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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Entre Ríos - 13-03-2018 / 19:03
PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

El PRO va por todo el poder en Entre Ríos

El PRO va por todo el poder en Entre Ríos
La especulación macrista es copar intendencias y provincias con hegemonía peronista. En Entre Ríos, donde el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, tiene preeminencia, suena una terna de potenciales postulantes: el ministro de Agroindustria, Miguel Etchevehere; el diputado nacional Atilio Benedetti, y el intendente de Basavilbaso y presidente del PRO, Gustavo Hein. Falta el espaldarazo presidencial, que seguramente apuntará a un dirigente del PRO "paladar amarillo" como el ministro Rogelio Frigerio o Alfredo De Angeli. Y la UCR deberá disponerse a acompañar, desde puestos de segunda línea, ya que el PRO se alió con los radicales para tomar prestada su estructura política y no para cogobernar con ellos.
La "jugada maestra" del macrismo, para un resultado electoral favorable, se cimenta en la división que tiene hoy el peronismo y la "seguridad" de que las diversas corrientes justicialistas, no se unirán para ir en una lista única en 2019. La especulación macrista es copar intendencias y provincias con hegemonía peronista.

En Entre Ríos, donde el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, tiene preeminencia, suena una terna de potenciales postulantes: el ministro de Agroindustria, Miguel Etchevehere; el diputado nacional Atilio Benedetti, y el intendente de Basavilbaso y presidente del PRO, Gustavo Hein.
 
Falta el espaldarazo presidencial, que seguramente apuntará a un dirigente del PRO "paladar amarillo" como el ministro Rogelio Frigerio o Alfredo De Angeli. Y la UCR deberá disponerse a acompañar, desde puestos de segunda línea, ya que el PRO se alió con los radicales para tomar prestada su estructura política y no para cogobernar con ellos.
 
Pero, si el PRO y Cambiemos pueden entusiasmarse con la reelección de Macri 2019, es porque la principal oposición, el peronismo, todavía no encontró un candidato que pueda ganar las próximas elecciones. Con un peronismo atomizado y sin líderes, el optimismo gana la escena en los despachos de la Casa Rosada. Quieren pintar el mapa nacional de amarillo.
 
Por el lado del peronismo entrerriano, se necesita un Gobernador que no priorice sus relaciones con Buenos Aires y los intereses de un gobierno centralista, en desmedro de los intereses de la provincia. Es decir, en desmedro de todos los entrerrianos. Bordet debe plantarse de igual a igual (o lo más que se pueda) con el presidente de la Nación.
 
Y criticarlo todas las veces que sea necesario, cuidando de conservar la relación pero sin que lo consideren un subordinado, porque los poderosos no respetan a los subordinados (si no pregúntenle a Parrili). También para calmar a los peronistas que no se sienten para nada identificados con este gobierno nacional, o a los independientes que no les gusta la relación con el PRO.
  
Recuerden que Urribarri se suicidó, dejando quebradas las finanzas públicas provinciales, por no haberse plantado firmemente ante Cristina. Quiso ser su mejor alumno, su gobernador más leal, y así le fue. Por querer ser el mejor alumno terminó siendo el más bochado. Luego de 8 años de obsecuencia, cuando se fue de la gobernación ni de su casa puede salir y dejó la provincia con un déficit público gigantesco.
 
En fin, la suerte del peronismo entrerriano está ligada a los resultados económicos de la administración nacional macrista. Cuando Macri dice la economía es de crecimiento invisible ¿qué quiere decir? ¿Qué solo él la ve? Los millones de asalariados que no llegan a cubrir la canasta básica saben que el jefe de Estado falta a la verdad. Esa es la oportunidad que tiene el peronismo. Por ahora lo único que se puede afirmar es que el malestar social crece y que el 2019 está muy lejos.
 
