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Nacionales - 22-09-2016 / 09:09

Macri decodificó el mensaje de los empresarios: sólo si gana las legislativas de 2017 llegaría la "lluvia de inversiones"

Macri decodificó el mensaje de los empresarios: sólo si gana las legislativas de 2017 llegaría la
La seguidilla de reuniones con inversores del exterior, desde el "mini Davos" hasta su gira neoyorquina, dejó en claro que las dudas de los empresarios no pasan tanto por la orientación de la economía. Más bien, por tener una mayor certeza sobre la profundidad y la continuidad de las reformas.
Hubo una pregunta que se reiteró durante los últimos meses en los despachos oficiales, en las charlas empresariales y en los análisis económicos. ¿Qué es lo que falta para que las demoradas inversiones externas pisen el acelerador y generen un crecimiento en la actividad económica?
 
A fin de cuentas, después de haber:
 
-Levantado el cepo cambiario
-Aliviado las retenciones agrícolas
-Fijado un plan de metas de inflación
-Arreglado con los "fondos buitre"
-Retornado al mercado de crédito
-Recibido una misión del FMI
 
Muchos creían que todas las "buenas señales" hacia el sector privado ya habían sido enviadas. Sin embargo, la ansiedad generada por la lentitud en la concreción de proyectos productivos se fue haciendo cada vez más evidente.
 
Incluso, se transformó en el tema central de los foros de negocios organizados para "seducir" a los inversores. Fue el propio Mauricio Macri quien, en los últimos días, dio el indicio respecto de qué es lo que falta, de cuál es el tema que todavía genera dudas y pone un freno a la llegada de dólares: la cuestión electoral.
 
Hay una situación que muchos califican de "inédita": antes los empresarios se sentaban frente a un presidente -con el que muchas veces discrepaban en los ideológico, pero al que le reconocían autoridad política- para plantearle sus demandas en cuanto a seguridad jurídica, marco económico y libre disponibilidad de sus rentas.
 
Ahora, en cambio, las charlas se dan entre quienes sintonizan a la perfección el lenguaje corporativo global. Aun así, las dudas pasan por la profundidad y continuidad de los cambios. En definitiva, hay cierto consenso entre analistas y ejecutivos de negocios respecto de un tema clave: para que la prometida "lluvia de inversiones" se produzca, Macri tiene que ganar las elecciones legislativas de 2017. Sólo si esto ocurre, podrá despejar las dudas que se han generado sobre la fortaleza de su proyecto político.

 
El propio Presidente es consciente de esto. No por casualidad -faltando un año para las elecciones- se lo ha visto insistir en estos días sobre las altas chances que tiene su partido de obtener un buen resultado.
 
De hecho, ha aprovechado los últimos encuentros con empresarios y sus recientes intervenciones internacionales para machacar sobre este tema.
 
"El PRO va a hacer una elección maravillosa" dijo en el "mini Davos".
 
A los pocos días, en Nueva York, en el encuentro que el influyente Financial Times le organizó con inversores en la bolsa de valores, volvió a referirse a esta cuestión. Más aun, se ocupó de asociarla a una "nueva cultura" de los votantes que perdurará en el tiempo.
 
Remarcó que lo que está haciendo su Gobierno es el resultado de un deseo de cambio de "la gente" que, con su voto, "decidió terminar con una década de populismo".
 
Tanta insistencia del mandatario no hace otra cosa que dejar en claro cuál es el punto débil del discurso macrista y el de la nueva estrategia "market friendly" con la que encara la política exterior.
 
Para muchos empresarios, todavía no es creíble que la mayoría de los argentinos quiera dejar atrás el populismo o renunciar a los subsidios.
 
Tampoco, que vean con buenos ojos una apertura comercial, que se flexibilicen los controles de precios y otras cuestiones que caracterizan a una economía cerrada.
 
Esta es, acaso, una de las mayores diferencias entre este momento de la gestión macrista y el arranque del período menemista de los años '90.
 
En aquel entonces, era claro que tras la hiperinflación y el colapso del Estado se notaba un alto consenso social en pos de la estabilidad económica y de las privatizaciones.
 
Pero, sobre todo, el dato que se imponía en los inversores era que Carlos Menem tenía detrás el apoyo firme de un partido histórico y mayoritario del sistema político argentino.
 
