Nacionales - 23-06-2018 / 10:06
Un obispo muy cercano al Papa apoyó el paro de la CGT y criticó duro al gobierno de Macri
Con un guiño al paro que la CGT realizará pasado mañana, la Iglesia trazó ayer una cruda y preocupante descripción de la realidad nacional, y marcó el desempleo y el crecimiento de la pobreza como principales urgencias. El presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Lugones, al abrir en esta ciudad la Semana Social, advirtió sobre miles de despidos y suspensiones, empresas y comercios que cierran, parques industriales inactivos o que no abren y niños no escolarizados que ni siquiera tienen una copa de leche al día.
La desocupación, la pobreza, el trabajo esclavo e infantil, el consumo de drogas, el narcotráfico, el estado de las escuelas, la violencia cotidiana que mata a los ciudadanos decentes y la desigualdad en las paritarias frente a una inflación que ataca los bolsillos de los argentinos. "Todos esos temas se están tapando", advirtió ayer la Iglesia, en la voz del presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones.
Puso un ejemplo directo: "No puede ser que a algunos trabajadores se les dé un 25% de aumento y a los docentes un 15% en tres cuotas", en clara alusión al acuerdo alcanzado por Camioneros frente a la flaca oferta que le hacen a los docentes, o a los médicos, o a aquellos sindicatos con los que cierra paritarias en el 12%.
Y es que, mientras se imponen otros temas, menos urgentes, o se cubre la agenda con lo que sucede en el Mundial de Rusia hay cuestiones de las que no se habla. La devaluación, en tanto, sigue su curso, y la inflación proyecta para este año una suba del 32%, muy lejos incluso del techo salarial del 20% que el Gobierno, a regañadientes, estaría dispuesto a ofrecer.
Basta un dato para comprender que la brecha entre salarios que suben por escalera e inflación que va por ascensor se ensancha mes a mes: la canasta básica medida por el Indec se ubicó en mayo en casi $19.000, sin reparar en el impacto de la devaluación de las últimas jornadas.
Ni en puntas de pie llegan a ella los jubilados, con haberes mínimos que recién este mes superan apenas los $8.000; ni un policía, que vela por la seguridad de todos en esta Argentina violenta y puede cobrar $17.000; ni un trabajador estatal que con el ajuste reinante con suerte conserva el trabajo y se resigna a percibir $12.000; ni un empleado de comercio, cuyo salario oscila entre los $15.000 y $20.000.
Hay una paradoja en este país de economía hundida y desigualdad creciente: la crisis iguala en su malestar a los sectores medios; castiga a los vulnerables de siempre y equipara en sus ganancias a funcionarios, amigos del poder y sectores especuladores beneficiados con la corrida cambiaria que hizo saltar el dólar por las nubes y nos llevó a tocar las puertas del funesto FMI.
Para los trabajadores y el pueblo en general el escenario es crítico: con la depreciación del peso, solo en lo que va del año la pérdida del poder adquisitivo está en el orden del 50%. Tal depresión en la capacidad de compra repercute directamente en el mercado interno, ya asediado por tarifazos, presiones impositivas y tasas de financiamiento imposibles.
El gobierno de Mauricio Macri reconoce la inflación y se propuso nuevos objetivos para bajarla. ¿Subiendo salarios? ¿Aplicando un plan económico de crecimiento? De ningún modo. Será a la manera del FMI: frenando más el empleo y los salarios. La ecuación es tan perniciosa como simple: sin dinero ni consumo la economía se enfría y la inflación baja. El neoliberalismo nos dejó sus recetas. El Gobierno de los Ricos, para mal de muchos y ganancia de muy pocos, vuelve a aplicarlas.
La Opinión Popular
EL PRESIDENTE DE LA PASTORAL SOCIAL DIJO QUE "LA HUELGA ES UNA HERRAMIENTA" QUE PROPONE LA IGLESIA CONTRA LAS "INJUSTICIAS SOCIALES"
Monseñor Jorge Lugones, el obispo más cercano al Papa Francisco, cuestionó al Gobierno y avaló el paro general del lunes
En la previa de la nueva edición de Semana Social, el presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Lugones, apuntó directamente con el Gobierno y se metió en la discusión por las paritarias y el paro general.
"No puede ser que a algunos trabajadores se les dé un 25 % de aumento y a los docentes un 15% en tres cuotas", señaló en una comparación entre el acuerdo que cerró Camioneros y la oferta de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal a los maestros.
En esa línea, el religioso le hizo un guiño al paro general convocado por la CGT para el lunes al mencionar que el derecho a "la huelga" es "una herramienta que propone la doctrina social de la iglesia cuando se dan situaciones de injusticias sociales" y afirmó que "también hay injusticias dentro de los aumentos".
Lugones es el obispo de confianza del Papa Francisco y además, tío del ex intendente kirchnerista de La Plata, Pablo Bruera, y de Mariano Bruera, actualmente detenido por estar acusado de liderar una banda de ex funcionarios de la Municipalidad, que durante la gestión de su hermano, se dedicaba a coimear a los beneficiaron del plan Procrear.
El obispo habló y se mostró cercano al paro de la CGT del próximo lunes al encabezar el lanzamiento de la iniciativa "Democracia: un camino de servicio a los pobres" y que, este año, estará ligada a los 35 años que se cumplen de la última dictadura militar. Por eso, Lugones hizo hincapié en el diálogo.
"La Pastoral se da en un momento importante para poder lograr que el dialogo sea efectivo, porque muchas veces el dialogo parece unipersonal, porque hablamos y en el dialogo realmente hay dos partes y no solo tenemos que oír sino también escuchar", expresó en una conferencia de prensa que brindó en el obispado de Mar del Plata, junto al obispo de esta ciudad, Gabriel Mestre.
La apertura de este evento será este viernes, a las 16.30 con la participación de la gobernadora de Buenos Aires Maria Eugenia Vidal, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, que recientemente fueron recibidas en una audiencia privada por el papa Francisco, en el Vaticano. También estarán presentes el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro Oscar Ojea; uno de los triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid, y el intendente de Mar del Plata Carlos Arroyo.
Según Lugones, el objetivo es lograr que los temas importantes estén en la "agenda pública", entre los que mencionó "los temas sociales, el trabajo esclavo, el trabajo infantil, los desocupados, las escuelas públicas deterioradas, el promedio deficiente de clases en la provincia de Buenos Aires, el narcotráfico y el consumo de sustancias, además de los problemas alimentarios".
"Estamos en una emergencia, queremos que salga una Ley de emergencia alimentaria, porque estamos en una situación de precariedad grave", dijo Lugones en la conferencia de prensa previa al inicio de la Semana Social y antes del paro que lanzó la CGT contra el Gobierno de Mauricio Macri.
Fuentes: Clarín y Diario Hoy