Nacionales - 21-10-2017 / 11:10
LA GUARDIANA MORAL DEL ENCUBRIMIENTO
Un día pide perdón y al otro se victimiza: Carrió indultó a quienes la hirieron
Lilita Carrió, la candidata capitalina de Cambiemos, su baluarte moral, no es más que la expresión de la banalidad del mal de una derecha republicana cuyos privilegios considera son la representación del interés nacional, tanto como las propiedades de Benetton y Lewis en la Patagonia.
Luego de las miserables declaraciones de Elisa Carrió en el programa Los Leuco sobre la aparición de un cuerpo que podría ser el de Santiago Maldonado, la conducción de la campaña de Cambiemos le prohibió volver a aparecer en los medios hasta el día de la elección.
No fue una medida apresurada: Fuentes del gobierno porteño confirmaron que Cambiemos perdió dos puntos en Capital y un efecto similar se insinuaba en la provincia donde la pelea con Cristina es muy pareja. Lo más preocupante para el macrismo es la tendencia.
Esta situación terminó de enervar a Carrió que este jueves por la noche no pudo más y empezó a destilar su enojo por Twitter. En tres explosivos mensajes encadenados, habló de abandono, se quejó del "mundo político" y cuestionó a aquellos que la "hirieron".
Lo curioso es que el miércoles había concluido la jornada, ya instrumentado el bozal mediático, pidiendo perdón a la familia Maldonado por sus declaraciones. Fiel a sí misma, este jueves cuestionó a los que "tergiversaron perversamente" sus palabras.
Carrió simboliza las posiciones clásicas del gorilismo argentino dentro de la derecha empresarial caracterizada por su vulgaridad y falta completa de fundamentos ideológicos.
Es heredera de un pensamiento radical que colaboró con las dictaduras militares desde 1955 en adelante: que aplaudió los bombardeos a Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, que fue parte de los comandos civiles que dieron el golpe de la llamada Revolución Libertadora en septiembre del mismo año.
Y que aplaudió a Américo Ghioldi cuando éste proclamaba, en defensa de los fusiladores Aramburu y Rojas, que se había acabado la leche de la clemencia, en referencia a los crímenes de los basurales de José León Suárez. El mismo pensamiento que llamaba a aniquilar la guerrilla fabril en boca de Ricardo Balbín y que colaboró activamente con la dictadura genocida.
Ella misma juró como funcionaria judicial por los estatutos militares del Proceso de Reorganización Nacional. Pero además Carrió es la guardaespaldas moral de un Gobierno lleno de empresarios que evaden, fugan capitales y han estafado reiteradamente al Estado argentino, empezando por el mismo grupo Macri.
Defensora del 2x1 a los genocidas y ahora cómplice de un siniestro crimen político, precedido de una desaparición forzada, Carrió interpreta ciertamente el clamor de una minoría intensa de privilegiados de la pequeña y alta burguesía de la Ciudad de Buenos Aires, que con el afán de gozar de sus privilegios económicos pide sangre y represión a boca de jarro a su gobierno, el Gobierno de los Ricos.
La Opinión Popular
Carrió escala la tensión tras el bozal mediático: "me hirieron y abandonaron". La diputada se quejó por Twitter. En el gobierno afirman que ya perdió dos puntos por sus declaraciones sobre Maldonado.
Era previsible para cualquiera que la conociera. Lilita Carrió, la indomable diputada que alguna vez hizo gala de su rebeldía para someterse a las instrucciones de presidentes como Ricardo Alfonsín o Fernando de la Rúa, no iba a aceptar mansamente que le metieran un bozal mediático los jóvenes estrategas de comunicación del PRO.
La decisión fue tan terminante que incluso la bajaron sin consultarla de los programas de Mariana Fabbiani de Canal 13 y "Morfi" de Gerardo Rozin en Telefé. En este último caso se dio la situación más violenta porque el conductor cuando entrevistó a Cristina Kirchner anunció que la próxima invitada iba a ser Carrió, entrevista que debería haber ocurrido este jueves.
Lo peor para la diputada es que su presencia fue directamente cancelada desde el comando de campaña, lo que generó un entredicho con Rozín que pidió que sea la propia diputada la que le cancele el encuentro. Con un agravante, la gobernadora María Eugenia Vidal si formó parte de ese ciclo, pese a que no es candidata. Y este jueves siguió con su raid mediático.
Pero como suele suceder con Carrió, sus enojos, aún los que parecen surgir de manera más clara desde lo emocional, siempre tienen o anticipan un correlato político. La posibilidad de una ruptura con el gobierno de Macri es algo que ha sobrevolado -y asustado- a la coalición oficialista prácticamente desde su conformación.
Fuentes: La Política Online, La Izquierda Diario y La Opinión Popular