Nacionales - 20-06-2017 / 09:06
LA DEUDA MACRISTA SUPERA A LA DE LA DICTADURA MILITAR
Festival sin fin de endeudamiento: Cambiemos emitió un bono a 100 años
LUIS “TOTO” CAPUTO, 100 AÑOS. LA PELICULA QUE USTED NUNCA VERÁ. Emitir un bono a 100 años con un interés anual del 8% significa que vamos a terminar pagando casi 9 veces el valor del bono. Esta es la realidad: es una estafa, sobre todo porque las tasas de interés de los países que emiten bonos a largo plazo son mucho menores. Un bono en Estados Unidos está dando una tasa de interés del 1,25% anual, o sea, en 100 años estaría teniendo 125%. En cambio el Estado argentino, por cada 100 dólares, va a estar devolviendo 900. Es un negocio redondo para quienes compran ese bono, que son los especuladores financieros internacionales, grandes bancos y brokers de Wall Street. El Gobierno de Macri se endeuda agarrándose de la facilidad de crédito mundial para financiar cualquier cosa, sobre todo la fuga de capitales.
Un delirio. El Gobierno de Mauricio Macri emitió ayer un bono por 2.750 millones de dólares a 100 años de plazo, con una tasa de interés del 7,125% anual, que implica un rendimiento del 7,9%, según informó el Ministerio de Finanzas, conducido por Luis Caputo. El ministro argumentó que "esta operación se enmarca en el objetivo del Gobierno nacional de asegurar el financiamiento en las mejores condiciones posibles para el crecimiento de la economía y la generación de empleo".
Los bancos que participaron de la operación son el HSBC, el Citi, Santander Río y Nomura Bank de Japón. Estos bancos estuvieron a cargo de las grandes colocaciones de deuda del país, como el blindaje y el megacanje de Domingo Cavallo. Que la colocación de este bono la hayan propuesto los grandes bancos internacionales y no sea una iniciativa del propio Gobierno, deja en evidencia que la deuda externa es un mecanismo de estafa del capital financiero internacional.
El macrismo está en el medio de un "festival de deuda" cuya emisión se aproxima a los U$S 100 mil millones desde que asumió Macri y la Argentina está al tope de los países "emergentes" que más deuda emitió. Sólo los intereses (es decir, sin contar los pagos de capital) de deuda se llevan este año el 10,5 % del presupuesto nacional, superando ampliamente a los desembolsos en educación y salud.
Por primera vez en la historia argentina, el Gobierno emitió un bono en dólares que vence en 2117, con un rendimiento de casi el 8%. Una medida inexplicable. Economistas de izquierda y derecha criticaron la operación por la extensión del plazo, el altísimo costo financiero y el condicionamiento para las generaciones futuras. Es una estafa para el país y un negocio redondo para quienes compran el bono.
La liberalización de los movimientos de capitales y la desregulación cambiaria que tuvieron lugar en diciembre 2015 fueron la piedra basal para el ciclo de endeudamiento externo iniciado con el pago a los buitre. Desde entonces, Macri generó deuda en moneda extranjera para todos los paladares: hubo colocaciones en dólares, euros y francos suizos con plazos de entre 3 y 30 años. Las tasas de interés pagadas no mostraron las bajas prometidas y la economía no despegó.
A pesar del entusiasmo oficial, la reinserción del país en el mercado financiero internacional no solo no ofreció resultados sino que los fondos obtenidos fueron utilizados para financiar la fuga de capitales y la remisión de utilidades en el marco de la bicisenda financiera.
Los ciclos de endeudamiento externo de la Argentina, como el que inició la dictadura en 1976 y culminó con la crisis de 2001, no significaron procesos de desarrollo económico, ampliación de la capacidad productiva y mejoras de las infraestructuras. Sí, incrementaron la vulnerabilidad externa, generaron nuevas fuentes de volatilidad macroeconómica, tensionaron las cuentas públicas y profundizaron los problemas en la balanza de pagos.
La Opinión Popular
Deuda a 100 años: el nuevo film de Caputo con críticas repartidas entre "delirio" y un "acierto con buen timing"
El lanzamiento del "bono del siglo" sorprendió este lunes a todo el ámbito económico y generó una polémica que se manifestó mediante un acalorado debate en el que figuras destacadas del mundo de las finanzas y la economía compartieron su análisis.
La colocación a 100 años por u$s2.750 millones, a una tasa del 7,9%, fue realizada por la Casa Rosada como una manera de mostrar la confianza del mercado en la normalización de la economía argentina.
Como si se tratara de una película, la crítica estuvo claramente dividida: mientras que algunos tildaron la estrategia como una "hipoteca a futuro", otros la elogiaron como una estrategia de marketing con buen timing para la Argentina.
Según el Ministerio de Finanzas, se buscó "asegurar el financiamiento en las mejores condiciones posibles para el crecimiento de la economía y la generación de empleo".
"A pesar de la incertidumbre actual en los mercados internacionales, el Gobierno demuestra, gracias a su gestión, la capacidad de obtener financiamiento a muy largo plazo y a las tasas nominales más bajas de la historia argentina", agregó un comunicado emitido por la cartera que encabeza Luis Caputo. "Financiarse a largo plazo y con tasas bajas es hacer una gestión responsable y cautelosa de nuestra deuda", recalcaron desde ese Ministerio.
