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Groucho Marx dijo: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". En ese punto, Javier Milei es marxista.
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Entre Ríos - 17-07-2018 / 00:07
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Macri presiona descaradamente a las provincias para que apliquen el brutal ajuste del FMI

Macri presiona descaradamente a las provincias para que apliquen el brutal ajuste del FMI
Hablar de una ruptura de Bordet con Macri no sólo parece algo improbable sino que podría terminar perjudicando a ambas partes por la inevitable imagen de crisis política que se crearía, pero no queda ninguna duda de que los planteos hechos públicos en los últimos días no hablan de una relación óptima. En el caso provincial, al que más le conviene la saludable distancia es al gobernador.
Frente al futuro oscuro que impone el acuerdo de Mauricio Macri con el FMI, los gobernadores del PJ advirtieron, con tonadas y énfasis diversos, que no se someterán dócilmente a los recortes resueltos en la Casa Rosada. Ni de peronismo hablamos: apenas es defensa propia.
 
Aunque, lo real es que la oposición hoy está entre la espada y la pared, ya que si se opone y no aprueba el proyecto 2019, el gobierno de Macri amenaza seguir con el presupuesto 2018, que perjudicará notablemente a las provincias. Por ello, un grupo de gobernadores justicialistas está preparando una propuesta alternativa.
 
En el interior del país, a Horacio Rodríguez Larreta lo llaman irónicamente "el príncipe de Dubai". Grafican de ese modo la riqueza presupuestaria de la ciudad de Buenos Aires en comparación con las provincias argentinas. Con esa mezcla de humor e intencionalidad política, argumentan que la Capital Federal debe absorber una parte significativa del ajuste que pretende el Gobierno de los CEOs.
 
La mira de los gobernadores y legisladores del interior está enfocada de ese modo no sólo por la histórica demanda federal frente al centralismo porteño, sino también porque la Capital es el distrito de origen del macrismo, su base política. De ahí que se considere que si Macri reclama un fuerte recorte de gastos, entonces el achique "debe empezar por casa".  Y la casa del PRO es Buenos Aires.
 
En números, la pretensión de los gobernadores del interior -un bloque más o menos homogéneo con el que negocia la Casa Rosada- es que la Capital y la provincia de Buenos Aires se hagan cargo de al menos $80.000 millones de los $150.000 millones de ajuste que reclama Macri a las provincias. Una suma idéntica correría por cuenta de la Nación.
 
Vidal y Larreta se enfrentan, en este marco, a una fuerte presión política para que la Nación les traspase las empresas de distribución eléctrica Edenor y Edesur, y la de aguas Aysa. Además están los $70.000 millones que el año pasado destinó el Estado nacional a subsidios al transporte público -colectivos, trenes-, $ 66.000 millones se aplicaron al área metropolitana de Buenos Aires. La consecuencia es notoria: las tarifas son más caras en el interior del país.
 
Por otra parte, la idea de Macri es que las provincias utilicen créditos de organismos internacionales, como el BID o el Banco Mundial, para hacer las obras que no financiará más el Gobierno Nacional. Para cortar cintas durante el año electoral habrá que endeudarse. La cuestión es que el aval debe darlo la Nación. Además, se les pedirá a los gobernadores que financien temas que hoy se ejecutan con fondos nacionales, como el pago del Incentivo docente y programas de salud.
 
En resumen, ¿qué implicaría para las provincias acompañar el ajuste del FMI? En principio, recortar el gasto salarial y de bienes y servicios hasta el 1,2% del PBI. Y adaptarse a un tope de aumento de sólo el 8% para los empleados públicos en 2019.
 
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 Macri presiona descaradamente a las provincias para que apliquen el brutal ajuste del FMI

En el mundo hay algo más de 200 estados soberanos. Son contados los que tienen un sistema federal: menos del 10%. Tal vez por eso, el FMI desconoce la constitución federal argentina, por ignorancia o por limitaciones ideológicas. Pero las imposiciones severas que compromete el gobierno nacional de Mauricio Macri, en nombre de las provincias, no resisten el control de constitucionalidad.
 
Macri no tiene un proyecto de país que permita pensar en el futuro. Tiene deseos e ilusiones: que los empresarios inviertan, que sea posible cumplir el plan de ajuste sin alarmantes costos sociales. Ahora, el país pasó a estar controlado por el FMI, que le está dando forma a un programa para los años que vienen. Y que los gurkas como Nicolás Dujovne acatan y ejecutan. O intentan hacerlo...
 
Así, es comprensible el enojo y la bronca que se está instalando entre los ciudadanos del interior del país cuando escuchan a los porteños del PRO decir barbaridades sobre el traslado de las exigencias del FMI a las provincias. Pero la mayoría de las veces son comentarios más ligados a la ignorancia que a la malicia electoral para perjudicar a los gobiernos provinciales del PJ.
 
