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Nacionales - 05-12-2016 / 09:12

Endeudamiento, "bomba" fiscal y atraso cambiario: vuelven los monstruos clásicos de la economía argentina

Endeudamiento,
REALIDAD CONCRETA VS. OPTIMISMO INGENUO. Mientras la recesión no da señales de revertirse, los indicadores financieros empiezan a generar inquietud. Los economistas se muestran escépticos sobre las ilusionadas explicaciones oficiales y ya comparan la situación actual con la previa a los grandes ajustes de la historia económica reciente como el “rodrigazo” y el fin de la convertibilidad.
Es una película de terror que los argentinos ya han visto muchas veces. El film arranca con un déficit fiscal en aumento (apenas disimulado por una "bomba" cuasifiscal gestándose en el Banco Central) que lleva a un masivo endeudamiento externo como único elemento estabilizador.
 
Esto, a su vez, induce a un atraso cambiario, causado por la abundancia "artificial" de esos dólares recibidos. Ese fuerte ingreso de divisas trae -como efecto indeseado- la pérdida de competitividad de la economía local.
 
Más déficit, más deuda, más dólares prestados, más atraso cambiario. Esta secuencia se repite hasta que deriva en una crisis, junto a la cual llegan las consabidas licuaciones -vía devaluación- y picos de inflación.
 
Si bien hay consenso de que todavía la situación no es crítica, cada vez son más las voces que alertan cómo van apareciendo todos los condimentos. Por lo pronto, el debate de hoy en día entre economistas es si los hechos que para el Gobierno de Mauricio Macri son motivos de festejo (como el ingreso de dólares por vía del crédito externo más los del blanqueo) no tendrán su lado oscuro.
 
Concretamente, advierten que ese masivo caudal de divisas deprimirá el precio del billete verde, lo que generará mayores complicaciones en una economía que muestra una baja competitividad cambiaria, producto de la elevada inflación acumulada.
 
El nivel actual del tipo de cambio equivale al previo al colapso de la convertibilidad de 2001, mientras que la línea económica del Gobierno es: Dólar barato, mucha facilidad para importar y mucha dificultad para exportar.
 
Frente al optimismo de Mauricio Macri, el tono reinante es de escepticismo. Están aquellos preocupados por el rojo fiscal y también los que temen que se quiera corregir ese desequilibrio con mayor presión impositiva. También están preocupados los que no ven el fin de la recesión y también quienes creen que se saldrá de la crisis sobre la base de mayor deuda y atraso cambiario.
 
Por más que el Gobierno de Mauricio Macri promete que esta vez el final de la película será diferente, es difícil convencer a los argentinos de que los viejos monstruos no harán su entrada a escena.

 
El economista José Luis Espert aporta un dato inquietante: el nivel actual del tipo de cambio equivale al previo al colapso de la convertibilidad de 2001.
 
En tanto, el influyente Miguel Ángel Broda critica la línea económica del Gobierno: "Dólar barato, mucha facilidad para importar y mucha dificultad para exportar".
 
Según sus cálculos, para recuperar el nivel promedio de los últimos 20 años, la divisa estadounidense tendría que subir hasta los $19,60 (lo que implicaría una devaluación adicional de 12%).
 
En tanto, para volver al tipo de cambio que posibilitó el crecimiento a "tasas chinas" durante el período de Néstor Kirchner, el billete verde tendría que cotizar a $26,80 (devaluación del 66% respecto del nivel actual).
 
Mientras, los industriales no dejan de quejarse por el alto nivel de costos medidos en dólares, en particular los laborales. Y, para peor, observan que las señales apuntan en sentido contrario: más que a devaluarse, la moneda local está como para fortalecerse en términos reales.
 
El reciente salto que llevó al tipo de cambio a ubicarse por encima de $16 no llega a compensar los niveles de devaluación del peso mexicano y del real brasileño ocurridos desde la noticia de la victoria de Donald Trump.
 
Es más: todo apunta a que el cóctel que combina un fuerte ingreso de dólares producto del blanqueo, del endeudamiento externo y de la exportación agrícola no hará otra cosa que agravar el atraso cambiario.
 
Paradojas argentinas: esta "abundancia verde", que para otros gobiernos (el de Cristina Kirchner, sin ir más lejos) habría sido una bendición, en este caso empieza a ser problemático. En particular, porque retrotrae al fantasma de un concepto conocido por muchos como la "enfermedad holandesa".
 
