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“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
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Nacionales - 15-01-2018 / 08:01

La inflación en la Argentina: un problema sin solución para el macrismo

La inflación en la Argentina: un problema sin solución para el macrismo
“La inflación es la demostración de la incapacidad de gestión porque significa que uno no puede administrarse con los recursos que tiene”, dijo Mauricio Macri el 31 de enero de 2014, al criticar a la gestión anterior por no poder frenar las tensiones de precios. A algo más de dos años de asumir, la administración de Macri acumuló una inflación cercana al 70 por ciento. En 2016 fue del 41 por ciento, la más elevada en 25 años, mientras que este año cerró en 25 por ciento, cuando la meta de inflación objetivo era 17 del por ciento. Subestimar el problema de los precios fue un comportamiento reiterado del actual presidente. “Eliminar la inflación será la cosa más simple que tenga que hacer si soy Presidente”, había dicho en febrero de 2015. Las declaraciones de campaña fueron una cosa y la realidad, tras 24 meses de gestión, otra distinta.
¿Se acuerdan cuando Mauricio Macri dijo que "la inflación demuestra incapacidad para gobernar"? Fue en Bahía Blanca, donde también había asegurado que iba a ser Presidente en 2015. Además aseguró que bajar la inflación "es lo más simple de hacer"; y dijo: "en mi Gobierno no va a haber inflación". Pero, los números contradicen las palabras, siempre. Y no es la primera vez que dice algo que no cumple.
 
Incluso antes de asumir como Presidente, siendo Jefe de Gobierno de la Ciudad, Macri se burlaba de los políticos que no podían controlar la inflación. Sin embargo, las dificultades para encauzar la carestía de precios continúan superando los esfuerzos y los cálculos oficiales.
 
Y si bien este es un flagelo con el que lidian otros países del mundo, con el macrismo en la Argentina, el fenómeno se presenta particularmente estancado y no hay indicios de que lo pueda controlar a corto plazo. Las declaraciones de campaña fueron una cosa y la realidad, tras 24 meses de gestión, otra distinta.
 
Basta con echar un vistazo a los índices inflacionarios anuales de nuestro país y las naciones limítrofes para evidenciar la enorme diferencia. Mientras la Argentina cerró 2017 con una inflación del 24,8%, la segunda más alta de América Latina, Brasil logró obtener la tasa más baja desde 1998, y una reducción a menos de la mitad de la registrada en 2016 (6,29%), según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).
 
Además, en Brasil, la economía más importante de Sudamérica, los precios se situaron por primera vez en 18 años por debajo de la meta fijada por el Gobierno, que era del 4,5% con un margen de tolerancia de un punto y medio porcentual hacia arriba o hacia abajo. La caída de la inflación brasilera en los últimos meses fue acompañada por un fuerte recorte de las tasas de interés, que terminaron 2017 en el 7% anual, su mínimo histórico.
 
Ese no es el único país que viene ganando la batalla contra la inflación. Perú terminó el año pasado con el índice más bajo desde 2009, mientras que Chile logró que su tasa sea la más chica de los últimos cinco años. En el caso de Uruguay, logró contraer la inflación del 8,10% de 2016 a un 6,55%. La tasa de Bolivia cerró por debajo de las proyecciones oficiales, que el Banco Central ya había reducido en septiembre a 4,3%. El único país de la región que no pudo reducir su tasa inflacionaria, además de la Argentina, fue Paraguay, cuyo 4,5% anual se ubicó por encima del 3,9% verificado en 2016.


Para 2018 se espera, con "el mejor equipo en los últimos 50 años", una inflación del 15%. Pero todos estiman que se ubicará encima del 20%. El cierre de las paritarias y los últimos anuncios sobre ajustes de tarifas y combustibles serán elementos claves para la evolución de los precios a lo largo de este año. Lo que empieza mal, termina peor.

