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Nacionales - 19-02-2017 / 10:02

Se agotó el margen de Macri

Se agotó el margen de Macri
Se agotó el margen de Macri.
Si el Gobierno de Macri insiste en conducir el Estado como lo hizo en las últimas semanas, corre el riesgo de perder las elecciones legislativas de octubre. Varias encuestadoras han advertido ya que el Presidente y su gobierno derrocharon una parte importante de la popularidad que habían conquistado en enero. Las mediciones cubrieron hasta el conflicto del Correo, aunque no el de las jubilaciones.
 
El peronismo carece de un liderazgo capaz de capitalizar los errores políticos de la administración de Macri. Por ahora. Una victoria electoral, aunque fuere parcial y fragmentada, creará de hecho un liderazgo, nuevo o viejo.
 
Ya se ha visto en las últimas dos semanas la capacidad del peronismo para complicarle la vida a un gobierno decidido a enredarse en sus propias complicaciones.
 
El peronismo maneja incomparablemente bien el arte de esconder sus vergüenzas y de fijar "sensaciones" contra una administración no peronista (un gobierno de ricos que gobierna para los ricos o una familia empresaria que hace negocios con el Estado). Son las reglas de un juego que los funcionarios macristas parecen no saber jugar. 

 
Se agotó el margen
 
Si el Gobierno insiste en conducir el Estado como lo hizo en las últimas semanas, corre el riesgo de perder las elecciones legislativas de octubre. No hay un sermón de Durán Barba capaz de neutralizar el efecto fulminante que tienen las decisiones equivocadas.
 
Varias encuestadoras han advertido ya que el Presidente y su gobierno derrocharon una parte importante de la popularidad que habían conquistado en enero. Las mediciones cubrieron hasta el conflicto del Correo, aunque no el de las jubilaciones.
 
Esas decisiones fueron rectificadas por el Presidente, pero ya se agotó, en lo que va de febrero, el margen de error de un año electoral. Las rectificaciones son siempre encomiables, pero el exceso de ellas puede fatigar a la sociedad. Nunca se sabe cuál es la última decisión.
 
El peronismo carece de un liderazgo capaz de capitalizar los errores políticos de la administración de Macri. Por ahora. Una victoria electoral, aunque fuere parcial y fragmentada, creará de hecho un liderazgo, nuevo o viejo.
 
Ya se ha visto en las últimas dos semanas la capacidad del peronismo para complicarle la vida a un gobierno decidido a enredarse en sus propias complicaciones.
 
Peor: el peronismo anticipó cómo sería la vida de Macri si perdiera las próximas elecciones. Se acabó la duda entre los que pronosticaban una derrota dulce o una derrota dura. Será dura, si existiera la derrota.
 
¿Hay hipocresía en el peronismo? Desde ya que sí. Sergio Massa se escandalizó por la decisión de modificar en unos pocos pesos la liquidación de las asignaciones a los jubilados. Massa fue director de la Anses y nunca impulsó una ley que aplicara la vieja doctrina de la Corte Suprema sobre una mejor liquidación para los jubilados. Fue luego jefe de Gabinete y tampoco hizo nada.
 
El miércoles instó a sus seguidores a comparar a Macri con De la Rúa por la ínfima quita a los jubilados. No hay remedio: Massa es Massa. Fue más honesto Diego Bossio, que prefirió callarse; él también fue director de la Anses y, como tal, se presentó en su momento ante la Corte para decirle que no podía cumplir con la decisión del tribunal. Bossio lidera ahora un bloque de diputados peronistas alejado del kirchnerismo.
 
Pero eso lo exhibe al peronismo, no exculpa al Gobierno. Hasta sus propios economistas criticaron a Macri por impulsar una actualización de las asignaciones a los jubilados de acuerdo con la doctrina de la Corte.
 
