Nacionales - 26-05-2017 / 08:05
Durísimo sermón de la Iglesia a Macri en el Tedeum: "Buena parte del pueblo no se siente invitada" a festejar
TEDEUM POR LA JUSTICIA SOCIAL. El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, afirmó que "la inequidad genera violencia" y, si bien valoró las estadísticas del INdEC al referirse a la pobreza en el país, subrayó que "los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias" y afirmó que "nadie puede sentirse excluido de hacer algo por el prójimo". Después, él recordó que "no puede haber realidad social que no pueda ser redimida, cambiada para bien", y pidió "dejarnos interpelar por la realidad humana que vivimos", reconociendo que muchos puedan pensar que "no hay motivo para una fiesta patria cuando buena parte del pueblo no está invitado", porque "carece" de las condiciones "para una vida digna".
El arzobispo porteño, Mario Poli, le propinó, al presidente Mauricio Macri, un sermón de cuerpo presente sobre el significado negativo de la polarización que domina el escenario político y exigió no minimizar la pobreza y la inequidad que genera violencia, durante el Tedeum que ofreció en la Catedral.
Advirtió que "la inequidad genera violencia" y señaló que, a pesar de que "las estadísticas veraces son muy buenas", "los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias que sufren la postergación y el desánimo". "La solución a nuestros desafíos internos, algunos estadistas lo llaman deuda social interna, depende prioritariamente de nosotros", expresó el cardenal primado de la Argentina.
"Hay que buscar por el camino del diálogo un consenso creativo para que se haga realidad el progreso de nuestra Nación", insistió. Es justamente la fórmula opuesta a la polarización que busca tanto el Gobierno de Macri como los sectores alineados con Cristina Fernández para sacar rédito electoral de la disputa.
El arzobispo señaló que "si bien las soluciones demandan en primer lugar la intervención de las instituciones del Estado", también los individuos pueden ayudar a mejorar la realidad social. "Nadie puede sentirse excluido de hacer algo por el prójimo, compartiendo generosamente tiempo, talentos y dineros, como los próceres de la Revolución y de la Independencia que pensaron en nosotros", completó.
Además, interpeló a la clase política argentina, subrayando que "todos apostamos a políticas de Estado que sostengan en el tiempo un desarrollo humano, integral y respetuoso de la creación, que se espeja maravillosamente en el territorio nacional".
En la homilía por el aniversario número 207 de la Revolución de Mayo, Poli afirmó que "no existe realidad humana y social que no pueda ser redimida, cambiada para bien". Y señaló que "todos podemos ser portadores de la alegría largamente esperada por los que menos tienen en la Argentina", pero subrayó que esto será posible si se logra "que la solidaridad de muchos triunfen sobre la mezquindad de pocos".
"Dejémonos interpelar por la realidad humana que vivimos. Muchos pueden pensar que no hay motivo para hacer fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado, porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna", remarcó.
Fue un mensaje directo y frontal no sólo al gobierno de Macri y todo su Gabinete, sino también al arco político en su conjunto en el preludio de la batalla electoral, apuntando a la confrontación y reclamando el diálogo. En una señal directa a los tiempos electorales que se avecinan y al clima de polarización macrismo vs kirchnerismo que se vive en estos días. La homilía concluyó: "La confrontación nos roba la esperanza".
La Opinión Popular
Frente a Macri, la Iglesia advirtió que "la inequidad genera violencia"
Frente al presidente Mauricio Macri, el arzobispo porteño, Mario Poli, advirtió ayer en la ceremonia del tedeum por el 25 de Mayo que "la inequidad genera violencia" y pidió "soluciones" al Estado porque "buena parte del pueblo no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna".
Durante la ceremonia realizada en la catedral de la ciudad de Buenos Aires, en el marco del 207º aniversario de la Revolución de Mayo, el cardenal primado de la Argentina también aludió a la cantidad de personas que se encuentran bajo del índice de pobreza en el país, que según el Indec es el 30,3 por ciento de la población, y alertó sobre la "deuda social interna".
Delante del presidente y los ministros de su gabinete, el representante eclesiástico señaló que "dolorosamente" los argentinos aprendieron que "la inequidad genera violencias", y aclaró: "Si bien las soluciones demandan, en primer lugar, la intervención de las instituciones del Estado, de igual modo nadie puede sentirse excluido de hacer algo por el prójimo".
En ese sentido, hizo alusión a la normalización de las cifras del Indec. "Las estadísticas veraces son muy buenas porque nos advierten dónde estamos parados y nos animan a encarar soluciones. No obstante, los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias que sufren la postergación y el desánimo", puntualizó el purpurado.
Al respecto, el arzobispo de Buenos Aires sostuvo que "eso sólo se supera por la cercanía fraterna y cordial de otro argentino", al tiempo que indicó que "no existe realidad humana y social que no pueda ser redimida, cambiada para bien".
"Dejémonos interpelar por la realidad humana que vivimos. Muchos pueden pensar que no hay motivo para hacer fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado, porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna", resaltó.
En esa línea, añadió: "La solución a nuestros desafíos internos, que algunos estadistas lo llaman deuda social interna, depende prioritariamente de nosotros".
Además, Poli destacó que "es conveniente volver a confiar y apostar a las reservas culturales, morales y espirituales del pueblo, así como a su capacidad de trabajo e ingenio científico".
En su homilía, el cardenal alertó que "la confrontación roba la esperanza" y, frente a ello, llamó a "buscar por el fecundo y arduo camino del diálogo un consenso creativo tan necesario para que se haga realidad el progreso de la Nación".
Finalmente, pidió que "la prudencia de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia para poder vivir en paz y prosperidad".
El arzobispo pronunció esa homilía frente al presidente y la primera dama, Juliana Awada, además de autoridades del gabinete nacional, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y las Fuerzas Armadas.
Fuentes: La Capital, iProfesional, Infobae, Urgente24, La Nación y La Opinión Popular