Macri, en cambio, sigue con problemas para convencer a los argentinos de que no es posible pagar la electricidad y el gas a un valor que es la décima parte respecto a lo que se abona en países vecinos.
 
Además, no sólo sufre el embate opositor sino que persisten las dudas sobre qué tan entusiasta es el apoyo de sus propios socios en la coalición Cambiemos.
 
 
Asignaturas pendientes
 
Mientras Macri, obligado por las circunstancias, empieza a teñir de clima electoral su gestión de Gobierno, la economía muestra lentitud en su recuperación.
 
Como se encarga de machacar la oposición -y no sólo los peronistas sino también muchos economistas desde la tendencia más liberal-, la economía no rebota a la velocidad prometida.
 
Respecto de los precios, el propio Domingo Cavallo (muy criticado pero también escuchado) acaba de advertir que el 0,2% registrado en agosto no debe inducir a creer que la inflación está bajo control.
 
Más aun, puso la lupa sobre los peligrosos indicios de rebrote en los valores de los alimentos para el mes siguiente.
 
En cuanto al crecimiento, el 3,5% previsto por el Gobierno para el año próximo no deja de ser modesto, si se tiene en cuenta la recesión del 1,5% de este año. Por el lado del rojo fiscal, lo amplió al 4,2% del PBI.
 
Los números lucen peores cuando se ve el peso de la inversión externa directa. En los últimos cuatro años fue de alrededor del 1% del PBI, cifra muy pequeña respecto de la de otros países de la región, como Chile (8%).
 
La esperanza macrista apuntaba a que solamente con el cambio de discurso y de expectativas de los mercados, la escasa entrada de capitales se revertiría.
 
Estimaciones del consultor Federico Muñoz señalan que no debería ser demasiado complejo pasar del exiguo monto actual de inversión externa (u$s10.000 millones) a otro de u$s25.000 millones.
 
La famosa "lluvia de dólares" que el macrismo prometió en la campaña electoral, por ahora, le ha valido más ironías de la oposición que resultados concretos.
 
Por más que los funcionarios se esmeren en sostener que hubo anuncios por u$s40.000 millones desde el cambio de Gobierno, lo cierto es que tres cuartas partes de esas promesas se arrastran desde la gestión K. Además, una cosa es el anuncio y otra muy distinta el desembolso real.
 
Para un Gobierno que se propuso que la inversión pase del actual 15% del PBI al 25%, lo que se está viendo todavía tiene gusto a poco. El Ejecutivo es consciente de que, todavía, hay algunos resquemores entre los empresarios.
 
De hecho, en cada foro empresarial el énfasis está puesto en la necesidad de contar con más "seguridad jurídica". Dicho sea de paso, eso implicaría el tener que avanzar con medidas de flexibilidad en la legislación laboral.
 
 
Un "road show" con realineamiento internacional
 
Desde el foro de Davos de comienzos de año hasta su visita a Nueva York, pasando por el "mini Davos" y otros encuentros internacionales, Macri hizo un verdadero "road show", como se dice en la jerga financiera.
 
No le resultó difícil mostrar que en el país hay un cambio. Además de las medidas adoptadas en los primeros meses, le alcanzó con diferenciarse del discurso de su antecesora para graficar "la vuelta de Argentina al mundo".
 
Cada vez que Cristina Kirchner debía exponer ante las Naciones Unidas, lanzaba una proclama furibunda contra el mercado de capitales, al que definía como "casino". En todas sus intervenciones, criticaba al FMI, a las agencias calificadoras de riesgo, a los bancos de inversión, a los "fondos buitre" y a los gobiernos que propiciaban las recetas de ajuste.
 
En otras palabras, pronunciaba discursos muy hostiles hacia el mercado financiero internacional y las políticas de libre flujo de capitales.
 
Los de Macri son diametralmente opuestos. En un momento en el que el mundo "se argentiniza", la Argentina vuelve al listado de los países que hacen las cosas bien. El Presidente ni siquiera se privó de mostrar sus preferencias en la disputa electoral estadounidense.
 
En una reunión con Bill Clinton le dijo que esperaba poder recibirlo, en su condición de "primer marido", el año próximo cuando se realice la reunión cumbre del G20... en la Argentina. Como todos los aspectos de sus alocuciones, esa crítica velada a Donald Trump forma parte de la estrategia de comunicación macrista.
 
