Nacionales - 02-05-2015 / 09:05
LLENÓ VÉLEZ, RECARGÓ SU PROYECTO PRESIDENCIAL Y APUNTÓ CONTRA SCIOLI, MACRI Y LA CÁMPORA
Sergio Massa: “Voy a ser presidente porque me da asco la corrupción; los voy a meter presos, yo no les tengo miedo”
Fue un acto político peronista, en especial por la movilización de los militantes del GBA, que corroboró los problemas de comunicación que encuentra hoy Sergio Massa. Por ejemplo, la escasa trascendencia que le dedica el multimedios de Grupo Clarín, alineado con Macri. De todos modos, Massa se jugó y dijo: "Voy a ser Presidente porque me da asco la corrupción: los voy a meter presos", y prometió perpetua para narcotraficantes y violadores, eliminar el impuesto a las Ganancias, bajar la inflación y eliminar la pobreza y a los "ñoquis de La Cámpora". Siguieron las críticas a Cristina Fernández, a La Cámpora, a Daniel Scioli y a Mauricio Macri, frente a una cancha colmada. "Hay un candidato que repite lo que le dicen desde la Casa Rosada y nos quieren convencer que la otra vereda es el pasado, volver al ajuste y al helicóptero", sostuvo al criticar -sin nombrarlos- a Scioli y Macri. Y señaló: "Voy a ser presidente porque me rebela un país con tanta pobreza. Me da asco la corrupción, los voy a meter presos, no les tengo miedo", sentenció.
Sergio Massa realizó una contundente demostración de fuerza y capacidad de movilización de los sectores del peronismo que lo apoyan con un multitudinario acto en Velez en el que atacó duro a Daniel Scioli, a quien calificó como "un lorito servil", a Mauricio Macri lo identificó con "el pasado, el ajuste y el helicóptero" y prometió "barrer a los ñoquis de La Cámpora".
"Les quiero contar un secreto a más de 60 mil almas que hoy nos acompañan para que lo compartamos con cada argentino, de Ushuaia a La Quiaca: voy a ser presidente de la Nación", dijo el tigrense al comenzar su discurso. "Voy a ser presidente porque me da asco la corrupción", bramó. "Los voy a meter presos, yo no les tengo miedo. Me rebela tanta injusticia, tanta pobreza", siguió Massa.
Con un mensaje orientado fuertemente a la seguridad, Massa prometió que si accede a la Presidencia quiere "jueces independientes, no militantes" y remarcó que "la Argentina que viene no es la Argentina del doctor Zaffaroni". Un estadio repleto coreó su nombre y le pidió que sea el próximo presidente de la Nación.
Durante su discurso, Massa apuntó duramente contra Macri y Scioli, además de tratar de "ñoquis" y "parásitos" a los militantes de La Cámpora. A Macri lo identificó con "el pasado y el ajuste" neoliberal y sostuvo que en su proyecto "no hay acuerdos de gobernabilidad, sino un rejunte de dirigentes". A Scioli lo calificó de "lorito servil que repite todo lo que dicen desde La Rosada".
"Nos quieren vender que la Argentina está dividida en dos vereda" pero "hay una grieta en el medio, esa ancha avenida, más ancha que la 9 de Julio que está abierta a recibir a todos aquellos que no quieran discutir más el pasado y que tengan ganas de construir el futuro", propuso el diputado nacional.
Se proyectó además un video con el saludo de precandidatos radicales a la gobernación, como Gerardo Morales (Jujuy), José Cano (Tucuman) y Luis Naidenoff (Formosa), además del mensaje del socio del gobernador José Manuel de la Sota, que mandó "un abrazo para acompañar ese maravilloso acto en Vélez", y auguró que "vienen nuevos tiempos para Argentina".
Los hombres del Frente Renovador (FR) estaban deslumbrados con la cantidad de gente que se agolpaba en el estadio. "Está todo el peronismo de la provincia", comentó un dirigente de Mercedes a este medio. "Fue una apuesta fuerte", dijo uno de Morón aliviado por el éxito de la jornada. "La Cámpora hizo Argentinos Juniors y ni siquiera lo llenó, ni que hablar Macri", se mofó un armador del FR.
En un día difícil, por ser primero de mayo y además lluvioso, aunque la lluvia no impidió nada, el Frente Renovador cumplió su misión. Así, Massa, el candidato del "Cambio justo", revalidó su lugar en las ligas mayores de la política y apuesta a seguir fuerte en la pelea de arriba.
Hace dos años el triunfo de Massa en la Provincia sepultó los planes K de una "Cristina eterna". Ahora buscan evitar la falsa polarización que promueven el cristinismo y el macrismo.