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"Se puede mentir a pocos mucho tiempo, se puede mentir a muchos poco tiempo, pero no se puede mentir a todos todo el tiempo". Abraham Lincoln
 
Macri ya planea su reelección
 
Los principales dirigentes del PRO se reunieron y coincidieron en señalar que trabajan para que el presidente Mauricio Macri logre la reelección en los comicios de 2019, durante la asamblea nacional del espacio político conservador, que se realizó en Parque Norte. Fue un encuentro donde todos los macristas se vieron altos, rubios y de ojos celestes, y donde además se discutieron estrategias para sostener la gestión de los CEOs.
 
Pero, no hay posibilidad de reelección para un Presidente que no recupere popularidad. Si bien la mesa nacional del PRO reivindicó su afán reeleccionista 2019 de Macri, para llevar el tema a sus socios radicales de Cambiemos, deberá acompañarlo con una recuperación de Macri en la consideración de la opinión pública, luego de sucesivos descensos en las encuestas. Y debe conseguirlo antes que termine el Mundial de Fútbol.
 
Instalar el tema de la reelección no es lo mismo que ganarla. No basta con una meseta en la tendencia de imagen, debe recuperar lo perdido. Luego, necesitan que el peronismo siga desunido. Mantener la división, es el objetivo mediático de Presidencia de la Nación, tales como las 'filtraciones' de escuchas telefónicas de Cristina que difunde Luis Majul por América 2.
 
 El PRO va por todo el poder en Entre Ríos

Despilfarraron el triunfo
 
Pasaron cinco meses del triunfo nacional de la alianza Cambiemos en las elecciones legislativas. Propios y ajenos vieron en ese aluvión de votos un camino llano para la reelección de Macri en 2019. Poco tiempo después despilfarraron ese triunfo.
 
En diciembre, con dos masivas movilizaciones exigiendo que no se apruebe la reforma previsional, que saquea a los jubilados, ratificada en medio de una brutal represión, dejaron al descubierto, para las capas medias, el carácter oligárquico y antipopular del gobierno de Cambiemos, creando un clima de decepción en muchos de sus votantes.
 
Esto le costó al presidente la pérdida de imagen positiva que había logrado obtener. También los tarifazos, los despidos y la inflación, entre otras medidas de ajuste, contribuyen al malestar social contra el Gobierno. Para altos exponentes del área política oficialista, son los peores meses desde el comienzo de la gestión.
 
 
Tapar los problemas
 
Para tapar estos problemas, y sacar al gobierno del remolino social y económico que parece inmovilizarlo, lanzaron cortinas de humo como réplica a la caída en las encuestas. Macri abrió las puertas al debate por la ley de aborto seguro, legal y gratuito y agregó de su propia cosecha el proyecto de igualdad salarial y laboral para las mujeres, para cumplir lo que ya está en la Constitución Nacional con su artículo 14 bis.
 
Además, la cumbre nacional del PRO decidió lanzar la campaña para las elecciones del año que viene. Mientras que sectores de Cambiemos impulsaban la candidatura de María Eugenia Vidal, otros, los más fanáticos, consideran que Macri tiene todavía chances para aspirar a la reelección.
 
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, defendió el rumbo económico y señaló que están "entusiasmados con los números de la economía. Los indicadores muestran crecimiento. Hay brecha con economía personal, pero estamos en el camino correcto". Los macristas sostienen que Argentina experimenta un crecimiento silencioso e invisible. Típica reacción de quien confunde lo que pasa con lo que quiere que pase.
 
Pero, hasta que baje la inflación, si es que baja, el Gobierno debió encontrar un enemigo y culparlo por la suba de precios. ¿La solución? El choque contra los empresarios de la Unión Industrial Argentina. En las últimas semanas se agudizaron los cruces del gobierno de Macri con este sector.
 
  
La falacia que "lo peor ya pasó"
 
A su vez, los empresarios le reclaman a Macri frenar importaciones, bajar impuestos, bajar costos laborales, el atraso cambiario, los aumentos de tarifas y otras demandas. En medio de las discusiones, a los empresarios les cayó un baldazo de agua fría.
 