En un momento en el que el mayor temor de los inversores es la aparición de una ola antiglobalización (promovida por políticos nacionalistas que reflotan el proteccionismo), cualquier afirmación de una política aperturista provoca acalorados aplausos.
 
 
Aplausos a Macri, charlas con Massa
 
Macri ya entendió que no alcanzan las palabras y los gestos de "buena onda". Que hace falta algo más. Hacía mucho tiempo -probablemente desde Menem en los 90- que un mandatario argentino no era tan "mimado" por el establishment financiero.
 
Tras la exitosa convocatoria del "Mini Davos", el Presidente participó de otro encuentro con empresarios, organizado por el Financial Times. En el convite, se anunció un nuevo foro para el año próximo, convocado por la influyente revista The Economist, que acaba de hacer un pronóstico muy optimista: contempla cuatro años seguidos de crecimiento para la economía argentina.
 
Lo cierto es que los inversores ya saben sobre el potencial del país, sin necesidad de que los funcionarios se lo remarquen. Incluso, entendieron la vocación reformista de Macri.
 
Las dudas se generan en el plano político: todavía no están convencidos de que los cambios en curso sean parte de una nueva etapa del país, con bases firmes y perspectiva de continuidad, o si esta fase será apenas una transición pasajera hacia otro Gobierno que vuelva al cierre de la economía.
 
A fin de cuentas, pocos días antes del "mini Davos", el principal dirigente peronista, Sergio Massa, defendió en público su plan de aplicar un cerrojo a las importaciones por un semestre, como forma de proteger a la industria nacional.
 
Tiempo atrás, había impulsado otro proyecto "anti mercado": duplicar las indemnizaciones por despido, ley que Macri vetó por considerar que desestimulaba el empleo.
 
Para los ejecutivos de negocios, las iniciativas del tigrense adquieren una dimensión particular: fue el propio Macri quien, en el foro de Davos en Suiza de comienzos de año, lo presentó como "la principal figura de la oposición".
 
Más aun. Muchos de los que concurrieron al reciente encuentro empresarial en Buenos Aires, tras aplaudir a Macri se trasladaron hasta el hotel céntrico donde los esperaba Massa, que se ocupó de explicarle sus objeciones hacia la política macrista y su visión del escenario político argentino.
 
Al fin y al cabo, si todo se resolviera con aplausos, la conclusión sería que la nueva gestión de gobierno viene siendo un éxito.
 
Lo cierto es que Macri logró sólo a medias su objetivo: "vendió" la imagen de una nueva Argentina que ya no quiere "combatir al capital". Ahora falta que el resto del mundo lo crea. Y refrendar su liderazgo en las elecciones de medio término de 2017.
 
Por Fernando Gutiérrez
 
Fuente: iprofesional.com
 

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28-03-2024 / 08:03
Una nueva, polémica, cruel e insensible decisión del gobierno anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei que perfecciona el desgobierno. Las marchas y contramarchas con la nueva movilidad jubilatoria por DNU, eludiendo al Congreso, sumadas al desbarajuste causado por los despidos indiscriminados en la Anses, terminaron impactando de lleno en los jubilados: se anunció oficialmente que la liquidación de abril se pagará en dos cuotas y ni siquiera se comunicaron las fechas en que se efectivizarán. La libertad avanza en el saqueo: jubilaciones licuadas y en dos cuotas.

Siempre contra los más débiles y en medio de despidos en Anses, por primera vez las jubilaciones se pagarán desdobladas. La primera parte corresponderá al mismo monto de la jubilación de marzo y el segundo tramo a la diferencia por el bono y el aumento por inflación. Milei y Luis "Toto" Caputo siguen golpeando a los adultos mayores bajo el pretexto de demoras en los cálculos para aplicar los ajustes por inflación y el bono de $70.000.

El mismo día que se conoció el dato de pobreza, confirmando que casi 20 millones de personas están alcanzadas; y mientras avanzan con despidos masivos en Anses y otras dependencias estatales, el gobierno aplica un nuevo golpe a los jubilados. En el primer tramo se pagará el mismo monto que se cobró en marzo y la fecha es la correspondiente al calendario. Mientras en segundo tramo se liquidará la diferencia correspondiente al aumento y el bono de $70.000 y aún no hay fecha determinada de pago. 
Se le fue la mano.