Los economistas llaman así al fenómeno por el cual los precios de un país, medidos en dólares, empiezan a crecer de tal forma que esa nación pierde competitividad, se le dificulta vender al mundo y, finalmente, queda a las puertas de una crisis.
 
En general, esta secuencia se da cuando las exportaciones dependen fuertemente de un único recurso que genera una entrada masiva de billetes verdes. En el caso de la Argentina no hay un "producto estrella" pero sí blanqueo y fuerte toma de deuda en moneda extranjera.
 
Todo indicaría que ya se dio inicio a este ciclo, en el que el crecimiento económico está fatalmente acompañado por un déficit de la cuenta corriente. Es decir, por una mayor salida que entrada de dólares, sumada a un fuerte endeudamiento externo para compensar.
 
 
Comparaciones inquietantes
 
Pero si hay un indicador que preocupa de manera especial, es el que marca la diferencia entre la evolución de la recaudación impositiva y el incremento del gasto público. La primera ha crecido a un ritmo de 26% interanual. Es decir, bien por debajo de la inflación (40%) y también del gasto, que sube a un 30% (no es mayor sólo por el congelamiento de la obra pública).
 
El Gobierno intenta minimizar estos números bajo el argumento de que es apenas la parte mala del ciclo y que los buenos resultados ya se irán viendo en el corto plazo.
 
"Hay que acostumbrarse a estos niveles de ingresos tributarios, porque todas las medidas que se tomaron para bajar la presión tributaria impactan en la recaudación en un primer momento. Pero luego viene la devolución con la reactivación de la economía", afirma Alberto Abad, titular de la AFIP.
 
Pero su argumento está muy lejos de tranquilizar a los economistas, que ven el actual contexto con escepticismo. No solamente desconfían sobre la vocación del Gobierno por recortar el gasto y abandonar el "gradualismo". Además, advierten que ya no hay margen para seguir aumentando la carga impositiva en un aparato productivo agobiado.
 
"El actual déficit fiscal de Argentina es más grave y problemático que el de décadas anteriores, porque ahora es con presión tributaria récord. En consecuencia no se puede corregir subiendo impuestos", señalan desde Economía & Regiones. Esta consultora reviste la particularidad de haber sido dirigida por Rogelio Frigerio hasta antes de que asuma como ministro del Interior.
 
Los hechos de los últimos días parecen darle la razón a E&R:
 
-Por el lado del gasto, el presupuesto ha sido modificado para incluir más asistencia social, luego del acuerdo con organizaciones piqueteras y sindicatos.
-Por el lado de los ingresos, probablemente disminuirán al entrar en vigencia las exenciones para las Pyme y el nuevo Impuesto a las Ganancias.
 
Desde Economía & Regiones hacen una comparación inquietante: "El gasto público y la presión tributaria nacional ascienden al 45% y 37% del PBI, lo que genera un desequilibrio fiscal equivalente al de los '80 y apenas por debajo del que existía previo al Rodrigazo".
 
Otro analista que ha recordado ese episodio trágico de la historia reciente fue Javier Milei, para quien el rojo en las cuentas del Estado para 2017, bien medido, será nada menos que de 12 puntos del PBI, similar al que existía antes del mega-ajuste de 1975.
 
 
Una bomba de tiempo en el Banco Central
 
Según Milei, el déficit primario llegará a 6% del PBI, número al que hay que adicionarle 2 puntos por el pago de intereses de deuda y 1,5% por el déficit de las provincias. En principio, esta cifra está muy lejos de la meta oficial de 4,2% del producto.
 
Este economista pone la lupa sobre otro dato que suele ser subestimado: el déficit del Banco Central -el llamado "cuasifiscal", un clásico de los años 80- ya estaría en 2 puntos del PBI.
 
Desde Ecolatina dan cuenta de otro dato inquietante: la cantidad de Lebac -títulos emitidos por el Banco Central para atenuar la inflación- ha crecido a tal punto que ya supera al dinero en circulación.
 
¿Qué tan grave es esta situación? El monto pagado este año en concepto de intereses ya fue más del doble que el del año pasado. Para el próximo, se prevé que el Central tenga que emitir $30.000 millones (u$s2.000 millones) sólo para cancelación de intereses de Lebac y asistencia al Tesoro.
 