Entregó toda la recaudación impositiva por el blanqueo de más 100.000 millones de dólares para ese aumento de las jubilaciones y comprometió los recursos fiscales por muchos años. ¿Por qué enredarse ahora con quitas en los aumentos que iban entre 17 a 100 pesos?
 
Fuentes oficiales aseguran que la decisión no fue del titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, ni del ministro Jorge Triaca. ¿De quién fue la culpa, entonces? ¿La desesperación por bajar el déficit instigó, acaso, la impolítica decisión de empezar el año electoral podando aumentos a los jubilados, aunque fueran pequeños gajos?
 
La espectacular reacción de Elisa Carrió salvó al Gobierno de una dura derrota parlamentaria. Estaban tratando la modificación a la ley de las ART (el macrismo contaba con la complicidad del massismo), cuando los diputados oficialistas se enteraron por la oposición de la decisión sobre los jubilados.
 
Ni siquiera el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, sabía nada de esa decisión. Los diputados del massismo y de la propia coalición gobernante empezaban a dejar el recinto. Carrió despotricó contra la decisión de los jubilados y hasta llegó al insulto, pero logró retener a los diputados y salvar al Gobierno, que se encaminaba hacia un descalabro político.
 
Ayer, Macri y Carrió hablaron largamente por teléfono. Acordaron enfrentar juntos el año electoral y, sobre todo, las conspiraciones del kirchnerismo político y judicial.
 
Juntar en el tiempo y en el espacio a los jubilados con el Correo de Franco Macri es una fórmula letal para la popularidad del Gobierno. Y es, también, la mejor mezcla que puedan darle a la oposición.
 
La transparencia que pregona el Gobierno debió empezar haciendo públicas las primeras negociaciones de los funcionarios con el grupo Macri.
 
El Presidente tiene de hecho un conflicto de intereses. Debe preservar los intereses del Estado y, al mismo tiempo, está obligado a cuidar el capital que heredarán sus hijos. No importa si estaba al tanto, o no, de la negociación. El conflicto existe y, por eso, debieron tomarse recaudos que en otros casos no hubieran sido necesarios.
 
El dictamen de la fiscal Gabriela Boquin, una alumna dilecta de Alejandra Gils Carbó, desconoce que, buena o mala, existe una ley de quiebras. El acuerdo fue avalado por la mayoría de los expertos en quiebras.
 
Hay una sola crítica para hacerle a ese acuerdo: no obligó al grupo Macri a desistir de sus juicios contra el Estado por el Correo, como es habitual en estos casos. El grupo Macri agravó las cosas cuando presentó una cuantiosa demanda por el Correo después del acuerdo por su deuda. Sólo ahora el Gobierno buscará una "solución integral", según el anuncio del Presidente.
 
¿El kirchnerismo hizo algo para cobrar esa deuda del grupo Macri? No. ¿Massa y De Vido, alarmados ahora por el acuerdo con el Correo, impulsaron alguna decisión sobre el grupo Macri y su deuda cuando tuvieron responsabilidades en el Estado? No. ¿Existe hipocresía en sus posiciones actuales? Sí.
 
Pero las preguntas que deben formularse son otras: ¿nadie en el Gobierno advirtió que la oposición se lanzaría sobre la yugular de Macri en cuanto se enterara de que había acordado con el grupo Macri? ¿Nadie avisó que estaban ante un enorme conflicto político?
 
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, le respondió al periodista Jorge Lanata que el ministro Oscar Aguad le dijo "al pasar" que estaba en marcha esa negociación. ¿Cómo? ¿Acaso no percibió que una negociación del gobierno de Macri con el grupo Macri no podía ser una cuestión "al pasar"?
 
Nadie tuvo en cuenta, además, que muchos fiscales (otros discípulos de Gils Carbó) militan en la oposición a Macri y están dispuestos a llegar al absurdo jurídico con el propósito de debilitarlo; hay cerca de 100 causas iniciadas desde que el Presidente accedió al poder.
 
