Nacionales - 06-07-2015 / 10:07
SE DILUYE LA ESTRATEGIA K DE PRESENTARSE COMO GANADOR ANTICIPADO DE LAS PRESIDENCIALES
Mal súperdomingo para los K: la oposición goleó al cristinismo por 4-1
Arriba: Horacio Rodríguez Larreta, con el padrinazgo de Macri, ganó por una amplia diferencia la primera vuelta de las elecciones porteñas a jefe de Gobierno. Sin embargo, no le alcanza para evitar tener que enfrentar una segunda vuelta. Medio: En Córdoba, el candidato a gobernador, Juan Schiaretti, le da 20 años de peronismo a Córdoba. A su lado, Sergio Massa. Abajo: En La Rioja, Daniel Scioli, Carlos Zannini, Aníbal Fernández y 'Wado' de Pedro con Beder Herrera y la fórmula ganadora Sergio Casas-Néstor Bosetti, no parecen muy contentos.
Desde ayer, las cosas parecen complicarse para Cristina Fernández. El raid de elecciones que se registró en Capital Federal, Córdoba, La Rioja, La Pampa y Corrientes deja un escenario extremadamente complejo para el cristinismo que puede ser determinante a la hora de la verdad, cuando el conjunto de los argentinos tengan que ir a las urnas para elegir nuevo presidente.
En Capital Federal, el macrismo festejó el amplio triunfo de Horacio Rodríguez Larreta. Y los K perdieron el segundo lugar que había consolidado en la última década. Pero el resultado es agridulce ya que deberán ir a balotaje con Lousteau. Es decir, en el pago chico del macrismo, Macri no pudo hacer una demostración de fuerza que sea realmente contundente como para opacar las derrotas que los macristas sufrieron en Córdoba y La Rioja.
En Córdoba, la alianza entre el Pro, el radicalismo y el senador Luis Juez no pudo con el peronismo opositor de José Manuel de la Sota, que logró que su candidato Juan Schiaretti se imponga en la elección. Muy por detrás se ubicó el candidato de la Casa Rosada, Eduardo Accastello.
Un resultado pobre obtuvieron los K en La Pampa donde el peronista opositor Carlos Verna aplastó a La Cámpora. El senador le ganó por paliza la interna al cristinista Bruna, apoyado por el gobierno de CFK y el mandatario provincial Jorge. Así, Verna que viene manifestando una fuerte oposición en el Senado, vapuleó en la interna del PJ a una lista que contaba con el apoyo explícito de la Casa Rosada.
En Corrientes, el radical Ricardo Colombi, logró un rotundo triunfo en las elecciones legislativas de su provincia, donde ratificó su liderazgo frente a un cristinismo que incluso perdió en la capital, su bastión. El único candidato presidencial que estuvo en la provincia fue Sergio Massa, quien acompañó a su aliado Pedro Cassani, que encabezó la lista de diputados provinciales. El líder del Frente Renovador luego viajó a Córdoba.
El único triunfo K fue en La Rioja. Allí el cristinismo se tuvo que conformar con una victoria denunciada por fraude y prebendas. La Rioja es una de las provincias más feudales del país, donde campea el clientelismo político y cuyas cuentas públicas dependen, en un 90%, de los recursos federales que se giran en concepto de coparticipación. Por ende, la principal fuente de empleo en esa provincia es el Estado.
Eso no es todo: el triunfo cristinista tuvo un fuerte componente menemista ya que Carlos Menem ha sido un fiel aliado de los K en las votaciones más polémicas en la Cámara alta. La presencia de Daniel Scioli en La Rioja intentó nacionalizar el resultado que no pudo tapar las pobres performance K en Capital Federal y Córdoba, donde salieron terceros cómodos.
Lejos de reconocer el mensaje de las urnas, Cristina decidió mirar para otro lado, como si fuese una monarca europea. Pésima perdedora, ayer utilizó su cuenta en twitter solamente para celebrar el triunfo del "No" en Grecia, sin siquiera mencionar las elecciones argentinas. No es una broma: Cristina cree que lo que ella no nombra no existe.
La Opinión Popular
Desde ayer, las cosas parecen ser más complejas para el kirchnerismo
La poderosa instalación de la fórmula presidencial Scioli-Zannini encontró su primer obstáculo: aunque responden a dinámicas propias de cada distrito, los resultados electorales de ayer alejan la idea de que el kirchnerismo transita sin dificultad hacia su continuidad en el poder a partir de diciembre. Aunque la Presidenta conserva sin duda la iniciativa y no perdió nunca el centro del escenario político, está visto que las cosas serán más complejas.
No puede ser casual que la primera frase que pronunció Mariano Recalde antes de reconocer su derrota fuera una alusión al triunfo del NO en el referéndum de ayer en Grecia por las negociaciones con Europa. Si de verdad había algo para celebrar en el kirchnerismo estaba a muchos miles de kilómetros del bunker montado anoche en el ND Ateneo. Cristina Kirchner perseveró en esa misma búsqueda inverosímil, más tarde, en Twitter. Ya casi no hay espontaneidad en la política.