Los opositores al gobierno nacional suelen recriminarles a los funcionarios macristas, y al propio Macri, el poco apego a la historia nacional que manifiestan, a las fechas patrias, a que no conocen las economías regionales de las provincias, y que no tienen un proyecto de país porque se la pasan mirando a los EE.UU. o a Gran Bretaña. Algunos perversos aprovechan esta situación para tildarlos de "cipayos", "vende patrias", o "pro yanquis", entre otros piropos.
 
Según los funcionarios macristas, las restricciones espeluznantes del FMI deberían ser soportadas "solidariamente" por las provincias, como aconteciera en los años 90 del menemismo. Más funciones públicas para los territorios, aliviando a la Nación de deberes y de "costos", para que puedan pagar la exorbitante deuda externa que están contrayendo.
 
Pero, el macrismo carece de autoridad moral para exigir semejantes ajuste a las provincias. Acrecentó la planta estatal "por arriba" desde su llegada. Sembró funcionarios "sueltos" con rango de Secretarios de Estado, de Subsecretarios los más necesitados. Prodigaron cargos altos sin equipos que dirigir. Una pléyade de ex Ceos, profesores de yoga o autoayuda, punteros "recuperados" del PJ o la UCR cobran salarios altos sin tener nada que hacer ni estructura que conducir.
 
Ni que hablar de la baja eficiencia y eficacia de estos CEOs del Gobierno, que consolidan una debacle en la que se duplicó la deuda externa, sin haber ordenado ninguna variable macroeconómica y al mismo tiempo derrumbó el poder adquisitivo de la población en al menos un 30 por ciento. Cuesta encontrar alguna virtud en ese panorama.
 
Cambiemos es cada vez más Pro que una alianza. La Unión Cívica Radical lo critica desde Alfredo Cornejo hasta el más moderado gobernador Gerardo Morales. La Coalición Cívica, es decir Elisa Carrió, intenta "ayudar" al Presidente peleándose con el Radicalismo. ¿Estarán todos locos?
 
El peronismo mira estos problemas de la alianza Cambiemos como esos leones hambrientos que esperan que su presa dé un paso en falso. En sus glándulas salivales siente que el poder puede estar cerca. Sólo deben evitar equivocarse. Pero, aun conociendo las debilidades de Cambiemos, el peronismo no va a encender la mecha para que todo se incendie porque él mismo saldría chamuscado.
 
Por eso, la peor amenaza que tiene el gobierno de Macri hoy es la unidad del peronismo. La simple lectura de los resultados de 2015 y 2017, donde uno sume los porcentajes que tuvieron a lo largo del país los distintos peronismos, se puede dar una idea de la importancia de la unidad de la oposición. Desde su paso por Boca, Macri ya reconoce cuando se le viene encima La Doce.
 
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Problemas y replanteos en la Provincia de Entre Ríos
 
En la Casa Gris, pero en voz baja, le imputan al núcleo duro del macrismo "no tener calle" y a Macri que le quedó grande el Gobierno. De ahí, los errores cometidos en la implementación de la política tarifaria y las turbulencias económicas.
 
Por su parte, el Gustavo Bordet mostró códigos de "barrio": entendió que es contraproducente pegarle al que está en el piso. Un gesto para mantener la relación y no sufrir con el envío de fondos nacionales. De esa manera, el gobernador sigue sumando votos no peronistas y toma distancia de la "grieta" de la política.
 
Luego de casi dos meses de crisis galopante y con un futuro económico para nada halagüeño, las luces de alerta se encienden con mayor reiteración en la Casa Gris y el humor pasa a depender de los vaivenes de las exigencias que el FMI hace oír cada vez con más fuerza. El debate del presupuesto para el año próximo y su aprobación serán cruciales.
 
Sin embargo, el Gobernador marcó distancia e hizo públicas las dudas que a él y a la dirigencia entrerriana del PJ en general le genera el rumbo económico neoliberal. Y el impacto social ante un cuadro económico con "pronóstico reservado" mantiene intranquilo al mandatario provincial respecto de garantizar los recursos destinados al gasto social, básicamente en los grandes centros urbanos.
 
Bordet apuntó al sostén a las pymes ante el difícil momento actual, como también a la obra pública, la que corre serio riesgo el año próximo, según los pronósticos que derivan de las exigencias del FMI. Y manifestó sus reparos sobre la implementación del ajuste previsto en medio del contexto recesivo instalado.
 
Todas las dificultades que genera la crisis económica obligan a realizar replanteos de cara al año electoral cada vez más próximo. ¿Cuál es la estrategia que Bordet tiene hoy para no constituirse en un gobernador del ajuste? La respuesta no está clara. Pero, si los pactos Nación-provincias, siguen siendo tan flexibles como lo fueron siempre, los tornará de difícil cumplimiento.
 