Un fiscal llegó a pedir el allanamiento de la Casa de Gobierno por el caso del Correo en un expediente por "daños al Estado". ¿Qué daños, si el acuerdo, ahora ya descartado por el Gobierno, no estuvo nunca vigente? Esos fiscales también forman parte de la campaña. Es lo que hay. Al Gobierno sólo le queda el recurso de complementar la eficiencia en la gestión, que existe en muchos funcionarios, con la eficiencia política, que escasea.
 
Una encuestadora, que registró la caída en la popularidad del Gobierno, señaló también como una posible causa la confusión de la sociedad con respecto a las compras en cuotas.
 
Es buena la decisión de distinguir entre lo que un artículo cuesta al contado o en cuotas, porque los intereses que se pagaban eran confiscatorios. Le proporciona opciones al ciudadano para disponer sus compras.
 
La comunicación fue pésima. Resulta que existe el Ahora 12 y que el Gobierno está negociando con los bancos privados (ya lo hacen los bancos públicos) para que existan planes de hasta 50 cuotas con tasas razonables. Es decir, no se terminaron los pagos en cuotas, pero gran parte de la sociedad cree que sí.
 
Como dice Durán Barba, la política se reduce más a "sensaciones" que a palabras. El gurú electoral señala esa realidad para hablar bien de las "sensaciones" que protegen al Gobierno de un temor colectivo al regreso del populismo cristinista. Tiene razón.
 
Resulta, sin embargo, que las "sensaciones" también sirven para dejar mal parado al Gobierno. El peronismo maneja incomparablemente bien el arte de esconder sus vergüenzas y de fijar esas "sensaciones" contra una administración no peronista (un gobierno de ricos que gobierna para los ricos o una familia empresaria que hace negocios con el Estado). Son las reglas de un juego que los funcionarios parecen no saber jugar.
 
Por Joaquín Morales Solá
 
Fuente: LA NACION
 

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27-03-2024 / 10:03
El ministro de Defensa, Luis Petri, cerró un acuerdo con su par  de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, por la compra de 24 aeronaves F-16 para la Fuerza Aérea. Poulsen firmó y posó para la foto con Petri en el Edificio Libertador, pero detrás de cámara estaban también presentes el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley.
 
Con la firma del acuerdo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei reafirma su alineamiento cipayo total con Estados Unidos, al concluir una reequipamiento que había quedado abierto desde la gestión de Alberto Fernández y que tenía como alternativa la compra de aviones de última generación  J-17 a China.
 
El ministro Petri no dejó dudas sobre el movimiento geopolítico al compartir en sus redes primero la comunicación oficial del Ministerio y luego una nota de Infobae con el título: "Con el apoyo de Estados Unidos, Argentina firmó una carta de intención con Dinamarca para comprar 24 aviones de combate F16".
 
El acuerdo se cerrará cuando Petri viaje a Copenhague a mediados de abril, donde se sellará el contrato para la adquisición de los 24 aviones F16, que el país aliado de la OTAN ya tiene en desuso para sus operaciones militares. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento.
 
El reequipamiento de las naves quedará a cargo de Estados Unidos por un contrato de 40 millones de dólares, que será una donación de la administración Biden, según informaron desde Casa Rosada. Los aviones valen 300 millones y el armamento y la parte electrónica otros 300 millones, aunque Estados Unidos regala más o menos un 15 por ciento.
 
El acuerdo terminó de sellarse con la reciente visita del actual director de la CIA, William Burns, quien aterrizó en Buenos Aires la semana pasada para visitar la Casa Rosada y reunirse con el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori; y el propio jefe de Gabinete. "Tenemos un problema a corto plazo, Rusia; pero un problema mayor, a largo plazo, China", dijo Burns en la reunión de la semana pasada.
 
Antes de ese reciente encuentro, el presidente Milei recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Rosada y poco después logró un breve encuentro con el candidato republicano y ex presidente Donald Trump.
 