Para que el Gobierno no quedase, ante la opinión pública, persiguiendo sólo a los sindicalistas, la justicia ordenó detener al ex presidente de la UIA, Juan Carlos Lascurain, acusado de irregularidades en la causa del yacimiento de Río Turbio. Más de uno debe haber pensado que fue una venganza del Gobierno con los empresarios.
 
El gradualismo del Gobierno necesita tiempo que es lo que menos abunda en un calendario político de campaña electoral permanente. Y necesita, sobre todo, que la sociedad sienta que la política económica vaya teniendo efectos, lo que no ocurre. Además, la oposición no está dispuesta a darle tiempo, ni a abandonar la crítica a fondo.
 
 
En lugar de solucionar los problemas, buscan "responsables"
 
Mientras tanto florecen las dudas acerca de la marcha de una economía que no termina de crecer. Los altos costos impositivos y regulatorios y un tipo de cambio atrasado no permite exportar y las empresas no ven capacidad de respuesta en un mercado interno deprimido.
 
¿Se pudo haber hecho otra cosa? Por supuesto que sí.
 
Hay un dato que la Casa Rosada no puede negar: en un año, se perdieron 65.000 empleos industriales, signo claro del cierre de empresas en todo el país. Y en vez de solucionar los problemas, buscan "responsables" que no sean del Gobierno. No es la hora de buscar "chivos expiatorios", sino de avanzar en un plan de industrialización, que el macrismo no tiene, para revertir las pérdidas de empleo y atraer inversiones en la economía real.
 
 
Se suman más espadas de Damocles
 
Los incrementos de tarifas han sido mayores que la inflación, y ésta que los ajustes de salarios. A los sectores populares no les queda más remedio que ajustarse el cinturón, comprar lo imprescindible y postergar otros gastos. En ese proceso de posponer consumos, comienzan a buscar explicaciones y allí surgen quejas por la gestión económica del Gobierno.
 
En medio de un año complicado para la economía y con escándalos que salpicaron a funcionarios macristas nacionales, Marcos Peña insiste con un crecimiento económico inexistente para intentar ocultar los fracasos permanentes del Gobierno.
 
El jefe de Gabinete no hace más que replicar las falsedades que ya había emitido Macri en la Asamblea Legislativa, cuando sostuvo que la economía estaba creciendo y que los salarios le estaban ganando a la inflación. Un relato cada vez más difícil de digerir, cuando los errores se amontonan y los sucesivos "conflictos de intereses", provocan el descrédito de la supuesta supremacía moral del PRO.
 
Después de 27 meses de mandato, a Cambiemos le cuesta condenar, en bloque, al pasado, donde los errores y las culpas siempre fueron propiedad de los otros. Ahora les llega el turno de justificar los errores para eludir las culpas, aclarar los frecuentes "conflictos de intereses" y contratar un abogado que sepa manejarse en Comodoro Py.
 
 
La irrealidad del PRO
 
Con estos relatos y con una oposición todavía desbandada, la plana mayor del PRO convocó a iniciar la campaña por la reelección del tridente ofensivo del neoliberalismo en el país: Mauricio Macri, Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal.
 
Si esto se diera en un contexto de un país que marcha sobre ruedas, sería normal, pero la realidad es la única verdad. Y la realidad es que, paso a paso, el Gobierno va construyendo un escenario que, por las situaciones fiscales, monetarias y cambiarias, rememora a los de 1989 y de 2001.
 
Lo que más desconcierta del Gobierno, en este escenario económico complicado, es la confianza que tienen de una reelección sin despeinarse del trío Macri - Rodríguez Larreta - Vidal dentro de 18 meses. No tienen en cuenta que hay un electorado independiente desengañado que desde diciembre decidió que no quiere votar a Cambiemos en las próximas elecciones.
 