La Opinión Popular

 La inflación en la Argentina: un problema sin solución para el macrismo 
"El problema de fondo no está resuelto"
 
Miguel Ángel Boggiano, Economista. Director de Carta Financiera
 
"Es falso que la economía argentina es diferente a la del resto del mundo. Lo que ocurre es, simplemente, que todos los políticos, radicales, peronistas, militares y también en alguna medida Cambiemos, gastan más de lo que recaudan y entonces el Banco Central ha sido, básicamente, la caja de financiación. Es decir, aquello que no consiguen recaudar con impuestos, lo termina financiando el Banco Central, que imprime papel moneda.
 
Este gobierno hizo también un financiamiento a través del Central por medio de lo que se llaman los "adelantos transitorios", también absorbió los pesos excedentes a través de la colocación de Lebac de manera tal que, por un lado, le prestaban al Tesoro y al mismo tiempo salían a sacar esos pesos de circulación a través de estas letras. Pero el problema de fondo no está resuelto, y es que se sigue emitiendo a un ritmo superior al que la gente demanda. Por otro lado, si bien el programa de metas de inflación ha funcionado también en otros países de la región, en la Argentina se ha intentado hacer a una escala mucho más alta que la recomendable.
 
Hay que agregar que en los últimos dos años el Gobierno, además de todo el esfuerzo que ha hecho para combatir la inflación, tuvo que rebalancear las tarifas, lo que incidió fuertemente en el índice inflacionario. El problema es que todo ese ahorro que se hizo en subsidios del Estado se terminó gastando nuevamente a través de diferentes programas sociales con el objetivo de captar votos".
 
 
"La Argentina usa la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal"
 
Daniel Artana, Economista jefe de FIEL. Docente de la UNLP
 
"La diferencia del índice inflacionario respecto a otros países de la región se debe, primero, a que la Argentina usa la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal. Otras naciones no lo hacen ya que, por un lado, tienen menos déficit que nosotros, y en general recurren a la deuda.
 
Cuando el Banco Central le pasa al Tesoro $150.000 millones, en alguna medida lo que está haciendo es financiar con inflación el déficit.
 
La segunda cuestión es que la Argentina tuvo, además, ajustes de precios relativos (básicamente las tarifas) que cada vez que ocurren meten ruido en los índices. Lo demás es anecdótico porque la Argentina es un país de alta inflación y esos otros países son de baja inflación. Nosotros venimos de varios años de in­flación arriba del 20 por ciento, teniendo en cuenta que del gobierno anterior solo hay índices alternativos que permitían mirar que la inflación estaba entre un 20 y un 40 por ciento".
 
 
"Devaluar permanentemente genera una presión inflacionaria constante"
 
Estanislao Malic, Economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz
 
"La Argentina ha tenido procesos devaluatorios más fuertes que los países limítrofes, que usualmente contuvieron la inflación con apreciaciones cambiarias. Además, son muy diferentes las etapas. Durante la etapa del kirchnerismo, en la que hubo inflación, hubo depreciaciones, y la Argentina no tomó endeudamiento externo. Los países limítrofes sí lo hicieron, en algunos casos por parte del Estado y, en otros, por parte de los privados, pero con esos dólares mantuvieron el tipo de cambio a raya. La novedad actual es que la Argentina se está endeudando pero no está estabilizando el tipo de cambio sino que lo está devaluando permanentemente, lo que genera una presión inflacionaria constante, dinamizada además porque aquí hay sindicatos muy fuertes y eso hace que haya puja distributiva. Esto no sucede en Chile, Brasil, Paraguay, Bolivia, donde el gobierno devalúa, eso genera una transferencia muy grande de ingresos hacia los sectores exportadores y pierden los trabajadores. Además, en la Argentina el sector exportador es el sector concentrado y poderoso de la economía, entonces presiona permanentemente para que haya devaluación, algo que, por ejemplo, en Chile no sucede ya que el sector exportador fuerte es el del cobre, que justamente es estatal, y eso genera un círculo vicioso".
 