La alineación sistémica de la Casa Rosada con Estados Unidos queda marcada con este acuerdo que cierra las puertas a la propuesta hecha por China para la adquisición de 34 aviones de guerra F17, mucho más modernos y más baratos. De esta manera, las Fuerzas Aéreas adquirirán los aviones F-16 dinamarqueses que están camino al desuso, al punto de que Bélgica se negó a venderle los F-16 a su aliado, Ucrania, porque no los consideró aptos.
 
La Opinión Popular
 

26-03-2024 / 08:03
En medio de confusiones, que obligaron a sacar un decreto correctivo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo estableció la nueva fórmula de movilidad de las jubilaciones por decreto sin pasar por el Congreso. Se actualizarán por la inflación de dos meses atrás, pero en el empalme quedará fijada la pérdida que provocó la mega devaluación de Milei, entre 25 y 30%, y seguirá congelada en ese piso histórico hacia el futuro. Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los magros ingresos de los jubilados.
 
Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional y reducir el déficit fiscal, pero ahora busca dejar asentado que los jubilados serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo DNU cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que, en la actualidad, la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.
 
La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por un nuevo DNU. La "urgencia" del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.
 
En medio de la polémica que se generó por el nuevo DNU, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó al Gobierno de Milei, y a la medida. Según dijo el dirigente peronista, "es impresionante, la decisión de Milei es que el ajuste no recaiga en la casta sino en los jubilados" y agregó: "Es un atraco a los jubilados... Es consolidar una baja que ya se produjo, y ahora ir ajustándola en base a los precios cuando ya el guadañazo se lo dieron al bolsillo de ellos".
 
La propuesta es que las jubilaciones aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. Si bien a priori parecería superadora, el empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de, por lo menos, 25 por ciento. La verdadera trampa se encuentra en el empalme es decir en los meses de transición entre una fórmula a otra. Desde abril, el gobierno decidió comenzar a dar aumentos por IPC "a cuenta" del resultado de la próxima fórmula de movilidad vigente en junio.
 
Con la nueva fórmula jubilatoria, Milei sumó resistencias en la oposición dialoguista. Varios legisladores de ese sector se expresaron contra la nueva fórmula de movilidad, que se suponía que discutirían en el Congreso. El Ejecutivo suma contratiempos en la negociación por la nueva ley Bases que el ministro Guillermo Francos buscará recomponer en un encuentro con mandatarios del Norte Grande.
 
La Opinión Popular
 

25-03-2024 / 07:03
Con una movilización histórica, organismos de DDHH reivindicaron la cifra de 30.000 desaparecidos. La marcha del 24M, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, al cumplirse 48 años del último golpe cívico militar genocida, se convirtió en la tercera gran manifestación callejera contra el gobierno neoliberal anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. El Presidente fue principal blanco de críticas de los organismos de Derechos Humanos, el peronismo, movimientos sociales y la CGT.
 
Como en la huelga general del 24 de enero, y la movilización del 8M, numerosas columnas de organizaciones y miles de personas auto convocadas se volcaron a las calles para repudiar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y reafirmar la consigna del Nunca Más. También ratificaron la cifra de 30 mil personas desaparecidas, número que el gobierno libertario puso en duda. En el documento final de la marcha, que leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, los organismos de derechos humanos reclamaron una ley contra el negacionismo de los crímenes de la dictadura.
 
Junto a esas consignas vinculadas a derechos humanos, la marcha estuvo atravesada por consignas contra las políticas del gobierno libertario y su siniestro plan de ajuste neoliberal. El 24M fue el tercer gran hito callejero contra el gobierno de ultraderecha. "Milei, basura, vos sos la dictadura", "El que no salta votó a Milei", "No se vende, la patria no se vende" y "Fueron 30 mil de verdad", concurrieron los canticos y las consignas que más se repitieron en la Plaza, donde además se colgaron banderas contra Victoria Villarruel, por su cercanía con los represores condenados por lesa humanidad.
 
