Nacionales - 21-06-2017 / 09:06
¿QUERÍAN POLARIZAR? AHÍ TIENEN...
Cristina presentó Unidad Ciudadana y convocó a “ponerle límites” al ajuste de Macri
El discurso fue inusualmente corto para Cristina. La ex presidenta habló apenas 20 minutos sola sobre el escenario, antes de empezar a convocar a cada una de las personas a quienes presentó como perjudicados, con nombre y apellido, por las políticas del gobierno de Cambiemos. Desde ex becarios del Conicet, pasando por un joven que perdió el plan Progresar, la dueña de un frigorífico en crisis, una directora de escuela, la encargada de un centro de jubilados, empleados de una fábrica recuperado, un hombre que tuvo que cerrar su panadería, un matrimonio de discapacitados que perdió su pensión, hasta la madre de un chico electrodependiente, Cristina presentó una a una, y con gran carga emotiva, cada una de las historias.
Cristina Fernández exhibió su poderío electoral. Presentó Unidad Ciudadana ante una enorme multitud que desbordó largamente el estadio de Arsenal. Compartió el escenario con personas que encarnan los efectos del ajuste neoliberal y llamó a la unidad para "poner un límite" al Gobierno de Macri. El peronismo, presente en la militancia, quedó afuera de toda mención en el acto.
El fantasma de Cristina, que ha levantado la alianza Cambiemos como estrategia electoral, disparó munición gruesa a sus propios pies. Planteó su fuerte oposición a la economía neoliberal que propone Macri: "Siento que nos han venido a desorganizar, han venido a romper con el esquema que tenían las familias argentinas", y expresó que "viene a ponerle un freno al Gobierno en las próximas elecciones".
Cristina no confirmó si será candidata, aunque dijo "vengo a sumarme como una más, a poner el cuerpo y el corazón". Su estrategia preferida es jugar con el misterio: siempre tuvo bien medido el nivel de intriga perfecto, aquel del que disfruta su electorado e inquieta a sus adversarios. Si bien es cierto que hay tiempo hasta el último minuto del 24 de junio próximo para definir su participación en los comicios, la mayoría sino todos los que estaban en el estadio esperaban escuchar de ella una definición. No lo hizo pero ¿podría no ser candidata cuando hace un acto donde es la figura central y la única oradora?
En un acto desperonizado, con una puesta de escena impecable y un discurso renovado, Cristina fue a recibir su baño de masas, que acaricie su ego y compense sus vicisitudes judiciales. También se hizo presente para aceptar el juego de la grieta, la polarización que propone Durán Barba, el planificador electoral de Mauricio Macri, para repetir el balotaje 2015, asfixiando a Sergio Massa. Para alegría de él, hasta Aníbal Fernández y otros impresentables estaban en el palco.
Cristina consumó este martes un movimiento de pinzas para cristalizar la trampa que aprisiona a la Argentina: Una polarización alimentada de arriba hacia abajo, por supuestos opuestos. Claro que este juego polarizador que alentó Macri no es gratuito. Ayer tuvieron una notificación de los riesgos que entraña: Contra todos los pronósticos Morgan Stanley mantuvo a la Argentina como "mercado de frontera" y eludió otorgarle la categoría de emergente, porque no está claro que el populismo no esté cerca de regresar al poder. Son los costos de engolosinarse con los enfrentamientos y no evitar una polarización, lo que hubiera jubilado a Cristina.
Hasta ahora, las encuestas no le son favorables a Durán Barba acerca de la predisposición a la grieta de la gente en el Gran Buenos Aires, pero Cristina fue a darle un buen empuje, aunque no debería exagerar Cambiemos con su apuesta a que las adversidades de la economía 2017 podrá ser ocultada por la nube de candidatos ignotos que debería arrastrar la gobernadora María Eugenia Vidal. No vaya a ser que en Provincia de Buenos Aires terminen polarizando Cristina con Massa...
La Opinión Popular
"LOS CONVOCO A LA UNIDAD CIUDADANA CONTRA LA AGRESIÓN NEOLIBERAL", DIJO EN UNA CANCHA DESBORDADA
Cristina jugó al misterio con su candidatura: "Vengo a sumarme como una más, a poner el cuerpo"
Cristina Kirchner insinuó de manera bastante concreta que será candidata en las elecciones de octubre, al anunciar en Arsenal ante una cancha desbordada: "Ustedes me han honrado con todos los cargos, por eso ahora vengo como una más a poner el cuerpo en este espacio".
La movilización para escuchar a la ex Presidenta en Avellaneda fue tan importante que varias cuadras antes ya no se podía acceder con vehículos y la gente cruzaba a pie el Puente Pueyrredón. Como si fuera una procesión, avanzaban sin insignias partidarias, envueltos en banderas argentinas para llegar a lo que días atrás bautizaron como la "misa cristinista".