Este ataque se suma a la estafa de la nueva movilidad por DNU anunciada este lunes. En la misma se establece que las jubilaciones y pensiones aumentarán en abril un 27,35 %, que es la suma de un 12,5 % de "compensación" por lo "perdido" en enero, cuando en realidad la inflación fue de 20,6 % que el gobierno se negó a dar completo. Y se adiciona un "adelanto de la movilidad" del 13,2 % por la inflación de febrero, "correspondiente al mes de junio de 2024".

A su vez, en mayo se otorgará un aumento "a cuenta" de la movilidad de junio, también basado en la inflación de dos meses previos, es decir la de marzo. Y en junio se aplicará la diferencia por la movilidad actual, es decir, descontando los aumentos a cuenta. El ajuste por IPC entrará en vigencia desde el mes de julio. Otro robo, dando una dádiva que apenas supera la cuarta parte del daño causado. 

Además del robo del empalme el DNU 274/2024 de Milei busca consolidar haberes de miseria y licuar el impacto del bono anunciado. El gobierno de LLA viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional, y lograr el superávit fiscal para cumplir con el FMI. El plan motosierra y licuadora no se detiene, hay que enfrentarlos.

Milei tiene una alta dosis de insensibilidad y no entiende lo que le pasa a un jubilado que cobra 200 lucas. Se ha caracterizado desde que asumió por estar muy lejos de combatir a "la casta", todas las medidas van en contra de los sectores más débiles de la sociedad. Con las jubilaciones por el piso, la Argentina firmó una carta de intención para adquirir 24 aviones obsoletos F-16 a Dinamarca. Cerca de US$ 340 millones irían a la compra de aviones en desuso en un gesto cipayo hacia EE.UU. en su disputa con China. El relato de "no hay plata" se resquebraja tras las necesidades de Milei y Caputo por hacer los deberes con EE.UU. en busca de financiamiento del FMI para su delirante aventura dolarizadora.

La Opinión Popular

 

27-03-2024 / 10:03
El ministro de Defensa, Luis Petri, cerró un acuerdo con su par  de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, por la compra de 24 aeronaves F-16 para la Fuerza Aérea. Poulsen firmó y posó para la foto con Petri en el Edificio Libertador, pero detrás de cámara estaban también presentes el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley.
 
Con la firma del acuerdo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei reafirma su alineamiento cipayo total con Estados Unidos, al concluir una reequipamiento que había quedado abierto desde la gestión de Alberto Fernández y que tenía como alternativa la compra de aviones de última generación  J-17 a China.
 
El ministro Petri no dejó dudas sobre el movimiento geopolítico al compartir en sus redes primero la comunicación oficial del Ministerio y luego una nota de Infobae con el título: "Con el apoyo de Estados Unidos, Argentina firmó una carta de intención con Dinamarca para comprar 24 aviones de combate F16".
 
El acuerdo se cerrará cuando Petri viaje a Copenhague a mediados de abril, donde se sellará el contrato para la adquisición de los 24 aviones F16, que el país aliado de la OTAN ya tiene en desuso para sus operaciones militares. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento.
 
El reequipamiento de las naves quedará a cargo de Estados Unidos por un contrato de 40 millones de dólares, que será una donación de la administración Biden, según informaron desde Casa Rosada. Los aviones valen 300 millones y el armamento y la parte electrónica otros 300 millones, aunque Estados Unidos regala más o menos un 15 por ciento.
 
El acuerdo terminó de sellarse con la reciente visita del actual director de la CIA, William Burns, quien aterrizó en Buenos Aires la semana pasada para visitar la Casa Rosada y reunirse con el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori; y el propio jefe de Gabinete. "Tenemos un problema a corto plazo, Rusia; pero un problema mayor, a largo plazo, China", dijo Burns en la reunión de la semana pasada.
 
Antes de ese reciente encuentro, el presidente Milei recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Rosada y poco después logró un breve encuentro con el candidato republicano y ex presidente Donald Trump.
 
La alineación sistémica de la Casa Rosada con Estados Unidos queda marcada con este acuerdo que cierra las puertas a la propuesta hecha por China para la adquisición de 34 aviones de guerra F17, mucho más modernos y más baratos. De esta manera, las Fuerzas Aéreas adquirirán los aviones F-16 dinamarqueses que están camino al desuso, al punto de que Bélgica se negó a venderle los F-16 a su aliado, Ucrania, porque no los consideró aptos.
 