El peronismo mostró un gran despliegue de movilización. Por Diagonal Sur, los gremios de la CGT y el Movimiento Evita coparon varias cuadras junto a la UTEP y apenas pudieron ingresar a la Plaza. Por Diagonal Norte, y después de caminar 13 kilómetros desde la ex ESMA, La Cámpora llegó pasado el mediodía en una columna encabezada por Máximo Kirchner. En tanto, el gobernador Axel Kicillof llegó junto a su gabinete y los intendentes del conurbano.
 
Fue una gran convocatoria que los medios hegemónicos tratarán de ignorar, y que respondió a la provocación del gobierno, que unió a la CGT, al peronismo, los movimientos sociales, agrupaciones estudiantiles y al movimiento de derechos humanos. La idea de derechos humanos encaja con la idea de justicia social, de país solidario, de trabajo y retribuciones justas, de protección a los niños, a los enfermos y a los ancianos, de hazañas científicas y culturales.
 
No encaja con la justificación de la dictadura, con el intento de que los jubilados crean que ganan poco por culpa de los de la moratoria y que los trabajadores se enfurezcan con los desocupados porque reciben un aporte sin trabajar. No encaja con el país donde los únicos que ganan son los ricos, como procuran las políticas de Milei. Los ricos son "héroes" para Milei y los beneficiarios de sus políticas.
 
Los cientos de miles que desbordaron la Plaza de Mayo, las diagonales y la Avenida de Mayo están enlazados, hermanados, con los miles que se movilizaron en otras ciudades del país, y con los miles y miles que desde sus casas confluyen en la angustia de la pobreza, la amenaza del desempleo y el hambre o la destrucción de comercios y empresas. Hay vías comunicantes por las que fluye una energía que alimenta resistencias, rebeldías y esperanzas.
 
La Opinión Popular


24-03-2024 / 08:03
Ya en marzo de 1977, al cumplirse un año de la última dictadura militar, estaba claro que el verdadero objetivo de los perpetradores, instigadores y sponsors del golpe de Estado era económico. Por trillado que resulte es esclarecedor volver a la Carta Abierta de Rodolfo Walsh, que por entonces indicaba que "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".
 
Las cifras que exhibía Walsh resuenan hoy con una actualidad preocupante: "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar", escribió en la carta que fue su testamento público. Los paralelismos con el proceso de concentración de riqueza que comenzó con la llegada al poder de Javier Milei son llamativos.
 
Sin embargo, lo más gravoso de la última dictadura no fue ese ajuste en sí sino el hecho de que dejó sentadas las condiciones para que eso nunca pudiera revertirse. De hecho, en ningún momento de los cuarenta años de democracia ininterrumpida el país estuvo ni siquiera cerca de recuperar las condiciones económicas y sociales que existían en la Argentina hasta marzo del 76. Hubo algo, en la matriz productiva pero también en el conjunto de ideales y valores de la sociedad, que se rompió y nunca pudo repararse.
 
El golpe del 24 de marzo irrumpió en un país en el que, dos décadas después de haber intentado suprimir al peronismo de la vida pública e incluso habiendo atravesado, unos meses antes, la experiencia hiperinflacionaria del Rodrigazo, todavía la pobreza alcanzaba a apenas al 4,4 por ciento de sus habitantes. En octubre de 1983, al recuperarse la democracia, esa cifra se había multiplicado por ocho: el 37,4 por ciento de los argentinos era pobre. Ocho veces más. Esa debacle jamás se pudo revertir.
 
Dicho de otra forma: al comenzar la dictadura, apenas cuatro de cada cien argentinos no alcanzaba a satisfacer sus necesidades básicas, pero cuando terminó, casi cuatro de cada diez habían caído por debajo de esa vara, y la profundidad del cambio fue tal que el país nunca pudo desandar ese camino. El riesgo más acuciante en estos días es que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel complete esa tarea y eleve la pobreza estructural al punto en el que seis, siete u ocho de cada diez argentinos sea pobre para siempre.
 