 
"En nuestro país, el poder de negociación de los trabajadores registrados es mucho mayor"
 
Sergio Chouza, Economista Universidad Nacional de Avellaneda (Undav)
 
"Tenemos una cultura inflacionaria producto de nuestra historia económica, ya que en la Argentina existe un sector altamente competitivo, que es el generador de divisas y, a su vez, el productor de alimentos y sus derivados, y que es la base de la pirámide de la estructura de precios. Esa dependencia de los precios de los productos primarios dentro de nuestra especialización productiva es un diferencial respecto de otros países que se han especializado en productos mas industriales. En la Argentina tenemos un sector agroexportador generador de divisas que, con el correlato de vender sus productos en el exterior, si decide colocarlos localmente a lo sumo quiere hacerlo al valor mínimo al cual lo haría afuera. Diferente es la situación de Chile y Perú, por ejemplo, que se han especializado en productos primarios, como el aluminio y el cobre, pero que no son de la canasta básica. Otro de los factores que nos distinguen respecto de otros países de la región es que aquí los sindicatos son mucho más fuertes, con lo cual el poder de negociación de los trabajadores registrados, en relación de dependencia y agrupados bajo convenio, es mucho mayor. Como consecuencia, se genera una puja salarial en la que sistemáticamente buscan ganar un punto más en la redistribución del ingreso, los empresarios lo trasladan a los precios para poder recuperar y así se va dando un fenómeno de puja".
 
Fuente: diariohoy.net
 

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28-03-2024 / 08:03
Una nueva, polémica, cruel e insensible decisión del gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei que perfecciona el desgobierno. Las marchas y contramarchas con la nueva movilidad jubilatoria por DNU, eludiendo al Congreso, sumadas al desbarajuste causado por los despidos indiscriminados en la Anses, terminaron impactando de lleno en los jubilados: se anunció oficialmente que la liquidación de abril se pagará en dos cuotas y ni siquiera se comunicaron las fechas en que se efectivizarán. La libertad avanza en el saqueo: jubilaciones licuadas y en dos cuotas.

Siempre contra los más débiles y en medio de despidos en Anses, por primera vez las jubilaciones se pagarán desdobladas. La primera parte corresponderá al mismo monto de la jubilación de marzo y el segundo tramo a la diferencia por el bono y el aumento por inflación. Milei y Luis "Toto" Caputo siguen golpeando a los adultos mayores bajo el pretexto de demoras en los cálculos para aplicar los ajustes por inflación y el bono de $70.000.

El mismo día que se conoció el dato de pobreza, confirmando que casi 20 millones de personas están alcanzadas; y mientras avanzan con despidos masivos en Anses y otras dependencias estatales, el gobierno aplica un nuevo golpe a los jubilados. En el primer tramo se pagará el mismo monto que se cobró en marzo y la fecha es la correspondiente al calendario. Mientras en segundo tramo se liquidará la diferencia correspondiente al aumento y el bono de $70.000 y aún no hay fecha determinada de pago. 
Se le fue la mano.


Este ataque se suma a la estafa de la nueva movilidad por DNU anunciada este lunes. En la misma se establece que las jubilaciones y pensiones aumentarán en abril un 27,35 %, que es la suma de un 12,5 % de "compensación" por lo "perdido" en enero, cuando en realidad la inflación fue de 20,6 % que el gobierno se negó a dar completo. Y se adiciona un "adelanto de la movilidad" del 13,2 % por la inflación de febrero, "correspondiente al mes de junio de 2024".

A su vez, en mayo se otorgará un aumento "a cuenta" de la movilidad de junio, también basado en la inflación de dos meses previos, es decir la de marzo. Y en junio se aplicará la diferencia por la movilidad actual, es decir, descontando los aumentos a cuenta. El ajuste por IPC entrará en vigencia desde el mes de julio. Otro robo, dando una dádiva que apenas supera la cuarta parte del daño causado. 

Además del robo del empalme el DNU 274/2024 de Milei busca consolidar haberes de miseria y licuar el impacto del bono anunciado. El gobierno de LLA viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional, y lograr el superávit fiscal para cumplir con el FMI. El plan motosierra y licuadora no se detiene, hay que enfrentarlos.

