La Opinión Popular
                  08:39  |  Viernes 29 de Marzo de 2013  |  Entre Ríos
El clima en Paraná
“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores… y hacer que nuestros simpatizantes lo repitan en todo momento”. De Joseph Goebbels a Javier Milei
Recomendar Imprimir
Sociedad e Interés General - 25-08-2016 / 17:08
EFEMÉRIDES POPULARES

Julio Cortázar, un cronopio argentino

Julio Cortázar, un cronopio argentino
Julio Cortázar: "Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".
Julio Cortázar, un cronopio argentino y parisino de corazón, nació el 26 de agosto de 1914, en Ixelles, Bélgica. Hizo alquimia con las palabras, reveló a partir de lo cotidiano otras dimensiones de lo real, revolucionó órdenes cronológicos y espaciales, y lo más sensacional es que nos hizo partícipes imprescindibles de su juego.
 
Para la imaginación de Cortázar, los cronopios son criaturas ingenuas, idealistas, desordenadas, sensibles y poco convencionales, en claro contraste con los famas, que son rígidos, organizados y sentenciosos; y las esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridas.
 
Cortázar fue sin duda uno de los escritores que revolucionaron la literatura del siglo XX, rompió de todos los moldes clásicos, junto a autores como Jorge Luis Borges. Novelas que se confundían entre lo fantástico y lo real sin una línea temporal definida.
 
Vivió casi toda su vida en Argentina y buena parte en París, ciudad en la que se estableció en 1951, en la que ambientó algunas de sus obras y donde finalmente murió. En 1981 se le otorgó la ciudadanía francesa. Cortázar también vivió en Italia, España, Suiza; y en Cuba y Nicaragua, siendo partidario del los procesos revolucionarios castrista y sandimista.
 
Su mayor éxito editorial se publicó en 1963, "Rayuela", pero también dejo notables obras poéticas y muchos relatos cortos, como de los que se compone el libro "Historias de Cronopios y famas".
 
Se fue en Paris, un 12 de febrero de 1984. Desde entonces el mundo en menos verde, menos húmedo y algo más previsible.
 
La Opinión Popular

Julio Cortázar, el mago
 
Por ese azar que en su opinión obraba mejor que la mismísima lógica, le tocó nacer y morir en Europa (Bruselas, 26 de agosto de 1914-París, 12 de febrero de 1984), pero Julio Cortázar es fibra viva del tronco cultural latinoamericano y, como tal, una de las más relevantes figuras de toda la literatura de habla hispana, en la que dejó una obra descomunal.
 
Con su lectura nos involucramos en una búsqueda irrenunciable de la autenticidad y del sentido profundo de la vida, salimos de nuestro punto de vista convencional para descubrir el misterio que está ahí sin revelársenos aun ante nuestros ojos.
 
Por su volumen y por su naturaleza la obra cortazariana, incluyendo obviamente la poesía, es interminable. Cultivador por excelencia del relato fantástico, fundió con especial capacidad en uno solo los mundos de la imaginación y de lo cotidiano, de lo cual es ejemplo an­tológico su cuento Casa tomada.
 
Su imaginación seductora se expande en las Historias de cronopios y famas, donde nos hace cómplices de las singulares actitudes frente a la vida de "esos seres desordenados y tibios". Pero indiscutiblemente la nota más alta de la propuesta innovadora de Cortázar es su novela Rayuela con su inédita invitación a que participemos como coautores, leyéndola  según indica su tablero de dirección.
 
Y junto a ese legado literario está el compromiso social, en cuya cristalización tuvo mucho que ver su primer viaje a Cuba. "La Revolución cubana me mostró entonces el gran vacío político que había en mí", confesó. Aquí mantuvo estrechos lazos con la Casa de las Américas, institución de cuyo espíritu fue permanente forjador desde que en 1963 participó como jurado de su Premio Literario.
 
A partir de entonces, sin abandonar su terreno lúdico y fantástico, manifiesta también ese activismo en obras como la novela Libro de Manuel o Nicaragua tan violentamente dulce, donde reúne textos escritos a lo largo de su aproximación con le revolución sandinista.  Formó parte del Tribunal Russell II que juzgó y denunció las violaciones a los derechos humanos de diversas dictaduras latinoamericanas. 
 
Ese compromiso expreso hace que el régimen de facto de su Ar­gentina tomada lo colocara en sus listas negras, y Cortázar pasó de ser un emigrado voluntario a un exiliado.
 
Pero si una herencia revolucionaria nos dejó el eterno cronopio trotamundos, es que su Rayuela encontró siempre en los jóvenes a sus más fervientes lectores. Por eso hoy, erguido en sus primeros cien años, los invita renovado a la inefable magia de degustar la palabra.
 
Autor: Madeleine Sautié
 
Fuente: granma.cu

NicoSal soluciones web

© Copyright 2009 LA OPINIÓN POPULAR – www.laopinionpopular.com.ar - Todos los derechos reservados.

E-mail: contacto@laopinionpopular.com.ar