Entre 1945 y 1976 existía una sociedad en el que la enorme mayoría era parte de una gran clase media: albañiles, docentes, policías, médicos, torneros, porteros, artistas, carpinteros, periodistas, abogados y científicos, empleados o cuentapropistas, comerciantes y profesionales, todos se ubicaban en algún lugar de un amplio arco que iba desde las humildes barriadas obreras suburbanas hasta los barrios céntricos en las ciudades. Con diversas realidades que coexistían, la Argentina era un país de clase media.
 
Después de la dictadura se convirtió en un país con clase media. Pero la pobreza estructural que en el 83 alcanzaba a 4 de cada 10 argentinos nunca pudo desarmarse. Tuvo momentos en los que cedió. Al final de los doce años de gobierno kirchnerista había retrocedido hasta ubicarse en torno al 25 por ciento. Y otros donde creció, en episodios de crisis, hasta llegar al 60 por ciento. Pero un cuarto, o un tercio o más de la población quedaron condenados a apenas subsistir, sin ninguna perspectiva de movilidad social ascendente.
 

23-03-2024 / 08:03
A pocos días de lo que se espera será el mayor acto de masas para repudiar al golpe del 24 de marzo de 1976, una hija de desaparecidos fue atacada en su domicilio, la editorial Marea, que publica libros sobre derechos humanos sufrió la embestida brutal de 800 mensajes de odio y Estela de Carlotto denunció que su teléfono estaba intervenido.
 
La defensora de la dictadura, Victoria Villarruel, apareció en una entrevista y el gobierno prepara un video con la tesis de los amigos de los genocidas: "Hubo una guerra donde se produjeron excesos".
 
Durante la semana que pasó circuló la versión de tanteos del gobierno en el ámbito judicial para indultar a los genocidas. Pero antes de que la versión se extendiera, la Cámara de Casación advirtió que, por ley, los delitos de lesa humanidad no se pueden indultar.
 
Aunque no haya indulto, la intención oficial quedó en evidencia. Fue también la confirmación de que este gobierno, además de coincidir con la dictadura en su propuesta económica neoliberal, también comparte el sesgo autoritario del golpismo, al justificarlo y querer perdonarlo.
 
El negacionismo y la idea de la "justicia tuerta" surgieron de la imposibilidad de negar las aberraciones cometidas por los represores durante la dictadura cívico-militar que comenzó el 24 de marzo de 1976.
 
A esta altura son inocultables e indefendibles los secuestros, la tortura, la violación a mujeres indefensas, el botín de guerra que se sacaba a los prisioneros, la apropiación de sus hijos y el lanzamiento de personas vivas desde aviones, como parte de un plan sistemático. No pueden decir que eso no existió. Entonces discuten la cantidad, si nueve mil o 30 mil, cuando en realidad, el horror y la responsabilidad por esos crímenes no varían por su cantidad.
 
Un militar que se rebajó a torturar o a violar a una prisionera en la mesa de tortura tendría que ser una vergüenza para sus camaradas. El secuestro y el asesinato sin juicio no pueden ser aceptados por la sociedad. La apropiación de los hijos de los prisioneros que después serían desaparecidos constituyó un acto repugnante, que debería ser repudiado por los militares que no lo hicieron.
 
Y si querían juzgar a sus enemigos, deberían haberlo hecho en vez de asesinarlos y desaparecerlos sin darles el derecho a un juicio justo. Porque, a diferencia de lo que hicieron los genocidas, sus enemigos eran civiles que no actuaban usurpando el Estado y, por lo tanto, cualquier cosa que quieran juzgar ahora ya está prescripta para la ley.
 
Los que no prescriben son los delitos cometidos desde el poder político, ya sea una dictadura o un gobierno surgido de elecciones. Está planteado así porque es claro que --mientras no cambie-- el poder protegerá a los delincuentes y por lo tanto no hay plazos de prescripción.
 

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