Milei tiene una alta dosis de insensibilidad y no entiende lo que le pasa a un jubilado que cobra 200 lucas. Se ha caracterizado desde que asumió por estar muy lejos de combatir a "la casta", todas las medidas van en contra de los sectores más débiles de la sociedad. Con las jubilaciones por el piso, la Argentina firmó una carta de intención para adquirir 24 aviones obsoletos F-16 a Dinamarca. Cerca de US$ 340 millones irían a la compra de aviones en desuso en un gesto cipayo hacia EE.UU. en su disputa con China. El relato de "no hay plata" se resquebraja tras las necesidades de Milei y Caputo por hacer los deberes con EE.UU. en busca de financiamiento del FMI para su delirante aventura dolarizadora.

La Opinión Popular

 

27-03-2024 / 10:03
El ministro de Defensa, Luis Petri, cerró un acuerdo con su par  de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, por la compra de 24 aeronaves F-16 para la Fuerza Aérea. Poulsen firmó y posó para la foto con Petri en el Edificio Libertador, pero detrás de cámara estaban también presentes el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley.
 
Con la firma del acuerdo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei reafirma su alineamiento cipayo total con Estados Unidos, al concluir una reequipamiento que había quedado abierto desde la gestión de Alberto Fernández y que tenía como alternativa la compra de aviones de última generación  J-17 a China.
 
El ministro Petri no dejó dudas sobre el movimiento geopolítico al compartir en sus redes primero la comunicación oficial del Ministerio y luego una nota de Infobae con el título: "Con el apoyo de Estados Unidos, Argentina firmó una carta de intención con Dinamarca para comprar 24 aviones de combate F16".
 
El acuerdo se cerrará cuando Petri viaje a Copenhague a mediados de abril, donde se sellará el contrato para la adquisición de los 24 aviones F16, que el país aliado de la OTAN ya tiene en desuso para sus operaciones militares. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento.
 
El reequipamiento de las naves quedará a cargo de Estados Unidos por un contrato de 40 millones de dólares, que será una donación de la administración Biden, según informaron desde Casa Rosada. Los aviones valen 300 millones y el armamento y la parte electrónica otros 300 millones, aunque Estados Unidos regala más o menos un 15 por ciento.
 
El acuerdo terminó de sellarse con la reciente visita del actual director de la CIA, William Burns, quien aterrizó en Buenos Aires la semana pasada para visitar la Casa Rosada y reunirse con el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori; y el propio jefe de Gabinete. "Tenemos un problema a corto plazo, Rusia; pero un problema mayor, a largo plazo, China", dijo Burns en la reunión de la semana pasada.
 
Antes de ese reciente encuentro, el presidente Milei recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Rosada y poco después logró un breve encuentro con el candidato republicano y ex presidente Donald Trump.
 
La alineación sistémica de la Casa Rosada con Estados Unidos queda marcada con este acuerdo que cierra las puertas a la propuesta hecha por China para la adquisición de 34 aviones de guerra F17, mucho más modernos y más baratos. De esta manera, las Fuerzas Aéreas adquirirán los aviones F-16 dinamarqueses que están camino al desuso, al punto de que Bélgica se negó a venderle los F-16 a su aliado, Ucrania, porque no los consideró aptos.
 
La Opinión Popular
 

26-03-2024 / 08:03
En medio de confusiones, que obligaron a sacar un decreto correctivo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo estableció la nueva fórmula de movilidad de las jubilaciones por decreto sin pasar por el Congreso. Se actualizarán por la inflación de dos meses atrás, pero en el empalme quedará fijada la pérdida que provocó la mega devaluación de Milei, entre 25 y 30%, y seguirá congelada en ese piso histórico hacia el futuro. Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los magros ingresos de los jubilados.
 
Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional y reducir el déficit fiscal, pero ahora busca dejar asentado que los jubilados serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo DNU cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que, en la actualidad, la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.
 
