Nacionales - 03-09-2015 / 09:09
FALACIAS DEL CRISTINISMO QUE SE CAEN POR SU PROPIO PESO
"Proceso de reindustrialización K": Otra vez la realidad desmiente a Cristina
La Presidenta celebra el Día de la Industria en un país dominado por la expansión del monocultivo de soja, principal fuente de ingresos de los años de abundancia durante la era K. La dependencia de la soja, el “yuyito” de Cristina, se ha propagado en nuestro país a costa de decenas de otras actividades vinculadas directamente al consumo de la población y a la producción industrial. Así han sido desplazados o liquidados cultivos hortícolas, avícolas, tambos, campos ganaderos, montes frutales, y otras producciones tales como papa, arroz, batata, lenteja, arveja, algodón, lino, etc. Este proceso ha afectado gravemente las posibilidades de alimentos diversificados y a un precio accesible para la mayoría de nuestra población. La expansión de la soja ha acentuado a su vez, el proceso de explotación latifundista de la tierra, con todas sus implicancias de despoblamiento del campo y uso irracional del suelo. Sólo de la mano de la soja, la administración K pudo avanzar con su estrategia de expansión del gasto público clientelar, que incluyó una abultada y creciente "factura" en concepto de subsidios.
El "relato K" intenta imponer en la sociedad una visión de la Argentina con una industria floreciente y de una producción que desborda por la enorme cantidad de políticas públicas que se encararon desde el Estado nacional. La realidad, como sucede ante cada una de las palabras del cristinismo, dista mucho de la oratoria oficial.
Ayer, con un discurso que duró una hora y veinticinco minutos, la presidenta Cristina Fernández encabezó el acto por el Día de la Industria, y en compañía del gobernador Daniel Scioli y de Carlos Zannini, dejó en claro la falsedad de sus palabras, al manejar datos totalmente imposibles de verificar en la vida diaria.
Convirtiéndose en jefa de campaña de la fórmula presidencial del Frente para la Victoria, la mandataria afirmó que "en Daniel y en Carlos está el ADN de la industria". Horas antes, Scioli había dicho que en la Argentina hubo "una industrialización". En realidad, la única industria que creció, en los últimos años, fue la del narcotráfico y la del clientelismo político.
Cristina, apelando a las siempre cuestionables estadísticas que proporciona el Indec, adujo que bajo la mal llamada década ganada "el consumo creció un 84%", así como también "la construcción y el trabajo en blanco sufrieron un crecimiento increíble por la implementación del plan Procrear", una realidad insostenible cuando hay 12 millones de pobres y uno de cada 3 trabajadores está en negro.
Pero la parte más disparatada de su discurso vino cuando sostuvo que "hace 12 años no había industrias, no había trabajo y había crisis social. Hoy nos vamos con un país floreciente y en paz", olvidándose de que la recesión económica se instaló hace dos años y del escándalo social que se desató en Tucumán tras el fraude en las últimas elecciones.
En su extenso monólogo en Tecnópolis, Cristina afirmó que "cuando llegamos en el 2003 había 80 parques industriales y nos vamos del gobierno con 330 en todo el país". Esos parques que nombra la Presidenta, tienen fábricas con las persianas bajas y las que quedan en pie poseen graves problemas para producir como resultado de las fuertes restricciones impuestas desde el gobierno de CFK.
Un ligero examen de la industria nacional, da cuenta de un país que no ha tenido un proceso de desarrollo, producto de la falta de un plan estratégico por parte de los K, que ha llevado a la Argentina al borde del abismo económico. Lo que no dice Cristina es que el empleo privado está estancado hace 4 años y no hay nueva generación de empleo.
La Argentina, si en vez de estar pensando cómo exportar naranjas en cajones, exportase jugos a nivel internacional o exportase alimentos preparados con frutas y hortalizas, exportase mermeladas y frutas elaboradas con manzanas, kiwis y otras frutas, eso sí es un proceso de industrialización y no tendríamos la crisis de las economías regionales que tenemos hoy día.
No ha habido durante esta "década ganada" ningún cambio productivo, sino que se empeoró con un proceso basado en la exportación de recursos naturales, principalmente la soja y la minería, y con una estructura industrial dependiente de los insumos importados.
La Opinión Popular
DÍA DE LA INDUSTRIA
Para Cristina, la industria está en el nivel más alto de la historia
En su última cena como Presidenta por el Día de la Industria y horas después de los reclamos que recibió de la UIA, Cristina Kirchner consideró que en la década K en el poder se produjo "el crecimiento industrial más importante de toda la historia" argentina "desde 1900 a la fecha" y atribuyó el problema del freno a las exportaciones a que "el mundo y los principales socios comerciales (del país) se han caído" y, acompañada por el candidato a presidente del Frente para la Victoria Daniel Scioli, se mostró convencida en la necesidad de "no volver para atrás" para iniciar "la etapa del desarrollo" y "profundizar la reindustrialización".
En Técnópolis, ante cerca de 3.300 empresarios que pagaron 1.500 pesos el cubierto, la Presidenta pronunció un discurso que se prolongó durante más de una hora y media en el que alternó un repaso de estadísticas sobre el sector industrial con definiciones políticas.
"Vamos a tener que hacer un esfuerzo doble en la cohesión entre el trabajo y el capital, no para sustituir importaciones, como venimos haciendo, sino también sustituir exportaciones", admitió Cristina, al señalar las dificultades que afronta el sector. "El problema es que se cayó el mundo y nuestros principales socios comerciales", dijo. Y puntualizó el caso de Brasil, "que está atravesando una dura crisis".
Luego, apoyándose en diversas filminas, aseguró que en la Argentina, desde 2003 se ha producido "el crecimiento industrial más importante de la historia argentina". Aunque advirtió que "lo más importante fue el cambio cultural de que ahora se sabe que sin industria no hay país y no hay futuro".
Cristina también salió al cruce de "candidatos y empresarios" que "dicen que hay que abrir la economía" y dijo que en la actualidad "es mucho más abierta que en los 90".
En medio de la coyuntura electoral, la Presidenta le dedicó varios guiños a Scioli. En principio, le aconsejó "no preocuparse" por quienes intentan "deslegitimar" su triunfo en las PASO. Y luego recurrió al discurso de campaña del gobernador bonaerense y sostuvo que se viene "la etapa del desarrollo" y que se debe "profundizar la reindustrialización".
Asimismo, se mostró convencida de la necesidad de "no volver para atrás" y de "seguir en este camino con la fuerza y la convicción de Daniel y (Carlos) Zannini". Y, por último, también despejó dudas respecto al presunto rol de control que -algunos entienden- ejercerá sobre Scioli: "Conmigo no cuenten (para eso)".
Sobre el cierre volvió a hablarles a los industriales. Contrastó la "fuerte inversión" que realizaron empresas extranjeras y consideró que "sería bueno que esa confianza se hiciera extensiva al empresariado argentino". Y culminó con un dardo a la "próxima conducción" de la UIA al pedirles "que no se olviden que el motor del desarrollo han sido las pymes".
En la mesa principal, junto a la Presidenta y Scioli estuvieron Héctor Méndez, titular de la UIA, y Juan Carlos Lascurain, ex presidente de la entidad; dirigentes como Osvaldo Rial y Guillermo Moretti, Marcelo Fernández (CGE), Osvaldo Cornide, de CAME y Carlos de la Vega (Comercio). Además de Carlos Zannini y los ministros Axel Kicillof, Julio de Vido, Débora Giorgi (Industria); y Antonio Caló, titular de la CGT.
Por Ignacio Ortelli
Fuentes: Clarín, Hoy en la Noticia y LOP