Nacionales - 26-05-2016 / 15:05
EN CONTRASTE CON LAS FIESTAS POPULARES DE LOS ULTIMOS AÑOS, MACRI ORGANIZO SU 25 DE MAYO SIN GENTE EN LA CALLE
Vallas en la Plaza y “gente como uno” en un locro vip en Olivos
Saluditos a nadie. Por miedo a su protesta, el Gobierno suspendió un acto en la Rosada y valló la plaza. La decisión va en contra de los proyectos que comentaban los macristas al comienzo de su Gobierno, hace apenas seis meses, cuando soñaban con levantar las vallas y mostrar una Casa Rosada con una mayor cercanía al pueblo. En los discursos de esa época, se dedicaron a describir a Macri como un presidente que, a diferencia de su antecesora, se mostraba cerca del pueblo. El peor error que puede cometer un gobernante es la soberbia y cerrar los canales de diálogo. No reconocer los problemas, rodeándose de funcionarios y colaboradores que son meros obsecuentes, es un camino que conduce al fracaso.
Tanto Mauricio Macri como la gobernadora María Eugenia Vidal se están pareciendo, cada vez más, a la ex presidenta Cristina Fernández. Los tres tienen una llamativa necesidad de estar rodeados de aplaudidores, clausurando el contacto con los ciudadanos de a pie que, en definitiva, son los que sufren en carne y hueso los resultados de las fracasadas políticas económicas.
Mientras Cristina evitaba tener contacto con la realidad utilizando a los militantes rentados de La Cámpora y a otras agrupaciones de fanáticos cristinistas que copaban los actos, la reverenciaban y festejaban cada una de sus afirmaciones y ocurrencias, el macrismo también decidió aislarse. Pero con una pequeña diferencia de estilo.
En lugar de recurrir a los militantes rentados llevados en colectivos, el gobierno de Macri ayer mandó a instalar vallas y cordones de seguridad en la Plaza de Mayo, utilizando algunas inverosímiles excusas como el supuesto hallazgo de bombas molotov que, cabe destacar, terminaron siendo un simple bidón.
Fue un 25 de mayo VIP para pocos. Lejos de los festejos populares, Macri ordenó vallar la Plaza de Mayo para evitar protestas. Una multitud de policías solo dejó pasar a funcionarios y unos pocos elegidos. Igual tuvo que escuchar que el arzobispo Mario Poli le remarque la agudización de la pobreza.
"Que no nos paralicen las estadísticas, no perdamos la sensibilidad de escuchar y redoblar esfuerzos y servicios ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren la humillación por carecer de lo esencial", pidió Poli. Macri lo escuchaba con cara de "yo no fui" junto a la primera dama Juliana Awada. Apenas concluyó la homilía, el jefe de Gabinete se apuró a aclarar que el Gobierno estaba "cien por ciento de acuerdo" con lo expresado por la Iglesia. Como si el mensaje hubiera sido dirigido a otros.
En definitiva, las medidas de seguridad frente a la Casa Rosada y el Cabildo provocaron que las celebraciones por el 206º aniversario de la Revolución de Mayo fueran para unos pocos. Muchos argentinos que ayer querían festejar y compartir con su familia el Día de la Patria, no lo pudieron hacer.
El acto central se trasladó a Olivos, con 400 invitados seleccionados, donde ni siquiera pudo asistir el periodismo. Como una forma de intentar mostrar su falso costado "social", Macri se puso un gorro y sirvió algunos platos de locro, en un encuentro donde solamente fueron invitadas personas y organizaciones ligadas directamente al macrismo.
En definitiva, Macri ayer cometió un grosero error político al no haber convocado al diálogo y a la unidad, tal como lo pidió la Iglesia, en momentos de alta conflictividad social y de profundas desavenencias entre los argentinos. El aniversario de la gesta de Mayo hubiese significado la oportunidad ideal para hacer una convocatoria de este tipo en pos de encontrar consensos que permitan encontrar los caminos del desarrollo.
La Opinión Popular
La Plaza de Mayo, dividida durante el tedeum
De un lado de la valla, los bombos y los gritos de una mujer amplificados por un megáfono. Del otro lado, sobre la Plaza de Mayo, unos parlantes transmiten la música que se escucha dentro de la Catedral porteña tras la llegada del presidente Mauricio Macri. Los sonidos se mezclan en una mañana donde los contrastes empañan el clima de festejo.
"Algunos no quieren que esto sea una fiesta patria, pero lo es igual, más allá de las diferencias que haya con un gobierno", dice Marcela, una abuela joven que trajo a su nieto para "que viva lo que es el 25 de mayo".
Minutos antes, mientras se esperaba la llegada de Macri, unas 200 personas que lograron llegar a la plaza a pesar del enorme operativo de seguridad que valló sus alrededores aprovecharon para ver una muestra de danza tradicional a los pies de la Pirámide de Mayo, decorada con banderas argentinas. Alumnos de tres escuelas de danzas de la Ciudad de Buenos Aires bailaron una chamarrita y un malambo entre aplausos y vitoreos. También se repartió chocolate caliente y churros gratis. No podían faltar.
Hacia las 10.50, Macri se trasladó a pie desde la Casa Rosada, acompañado por la vicepresidenta, Gabriela Michetti ; el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti ; el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo , y el gabinete de ministros. Juntos caminaron por la avenida Rivadavia escoltados por el Regimiento de Granaderos a Caballo y banderas argentinas.
A metros de la Catedral, separados las vallas y por un corredor de Gendarmería, un grupo numeroso de cooperativistas y militantes de izquierda que pasaron la noche allí aceleraron el tronar de los bombos para hacerse oír. Frente a la ex jefatura de gobierno porteño reclamaban a Horacio Rodríguez Larreta que cumpla con su compromiso de otorgar un aumento del 40%. Son los mismos que la semana pasada tomaron la entrada del actual edificio de gobierno, en Parque Patricios.
La ceremonia en la Catedral duró una hora. A la salida, el Presidente se acercó a las vallas decoradas con banderas celeste y blancas para saludar a la gente que lo fue a ver. Instantes después se subió a una camioneta junto a la primera dama, Juliana Awada .
A los pocos minutos, los curiosos que se acercaron a la plaza comenzaron a abandonar el lugar y el clima de celebración quedó atrás. Solo quedó el sonido de los bombos y los gritos de militantes kirchneristas que, pidiendo el regreso de la ex presidenta Cristina Kirchner , se toparon con las vallas en la avenida de Mayo y Perú.
Alan Soria Guadalupe
Fuentes: La Nación, Hoy en la Noticia y LOP