La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por un nuevo DNU. La "urgencia" del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.
 
En medio de la polémica que se generó por el nuevo DNU, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó al Gobierno de Milei, y a la medida. Según dijo el dirigente peronista, "es impresionante, la decisión de Milei es que el ajuste no recaiga en la casta sino en los jubilados" y agregó: "Es un atraco a los jubilados... Es consolidar una baja que ya se produjo, y ahora ir ajustándola en base a los precios cuando ya el guadañazo se lo dieron al bolsillo de ellos".
 
La propuesta es que las jubilaciones aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. Si bien a priori parecería superadora, el empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de, por lo menos, 25 por ciento. La verdadera trampa se encuentra en el empalme es decir en los meses de transición entre una fórmula a otra. Desde abril, el gobierno decidió comenzar a dar aumentos por IPC "a cuenta" del resultado de la próxima fórmula de movilidad vigente en junio.
 
Con la nueva fórmula jubilatoria, Milei sumó resistencias en la oposición dialoguista. Varios legisladores de ese sector se expresaron contra la nueva fórmula de movilidad, que se suponía que discutirían en el Congreso. El Ejecutivo suma contratiempos en la negociación por la nueva ley Bases que el ministro Guillermo Francos buscará recomponer en un encuentro con mandatarios del Norte Grande.
 
La Opinión Popular
 

25-03-2024 / 07:03
Con una movilización histórica, organismos de DDHH reivindicaron la cifra de 30.000 desaparecidos. La marcha del 24M, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, al cumplirse 48 años del último golpe cívico militar genocida, se convirtió en la tercera gran manifestación callejera contra el gobierno neoliberal anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. El Presidente fue principal blanco de críticas de los organismos de Derechos Humanos, el peronismo, movimientos sociales y la CGT.
 
Como en la huelga general del 24 de enero, y la movilización del 8M, numerosas columnas de organizaciones y miles de personas auto convocadas se volcaron a las calles para repudiar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y reafirmar la consigna del Nunca Más. También ratificaron la cifra de 30 mil personas desaparecidas, número que el gobierno libertario puso en duda. En el documento final de la marcha, que leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, los organismos de derechos humanos reclamaron una ley contra el negacionismo de los crímenes de la dictadura.
 
Junto a esas consignas vinculadas a derechos humanos, la marcha estuvo atravesada por consignas contra las políticas del gobierno libertario y su siniestro plan de ajuste neoliberal. El 24M fue el tercer gran hito callejero contra el gobierno de ultraderecha. "Milei, basura, vos sos la dictadura", "El que no salta votó a Milei", "No se vende, la patria no se vende" y "Fueron 30 mil de verdad", concurrieron los canticos y las consignas que más se repitieron en la Plaza, donde además se colgaron banderas contra Victoria Villarruel, por su cercanía con los represores condenados por lesa humanidad.
 
El peronismo mostró un gran despliegue de movilización. Por Diagonal Sur, los gremios de la CGT y el Movimiento Evita coparon varias cuadras junto a la UTEP y apenas pudieron ingresar a la Plaza. Por Diagonal Norte, y después de caminar 13 kilómetros desde la ex ESMA, La Cámpora llegó pasado el mediodía en una columna encabezada por Máximo Kirchner. En tanto, el gobernador Axel Kicillof llegó junto a su gabinete y los intendentes del conurbano.
 
Fue una gran convocatoria que los medios hegemónicos tratarán de ignorar, y que respondió a la provocación del gobierno, que unió a la CGT, al peronismo, los movimientos sociales, agrupaciones estudiantiles y al movimiento de derechos humanos. La idea de derechos humanos encaja con la idea de justicia social, de país solidario, de trabajo y retribuciones justas, de protección a los niños, a los enfermos y a los ancianos, de hazañas científicas y culturales.
 