La Opinión Popular
ELECCIONES 2015
Massa se lanzó a las presidenciales con críticas a Scioli, Macri y La Cámpora
En un acto en el estadio de Vélez, el diputado prometió "borrar a los ñoquis" de la agrupación K. Aseguró que le da "asco" la corrupción y dijo que él irá "por la avenida del medio", lejos del sciolismo y del macrismo.
Hace dos años el triunfo de su Frente Renovador en la Provincia sepultó los planes de re-re del kirchnerismo, el sueño de una "Cristina eterna". Anoche, con el relanzamiento de su campaña a estadio lleno en Velez, Sergio Massa buscó dar un paso hacia un desafío mayor, volver a parar a su fuerza como una alternativa en las elecciones de agosto y de octubre, y evitar una polarización del kirchnerismo con Mauricio Macri.
"Fuimos el límite y hoy queremos encaminar a la Argentina rumbo al cambio justo", dijo tras entrar al escenario sobre el filo de las ocho de la noche, envuelto en una lluvia de papel picado. "Quiero contarles un secreto -agregó generando suspenso-: voy a ser presidente".
"Me da asco la corrupción, los voy a meter presos porque no les tengo miedo", sostuvo Massa en un discurso de media hora en el que se ocupó puntualmente de sus principales rivales en la carrera por la Casa Rosada.
Sobre Scioli la carga fue personal y acaso una anticipación del tono que podría tomar la campaña para disputar los votos peronistas y explotar el malestar con el Gobierno: lo definió como "un servil lorito que repite y repite lo que le dictan desde la Rosada".
Y al proyecto presidencial de Macri lo asoció con "volver al ajuste, al helicóptero" en el que Fernando de la Rúa dejó la Casa de Gobierno al renunciar. "El camino no es el ajuste o la impunidad", buscó terciar Massa, y volvió a apuntarle al centro político con su idea de una "ancha avenida".
El líder del Frente Renovador hizo un fuerte eje en la seguridad -con críticas directas al ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni-, prometió luchar contra la inflación, la asignación universal por hijo por ley, y eliminar el impuesto a las Ganancias para los trabajadores porque "el salario no es ganancia".
Pero mucha más pimienta le puso a la noche cuando en alusión al desembarco en cargos públicos de los jóvenes cristinistas más allá de diciembre, prometió "barrer a los ñoquis de La Cámpora que nos quieren dejar como parásitos en el Estado".
En el acto Massa jugó una carta muy fuerte para seguir en carrera, en una semana clave en que también formalizó su acuerdo para competir en las PASO con el gobernador cordobés José Manuel de la Sota, con el nombre Unidos por una Nueva Argentina (UNA), un espacio del peronismo disidente pero con vocación de convocatoria más amplia.
De la Sota no estuvo ayer en Vélez, y tampoco el senador Adolfo Rodríguez Saá, de improbable incorporación al UNA, que dijo no haber sido invitado. El equipo de campaña massista distribuyó un oportuno video en el que referentes radicales de seis distritos (como el jujeño Gerardo Morales o el tucumano José Cano) que se opusieron al acuerdo UCR-PRO saludaron -con mayor o menor compromiso- la candidatura presidencial del hombre de Tigre.
El relanzamiento incluyó cambio de color en la gráfica, que pasó del negro al azul y blanco que se verá desde ahora, "más indicado para una presidencial", dijeron en su entorno.
Massa fue único orador, y en el escenario a sus espaldas hubo sillas para unos 200 dirigentes, entre ellos los precandidatos a gobernador Francisco de Narváez y Darío Giustozzi (en una jornada con versiones de su malestar y eventual regreso al oficialismo); los diputados Felipe Solá, Ignacio de Mendiguren, Mirta Tundis, Adrián Pérez y Facundo Moyano; los intendentes Joaquín De la Torre, Mario Meoni, José Eseverri y Carlos Acuña, entre otros.
El massismo, debilitado en el último tiempo por algunas deserciones, escasos resultados para exhibir en elecciones distritales como Santa Fe o en la Ciudad, y encuestas (que Massa descalifica) que muestran un retroceso de su candidatura, hizo una demostración de fuerza y capacidad de movilización de los sectores del PJ que lo apoyan, como se vio en las tribunas y en los cientos de micros estacionados en Liniers.
Al final Massa hizo subir a su esposa Malena al escenario, para saludar juntos, e invitó a sumarse al resto de los dirigentes. "Llegó el día", rezaba el eslogan en las pantallas de led, entre fotos y abrazos.
Por Guido Braslavsky
Fuente: Clarín, La Política Online y LOP