Ecolatina advierte sobre un efecto "bola de nieve". En tanto, otros economistas creen que la situación es manejable en el corto plazo, si bien admiten que esta política resultará insostenible si se aplica por tiempo indefinido.
 
 
Pronóstico nublado y crisis financiera
 
Estos sombríos pronósticos parecen acentuarse, además, por la situación recesiva. En la medida en que no aparecen señales de una reactivación, las posibilidades de corregir el "rojo" fiscal lucen todavía más complicadas.
 
Y, claro está, no puede dejarse de lado otro componente clave en un año electoral como es el político. Para 2017 nadie ve posible que haya un recorte significativo en el nivel de gasto. Más bien, todo indica que se irá en sentido contrario, a raíz del impulso que suele tener la obra pública en los momentos pre-electorales.
 
Poco importa que los analistas adviertan que una mayor erogación en este rubro sólo traería un desplazamiento de la inversión privada y no generaría un crecimiento sostenible. Sea con peronismo o con partidos de tendencia "liberal", ese principio parece intocable.
 
Como si las malas noticias en el plano fiscal no fueran suficientes, hay analistas que hacen otras advertencias respecto de la gran apuesta del Gobierno, la llegada de inversiones externas.
 
La inversión -actualmente en un magro 15% del PBI- debe incrementarse drásticamente para que el crecimiento económico sea sostenible y que no dependa de los impulsos esporádicos del aumento en el consumo. El problema es cuando más inversión implica necesariamente más endeudamiento.
 
Nicolás Dujovne, economista cercano al Gobierno, estima que para alcanzar un crecimiento económico de 5% anual en 2019 -año final de la gestión Macri-, sería necesario incrementar los niveles de desembolsos a un ritmo de 19% anual, hasta llevarlo a un 22% del PBI.
 
"En este escenario, el déficit de cuenta corriente sería mayor a 7 puntos del producto, algo sin precedentes para la historia argentina. Hasta ahora, el país nunca pudo sostener déficits externos de ese tamaño sin enfrentar crisis macroeconómicas", señala Dujovne.
 
En definitiva, el tono reinante es de escepticismo. Están aquellos preocupados por el rojo fiscal y también los que temen que se quiera corregir ese desequilibrio con mayor presión impositiva. También están preocupados los que no ven el fin de la recesión y también quienes creen que se saldrá de la crisis sobre la base de mayor deuda y atraso cambiario.
 
Por más que el Gobierno promete que esta vez el final de la película será diferente, es difícil convencer a los argentinos de que los viejos monstruos no harán su entrada a escena.
 
Por Fernando Gutiérrez
 
Fuente: iprofesional.com
 

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28-03-2024 / 08:03
Una nueva, polémica, cruel e insensible decisión del gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei que perfecciona el desgobierno. Las marchas y contramarchas con la nueva movilidad jubilatoria por DNU, eludiendo al Congreso, sumadas al desbarajuste causado por los despidos indiscriminados en la Anses, terminaron impactando de lleno en los jubilados: se anunció oficialmente que la liquidación de abril se pagará en dos cuotas y ni siquiera se comunicaron las fechas en que se efectivizarán. La libertad avanza en el saqueo: jubilaciones licuadas y en dos cuotas.

Siempre contra los más débiles y en medio de despidos en Anses, por primera vez las jubilaciones se pagarán desdobladas. La primera parte corresponderá al mismo monto de la jubilación de marzo y el segundo tramo a la diferencia por el bono y el aumento por inflación. Milei y Luis "Toto" Caputo siguen golpeando a los adultos mayores bajo el pretexto de demoras en los cálculos para aplicar los ajustes por inflación y el bono de $70.000.

El mismo día que se conoció el dato de pobreza, confirmando que casi 20 millones de personas están alcanzadas; y mientras avanzan con despidos masivos en Anses y otras dependencias estatales, el gobierno aplica un nuevo golpe a los jubilados. En el primer tramo se pagará el mismo monto que se cobró en marzo y la fecha es la correspondiente al calendario. Mientras en segundo tramo se liquidará la diferencia correspondiente al aumento y el bono de $70.000 y aún no hay fecha determinada de pago. 
Se le fue la mano.


