Nacionales - 24-05-2015 / 16:05
ADEMÁS DE ABRUMAR A LOS ARGENTINOS CON LAS CADENAS NACIONALES
Se derrochan más de 12 millones al día en propaganda del Gobierno para mantener el relato K
Elecciones 2015. En lo que va de 2015, ya se pagaron $ 1.627.592.172 en propaganda oficial a través de la Secretaría de Comunicación, el Fútbol para Todos y la ANSeS.
El gobierno de CFK, además de atormentar a los argentinos con las cadenas nacionales, gasta por día 12 millones de pesos en publicidad para mantener el relato oficial. En lo que va de este año electoral fue tan voraz la ejecución de estos recursos que en apenas cuatro meses y medio ya consumió el 70%5 de la partida anual que le destinó la ley de presupuesto 2015 por un total de 1203,2 millones de pesos. Por lo que es muy probable que durante el segundo semestre reciba otro refuerzo millonario para llegar con buen oxígeno a las elecciones presidenciales de octubre.
La política comunicacional del Gobierno es prioridad en la ejecución presupuestaria este año. Lo revelan las propias cifras oficiales: mientras que el programa Prensa y Difusión de los Actos de Gobierno lleva gastado el 70 por ciento de sus recursos -840 millones en total-, la ejecución promedio del resto de las partidas del Presupuesto 2015 no supera el 35%. Exactamente la mitad.
Pero sería un error pensar que el Gobierno de CFK canaliza sólo por este programa su política publicitaria; el universo comunicacional del cristinismo comprende además el programa Fútbol para Todos -que lleva ejecutado el 44,2% de sus 1634 millones de pesos para este año-, como también las distintas áreas de la administración pública que propagan la gestión cristinista, como la Televisión Pública, la agencia oficial Télam y el Instituto del Cine Incaa, por mencionar algunas.
A este vasto complejo propagandístico oficial habría que sumar las cadenas nacionales de la presidenta Cristina Fernández, cada vez más frecuentes a medida que se acerca la fecha electoral. En lo que va del año, ya protagonizó 19 cadenas nacionales, a razón de una por semana promedio. De acuerdo con un informe que elaboró el diputado y jefe de bloque Mario Negri (UCR), desde 2008 hasta el jueves pasado la Presidenta encabezó 125 mensajes por cadena nacional, mientras que su antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, sólo protagonizó dos durante sus cuatro años de mandato.
Asimismo debe incorporarse el gasto en publicidad oficial de otros organismos del Estado, entre ellos, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Aerolíneas Argentinas (AA), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Banco Nación Argentina y Yacimientos Petrolíferos Fiscales SA (YPF), de los cuales se omite publicar información.
Por caso, la Fundación LED señaló que la Anses gastó el año pasado unos 530 millones de pesos en publicidad oficial, mientras que Aerolíneas Argentinas destinó 46,5 millones a este rubro sólo durante el primer semestre de 2014. Ambos datos fueron suministrados por sendos organismos públicos.
El problema no es solamente la ejecución millonaria de recursos públicos en propaganda oficial, sino la arbitrariedad en la distribución de la publicidad oficial. Según la Fundación LED, desde 2011 hasta la fecha se ha acentuado notablemente la brecha entre los medios que más recursos reciben y aquellos a los que se les asigna, sin criterio razonable, menor pauta oficial.
"Del análisis preliminar de la información realizado por la Fundación LED, se desprende que la matriz de distribución arbitraria de los recursos destinados a la pauta publicitaria tiende a consolidarse, concentrando la asignación de recursos en un reducido grupo de medios de comunicación con líneas editoriales afines al Gobierno relegando a los medios independientes o críticos de la gestión oficial", concluyó el informe.
La Opinión Popular
Doce millones de pesos por día para mantener el relato oficial
Por Eduardo Paladini
Es la prueba más brutal de que la excusa para tirar la cadena nacional una vez por semana, la supuesta falta de amplificadores en grandes medios para revelar los logros del Gobierno, resulta apenas eso, una excusa. Mejor dicho, es mentira. Como nunca en la democracia, el kirchnerismo gastó miles de millones de pesos de los argentinos en autopropaganda. Y no hace falta trasladarse a gestiones ajenas para que la comparación desnude la obscenidad. Como en tantas otras áreas, basta con remontarse al arranque del modelo. En 2003, cuando desembarcó Néstor Kirchner, la Nación promediaba unos 100 mil pesos por día en publicidad. En 2015, cuando suelta amarras su esposa, esa misma plata para idéntico fin se esfuma cada 11 minutos (y medio).