El PRO va por todo el poder en Entre Ríos

Bordet en su laberinto
 
Con el Partido Justicialista, el gobernador Gustavo Bordet está metido en un laberinto. Están los que desean que regresen Sergio Massa y Florencio Randazzo, al tiempo que quieren fuera a los K. Otros aceptan al kirchnerismo, pero no a Cristina. Otros no quieren a los peronistas "dialoguistas".
 
Y están los que pretenden hacerle un "lifting" a Cristina para que sea más "potable" para los votantes independientes. Todo esto en medio de un reacomodamiento de las piezas del sindicalismo, entre combativos y colaboracionistas. Una confusión importante.
 
Hoy en el peronismo, es más fácil hablar de unidad que encontrar las condiciones para llevarla a cabo. Pero hay un elemento a favor, en menos de un mes, el peronismo, el kirchnerismo y los movimientos sociales han dejado claro que tienen bien aceitadas las estructuras militantes para movilizar contra el gobierno de Macri y forjar actos multitudinarios.
 
 
La difícil tarea de Bordet

 
Los peronistas nunca se imaginaron que la derecha iba a llegar al gobierno nacional por los votos y le cuesta acomodarse a esta realidad. Fogoneado desde el gobierno provincial para construir la candidatura a la reelección de una persona: el Gobernador, el Partido Justicialista de Entre Ríos tiene la difícil tarea de unir y liderar una dirigencia peronista provincial dispersa.
 
Es muy difícil liderar el PJ, porque los peronistas sólo reconocen como Jefe a quien los conduce, pero también a quien los cautive y emocione. Bordet debe acelerar y ponerle más pimienta a su actividad política, que estuvo complicada por las obligaciones de gestión de una provincia financieramente al rojo vivo.
 
El bordetismo parece comenzar a armar su fuerza. Su hombre de confianza en el gabinete, Edgardo Kueider, está realizando un recorrido provincial acomodando los tantos en cada departamento, contando los apoyos que tiene el gobernador en cada pueblo.
 
Pero, todo lo que le falta de un mando nutrido de fondos públicos como tuvo Urribarri, a Bordet le sobra en tesón y buena imagen en la clase media. Cuando Bordet adopta una estrategia política es muy difícil que dé marcha atrás, le vaya bien o le vaya mal.
 
En sus dos primeros años su principal objetivo fue más que claro: poner orden en una provincia que consideraba al filo de la quiebra. Poner orden, para Bordet significa ordenar las cuentas del Estado.
 
Ahora bien, sus rivales internos no piensan pelearlo de frente, porque saben que, hoy por hoy, la única persona que tiene poder político en serio en la provincia es Bordet. Sólo él, ni siquiera el Partido Justicialista. Entonces tratarán de resistirlo de costado. Lo critican citando un apotegma de Perón: "Bordet es bueno, pero si se lo controla es mejor".
 
El ex gobernador Sergio Urribarri también salió a recorrer la provincia, pero parece más una respuesta a las denuncias penales y al avance de sus causas en los tribunales que a una expresión política seria con un proyecto de poder.
 
Desde el bordetismo, un importante referente entiende que "el Pato quiere mostrar algo como para dar una señal que existe, porque las malas noticas de tribunales no paran de llegar. Lo cierto es que la imagen de Urribarri genera mucho rechazo en la sociedad, incluso en la militancia peronista ofendida del maltrato y ninguneo a la que sometió con su dedo, llenando de candidatos fantasmas cuando tenía un poder hegemónico".
 
Desde el lado del peronismo no cristinista, también esperan una mayor dinámica de Bordet en la construcción política provincial. "Es fundamental que Gustavo se ponga al frente del armado y vaya cerrando los departamentos, si adelantamos las elecciones necesitamos estar listos en unos meses para pelear".
 
De lo que tampoco tiene duda un dirigente central de la política provincial es de que "Urribarri no puede estar en la boleta de Bordet, nos tira 10 puntos para atrás", dice.
 
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