Por otra parte, el gobierno nacional está debilitado y se mantiene su caída en la consideración de la ciudadanía. Una encuesta de la consultora Synopis reflejó que la imagen del Gobierno de Macri sigue baja (28,8% positiva, 48,5% negativa) y que la mayoría de los argentinos dejó de tener expectativas en el rumbo económico. En castellano: no le alcanza a Macri para evitar un balotaje y posiblemente tampoco para ganarlo.
 
El mal humor colectivo obligó a Cambiemos a suspender los timbreos y el Presidente apela a las video-llamadas para mantener el "contacto directo" con los ciudadanos, pero no se expone a espacios abiertos por temor a las protestas. Que pueda el oficialismo nacional remontar su imagen antes de la finalización del año será el gran desafío, una misión que nadie  se atreve a asegurar en estos días.
 
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¿Bordet romperá con Macri?
 
Hablar de una ruptura de Bordet con Macri no sólo parece algo improbable sino que podría terminar perjudicando a ambas partes por la inevitable imagen de crisis política que se crearía, pero no queda ninguna duda de que los planteos hechos públicos en los últimos días no hablan de una relación óptima. En el caso provincial, al que más le conviene la saludable distancia es al gobernador.
 
El peronismo palpita la posibilidad, hasta no hace mucho impensada, de salir a competir con grandes posibilidades por la conducción política del país, para lo cual será fundamental evitar que el macrismo se imponga en primera vuelta y haga falta un balotaje para definir el nuevo presidente. Los peronistas saben que sólo la unidad de todas las vertientes les asegurará competir con reales posibilidades de triunfo.
 
El desdoblamiento electoral es una posibilidad cada vez más contemplada por todos, incluyendo a dirigentes de Cambiemos, como Atilio Benedetti. El ex gobernador Sergio Urribarri parece quedar cada vez más solo en la jugada de presionar a Bordet para negociar cargos y candidaturas a cambio de votar la reforma electoral que posibilite el adelantamiento.
 
Tiraron al ruedo un proyecto de reforma electoral propia, pero hasta los propios urribarristas ya ven con temor que el Gobernador junte votos de propios y extraños y apruebe la reforma sin ellos. Y en el ámbito provincial la reelección de Bordet marcha a paso firme.

 
El ex gobernador y líder del Frente Entrerriano Federal (FEF), Jorge Busti, minimizó una posible escisión de peronistas ultra K y de algunos sectores de izquierda al afirmar: "tenemos encuestas presenciales que nos dan que aun en el caso que se formara un partido aparte del peronismo, el gobernador ganaría cómodamente las elecciones". 

Ese efecto, y las complicaciones del gobierno de Macri, podrían llevar a Benedetti y los suyos a pensar en despegarse del calendario nacional. Otro que olfateó el malhumor social con la Nación y busca tomar distancia. Un poco tarde.
 
La debacle económica y social del neoliberalismo macrista insinúa llevarse puestas todas las esperanzas electorales de Cambiemos, incluso en Entre Ríos, a pesar que en octubre de 2017 ya imaginaban un gobernador no peronista como una fatalidad inexorable.
 
De todos modos, no habría ningún apuro al respecto todavía y se especula en el oficialismo provincial que lo del calendario de elecciones podría tener resolución poco antes de que finalice 2018.
 
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Estrategias de diferenciación
 
En medio de los obstáculos que propone una crisis económica que metió al Gobierno nacional en una encrucijada política, distintos dirigentes del PJ interpretan, a su modo, una virtual estrategia de diferenciación de cara a las elecciones.
 
En la Provincia, tenemos un gobernador que parece ser amante de los desafíos y la política forma parte de sus pasiones. Sortear las dificultades del contexto nacional para encarar un proceso electoral exitoso en Entre Ríos el año próximo es su gran apuesta. Llegan los meses en los que las encuestas comienzan a ser un gran aporte a las estrategias electorales.
 
El consultor político Carlos Elgart sostuvo que: "en las provincia se puede decir que las cosas están un poco más certeras en materia electoral porque la imagen de Bordet está sólida y por ahora no hay un liderazgo opositor que pueda poner en riesgo su proyección electoral hacia el año que viene". Afirmó además que Sergio Urribarri dejaron "de medirlo" porque su imagen es cada vez "más negativa". Con la radiografía que exhiben las consultoras, los líderes políticos toman decisiones.
 
Próximamente, la cuestión preelectoral comenzará a empalmar hacia el 2019. Serán tiempos dificilísimos para hacer campaña política, en momentos de espiral inflacionaria, caída del consumo y fuerte recesión. Tendrán que ser muy ingeniosos los políticos para motivar a una sociedad, hoy dañada por el pesimismo y la malaria.
 
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