincias están en un absoluto callejón sin salida. Escuché voces que dicen que, si no se trata este tema, queda subsistente el anterior y se reconduce. Y en ese sentido hay un razonamiento que se está usando de parte del gobierno de la provincia de que es mejor que uno ponga algunas modificaciones antes que dejar al arbitrio de lo que quiere hacer el gobierno nacional. Ahí también aparece una cuestión paradojal porque de una manera u otra esto va a terminar mal, ya que el esquema del presupuesto nacional no solo es de ajuste, sino de extracción de recursos para afrontar una deuda que ha generado este gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Entonces las provincias están en esta situación. Si a mí me tocara, plantearía que por ahí hay que tensar la cuerda y lograr conseguir la mayor cantidad de cosas posibles para que no nos vaya tan mal, pero marcar la responsabilidad de Macri y del gobierno de Cambiemos en cuanto a lo que es el ajuste, que en ningún artículo está presente. Dejar exclusivamente la responsabilidad en quienes la tienen, que son el gobierno nacional y sus colaboradores. El problema es no entender que con tipos mafiosos como los del gobierno nacional no se puede arreglar. Hay que confrontar. Esto lo digo con absoluta certeza. Hay que marcar distancia.
 
-Cómo hicieron Lisfchitz o Schiaretti.
 
-O Verna, con más fuerza, como para tomar algunos nombres. O lo de Rodríguez Saa, aunque hay que hacer la distinción de que tanto Verna como Rodríguez Saa tienen provincias con números diferentes. Sin embargo, todas las provincias podrían unificar muchas de sus cosas y discutir mucho más. Creo que no únicamente es el posibilismo, sino que hay que hacer lo que se debe porque el callejón sin salida lleva a que, aun acordando algunas cosas, se va a terminar mal. Y si no se acuerda también. ¿Cuál es el camino? Hacer lo que se debe.
 
-Usted fue un hombre muy crítico con la conducción de UPCN. ¿Qué le ha pasado en estos tiempos cuando nota que ese hombre que usted criticaba antes, que se llama José Ángel Allende y es diputado, sigue en el cargo, con causas judiciales que continúan su curso, y sigue haciendo las mismas cosas que se le objetaban?
 
-Voy a hacer una corrección: no es que criticaba y objetaba, sino que critico y objeto.
 
-¿Se sintió defraudado con la justicia o con algunos resortes del poder que le generaron y permitieron mantener ese poder y seguir haciendo las mismas cosas?
 
-No usaría la palabra defraudado, sino molesto, enojado. Defraudado no porque lamentablemente reconozco en la política muchos de estos vicios. Por diversas razones se van encaramando muchos personajes de estos que me parece que les hacen mucho mal a todos. Prefiero no decir defraudado, pero sí bastante molesto porque hay momentos en los que no se puede hablar de la boca para afuera respecto de algunos hechos, sino que concretamente hay que tomar algunas medidas. Y ahí ha habido demasiada protección, por así decirlo.
 
-¿Qué pasa con el afiliado a UPCN? ¿Por qué sostiene a alguien con estas características?
 
-Es un tema complejo que requiere una mirada sociológica y psicológica. En la medida en que ATE se retrae es donde avanza UPCN porque el trabajador lo que busca es ver cómo se beneficia un poco más. Al otro que lo hace de una manera no igualitaria y no respetuosa del conjunto, sino de manera más prebendista, el afiliado común lo ve como con llegada a tal funcionario y posibilidad dar tal cosa. Me parece que tiene mucho que ver con eso. Quizás sean características de nuestra sociedad, donde hay una mirada no diría tolerante respecto de estas cosas, pero en donde se instaura un sistema que es perverso, porque lo que te pueden arreglar en un momento, termina viniéndose en contra en general. Esto ocurre en todos los órdenes de la política. No solamente en este terreno.
 
-¿Cuántas veces tuvo un cara a cara duro con Allende? Me imagino que se habrá dado en mesas de negociación salarial, etc.
 
-En varias oportunidades. Expresábamos conceptos diferentes de la actividad sindical, de la representación de los trabajadores y de la visión del mundo. Hay cosas que en mi mente resultan inaceptables, como una representación de los trabajadores viviendo como un oligarca. No es lo lógico.
 
-¿Habla con los actuales conductores de ATE?
 
-Poco. Soy muy orgánico así que cada marcha que decide el gremio estoy presente. También tiene que ver con características propias. A mí en una etapa me tocó vivir eso. Concluida esa etapa, me parece que debo ser muy respetuoso de esas instancias. Que discutan con los compañeros trabajadores. Sí veo cuestiones como que hubo toda una impronta cuando nos tocó a los de nuestra lista conducir el sindicato de articular mucho con diferentes sectores y eso no es sencillo. Logramos tener un cuerpo de delegados muy fortalecido y con el transcurso del tiempo eso se fue perdiendo. Me preocupa bastante.
 
-¿Nota que hubo un proceso de cierta desmovilización? Fundamentalmente en las dos gestiones de Urribarri.
 
-Hubo mucho de eso, efectivamente. Más allá de las afinidades políticas que uno pueda tener, quien representa a los trabajadores, representa a los trabajadores. A mí me tocó siendo peronista confrontar con gobiernos peronistas.
 
-Usted tenía mucho diálogo con Busti, pero no dejó de hacer cuánta movilización exigían las bases o interceptar y parar negociados. La dirigencia gremial parece que no se involucró en eso. Me refiero a hechos de corrupción que ustedes denunciaban y se plantaban y decían que eso no podía pasar y en los últimos años pasaron.
 
-Así es. Y creo que eso motivó algún nivel de desmovilización que no es lo mejor. Tiene que ver con la perspectiva en la que uno piensa que tiene que tener el movimiento obrero. Por mi propia filiación peronista, la concepción del movimiento obrero como columna vertebral del conjunto del movimiento, tiene que tener esas actitudes porque expresa un poder concreto: el de los trabajadores.
 
Fuente: Análisis Digital
 

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