En un discurso de choque frontal contra la administración de Mauricio Macri, en el que llevó al extremo la polarización y culpó al Gobierno por "desorganizar" la vida de los argentinos, la ex Presidenta afirmó que "hay que unirse para ponerle un límite a este modelo de ajuste". "Nos quieren endeudar por cien años", se quejó Cristina en referencia al bono que el lunes emitió el Gobierno. "¿Dónde se ha visto una deuda por cien años?", se alarmó y pidió "poner ya un freno, porque así no se puede seguir".
Cuando comenzó a retumbar el pedido de "Cristina Senadora" -que luego fue por más y viró en un "Cristina Presidenta"- ella recordó que todos los cargos que tuvo fueron gracias a la gente y dijo que ahora se sumará "como una más". Y así llenó de incertidumbre al estadio colmado que le cantaba: "Uno más (un cargo más) y no jodemos más". Pero Cristina no dio respuesta.
De ese modo, la ex Presidenta mantuvo el misterio en torno a su eventual candidatura. "Ya está claro que va a jugar, pero ella lo va a decir cuando quiera", dijeron desde La Cámpora a LPO y deslizaron que este acto fue una "demostración de fuerza exclusivamente personal".
En Arsenal, mientras algunos se preguntaban con nervios si la frase "como una más" no implicaría una suerte de renunciamiento histórico, otros brindaban explicaciones tranquilizadoras: "Si quisiera renunciar lo hubiera dicho hoy, no lo va a decir el sábado", decían en referencia al día de cierre de listas.
La estrategia preferida de Cristina es jugar con el misterio: siempre tuvo bien medido el nivel de intriga perfecto, aquel del que disfruta su electorado e inquieta a sus adversarios. "Vamos a seguir adelante", fue la frase con la que anunció que iría por la reelección en 2011, cuando aún había inquietudes en torno a su candidatura.
Diez años atrás, cuando la incógnita pasaba por si el próximo candidato del espacio sería "pingüino o pingüina", hubo un primer acto masivo en el que el kirchnerismo bonaerense buscó promover la candidatura de la entonces senadora. Convocado por el Movimiento Evita -un viejo aliado perdido-, se llevó a cabo el 24 de febrero de 2007 en Arsenal, bajo el lema "Con Cristina a la Victoria".
En un espacio en el que las cábalas no son poca cosa, aquel evento podría funcionar como un antecedente. En ese acto, en el mismo estadio, se marcó el rumbo de la carrera política de la ex Presidenta. "Los convoco a una Unidad Ciudadana para enfrentar esta etapa histórica de agresión neoliberal a todos los estamentos de la sociedad", arengó este martes a los suyos.
El acto masivo en un estadio de fútbol respetó algunas características clásicas de los eventos organizados por el kirchnerismo. Entre las banderas argentinas había pecheras de La Cámpora, buzos de Nuevo Encuentro y algunas remeras de Unidos y Organizados que facilitaban un déjà vu de 2011.
Sin embargo, la puesta en escena llamó la atención porque mezcló la típica movilización peronista con las nuevas técnicas que implementó el PRO, copiadas de las campañas norteamericanas. Al escenario circular estilo Town Hall Meeting que instrumentó Macri en el país se sumó la referencia por el nombre a "ciudadanos comunes", que Cristina subió al escenario para ponerle caras a las víctimas del actual ciclo económico.
Empleados de frigoríficos que cerraron, pymes, becarias del Conicet, panaderos, y toda la extensa lista de caídos del esquema productivo. "Después hablan de competitividad", chicaneó Cristina, que con un tono didáctico buscó mostrarse rodeada de gente a la que le "arruinaron" la vida para dejar en claro quién será su rival en la elección.
"Podrás tener coaching, podrás poner carita de buena -a mi nunca me salió-, yo nunca guioné mi vida, mis pensamientos, pero en el Hopital de Solano no hay ibuprofeno para los chicos", le pegó a María Eugenia Vidal, en su primer cruce de campaña directo contra la gobernadora bonaerense.
"La endogamia de los dirigentes termina llevándolos a creerse más importantes que la gente, por eso propongo una Unidad Ciudadana, para volver a ser parte de un cambio desde la sociedad", dijo Cristina en un fragmento que pareció dirigido a Florencio Randazzo y que también sirvió como explicación sobre por qué definió jugar en un frente sin el PJ.
Por momentos, la "cultura del aguante", la mística y la liturgia peronista contrastaron con la reconversión ciudadana de una Cristina alejada del aparato. El pogo ricotero se mezcló con el estilo duranbarbista de un acto que terminó con fuegos artificiales y Cristina rodeada de "ciudadanos", alejada de los gobernadores, ministros e intendentes que años atrás solía apilar detrás suyo cuando era Presidenta y que esta vez la miraron desde la tribuna.
Por Lucia Aisicoff
Fuentes: La Política Online, Urgente24, Página12 y La Opinión Popular