Este ataque se suma a la estafa de la nueva movilidad por DNU anunciada este lunes. En la misma se establece que las jubilaciones y pensiones aumentarán en abril un 27,35 %, que es la suma de un 12,5 % de "compensación" por lo "perdido" en enero, cuando en realidad la inflación fue de 20,6 % que el gobierno se negó a dar completo. Y se adiciona un "adelanto de la movilidad" del 13,2 % por la inflación de febrero, "correspondiente al mes de junio de 2024".

A su vez, en mayo se otorgará un aumento "a cuenta" de la movilidad de junio, también basado en la inflación de dos meses previos, es decir la de marzo. Y en junio se aplicará la diferencia por la movilidad actual, es decir, descontando los aumentos a cuenta. El ajuste por IPC entrará en vigencia desde el mes de julio. Otro robo, dando una dádiva que apenas supera la cuarta parte del daño causado. 

Además del robo del empalme el DNU 274/2024 de Milei busca consolidar haberes de miseria y licuar el impacto del bono anunciado. El gobierno de LLA viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional, y lograr el superávit fiscal para cumplir con el FMI. El plan motosierra y licuadora no se detiene, hay que enfrentarlos.

Milei tiene una alta dosis de insensibilidad y no entiende lo que le pasa a un jubilado que cobra 200 lucas. Se ha caracterizado desde que asumió por estar muy lejos de combatir a "la casta", todas las medidas van en contra de los sectores más débiles de la sociedad. Con las jubilaciones por el piso, la Argentina firmó una carta de intención para adquirir 24 aviones obsoletos F-16 a Dinamarca. Cerca de US$ 340 millones irían a la compra de aviones en desuso en un gesto cipayo hacia EE.UU. en su disputa con China. El relato de "no hay plata" se resquebraja tras las necesidades de Milei y Caputo por hacer los deberes con EE.UU. en busca de financiamiento del FMI para su delirante aventura dolarizadora.

La Opinión Popular

 

27-03-2024 / 10:03
El ministro de Defensa, Luis Petri, cerró un acuerdo con su par  de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, por la compra de 24 aeronaves F-16 para la Fuerza Aérea. Poulsen firmó y posó para la foto con Petri en el Edificio Libertador, pero detrás de cámara estaban también presentes el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley.
 
Con la firma del acuerdo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei reafirma su alineamiento cipayo total con Estados Unidos, al concluir una reequipamiento que había quedado abierto desde la gestión de Alberto Fernández y que tenía como alternativa la compra de aviones de última generación  J-17 a China.
 
El ministro Petri no dejó dudas sobre el movimiento geopolítico al compartir en sus redes primero la comunicación oficial del Ministerio y luego una nota de Infobae con el título: "Con el apoyo de Estados Unidos, Argentina firmó una carta de intención con Dinamarca para comprar 24 aviones de combate F16".
 
El acuerdo se cerrará cuando Petri viaje a Copenhague a mediados de abril, donde se sellará el contrato para la adquisición de los 24 aviones F16, que el país aliado de la OTAN ya tiene en desuso para sus operaciones militares. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento.
 
El reequipamiento de las naves quedará a cargo de Estados Unidos por un contrato de 40 millones de dólares, que será una donación de la administración Biden, según informaron desde Casa Rosada. Los aviones valen 300 millones y el armamento y la parte electrónica otros 300 millones, aunque Estados Unidos regala más o menos un 15 por ciento.
 
El acuerdo terminó de sellarse con la reciente visita del actual director de la CIA, William Burns, quien aterrizó en Buenos Aires la semana pasada para visitar la Casa Rosada y reunirse con el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori; y el propio jefe de Gabinete. "Tenemos un problema a corto plazo, Rusia; pero un problema mayor, a largo plazo, China", dijo Burns en la reunión de la semana pasada.
 
Antes de ese reciente encuentro, el presidente Milei recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Rosada y poco después logró un breve encuentro con el candidato republicano y ex presidente Donald Trump.
 
La alineación sistémica de la Casa Rosada con Estados Unidos queda marcada con este acuerdo que cierra las puertas a la propuesta hecha por China para la adquisición de 34 aviones de guerra F17, mucho más modernos y más baratos. De esta manera, las Fuerzas Aéreas adquirirán los aviones F-16 dinamarqueses que están camino al desuso, al punto de que Bélgica se negó a venderle los F-16 a su aliado, Ucrania, porque no los consideró aptos.
 