El kirchnerismo venía de ganar el balotaje en Tierra del Fuego con una candidata que se declaró sciolista, la senadora Roxana Bertone, y también de una excelente elección en Santa Fe con Omar Perotti. Pero el principal activo con el que llegaba al turno electoral de ayer, el más importante antes de las PASO presidenciales, era la nominación de una fórmula única, que terminó de confirmar la comunidad de intereses entre la Presidenta y Daniel Scioli.
Esa rara y elogiada síntesis que propuso el kirchnerismo para la sucesión ayer recibió dos fuertes golpes, en la Ciudad de Buenos Aires y en Córdoba, donde si bien nadie esperaba que ganara, había comprometido los respaldos explícitos de la Presidenta y del gobernador bonaerense.
En la Ciudad, el kirchnerismo perdió el segundo lugar que había consolidado en la última década en oposición al macrismo a manos de una fuerza de destino incierto como la que encabeza Martín Lousteau. Su candidato mejoró unos pocos puntos la perfomance en las PASO, pero perdió 150 mil votos respecto de los casi 500 mil que consiguió Daniel Filmus cuatro año atrás. No hace falta indagar en números para descubrir que la campaña de Recalde fue millonaria en gastos y en el uso de recursos del estado nacional.
El otro gran tropiezo fue Córdoba, donde triunfaba anoche la fórmula de simultaneidad en el poder entre José De la Sota y Juan Schiaretti, del peronismo disidente de Unión por Córdoba. El kirchnerismo aspiraba a un segundo lugar en la provincia con la candidatura de Eduardo Accastello, que parecía cómodamente instalado allí en los últimos días.
Fue desplazado al tercer lugar (y al 18 por ciento) por la múltiple alianza que encabezó el radicalismo y el PRO que encarnó Oscar Aguad. Esa alianza, que no reconocía anoche la derrota y amenazaba con disputar el liderazgo, se imponía holgadamente en la capital provincial.
Córdoba, segundo distrito electoral de país (representa el 8,6% del total nacional), se anticipa como un territorio de feroz disputa en la elección nacional: Schiaretti recibió ayer llamados de felicitación de Cristina Kirchner, Daniel Scioli y Mauricio Macri. Sergio Massa lo acompañó anoche en su provincia, donde le hicieron un lugar.
A los reveses en la Ciudad y en Córdoba el kirchnerismo sumó el de su candidato Fabián Bruna en la interna para gobernador en La Pampa, donde se impuso el senador peronista Carlos Verna.
Cristina Kirchner había apostado por Bruna (quien la asesoró no pasó una buena noche ayer). El kirchnerismo además disputaba anoche por la mayoría en la legislatura provincial en Corrientes, donde competía contra una alianza entre el radicalismo y referentes del massismo local.
Daniel Scioli y Ernesto Sanz viajaron ayer a La Rioja a esperar los resultados de la tercera de las elecciones a gobernador de ayer. Aníbal Fernández, que acompañó a Scioli junto con el secretario de la Presidencia Wado de Pedro, dijo que estaba "celebrando" junto al nuevo gobernador Sergio Casas.
El candidato del radicalismo, Julio Martínez, se había atribuido temprano el triunfo. Un cambio de signo en La Rioja en el noroeste-podría afectar los equilibrios para el diseño nacional del kirchnerismo.
Desde una perspectiva nacional, las elecciones confirman la preeminencia de los oficialismos. Las elecciones por distrito siguen teniendo una fuerte impronta local, como muestran las aprobaciones a las gestiones de Macri en la Ciudad, y de De la Sota en Córdoba. Ambos reafirmaron sus aspiraciones presidenciales.
Después de la frustración en Santa Fe con Miguel del Sel, el macrismo deseaba, en orden de preferencias, o bien ganar en primera vuelta o bien enfrentar en un balotaje al kirchnerismo. No alcanzó su objetivo de máxima, lo que también muestra un límite.
Ya tienen gobernador tres de los cinco principales distritos. En ninguno de ellos pudo imponerse el kirchnerismo y el macrismo va a balotaje en la Ciudad y comparte una victoria con la UCR en Mendoza.
Un repaso hasta ahora muestra: 9 provincias ya votaron gobernador: en 5 ganó el oficialismo local (Córdoba, Salta, Neuquén, Santa Fe y Río Negro); en 2 la oposición al oficialismo local (Mendoza, Tierra del Fuego) y habrá segunda vuelta en una (CABA).
De esos distritos, el kirchnerismo ganó en dos (Salta, Tierra del Fuego), la UCR en uno (Mendoza); el socialismo en 1 (Santa Fe); el peronismo disidente, en 1 (Córdoba), el macrismo disputa por la CABA y en las otras dos ganaron fuerzas locales, el MPN y el oficialismo en Río Negro. Anoche no estaba claro el destino de La Rioja.
El kirchnerismo ya había tenido sus derrotas, pero en lo que habían sido buenas perfomances electorales, que rondaban el 30 por ciento, como en dos distritos importantes como Santa Fe y Mendoza, con un piso más bajo con el tropezón de Miguel Pichetto en Rio Negro. Ayer mostró otra cara.
Sorprendió la cerrada declaración de principios que lanzó Carlos Zannini ayer en una entrevista - inusual en el ahora candidato a vice- con el diario Página 12. Si no lo fue, la elección de ayer se parece mucho a una respuesta.
Por Walter Curia
Fuentes: cronista.com. diariohoy.net y laopinionpopular.com.ar