La Opinión Popular
 

26-03-2024 / 08:03
En medio de confusiones, que obligaron a sacar un decreto correctivo, el gobierno de Javier "el Loco" Milei y Luis "Toto" Caputo estableció la nueva fórmula de movilidad de las jubilaciones por decreto sin pasar por el Congreso. Se actualizarán por la inflación de dos meses atrás, pero en el empalme quedará fijada la pérdida que provocó la mega devaluación de Milei, entre 25 y 30%, y seguirá congelada en ese piso histórico hacia el futuro. Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los magros ingresos de los jubilados.
 
Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional y reducir el déficit fiscal, pero ahora busca dejar asentado que los jubilados serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo DNU cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que, en la actualidad, la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.
 
La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por un nuevo DNU. La "urgencia" del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.
 
En medio de la polémica que se generó por el nuevo DNU, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, criticó al Gobierno de Milei, y a la medida. Según dijo el dirigente peronista, "es impresionante, la decisión de Milei es que el ajuste no recaiga en la casta sino en los jubilados" y agregó: "Es un atraco a los jubilados... Es consolidar una baja que ya se produjo, y ahora ir ajustándola en base a los precios cuando ya el guadañazo se lo dieron al bolsillo de ellos".
 
La propuesta es que las jubilaciones aumenten mensualmente por el IPC de dos meses atrás. Si bien a priori parecería superadora, el empalme provocará una profundización de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de, por lo menos, 25 por ciento. La verdadera trampa se encuentra en el empalme es decir en los meses de transición entre una fórmula a otra. Desde abril, el gobierno decidió comenzar a dar aumentos por IPC "a cuenta" del resultado de la próxima fórmula de movilidad vigente en junio.
 
Con la nueva fórmula jubilatoria, Milei sumó resistencias en la oposición dialoguista. Varios legisladores de ese sector se expresaron contra la nueva fórmula de movilidad, que se suponía que discutirían en el Congreso. El Ejecutivo suma contratiempos en la negociación por la nueva ley Bases que el ministro Guillermo Francos buscará recomponer en un encuentro con mandatarios del Norte Grande.
 
La Opinión Popular
 

25-03-2024 / 07:03
Con una movilización histórica, organismos de DDHH reivindicaron la cifra de 30.000 desaparecidos. La marcha del 24M, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, al cumplirse 48 años del último golpe cívico militar genocida, se convirtió en la tercera gran manifestación callejera contra el gobierno neoliberal anarco capitalista de Javier "el Loco" Milei. El Presidente fue principal blanco de críticas de los organismos de Derechos Humanos, el peronismo, movimientos sociales y la CGT.
 
Como en la huelga general del 24 de enero, y la movilización del 8M, numerosas columnas de organizaciones y miles de personas auto convocadas se volcaron a las calles para repudiar los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar y reafirmar la consigna del Nunca Más. También ratificaron la cifra de 30 mil personas desaparecidas, número que el gobierno libertario puso en duda. En el documento final de la marcha, que leyó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, los organismos de derechos humanos reclamaron una ley contra el negacionismo de los crímenes de la dictadura.
 
Junto a esas consignas vinculadas a derechos humanos, la marcha estuvo atravesada por consignas contra las políticas del gobierno libertario y su siniestro plan de ajuste neoliberal. El 24M fue el tercer gran hito callejero contra el gobierno de ultraderecha. "Milei, basura, vos sos la dictadura", "El que no salta votó a Milei", "No se vende, la patria no se vende" y "Fueron 30 mil de verdad", concurrieron los canticos y las consignas que más se repitieron en la Plaza, donde además se colgaron banderas contra Victoria Villarruel, por su cercanía con los represores condenados por lesa humanidad.
 
El peronismo mostró un gran despliegue de movilización. Por Diagonal Sur, los gremios de la CGT y el Movimiento Evita coparon varias cuadras junto a la UTEP y apenas pudieron ingresar a la Plaza. Por Diagonal Norte, y después de caminar 13 kilómetros desde la ex ESMA, La Cámpora llegó pasado el mediodía en una columna encabezada por Máximo Kirchner. En tanto, el gobernador Axel Kicillof llegó junto a su gabinete y los intendentes del conurbano.
 