La Opinión Popular
 

26-03-2024 / 08:03
En medio de confusiones, que obligaron a sacar un decreto correctivo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo estableció la nueva fórmula de movilidad de las jubilaciones por decreto sin pasar por el Congreso. Se actualizarán por la inflación de dos meses atrás, pero en el empalme quedará fijada la pérdida que provocó la mega devaluación de Milei, entre 25 y 30%, y seguirá congelada en ese piso histórico hacia el futuro. Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los magros ingresos de los jubilados.
 
Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional y reducir el déficit fiscal, pero ahora busca dejar asentado que los jubilados serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo DNU cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que, en la actualidad, la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.
 
La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por un nuevo DNU. La "urgencia" del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.
 
En medio de la polémica que se generó por el nuevo DNU, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó al Gobierno de Milei, y a la medida. Según dijo el dirigente peronista, "es impresionante, la decisión de Milei es que el ajuste no recaiga en la casta sino en los jubilados" y agregó: "Es un atraco a los jubilados... Es consolidar una baja que ya se produjo, y ahora ir ajustándola en base a los precios cuando ya el guadañazo se lo dieron al bolsillo de ellos".
 
La propuesta es que las jubilaciones aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. Si bien a priori parecería superadora, el empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de, por lo menos, 25 por ciento. La verdadera trampa se encuentra en el empalme es decir en los meses de transición entre una fórmula a otra. Desde abril, el gobierno decidió comenzar a dar aumentos por IPC "a cuenta" del resultado de la próxima fórmula de movilidad vigente en junio.
 
Con la nueva fórmula jubilatoria, Milei sumó resistencias en la oposición dialoguista. Varios legisladores de ese sector se expresaron contra la nueva fórmula de movilidad, que se suponía que discutirían en el Congreso. El Ejecutivo suma contratiempos en la negociación por la nueva ley Bases que el ministro Guillermo Francos buscará recomponer en un encuentro con mandatarios del Norte Grande.
 
La Opinión Popular
 

25-03-2024 / 07:03
Con una movilización histórica, organismos de DDHH reivindicaron la cifra de 30.000 desaparecidos. La marcha del 24M, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, al cumplirse 48 años del último golpe cívico militar genocida, se convirtió en la tercera gran manifestación callejera contra el gobierno neoliberal anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. El Presidente fue principal blanco de críticas de los organismos de Derechos Humanos, el peronismo, movimientos sociales y la CGT.
 
Como en la huelga general del 24 de enero, y la movilización del 8M, numerosas columnas de organizaciones y miles de personas auto convocadas se volcaron a las calles para repudiar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y reafirmar la consigna del Nunca Más. También ratificaron la cifra de 30 mil personas desaparecidas, número que el gobierno libertario puso en duda. En el documento final de la marcha, que leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, los organismos de derechos humanos reclamaron una ley contra el negacionismo de los crímenes de la dictadura.
 
Junto a esas consignas vinculadas a derechos humanos, la marcha estuvo atravesada por consignas contra las políticas del gobierno libertario y su siniestro plan de ajuste neoliberal. El 24M fue el tercer gran hito callejero contra el gobierno de ultraderecha. "Milei, basura, vos sos la dictadura", "El que no salta votó a Milei", "No se vende, la patria no se vende" y "Fueron 30 mil de verdad", concurrieron los canticos y las consignas que más se repitieron en la Plaza, donde además se colgaron banderas contra Victoria Villarruel, por su cercanía con los represores condenados por lesa humanidad.
 
El peronismo mostró un gran despliegue de movilización. Por Diagonal Sur, los gremios de la CGT y el Movimiento Evita coparon varias cuadras junto a la UTEP y apenas pudieron ingresar a la Plaza. Por Diagonal Norte, y después de caminar 13 kilómetros desde la ex ESMA, La Cámpora llegó pasado el mediodía en una columna encabezada por Máximo Kirchner. En tanto, el gobernador Axel Kicillof llegó junto a su gabinete y los intendentes del conurbano.
 
Fue una gran convocatoria que los medios hegemónicos tratarán de ignorar, y que respondió a la provocación del gobierno, que unió a la CGT, al peronismo, los movimientos sociales, agrupaciones estudiantiles y al movimiento de derechos humanos. La idea de derechos humanos encaja con la idea de justicia social, de país solidario, de trabajo y retribuciones justas, de protección a los niños, a los enfermos y a los ancianos, de hazañas científicas y culturales.
 