No encaja con la justificación de la dictadura, con el intento de que los jubilados crean que ganan poco por culpa de los de la moratoria y que los trabajadores se enfurezcan con los desocupados porque reciben un aporte sin trabajar. No encaja con el país donde los únicos que ganan son los ricos, como procuran las políticas de Milei. Los ricos son "héroes" para Milei y los beneficiarios de sus políticas.
 
Los cientos de miles que desbordaron la Plaza de Mayo, las diagonales y la Avenida de Mayo están enlazados, hermanados, con los miles que se movilizaron en otras ciudades del país, y con los miles y miles que desde sus casas confluyen en la angustia de la pobreza, la amenaza del desempleo y el hambre o la destrucción de comercios y empresas. Hay vías comunicantes por las que fluye una energía que alimenta resistencias, rebeldías y esperanzas.
 
La Opinión Popular


24-03-2024 / 08:03
Ya en marzo de 1977, al cumplirse un año de la última dictadura militar, estaba claro que el verdadero objetivo de los perpetradores, instigadores y sponsors del golpe de Estado era económico. Por trillado que resulte es esclarecedor volver a la Carta Abierta de Rodolfo Walsh, que por entonces indicaba que "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".
 
Las cifras que exhibía Walsh resuenan hoy con una actualidad preocupante: "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar", escribió en la carta que fue su testamento público. Los paralelismos con el proceso de concentración de riqueza que comenzó con la llegada al poder de Javier Milei son llamativos.
 
Sin embargo, lo más gravoso de la última dictadura no fue ese ajuste en sí sino el hecho de que dejó sentadas las condiciones para que eso nunca pudiera revertirse. De hecho, en ningún momento de los cuarenta años de democracia ininterrumpida el país estuvo ni siquiera cerca de recuperar las condiciones económicas y sociales que existían en la Argentina hasta marzo del 76. Hubo algo, en la matriz productiva pero también en el conjunto de ideales y valores de la sociedad, que se rompió y nunca pudo repararse.
 
El golpe del 24 de marzo irrumpió en un país en el que, dos décadas después de haber intentado suprimir al peronismo de la vida pública e incluso habiendo atravesado, unos meses antes, la experiencia hiperinflacionaria del Rodrigazo, todavía la pobreza alcanzaba a apenas al 4,4 por ciento de sus habitantes. En octubre de 1983, al recuperarse la democracia, esa cifra se había multiplicado por ocho: el 37,4 por ciento de los argentinos era pobre. Ocho veces más. Esa debacle jamás se pudo revertir.
 
Dicho de otra forma: al comenzar la dictadura, apenas cuatro de cada cien argentinos no alcanzaba a satisfacer sus necesidades básicas, pero cuando terminó, casi cuatro de cada diez habían caído por debajo de esa vara, y la profundidad del cambio fue tal que el país nunca pudo desandar ese camino. El riesgo más acuciante en estos días es que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel complete esa tarea y eleve la pobreza estructural al punto en el que seis, siete u ocho de cada diez argentinos sea pobre para siempre.
 
Entre 1945 y 1976 existía una sociedad en el que la enorme mayoría era parte de una gran clase media: albañiles, docentes, policías, médicos, torneros, porteros, artistas, carpinteros, periodistas, abogados y científicos, empleados o cuentapropistas, comerciantes y profesionales, todos se ubicaban en algún lugar de un amplio arco que iba desde las humildes barriadas obreras suburbanas hasta los barrios céntricos en las ciudades. Con diversas realidades que coexistían, la Argentina era un país de clase media.
 
Después de la dictadura se convirtió en un país con clase media. Pero la pobreza estructural que en el 83 alcanzaba a 4 de cada 10 argentinos nunca pudo desarmarse. Tuvo momentos en los que cedió. Al final de los doce años de gobierno kirchnerista había retrocedido hasta ubicarse en torno al 25 por ciento. Y otros donde creció, en episodios de crisis, hasta llegar al 60 por ciento. Pero un cuarto, o un tercio o más de la población quedaron condenados a apenas subsistir, sin ninguna perspectiva de movilidad social ascendente.
 

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