Las conclusiones forman parte de un informe que elaboró el abogado de la Coalición Cívica Hernán Reyes, en base a datos oficiales del Ministerio de Economía de la Nación. Incluye las tres grandes cajas de las que se vale el oficialismo para intentar hacerse oír: la Secretaría de Comunicación Pública, el Fútbol para Todos y la ANSeS. En este último caso, Reyes debió apelar a un pedido de acceso a la información pública para conocer los datos del rubro en el organismo que conduce Diego Bossio, uno de los precandidatos a gobernador que debió pegarse un duchazo de humildad y bajarse. La campaña, claro, explica y deja al descubierto el descontrol del derroche publicitario.
"Así como ocurre en otras áreas como vivienda, el Gobierno nacional dispone con total arbitrariedad del dinero que debe ser otorgado a áreas específicas. En el caso del ANSeS, esto tiene el agravante de que es dinero que debería destinarse a brindarles a los jubilados un haber digno, por el que han trabajado", denuncia Reyes.
Por donde se los aborde, los números de la propaganda K dan pavor. La comparación del primer Kirchner y la última Cristina, las 24 horas contra los 11 minutos (y medio), es sólo una. ¿Otras? En los 12 años K, mayo de 2003 contra mayo de 2015 (el informe tiene datos actualizados al 10 de este mes), el Gobierno gastó $ 16.624.875.320. De lunes a lunes, desde que él asumió hasta hoy, con ella, el kirchnerismo promedió casi 4 millones de pesos por día para difundir su gestión. En lo que va del año se gastaron, sumando la Secretaría de Comunicación, el Fútbol para Todos y ANSeS, $12.519.939 por día, si se toma en cuenta que se ejecutaron $1.627.592.172 hasta el 10 de mayo.
Las preguntas se caen de obvias: ¿por qué necesita ahora Cristina agregar tanta cadena nacional, que usada discrecionalmente no es otra cosa que propaganda gratuita? ¿Por qué siguen los ataques a la prensa que no replica las noticias como gustan en la Casa Rosada? Las respuestas pueden ser variadas. Una, que el monumental aparato de medios oficialistas o sostenidos con recursos públicos nunca tuvo una audiencia que perforara la tribuna propia. Un costoso monopolio para repetir consignas que su público ya sabía.
Esa incapacidad por conquistar nuevas audiencias con armas propias explica también la obsesión por avanzar sobre plataformas ajenas. Decisiones estratégicas que ameritaban un debate, se prostituyeron con tanta propaganda. Desde la recuperación para el Estado de los fondos de los jubilados hasta el fútbol gratuito por TV. En varios casos, bonitos planteos que en la práctica terminaron alumbrando monstruos peores de los que se prometía combatir. Todo con fondos públicos, claro. Aunque suena a obviedad, vale recordarlo: la lucha denodada del kirchnerismo se alimenta de recursos de todos. Incluidos los bolsillos de millones de argentinos que no comulgan con los cambios. Durante la cruzada revolucionaria, casi no hubo funcionario de primera línea del Gobierno que no aumentara su patrimonio. Business are business.
La voracidad por la propaganda hace que ni siquiera alcance con las sensibles subas presupuestadas año tras año. Un caso emblemático es la Secretaría de Comunicación Pública, que comanda Alfredo Scoccimarro. No hubo año desde 2003 que esta oficina dependiente de la Jefatura de Gabinete se ajustara a lo planificado. Dos ejemplos de desfasajes, según el informe de Reyes: el año pasado, la Secretaría presupuestó 950 millones y gastó más de 1.700; hasta el 10 de mayo, ya se ejecutó el 65% de los 1.200 millones pautados para 2015. Difícil que se cumpla la meta.
Fuente: Clarín