No encaja con la justificación de la dictadura, con el intento de que los jubilados crean que ganan poco por culpa de los de la moratoria y que los trabajadores se enfurezcan con los desocupados porque reciben un aporte sin trabajar. No encaja con el país donde los únicos que ganan son los ricos, como procuran las políticas de Milei. Los ricos son "héroes" para Milei y los beneficiarios de sus políticas.
 
Los cientos de miles que desbordaron la Plaza de Mayo, las diagonales y la Avenida de Mayo están enlazados, hermanados, con los miles que se movilizaron en otras ciudades del país, y con los miles y miles que desde sus casas confluyen en la angustia de la pobreza, la amenaza del desempleo y el hambre o la destrucción de comercios y empresas. Hay vías comunicantes por las que fluye una energía que alimenta resistencias, rebeldías y esperanzas.
 
La Opinión Popular


24-03-2024 / 08:03
Ya en marzo de 1977, al cumplirse un año de la última dictadura militar, estaba claro que el verdadero objetivo de los perpetradores, instigadores y sponsors del golpe de Estado era económico. Por trillado que resulte es esclarecedor volver a la Carta Abierta de Rodolfo Walsh, que por entonces indicaba que "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".
 
Las cifras que exhibía Walsh resuenan hoy con una actualidad preocupante: "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar", escribió en la carta que fue su testamento público. Los paralelismos con el proceso de concentración de riqueza que comenzó con la llegada al poder de Javier Milei son llamativos.
 
Sin embargo, lo más gravoso de la última dictadura no fue ese ajuste en sí sino el hecho de que dejó sentadas las condiciones para que eso nunca pudiera revertirse. De hecho, en ningún momento de los cuarenta años de democracia ininterrumpida el país estuvo ni siquiera cerca de recuperar las condiciones económicas y sociales que existían en la Argentina hasta marzo del 76. Hubo algo, en la matriz productiva pero también en el conjunto de ideales y valores de la sociedad, que se rompió y nunca pudo repararse.
 
El golpe del 24 de marzo irrumpió en un país en el que, dos décadas después de haber intentado suprimir al peronismo de la vida pública e incluso habiendo atravesado, unos meses antes, la experiencia hiperinflacionaria del Rodrigazo, todavía la pobreza alcanzaba a apenas al 4,4 por ciento de sus habitantes. En octubre de 1983, al recuperarse la democracia, esa cifra se había multiplicado por ocho: el 37,4 por ciento de los argentinos era pobre. Ocho veces más. Esa debacle jamás se pudo revertir.
 
Dicho de otra forma: al comenzar la dictadura, apenas cuatro de cada cien argentinos no alcanzaba a satisfacer sus necesidades básicas, pero cuando terminó, casi cuatro de cada diez habían caído por debajo de esa vara, y la profundidad del cambio fue tal que el país nunca pudo desandar ese camino. El riesgo más acuciante en estos días es que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel complete esa tarea y eleve la pobreza estructural al punto en el que seis, siete u ocho de cada diez argentinos sea pobre para siempre.
 
Entre 1945 y 1976 existía una sociedad en el que la enorme mayoría era parte de una gran clase media: albañiles, docentes, policías, médicos, torneros, porteros, artistas, carpinteros, periodistas, abogados y científicos, empleados o cuentapropistas, comerciantes y profesionales, todos se ubicaban en algún lugar de un amplio arco que iba desde las humildes barriadas obreras suburbanas hasta los barrios céntricos en las ciudades. Con diversas realidades que coexistían, la Argentina era un país de clase media.
 
Después de la dictadura se convirtió en un país con clase media. Pero la pobreza estructural que en el 83 alcanzaba a 4 de cada 10 argentinos nunca pudo desarmarse. Tuvo momentos en los que cedió. Al final de los doce años de gobierno kirchnerista había retrocedido hasta ubicarse en torno al 25 por ciento. Y otros donde creció, en episodios de crisis, hasta llegar al 60 por ciento. Pero un cuarto, o un tercio o más de la población quedaron condenados a apenas subsistir, sin ninguna perspectiva de movilidad social ascendente.
 

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