Fue una gran convocatoria que los medios hegemónicos tratarán de ignorar, y que respondió a la provocación del gobierno, que unió a la CGT, al peronismo, los movimientos sociales, agrupaciones estudiantiles y al movimiento de derechos humanos. La idea de derechos humanos encaja con la idea de justicia social, de país solidario, de trabajo y retribuciones justas, de protección a los niños, a los enfermos y a los ancianos, de hazañas científicas y culturales.
 
No encaja con la justificación de la dictadura, con el intento de que los jubilados crean que ganan poco por culpa de los de la moratoria y que los trabajadores se enfurezcan con los desocupados porque reciben un aporte sin trabajar. No encaja con el país donde los únicos que ganan son los ricos, como procuran las políticas de Milei. Los ricos son "héroes" para Milei y los beneficiarios de sus políticas.
 
Los cientos de miles que desbordaron la Plaza de Mayo, las diagonales y la Avenida de Mayo están enlazados, hermanados, con los miles que se movilizaron en otras ciudades del país, y con los miles y miles que desde sus casas confluyen en la angustia de la pobreza, la amenaza del desempleo y el hambre o la destrucción de comercios y empresas. Hay vías comunicantes por las que fluye una energía que alimenta resistencias, rebeldías y esperanzas.
 
La Opinión Popular


24-03-2024 / 08:03
Ya en marzo de 1977, al cumplirse un año de la última dictadura militar, estaba claro que el verdadero objetivo de los perpetradores, instigadores y sponsors del golpe de Estado era económico. Por trillado que resulte es esclarecedor volver a la Carta Abierta de Rodolfo Walsh, que por entonces indicaba que "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".
 
Las cifras que exhibía Walsh resuenan hoy con una actualidad preocupante: "En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar", escribió en la carta que fue su testamento público. Los paralelismos con el proceso de concentración de riqueza que comenzó con la llegada al poder de Javier Milei son llamativos.
 
Sin embargo, lo más gravoso de la última dictadura no fue ese ajuste en sí sino el hecho de que dejó sentadas las condiciones para que eso nunca pudiera revertirse. De hecho, en ningún momento de los cuarenta años de democracia ininterrumpida el país estuvo ni siquiera cerca de recuperar las condiciones económicas y sociales que existían en la Argentina hasta marzo del 76. Hubo algo, en la matriz productiva pero también en el conjunto de ideales y valores de la sociedad, que se rompió y nunca pudo repararse.
 
El golpe del 24 de marzo irrumpió en un país en el que, dos décadas después de haber intentado suprimir al peronismo de la vida pública e incluso habiendo atravesado, unos meses antes, la experiencia hiperinflacionaria del Rodrigazo, todavía la pobreza alcanzaba a apenas al 4,4 por ciento de sus habitantes. En octubre de 1983, al recuperarse la democracia, esa cifra se había multiplicado por ocho: el 37,4 por ciento de los argentinos era pobre. Ocho veces más. Esa debacle jamás se pudo revertir.
 
Dicho de otra forma: al comenzar la dictadura, apenas cuatro de cada cien argentinos no alcanzaba a satisfacer sus necesidades básicas, pero cuando terminó, casi cuatro de cada diez habían caído por debajo de esa vara, y la profundidad del cambio fue tal que el país nunca pudo desandar ese camino. El riesgo más acuciante en estos días es que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel complete esa tarea y eleve la pobreza estructural al punto en el que seis, siete u ocho de cada diez argentinos sea pobre para siempre.
 
Entre 1945 y 1976 existía una sociedad en el que la enorme mayoría era parte de una gran clase media: albañiles, docentes, policías, médicos, torneros, porteros, artistas, carpinteros, periodistas, abogados y científicos, empleados o cuentapropistas, comerciantes y profesionales, todos se ubicaban en algún lugar de un amplio arco que iba desde las humildes barriadas obreras suburbanas hasta los barrios céntricos en las ciudades. Con diversas realidades que coexistían, la Argentina era un país de clase media.
 
Después de la dictadura se convirtió en un país con clase media. Pero la pobreza estructural que en el 83 alcanzaba a 4 de cada 10 argentinos nunca pudo desarmarse. Tuvo momentos en los que cedió. Al final de los doce años de gobierno kirchnerista había retrocedido hasta ubicarse en torno al 25 por ciento. Y otros donde creció, en episodios de crisis, hasta llegar al 60 por ciento. Pero un cuarto, o un tercio o más de la población quedaron condenados a apenas subsistir, sin ninguna perspectiva de movilidad social ascendente.
 

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