La reacción local
Fueron varios los economistas que criticaron el nuevo bono y apuntaron a los condicionamientos que provocará la tasa de interés pagada, además de la mala señal que significa no mostrar predisposición para bajar el gasto público.
Desde diferentes lugares del espectro ideológico, político y profesional, los críticos marcaron que costará "más bajar la tasa", hablaron de que está "cargando la mochila hacia el futuro" o bien calcularon que se necesitarán "diez generaciones para pagar" esta deuda.
Quien primero se diferenció de las posiciones más duras fue el ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel, quien sostuvo que la colocación "fue parte de un objetivo de avanzar en el programa financiero" y explicó la movida desde un ángulo técnico: "como el dólar se movió menos de lo proyectado, se necesitaban más fondos y la operación de hoy fue una forma de cerrarlo", agregó.
Afirmó que se trató de "una colocación que tiene como objetivo mostrar acceso al financiamiento y a este plazo es la tasa de interés que el mercado esperaba".
En el otro extremo, la lista de los críticos la inició el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, quien calificó a la operación de un "delirio importante" ya que, cuando se emite deuda, dijo, "lo que siempre hay que tener presente es qué cosa estás haciendo en política económica. Así, si te lo valoran, la tasa va bajando".
"Cuando estuvimos con Lavagna, al principio nos mataban con la tasa pero después la fuimos bajando", señaló Nielsen. El economista evaluó que "es como que han tirado la toalla en un aspecto muy importante: no van a poder bajar la tasa en el futuro. Es lo que están diciendo con la acción que han tomado".
Luego, Nielsen enfatizó que se trata de "un error garrafal" del Gobierno y explicó que no se puede tomar un compromiso de esta magnitud siendo "un país de frontera".
En tanto, su colega Agustín Monteverde consideró que "la tasa parece baja en relación a nuestro pasado reciente" pero aclaró que, en realidad, "es extraordinariamente alta". "Estamos endeudándonos a una tasa elevada y a 100 años", criticó.
"Los hechos muestran que se decidió no bajar el gasto y, por lo tanto, esto no despeja ninguna necesidad de financiamiento, si no lo que hace es cargar más la mochila hacia el futuro", recalcó Monteverde.
El experto consideró que "seguramente hay dos formas de ver la colocación y para los operadores financieros, la Argentina colocó deuda a mayor plazo y despejó las necesidades financieras. Pero para mí no es así".
"Desde una óptica financiera, económica y política esto es endeudarse en forma perpetua. Es pasar cuatro generaciones para delante el sacrificio que no se quiere hacer ahora", añadió.
Monteverde afirmó que "el haber recuperado acceso a los mercados de deuda, no fue una bendición sino una maldición, ya que permite seguir siendo tan irresponsables como siempre".
Por su parte, el economista kirchnerista Agustín D'Atellis fue directo: "Es una locura. Dijeron que cerraban con los holdouts y que la idea era bajar las tasas y ahora fijan un endeudamiento a 100 años".
Desde otra óptica, el ex viceministro de Economía, Carlos Rodríguez, hoy director de la Universidad del CEMA, también criticó la medida y reclamó que se ofrezcan explicaciones sobre la operación: "El país les ruega -no más deuda- y ellos toman a 100 años sin explicar". Además, se pronunció a favor de que "vuelen las protestas" por la colocación.
En similar sentido se expresó el economista José Luis Espert, quien sostuvo que "a qué plazo y tasa nos prestan, me tiene sin cuidado. Me preocupa que no aprendamos que en 60 años tuvimos 56 de déficit con cuatro crisis homéricas".
El ex secretario de Finanzas Daniel Marx también se expresó, aunque más prudente, respecto de la cuestión y puntualizó: "Si uno piensa que la Argentina está pagando una tasa relativamente alta, yo sería cauteloso al fijar una tasa alta". De ese modo, sostuvo que "a la vez es bueno despejar el futuro refinanciamiento de la Argentina".
Por su parte, el ex ministro de Economía y diputado nacional del kirchnerismo, Axel Kicillof, criticó la emisión antes de que se concretara: "Así no se puede seguir. El gobierno de Macri se dispone a colocar deuda por un siglo. Sí, í100 años! Deuda que se va a pagar por 10 generaciones", escribió por Twitter.
La "explicación" del Gobierno
Desde el oficialismo se escucharon pocas voces en respuesta a los ataques que recibió la medida. Una de ellas fue la del subsecretario de Financiamiento, Santiago Bausili, quien consideró que el bono "viene a complementar las líneas de financiamiento internacional que habíamos previsto originalmente", y rechazó con dureza las críticas de economistas y de la oposición.
El funcionario señaló que ya está cubierto el 70% de las necesidades para este año y señaló que "las condiciones del mercado cambiaron y se alinearon de una manera que las circunstancias nos parecieron propicias para este tipo de transacción".
Bausili replicó las críticas a la colocación, al señalar que el financiamiento del déficit continuará "siendo gradual". Dijo que "en la medida que nos presten a más largo plazo, es una señal de confianza".
Explicó que el gobierno anterior "nos dejó altos vencimiento en un plazo muy corto, entonces para nosotros cuanto más largo sea el financiamiento mejor, siempre balanceando costo y beneficio de tasa".
Por Federico Mc Dougall
Fuentes: iProfesional, Hoy en la Noticia, Página12, La Izquierda Diario y la Opinión Popular